SAN VICENTE FERRER
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Antes
de 1741, por
su gran devoción, los esposos
de
Don
José Moyano Carranza y Doña
María Ana de Pedraza
son quienes encomendaron
construir esta pequeña capilla en su estancia de San
Cristóbal.
En los Anejos Norte de Córdoba,
junto
al
actual cementerio de Agua de Oro y tras recorrer un
sinuoso camino serrano, se llega a esta obra que
queda
bajo la advocación de San Vicente Ferrer. |
Será
Don
Diego Moyano Pedraza (1745-1809), hijo de
aquellos,
quien hereda las tierras del lugar y el 29 de marzo de 1782 se
le otorga
“título de mayordomo de fábrica de
la Capilla Viceparroquia de San Vicente, curato de Anejos,
jurisdicción de Córdoba".
En el inventario practicado el 30 de enero de 1800, se describe
a la capilla, como sigue: “…
de piedra y barro, sus paredes
castigadas con cal, su techo de caña y teja. Su puerta con llave
corriente, de largo 16 varas y ancho 5 varas y media. Su media
torre de cal y ladrillo con tres campanas pequeñas y una
sacristía de media agua de 6 varas y cuarta de largo y tres
varas de ancho. Su techo de caña y teja con algunas tejas
quebradas por donde se llueve y su piso enladrillado. Todo
cercado de piedra y barro".



A
la muerte de Don Diego, ocurrida el 9 de abril de 1809, continuó
con la obra de mantenimiento, su hija, Doña Maria Ventura Moyano.
La capilla esta formada por anchos muros de piedra y barro, que
fueron elevados para sostener un primitivo techo de paja y tejas
que, aparentemente, colapsó en 1905. Reconstruido en 1909,
vuelto a caer en 1914 ; fue en 1918, cuando se le da la
fisonomía actual, con cubierta de chapas de zinc. En el piso,
las antiguas baldosas criollas, pasaron a formar parte del
contrapiso donde se asentaron los nuevos mosaicos. La torre
original, también sufrió modificaciones.
El imafronte es de líneas muy sencillas con frontis triangular
que culmina en una cruz de hierro, dos pilastras enmarcan la
puerta de terminación plana con guardapolvo.


A
la izquierda de la fachada, que mira al oeste, está la torre
que es ciega en su tramo inferior, posee campanario con
orificios en sus cuatro costados y termina en chapitel
apiramidado con remate en esfera y una cruz de hierro forjado.
Se puede subir a la torre por una escalera exterior que también
tiene acceso al coro alto. Las dos campanas que están en la
torre tienen grabadas las siguientes leyendas: “D.A. San
Vicente
1875”
y
“1765 Año de San Jeronimo. Miguel Ramis en Cordoba".
Se ingresa a la planta rectangular por una puerta de dos hojas.
Las dimensiones de la nave son: 14,05 mts de largo por 4,90 mts
de ancho.
Techo
a
dos aguas, con cabreadas y bovedillas vistas.
En el lado derecho se desarrolla la pequeña sacristía.



Lo más notable de esta capilla es su retablo de madera,
que según el nombrado inventario de 1800, lo describía
como: “… un nicho de palo, por fuera pintado color caída y
por dentro bien pintado y sobredorado, con su coronación dorada,
dentro del cual se encuentra una hermosa imagen de talla de poco
menos de vara de San Vicente Ferrer en su peana y con
instrumentos de su penitencia e insignias de su predicación”.
La imagen de San Vicente Ferrer, con corneta, libro, calavera,
perro, cuatro alas y llama sobre la frente, se trata de una
concepción muy fina, dentro de lo que Adolfo Luis Ribera y
Héctor Schenone llaman “un complicado retablo",
de una riqueza extraordinaria, conjunto pintado en rojo y oro.


Las tablas pintadas a los costados del nicho, de izquierda a
derecha representan a San Alberto Magno, San Vicente Ferrer,
Santo Tomás de Aquino y Santo Domingo de Guzmán. El retablo esta
resuelto con formas barrocas con frontis curvo incompleto y dos
pilastras a ambos lados, enfatizan el mueble de madera, que da
la sensación de ser un elemento portátil.


Están presentes la Virgen en la advocación del Rosario, un
pequeño Crucificado con esplendor de plata y un San Antonio con
Niño también muy antiguo. El ara que se encuentra en el altar
fue consagrada por Monseñor Manuel Abad Illana, obispo del
Tucumán.
Como parte del patrimonio hay un cuadro al óleo, bajo vidrio. Se
trata de una reproducción de Cristo Crucificado, conocido como
el Cristo de Malta, que según la tradición fue pintado por el
demonio. El Cristo presenta un rostro desgarrador con uno de sus
ojos completamente cerrado. La obra, que procede de La Plata (Alto Perú),
tiene fecha 16 de enero de 1778, perteneció al Coronel Felipe de
Haedo, abuelo materno del General José María Paz.

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En el reducido espacio existente entre la parte posterior de la
capilla y la calle, hay un antiguo cementerio donde todavía
existen algunas lápidas fechadas a fines del siglo XIX y
principios del XX., con nombres vinculados a las familias
fundadoras.
Capilla y cementerio, están en un predio que se encuentra
cercado con un muro de piedra y ladrillos con portal de ingreso.

Datos complementarios:
Dn. Rosario Alberto TORRES, oriundo del lugar, miembro de la
Comisión de la Capilla San Vicente Ferrer, quien vive en la
calle Lozano de Agua de Oro, (Tel: 0325-493410), gustosamente
muestra la Capilla. Su visita contribuirá al mantenimiento de
este valioso patrimonio, que no recibe aportes de ninguna
repartición pública.
Los 7 de abril de cada año, se celebran las Fiestas Patronales.
Latitud: 31º
03´
S
Longitud : 64º
18´
W
Altitud :
670
m.

Fuentes de consulta:
-
GALLARDO, Rodolfo (Ver
Biografía); MOYANO ALIAGA, Alejandro; MALIK de TCHARA,
David,
Las Capillas de Córdoba
– Estudios de arte Argentino
-
Academia Nacional de Bellas Artes, 1989.
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