La Capilla de Nuestra Señora
del Rosario de
Candonga, Departamento Colón, Córdoba (Argentina) se asienta en tierras
de
Tilín y Cupil entregadas en carácter de Merced al Capitán Juan de Molina
Navarrete en 1605. En 1695 las tierras las administra la Compañía de
Jesús. La construcción se ubica entre 1720 y 1762, en tiempos que el
dueño de las tierras eran José Moyano Oscaris. La propiedad deviene
en Estancia del Rosario de Santa Gertrudis vecina a la actual localidad
de El Manzano. Con bóveda de cañón corrido y lunetos, el estilo es de un barroco
ingenuo con nítidas reminiscencias de la arquitectura altoperuana.
Belén
San Lorenzo
La Página Web "Capillas y Templos"
está registrada en la DNDA (Ver
detalle)
NUESTRA SEÑORA DEL
ROSARIO DE CANDONGA
"La
Capilla de Candonga tiene el encanto de las cosas
humildes. Es bella, sin pretender serlo; es grata por ese
indefinible valor de todo lo vetusto; tal un símbolo en
medio de la soledad; es la fe, que para alcanzar su máxima
expresión busca siempre el arte, supremo refugio de los
espíritus nobles".
Arq. Mario Buschiazzo
Estábamos
llegando a El Manzano, conversando sobre la capilla,
cuando
fue
Mónica quien
hizo el
comentario:
-
Qué raro que no la declararon Patrimonio de la Humanidad
como a las otras.
-
No podían hacerlo. Candonga nunca fue jesuítica
-replicó
Diego, otro de los viajeros.
-
Sin embargo,
son
muchos
los
historiadores
que
opinan que la hicieron los jesuitas y que la estancia fue
de ellos.
La conversación continuó sobre el tema y uno podría decir
que ambos tenían razón.
La razón, en realidad, era
en parte.
El caso es que existe
numerosa
bibliografía y folletería turística que adjudican la obra
a los jesuitas.
Atento
a que no existe un autor debidamente reconocido y dada la
prolífica labor de éstos, es tentador adjudicarles la
autoría de estas joyas de la arquitectura colonial.
También es cierto que quedó demostrado que la estancia de
Santa Gertrudis no perteneció a los jesuitas. La errónea o
incompleta lectura de un documento
llevó a asumir esta
equivocación.
Tampoco estuvo en los inventarios de la Junta de
Temporalidades.
Desde un recodo del camino, en medio de la vegetación y
desde lo alto divisamos la blanca figura de la Capilla,
mientras el sol, rápidamente quería ocultarse detrás de
los cerros.
Al llegar, comenzamos a leer la cartelería para
informarnos antes de entrar. Hoy la ampliamos de esta
manera:
LA CAPILLA
La fecha de construcción no está determinada con precisión.
Cuando Don
José
Moyano
Oscariz (Ver
Biografía)
compró las tierras en 1720, nada
había. En la desaparecida campana que estaba en la espadaña
había una leyenda que expresaba "Miguel Ramis Nuestra Señora
del Rosario 1762". Dentro del lapso de estos 42 años se
construyó esta Capilla.
Desde el punto de vista morfológico, existen formas
arquitectónicas que reconocen antecedentes en obras de Potosí
(fotos de la izquierda).
El arco cobijo que preside el templo, recuerda al potosino San
Lorenzo, no tanto por la iconografía del imafronte como por la
protección que la prolongación de la nave hace sobre la entrada.
La Iglesia de Belén en la Villa Imperial, es otro ejemplo.
En medio de la nave tiene una linterna por donde penetra la
luz, de igual modo que las existentes en los abovedados
galpones de acuñación de la Casa de la Moneda de Potosí.
"Todo
nos llevaría a pensar que el regreso de algunas de esas arrias
que devengaban pingues ganancias con la venta de mulares,
hubiera venido el alarife contratado para realizar esta obra
que, sin duda, se destaca de otros ejemplos de igual uso, por
haber sido realizada con un manejo plástico espacial de
interesantes recursos”.
La capilla posee una sola nave, sin cúpula, en el frente
que mira al naciente
luce espadaña
desde la base.
Sacristía
del lado de la epístola, y "habitación para los curas" del
lado del evangelio.
La descripción que en 1973, hiciera el señor Emilio E. Buteler
Riu, muy prolija y acertada, nos induce a transcribirla. Según
su parecer: "Candonga, aunque similar en proporciones y esquema
de planta a las demás capillas rurales del siglo XVIII
construidas en nuestra provincia , se destaca por la integración
de elementos estáticos y estéticos que culmina en una candorosa
composición arquitectónica con gran calidad de valores formales."
"El empleo de la bóveda de cañón corrido, con intersecciones de
lunetos configura una modalidad constructiva de avanzada para
este tipo de arquitectura rural de la época. El predominio tanto
interno como externo de la línea curva , da continuidad de
visualización y por ende mayor equilibrio, armonía y unidad al
conjunto. Su factura revela manos industriosas y la
espontaneidad no parece del todo iletrada, pues los indicios de
un barroco ingenuo telurizado, nos hace suponer que sus
proyectistas bien conocían fuentes originales del mismo (Vg. la
linterna de la nave)".
"Penetrando en la capilla, su portada se guarece bajo el recinto
que invade el atrio y que forma el intradós de la bóveda
prolongada al exterior. La puerta de acceso está flanqueada por
dos pilastras semicirculares en cuyo entablamento discontinuo
descansan, a modo de frontis, dos volutas que encierran en el
centro una caladura en el muro, poco profunda, de forma ovalada.
En la parte superior de aquella y al centro, existe un orificio
en cuadrifolio que deja penetrar la luz a la nave. Todos estos
elementos decorativos que hacen la ornamentación de la portada
son de un diseño muy simple y de factura rústica".
"En su frente se destaca la espadaña de tres aberturas, coronada
por elementos curvos y cornisamentos muy sencillos".
"Una pequeña linterna o capulín corta centralmente la nave,
iluminando cenitalmente, en cuyo extremo
frontal se levanta un simple altar de mampostería el
cual dan cuatro hornacinas caladas en el muro, una superior y
tres horizontales en línea".
"La sacristía, también de techumbre abovedada con lunetos, tiene
alacenas y hornacinas recortadas en el espesor del muro y está
iluminada por un caladura en cuadrifolio en el arranque de la
bóveda".
LAS TIERRAS
22/06/1605
El gobernador Francisco de Barraza y Cárdenas entrega merced
de las tierras de Tilín y Cupil al Capitán Juan de Molina
Navarrete (1540-1609); “… otropedazo de tierras
cinco leguas de esta ciudad en lo que llaman Tilín y Cupil …
que alindan con tierras de Citón y Saldán y Ministaló y
Ascochinga atento a que los dichos indios de Cupil no están
en el dicho sitio y han sido pasados a otras mejores tierras".
09/08/1609
Fallece Juan de Molina Navarrete, primer propietario de la
merced de Tilín y Cupil, que fuera vecino fundador de la
ciudad de Córdoba. Hereda la propiedad su hija Doña Luisa
Navarrete , que se había casado con el Capitán Hernando Tinoco. (1565-1633).
14/06/1693
Fallece éste último y le suceda en el derecho, su hijo Luis
Tinoco de Navarrete.
01/06/1634
Por $ 200,00 Don Luis las vende a Doña María Cortez.
19/12/1637
Toma posesión de las tierras compradas “sobre la junta
que hacen dos arroyos entre dos cerros grandes“ y las
incorporó como parte de la estancia de “San Pablo del Monte“, ubicada al oriente de Tilín y Cupil.
07/08/1643
Al fallecer Doña María, dejó por testamento, como heredero
universal a su sobrino carnal, el doctor Adrián Cornejo,
cura rector de la Iglesia Matriz de Córdoba.
13/11/1643
Éste consigue que el gobernador Baltasar Pardo Figueroa, le
otorgue una merced de demasías de tierras con la cual amplía
su propiedad.
02/10/1677
Muere trágicamente en el derrumbe de la Iglesia Catedral de
Córdoba, el cura Cornejo y lo hereda su hermano, el capitán
Francisco Moyano Cornejo (1618-1677).
05/01/1684
Fallece y las tierras pasan a manos de su hijo el capitán
Miguel Moyano Cornejo.
22/11/1692
Don Miguel toma posesión en las tierras mencionadas.
24/11/1695
Se celebró la escritura entre el Colegio de la Compañía de
Jesús y Doña Juana Rodríguez Navarro. Este largo documento
que es “transacción, pacto y convenio”, es el que llevó a
varios historiadores a suponer que Candonga perteneció a los
jesuitas. Esto, más allá del hecho de que cualquier obra
colonial que no tiene autor conocido, se les atribuye a los
padres jesuitas por su importante labor en tierras
cordobesas.
La Compañía, dueña de la estancia de La Candelaria,
representada por el padre procurador Benito Capdevilla y
Doña Juana Rodríguez Navarro, en nombre de sus hijas
menores, dueñas del “Potero de Santa Gertrudis”, firman un
documento por el cual, quedan incorporadas dichas tierras
ubicadas en la “Pampa de San Luis”, a la estancia de La
Candelaria.
Al no apreciar la diferencia entre Potrero y Estancia, el
Padre Gracia, Juan Kronfuss, Mario Buschiazzo, Ferrari Rueda
y otros, creyeron posible que Candonga perteneció a los
jesuitas.
Año 1700
Referida a las tierras de Tilín y Cupil, se hace un
reconocimiento, que dice : “… hacen junta en dos cerrosgrandes frente el uno del otro y bajando de dicho arroyo
se reconocieron cerca de dichas juntas señales de
poblaciones, sepulturas y vestigios de indios por haberse
hallado una piedra que usan los indios llamada canana para
sus moliendas de harina de maíz.“
Agosto 1714
Fallece en Totoral, el capitán Miguel Moyano Cornejo y parte
de sus tierras pasaron a sus hermanos. El capitán José
Moyano Cornejo recibió los de Tilín y Cupil. Parte de las
mismas se las entregó a su hija Doña Isabel Moyano Cornejo,
en dote, cuando se casó con el Capitán Don Benito Arias
Velásquez.
25/06/1720
Ambos venden la dote de Isabel, a Don José Moyano Oscariz (1689-1778). Por escritura, vendían un pedazo de tierras
situado a ocho leguas de Córdoba, por la suma de
cuatrocientos pesos al contado, el cual lindaba “por la
parte del sur ,con tierras de Tilín y Cupil y por la parte
del oriente con todas las aguas que caen desde la cumbre
arroyo abajo hasta la angostura y desde allí para la parte
del este hasta la loma de san Francisco arroyo arriba hasta
una angostura donde está una huerta de duraznos llamada
Candonga y para poniente hasta topar con el mojón de
Alpatauca que son en la forma y manera que seos fueron dadas
en dote”. En este documento se menciona por primera
vez el nombre
"Candonga", que en castellano, entre
otras acepciones, quiere decir “mula vieja que poco sirve
para el trabajo”. No tiene orígenes indígenas ni de otra
índole.
21/05/1770
José Moyano Oscariz labra testamento, por el cual se sabe
que en esa fecha era propietario de la capilla y estancia
“El Rosario de Santa Gertrudis“ y disponía la fundación
de una capellanía.
05/11/1817
El doctor Santiago de Allende, sobrino bisnieto de Moyano
Ascariz, que fue capellán y patrono de Candonga, vendió la
estancia a Don Gabriel Amuchástegui por la suma de
ochocientos pesos.
29/01/1824
En el reconocimiento de los terrenos efectuados se precisas
que a un cuarto de la legua de la estancia de Candonga a la
parte noroeste se halla la junta de “dos arroyos
abundantes de agua que baja el uno de la parte del oeste y
el otro de la del noroeste, que se juntan entre dos cerros
altos y forman el río que pasa por ésta [la estancia de
Candonga] … buscando en la junta señales del pueblo de
indios que existió en ellos, solo encontramos en un punto un
cimiento de piedra medio enterrado y lleno de árboles y
arbustos o maleza y en otro lugar como una cuadra distante,
una gran piedra con tres morteros cavados en ella“.
Año 1852
Al fallecer Don Gabriel, sus hijos Francisco y José María
heredan la estancia.
05/08/1871
José María vende sus derechos a Francisco.
10/08/1883
Don Justiniano Amuchástegui le compra las tierras a su
hermano Francisco.
30/06/1911
Don Arturo Bouquet Roldán compra a Justiniano Amuchástegui,
la estancia que en ese momento contaba con 303 hectáreas,
5437 m2. y 3657 cm2.
Década del ´20
Capilla de Candonga (circa 1925) - Foto
Carlos Vera
Década del ´30
Durante la
década del ´30 y a partir de la propuesta de donación de las
tierras y de la Capilla al Estado Provincial se inicia un
proceso administrativo que durará varios años y que
concluirá con la restauración del histórico edificio
religioso. (Acceda al minucioso detalle de
dicha gestión haciendo click aquí)
La Revista "Caras y Caretas" del 10 de junio de 1939
publica una foto con el siguiente epígrafe: "Matrimonio
serrano; ella, nacida en el lugar; él, de la Provincia de
Buenos Aires; la ceremonia se realiza en la casa del
Encargado de Candonga, Don Enrique Souto, lugar en donde se
encuentra la célebre iglesia del mismo nombre".
Década del ´40
Década del ´60
Curiosa foto publicada en
"Historia de la iglesia en la Argentina" de Cayetano
Bruno (1967). La misma ha sido revelada con el negativo invertido
de modo que la imagen deviene en espejo de la realidad.
De la misma publicación obtenemos esta otra imagen donde la
capilla, correctamente reproducida, se expone dentro de un
marco de frondosa vegetación.
20/01/1973
El Lic. Alejandro Moyano Aliaga con el Dr. Jorge A.
Maldonado corroboraron in-situ la ubicación de las tierras
de Tilín y Cupil al coincidir con los datos que obran en los
documentos disponibles. Al primero de los nombrados se le
debe, gracias a su prolífera investigación, el haber
aclarado el origen de la
"Estancia
de Santa Gertrudis y Candonga".
La invalorable gentileza del Señor Oscar Herminio Herrero
Gregorat, creador y responsable de la página web "Córdoba
de Antaño", nos permitió acceder a un valioso
material contenido en "Asuntos Varios/Obras públicas
1921-1937 - Tomo 7 del Archivo de Gobierno de la
Provincia de Córdoba"; autorizándonos, además, a su
difusión.
Dicha documentación incluye todo el proceso administrativo
que se inicia con la oferta de donación de las tierras y
la Capilla al Estado Provincial que incluyese la
restauración del antiguo e histórico edificio religioso.
El 31 de julio de 1934 ingresa al Ministerio de Obras
Públicas de la Provincia de Córdoba un documento que es
recibido por el Oficial Mayor de Obras Públicas R.
Ferrer Moratel de la Contaduría General de la Provincia;
en el mismo, el Dr. Arturo Bouquet manifiesta su
voluntad de donar "... el terreno marcado con las
letras A, B, C, D, E, F, G, H, A, en el plano que
adjunto ... y dentro de cuyo terreno se encuentra la
histórica Capilla de Candonga". Continúa consignando
que el terreno en cuestión tiene una superficie de
"... una hectárea y 7147 metros cuadrados" aclarando
que el mismo limita a oeste, norte y parte del sur con
terrenos "... de mi propiedad y por el sud este con el
camino público de Córdoba a La Cumbre". La intención
del Dr. Bouquet era que "... el citado Gobierno tome
a su cargo la citada Capilla y haga las obras necesarias
para su restauración y ... si así lo creyera
conveniente, sea declarada Monumento Histórico".
El 3 de agosto de 1934 la Contaduría General de la
Provincia se expresa en consecuencia aduciendo algunos
reparos a la forma de la presentación efectuada por el
Dr. Bouquet.
Es así que la respuesta consigna que "... no es posible
contemplar la conveniencia material, desde que es un
bien que tiene solo un valor histórico. Entendemos,
además, que el ofrecimiento entraña casi una obligación
para el Gobierno, la de restaurar la Capilla y ...
hacerla declarar Monumento Histórico; y el
incumplimiento de ellos, acaso, pudiesen hacer
reversible la donación". Continúa resaltando lo
oneroso de la restauración, su conservación y cuidado
posterior solo compensable con lo que "... significa
poder exponer al turista y las generaciones venideras
... una auténtica obra de la civilización colonial".
Concluye invitando al Dr. Bouquet a que rectifique el
contenido de su donación de modo que la misma se haga
"... sin reservas ni condición alguna". Así
redactado el documento es elevado al Ministerio de Obras
Públicas previa vista del Fiscal de Gobierno.
El 13 de agosto de 1934 la Fiscalía de Gobierno sugiere se
convoque al Director del Museo Provincial Dr. Pablo
Cabrera para que se expida sobre "... el valor o
mérito histórico que afirma el ofertante de la llamada
Capilla de Candonga". Dicha solicitud se formaliza
el 17 de agosto de 1934. Además, en la nota, se invita a
dar opinión al Registro de la Propiedad, a la Dirección
General de Rentas y si fuese conveniente, no descartar
el solicitar "... autorización legislativa".
El Presbítero Dr. Pablo Cabrera responde el 20 de agosto
basándose en contenidos de su propio libro "Córdoba
del Tucumán Prehispana y Proto-histórica" donde se
da cuenta del valor histórico tanto de la Capilla de
Candonga como de la Capilla de San Vicente. Finaliza con
un concluyente: "... no puedo menos que aplaudir la
generosa actitud del Dr. Bouquet y formular votos porque
... otorgue el Gobierno despacho favorable al asunto".
Tras el pedido de la Fiscalía, el 22 de agosto y el 12 de
setiembre de 1934, también se expresan la Dirección de
Rentas y el Registro de la Propiedad. De dicha
documentación se extrae que se confirma la genuina
propiedad de dichos bienes por parte del Dr. Bouquet y
que las tierras están libres de gravámenes y con los
consiguientes impuestos al día.
Una vez centralizadas todas estas respuestas en el
Departamento de Obras Públicas, el 18 de setiembre de
1934, dicho organismo se expide aceptando y agradeciendo
la donación, designa con poder especial del 6 de octubre
de 1934 al Dr. Guillermo Rhote, en su carácter de
abogado de Córdoba en Buenos Aires (sitio de residencia
del Dr. Bouquet), para que suscriba la escritura pública
de traslación del bien y finalmente, que "... la
donación no queda sujeta a condición alguna y que la
Provincia no contrae ninguna obligación ulterior".
El 2 de julio de 1935, concluída la escrituración, el
Departamento de Obras Públicas deriva las actuaciones a
la Dirección de Obras Públicas para que "... se haga
cargo de la Capilla de Candonga y proyecte los trabajos
de conservación que requiere".
El 11 de julio de 1935, la Dirección de Obras Públicas a
través del Ingeniero R. Gil Montero sugiere encargar
este proyecto a una comisión integrada por "... el
Arquitecto Salvador Godoy profesor de la Facultad de
Arquitectura de la Facultad de CEFyN de la Universidad,
el Sr. Carlos Camilloni por la Academia de Bellas Artes
y un ingeniero que, oportunamente, designaría esta
Dirección". La conformación de esta comisión es
refrendada el 20 de julio de 1935; sumándose, el 22 de
julio de 1935, al ingeniero Raúl Cisneros como
representante de la Dirección de Obras Públicas. El 26
de julio de 1935 los tres integrantes de la comisión son
notificados formalmente de su designación.
El 10 de setiembre de 1935 el Sr. Enrique Santos presenta
una evaluación del estado de los techos de la Capilla
consignando que unas 1200 tejas deben ser reemplazadas.
Aprovecha además para ofrecer sus servicios e incluso,
la disponibilidad de camión.
El 7 de noviembre de 1935, la Dirección de Obras Públicas
reproduce un detalle pormenorizado de las tareas a
efectuar para enfrentar la recuperación de la Capilla;
la presentación incluye un detalle de los costos
parciales de cada una de dichas tareas y los totaliza en
un monto de $ 17500 m/n; aclarando que el mismo,
"... no es susceptible de una apreciación exacta".
La Dirección eleva a la superioridad, el 11 de noviembre
de 1935, la solicitud que se la autorice a iniciar las
obras dividiéndola en dos etapas: una por $ 4100 m/n
cuyos recursos sean asignados sin licitación utilizando
sobrantes de la "... orden de pago 1242". Estos
remanentes corresponden a una partida de $ 40000 m/n
que, el 18 de setiembre de 1935, había sido asignada por
el Gobernador de la Provincia para el mantenimiento de
"... edificios fiscales y construcción de pizarrones
murales, comprendiéndose en dicha suma, personal,
materiales, inspección y combustibles". La segunda
etapa, por $13400 m/n, se propone sea trasladada al
ejercicio 1936 con su consiguiente licitación.
El 3 de diciembre de 1935 se invitan a Alejandro
Amuchástegui, Francisco Burgos, Belarmino Torres, Tomás
Ferreyra y Antonia Farías de Bonacuesto para hacerse
cargo de trabajos de consolidación de la pared sur de la
Capilla y la extracción de restos inhumados.
Iniciadas las obras, al 31 de enero de 1936, se habían
agotado los recursos provenientes de la orden de pago
1242. Solamente se habían podido disponer de $ 272,10
m/n, con lo cual se solicita un refuerzo de los $
3827,90 m/n faltantes "... a más el 10% para gastos
de inspección $ 382,79 m/n, o sea un total de $ 4210,69
m/n". La solicitud invoca que "es urgente la
habilitación de los fondos expresados pues ... los
trabajos están en curso y sin terminar".
El 2 de marzo de 1936 el Poder Ejecutivo de la Provincia
toma formal posesión de la Capilla procediendo a un
meticuloso inventario de la misma. Dentro de la
documentación que adjuntamos amerita detenerse en este
documento por la pormenorizada descripción de los
elementos relevados. Según la actuación el capataz de la
obra, Sr. José P. Damoli, asume la responsabilidad de su
custodia.
El expediente de toda la gestión incluye una colección de
fotografías del estado de la Capilla poniendo de
manifiesto sus urgentes necesidades para su
recuperación.
El 16 de junio de 1936, se da cuenta del destino de los
bienes recogidos de la Capilla así como los que
permanecerán en la misma para lo cual se solicita se
asigne a alguien para que "... se haga cargo de su
custodia y cuidado".
En el diario Los Principios de Córdoba,
del sábado 8 de mayo de 1937, se publicaba la carta de don
Juan Kronfuss que, dirigida al
director del diario, exponía su preocupación por el daño
infringido al bello monumento de resultas de dicha
“restauración”.
Dice Kronfuss: "Un turista me pregunta en una carta, que para
qué han servido los seis escalones que existen al lado de la
capilla de Candonga, que terminan contra la pared exterior de la
misma, sin puerta u otro elemento que justifique su existencia.
Sabiendo que el gobierno ha encarado la restauración de la
citada capilla a un 'arquitecto' me extraña sobremanera la
fotografía que acompaña la carta, por lo que fui personalmente a
observar como ha quedado después de la restauración.
En realidad, he podido comprobar que la pregunta tenía su
razón de existir.
La escalinata que antes conducía al campanario para llamar a
los fieles, no existe más. La han sacado, dejando como una nota
fuera de tono, seis escalones que terminan contra la pared.
Para qué poner en ridículo a nuestros antepasados, con una
'restauración' que quita todo valor cultural a una reliquia de
ayer, y deja abierta la pregunta de ¿cómo ha sido posible llegar
hasta el campanario sin existir escalera para ello?
En mi libro [ARQUITECTURA COLONIAL en la
ARGENTINA] se ve en la parte respectiva, que la
escalera doblaba a la izquierda y era posible subir al
campanario, cosa que después de la 'restauración', ya no puede
hacerse.
No quiero entrar en detalles sobre esta restauración de manos
inexpertas y un criterio pobrísimo, pero creo que gana algo en
aspecto, una capilla antigua, al ponerle un techo flamante, y
menos habiendo tantas tejas en buen uso y baratas, producto de
demoler casas antiguas y que guardan el color y aspecto de una
verdadera cosa colonial.
Pero lo que da la motor desagradable sorpresa a un buen
cristiano, es que 'el arquitecto' (?) ha sacado la cruz del
campanario de la capilla, haciendo desaparecer en esta forma la
impresión de que nos encontramos frente a una obra católica del
pasado.
Es por eso que a la capilla de Candonga ya no debe hacérsela
figurar en las guías de turismo por que ha perdido el encanto de
su pasado glorioso, como pierde la mariposa su belleza al
sacarle los colores de las alas.
Dejar morir en ruinas bellas e imponentes, estas obras del
pasado, es preferible a sacarles el encanto y ponerlas en
ridículo con una 'restauración' de esta categoría.
Puede apreciarse en los dibujos adjuntos el estado actual de
la escalera contra la pared, y también en la forma en que debió
haber sido lógicamente encarado el problema a fin de resolverlo
de acuerdo s su forma, viéndose así el aspecto del 'ayer' y del
'ahora'.”
A la izquierda, la Capilla de Candonga tal como
era, con cruz y escalera para el campanario. A la derecha,
después de restaurada, suprimiendo la cruz y la escalera a que
alude el Arq. Kronfuss
La capilla sufrió varias restauraciones, la más importante bajo
la dirección del arq. Mario J.
Buschiazzo. La cruz sobre la espadaña nunca se repuso.
Datos complementarios:
La Capilla fue declarada Monumento Histórico Nacional por
decreto Nº 90732
de fecha 14 de mayo de 1941, conjuntamente
con la catedral de Córdoba, la casa del Virrey Sobre Monte,
Santa Catalina y Alta Gracia.
Ubicación
31º 05’ 08.2” latitud sur
64º 20’ 41.2” longitud oeste
Altitud : 988 msnm
Dibujo de Juan Kronfuss
El Lic. Moyano Aliaga en su libro sobre la Capilla,
cierra la
descripción con estos conceptos: "Hay
en Candonga un incipiente estilo arquitectural. Aunque es
barroco burdo tiene algo de genuino y hace que no se pueda
borrar de nuestros ojos la esbeltez de su espadaña , el
acogedor recinto que abriga la bóveda, la humildad de la
imagencita del Rosario. Todas estas cosas impresionan
grandemente al espíritu sensible".“La pura belleza blanca de sus líneas curvas con el ondulante
paisaje verde y cielo azul que circunda, hace que perdure en
nuestro recuerdo para siempre".
Fuentes de consulta:
FURLONG CARDIFF, Guillermo, S.J.:
"Arquitectos Argentinos durante la dominación hispánica"
- Editorial
Huarpes, S.A. - Buenos Aires, 1945.
GALLARDO, Rodolfo, MOYANO ALIAGA, Alejandro y
MALIK DE TCHARA, David: "Las Capillas de Córdoba.
Estudios de Arte Argentino" - Academia Nacional de
Bellas Artes - Caglionne Establecimiento Gráfico SA - Buenos
Aires, 1988.
KRONFUSS, Juan:
"Arquitectura Colonial en la Argentina"
-
Editorial A. Biffignandi,
Córdoba.
LAZCANO GONZALEZ, Antonio:"Monumentos Históricos de Córdoba Colonial"
-
S. de Amorrortu e hijos,Buenos Aires, 1941.