Síntesis

El Oratorio y luego Capilla de San Roque de La Cumbre, Departamento Punilla, Córdoba (Argentina), se levantó en una fracción de tierras donadas por Petrona de Olmos y Olmos de su Estancia 'La Aguadita de San Gerónimo' al pie del Cerro de Viarapa. Hay constancias que, a fines del siglo XIX, que funcionó el Oratorio para bautismos, matrimonios y defunciones. Con el inicio del siglo XX aumenta la superficie donada de tierras y se comienza a construir la Capilla que, con paredes de piedra y estilo colonial puneño, es bendecida en 1904. La Capilla que, por entonces, era la primera de La Cumbre, deviene en un espacio de refugio, recogimiento y meditación de frailes y novicios franciscanos de la Orden Capuchina. Existe la hipótesis que el Santo de vestir y de madera policromada que se venera en la Capilla y que sale en las procesiones sería el mismo de la Capilla de la Estancia del Señor San Roque.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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CAPILLA DE SAN ROQUE

En las postrimerías del siglo XIX, más precisamente en la década del '80, Doña Petrona de Olmos y Olmos da vida en su casona ubicada en la Estancia "La Aguadita de San Gerónimo" al pie del cerro La Viarapa  a un oratorio.

Bajo la advocación de San Roque y tal lo que se halla consignado en los documentos archivados en el Arzobispado de la Provincia de Córdoba en la sección dedicada al Curato de Punilla o Parroquia de Cosquín, la actividad puede certificarse hacia el 1880 e incluía los nacimientos y por ende los bautismos de las criaturas, la concreción de matrimonios y los servicios por defunciones.

 

 

Este Oratorio se convertirá, posteriormente, en la primera Capilla de La Cumbre. Las fechas de inicio y fin de la construcción están en duda; sin embargo puede estimarse a 1898 como la fecha en que la Capilla es liberada al culto. Los datos aportados por Ignacio Olmos de la Junta de Historia de La Cumbre, en el Boletín especial dedicado al Centenario de la Capilla San Roque (1998), asegura que la apertura a la feligresía con la consiguiente autorización del Obispado de Córdoba se ubica en 1901.

En 1902, la anciana doña Petrona de Olmos y Olmos dona 23 de sus hectáreas al Gobierno Superior Eclesiástico de Córdoba y que, incluyendo el cerro La Viarapa, se debían destinar a erigir la capilla de San Roque.

El compromiso es asumido por Sandalio Pavón (1852-1915) quien, conjuntamente con devotos vecinos del lugar, llevan a la práctica la obra ajustando la arquitectura de la misma a los moldes típicos del estilo colonial puneño.

 

 

El domingo 28 de febrero de 1904, por la tarde, el señor Obispo Auxiliar de Córdoba Filemón J. Cabanillas, acompañado por cinco sacerdotes y numerosos fieles, presidió la ceremonia de bendición del templo.

Fue Mons. Mercado quien, desde la cátedra sagrada, pronunció una alocución señalando la influencia moral y civilizadora del templo; manifiesta, en unos de sus pasajes, lo siguiente:

“... Bendecid, Dios mío, este humilde tabernáculo, como bendijisteis los altares de Abraham, de Isaac y de Jacob. Bendecid al digno prelado y sacerdotes que lo acompañan, que tan bondadosamente han querido dar realce con su presencia á esta ceremonia. Bendecid a este pueblo y derramad vuestros favores sobre los que respeten, amen y fomenten vuestra santa casa ...”

El corresponsal del diario “Los Principios”  de la ciudad de Córdoba, en su nota  "Inauguración de un templo" del 3 de marzo de 1904,  relata  con gran colorido, el entorno geográfico, la vida de los moradores del lugar y la ceremonia de bendición en particular. (Acceda a la misma)

 

Respetando dichos cánones y con líneas armónicas y simples, la capilla comienza a tomar forma. Se la construye con pesados muros de piedra del lugar, a la vista casi en su totalidad en las caras exteriores, con excepción de la parte baja del frente.

Interiormente, se han revocado las paredes laterales y de ingreso conservando, a la vista, el muro del altar en el cual se practicaron cuatro hornacinas para el alojamiento de sendas imágenes.

El ingreso se define por tres arcos que intentan ser de medio punto soportados al centro por dos fuertes columnas.

La puerta de doble hoja ubicada por detrás de las mismas crea un espacio sobre cuya cubierta una estructura sostiene cruzado un tronco de quebracho del que penden dos campanas. La terraza sobre el nartex, recuerda a la Dolores de Punilla o San Miguel de Pocho.

En su costado derecho, una escalera exterior permite el acceso al coro alto, el cual también dispone de la clásica ventana coral en el eje de simetría de la fachada.

 

 

Un techo de tejas de dos aguas, sustentado por una hermosa cabreada y alfajías de madera, completa con el diseño del frontispicio el que, en su parte superior se haya tapizado con piedra de la zona. Una cruz de hierro luce en la coronación.

En su interior el edificio presenta una única nave con un brazo lateral a modo de sacristía, del lado de la epístola, a la altura del altar destinado a la pila bautismal y algunas reliquias religiosas. Este ambiente, también tiene techo a dos aguas, más bajo que la nave, con cubierta de tejas coloniales.

 

 

Tres pequeñas ventanas alojadas en la parte alta de los muros laterales iluminan tenuemente el sagrado recinto.

 

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La cruz de estas imágenes fue recientemente llevada a una hornacina superior del altar mayor (ver más abajo)

 

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Obsérvese el reciente cambio en la hornacina superior del altar

 

La Capilla es el espacio de refugio, recogimiento y meditación de frailes y novicios franciscanos de la orden Capuchina. En un ámbito de silencio y frondosa vegetación, huerta, arroyo, morteros indios y sendas serpenteantes encuentran la exacta y austera comunión con sus pensamientos más íntimos logrando, así, la justa y larga prueba de solitaria reclusión que los profundiza en su fe hacia un San Roque que, con tres siglos y madera multicolor, es guardado con celo y no es exhibido dentro de la capilla.

El historiador Olmos destaca que "la imagen del santo que se venera en la capilla y que todos los años sale en procesión por las calles de La Cumbre, es una bellísima imagen de vestir, de madera policromada, de mediana estatura y que según una hipótesis del licenciado Alejandro Moyano Aliaga, bien puede ser la misma que se veneraba en la capilla de la Estancia del Señor San Roque, enclavada al norte del valle de Punilla, propiedad del capitán Antonio de Cabanillas y Ampuero, cuya nieta, Dª Josefa de Cabanillas y Amuchástegui, esposa de don Estanislao de Olmos y Aguilera, serían los bisabuelos de Petrona Olmos (1817-1921)".

A este respecto otro historiador, Manuel Tassano en su libro Revelaciones Históricas del Valle de la Punilla (1931), dice lo siguiente: "El primitivo culto a San Roque se le rendía en su propia Capilla existente allá por el siglo XVII a corta distancia al este de la lujosa posesión de Buen Retiro, de cuya capilla apenas hoy se descubren sus ruinas. Ese culto debió ser muy generalizado, especialmente en tiempos de Antonio de Cabanillas, el que había impuesto a sus tierras el nombre del Señor San Roque, le siguieron después en esa devoción las familias de José Manuel Olmos y sus descendientes, uno de los cuales Dª Petrona Olmos erigiole la actual capilla de los grandes nogales donde se exhibe la imagen tradicional".

 

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LAS TIERRAS:

Octubre de 1585

 

"Que las dichas tierras se llaman Hequexaques, y de otro pedaso de tierra que se llama Lavaputos y de otra quebrada que se llama Machapo, y de otra quebrada que se llama Pinabac, para que todos partiendo las dichas tierras por partes iguales, con que las quebradas no pasen de una legua, lo hayan y gocen de ellos y sus herederos y sucesores...". Así, un documento de la época, describía y definía a las tierras que, en carácter de merced, recibieron los cinco hijos que el Capitán Bartolomé Jaime, cofundador de Córdoba, habían concebido con su esposa tucumana Doña Luisa Martín del Arroyo.

Los cinco primigenios propietarios serán entonces: el presbítero Alonso González Jaime; Diego González Jaime (fallecido muy jóven); Mariana Sánchez quien forma familia con Alonso de Ubeda; Isabel González Jaime quien luego de un primer matrimonio con Francisco Gutiérrez de Castroverde, se casa tras la muerte de aquél, con Pedro González Carriazo y finalmente, Miguel González Jaime casado con María de Ludueña.

Fines del siglo XVI

 Principios del XVII

El Valle de Punilla se fracciona progresivamente y una serie de nombres y sus familias con la atribución de encomenderos comienzan a ser los personajes que construirían la historia de la zona por muchos años: Bartolomé Jaime, Francisco Pérez de Aragón, Gabriel García de Frías, Antonio Pereyra, Juan de Mitre, Tristán de Tejeda. Los indios serán quienes, de inmediato, padecerían las consecuencia de esa presencia.

junio de 1619 a 1627

A mediados de 1619, Doñas Isabel González y Mariana Sánchez enajenan sus fracciones a favor del Capitán Lorenzo de Ludueña. La superficie comprende lo que hoy conocemos como La Cumbre, Cruz Chica, Cruz Grande y Los Cocos. Para 1627, el Capitán Ludueña había edificado casas, corrales, cercados, cultivado sementeras de trigo y maíz, criado ganado vacuno y lanar y plantado árboles de Castilla. Es posible que se deban atribuir a él los enormes nogales que crecieron en el huerto vecino a la Capilla de San Roque y que, algunos, llegaron en pie hasta nuestros días.

1633

El Lic. Alejandro Moyano Aliaga aseguraría tras sus estudios que fallecido tempranamente Diego González Jaime (no más allá de 1620), la merced que le correspondía ya contaba con varias divisiones heredadas por descendientes del Capitán Juan de Burgos. Por su parte el Presbítero Alonso González Jaime transfirió su fracción que pasaría a manos del Capitán Gerónimo de Quevedo quien da vida en 1633 a la Estancia San Gerónimo. A esas propiedades las incrementa en superficie con la compra de la "Hacienda de San Francisco del Valle de la Punilla" al Capitán Alonso de Leiva y Arevalo quien las había comprado de manos del Capitán Lorenzo de Ludueña.

Por su parte Miguel González Jaime afianza su fracción ya definida la estancia a la que se le pone el nombre de Nuestra Señora del Rosario, la misma luego tomará la designación de Nuestra Señora de la Concepción y finalmente durante el siglo XVIII, Nuestra Señora de los Dolores.

1642

Fallece el Capitán Gerónimo de Quevedo dejando una Estancia conformada (según documentación de la época) por vivienda, una Capilla en el paraje del Buen Retiro y erigida supuestamente bajo la advocación de San Roque, corrales, huerta con variados frutales, más de 15000 ovinos, casi un millar de equinos y una buena proporción de esclavos a su servicio. La herencia significa la división de la Estancia. Dichas nuevas fracciones pasarán a reconocerse como "Potrero de San Gerónimo" hacia el este y "Estancia del Bajo" hacia el oeste. Los propietarios serán los hijos del Capitán de Quevedo: Juan de Quevedo y su esposa Doña Lorenzo Alfonso en el caso de la de "Potrero de San Gerónimo" y Doña Antonia de Quevedo y Jaime, esposa del capitán Luciano de Ceballos (por dote previa documentada en escritura del 08/05/1642).

1669

El Cap. Luciano de Ceballos (1622 - 1687) compra la estancia Ntra. Sra. Del Rosario al Gral. Juan Pacheco de Mendoza, quien la había adquirido a Don Manuel de Saa y Herrera y su esposa Doña Gregoria Ceballos quien la poseía en carácter de herencia de su marido el Capitán Miguel González Jaime (nieto de Bartolomé).

Fines siglo XVII

Antonio de Ceballos y Quevedo (1646 - 1719) hijo de Doña Antonia de Quevedo y Jaime y del capitán Luciano de Ceballos recibe la propiedad en herencia.

setiembre de 1706

El Capitán Antonio de Ceballos y Quevedo transfiere sus propiedades con valor de dote a su hija Ursula de Ceballos y Almonacid cuando ésta contrae nupcias con Antonio de Garay quien a su vez era propietario de la Estancia San Antonio.

octubre de 1752

De este matrimonio nace María Josefa Garay y Ceballos quien será beneficiada con la transferencia también con motivos de dote cuando confluye en matrimonio con el Capitán Diego Bustos de Albornoz. Los futuros herederos irán dividiendo la Estancia en primera instancia en dos partes cuyos nuevos propietarios serán Doña María Josefa Bustos y Caldevilla casada con Don José Ramón Ladrón de Guevara.

noviembre de 1767

Nuevas ventas: ahora a manos del Capitán José Felipe Zapata (una fracción) y el Capitán Antonio Ventura Bustos y su esposa Doña Francisca Capdevila y Moyano (la otra).

Fines siglo XVIII

Principios siglo XIX

Heredara una hija de ambos Doña Lucía Bustos y Caldevilla quien estaba casada con Don Jacinto Roque de Olmos y Cabanillas. Luego la nueva herencia favorecería a un hijo de éstos llamado Don José Manuel Olmos y Bustos quien se encontraba casado con Doña Gregoria Olmos y Cabanillas.

Fines del siglo XIX

De este matrimonio se gestan varios hijos entre los cuales Doña Petrona Olmos y Olmos no solo será la dueña de la Estancia "La Aguadita de San Gerónimo" sino que, finalmente, se convertirá en fundadora del Oratorio de San Roque. En 1899, con una población que se iba multiplicando de modo significativo y por decisión del FCCC, la comunidad toma el nombre definitivo de La Cumbre.

26 julio 1902

Se firma la escritura de donación de la Capilla y terrenos circundantes al Superior Gobierno Eclesiástico de Córdoba y parte del texto expresa: "…sírvase que conste que yo Petrona Olmos y Olmos dono al Gobierno Eclesiástico de esta ciudad extender una escritura un lote de terreno en mi Estancia San Gerónimo La Aguadita ... cuyo lote se ubica en la forma siguiente: desde un corral que está en la población del norte ... cuya línea pasa junto a un nogal grande que está ... Se comprende en la donación todo lo edificado, clavado y plantado dentro de la demarcación ... esta donación la hago con el fin del servicio religioso del Oratorio [aludiendo a la capilla] comprendido en ella, etc".

El legado reconoce dos predios separados por una calle. El de la capilla suma 62.400 metros cuadrados  y el que abarca gran parte del cerro llega a los 164.107 metros cuadrados, haciendo un total de: 22,65 ha.

21 agosto 1921

 

Doña Petrona del Rosario Olmos y Olmos fundadora de la Capilla, falleció soltera a la edad de 104 años. Atestiguaron su muerte Don Prudencio Capdevila, Don Servando Campos Bustos y Don Jesús Molina Olmos. Sus restos al igual que los de su sobrino y hombre de confianza, don Sandalio Pavón, descansan en el interior de la Capilla.

17 octubre 1930

Roberto Runciman

 

La Revista "El Hogar" n°1096 incluye  una nota que, rubricada por Manuel Tassano, se refiere a La Cumbre. De la misma extraemos una vista fotográfica del Casco de la Estancia San Gerónimo.

 

 

Para estos años, el propietario de la Estancia "San Gerónimo" Don Roberto Runciman fue fraccionando y vendiendo las tierras a la par de impulsar el tendido de la redes de agua corriente y de suministro eléctrico. Esto, conjuntamente con la apertura de caminos de acceso y calles interiores, significó un inmediato desarrollo de La Cumbre. La crónica de Manuel Tassano en la Revista "El Hogar" asegura que los parajes de recreo de la zona congregan a "... los turistas, todas las familias de buena sociedad y los 'dilettanti' que buscan en los encantos de la sierra, salud y expansión moral".

Doña Petrona del Rosario Olmos y Olmos (1817-1921) - Imagen publicada por Ignacio Cesar Olmos

 

 

Antiguas imágenes fotográficas de la Capilla

 

 

Datos complementarios

 

Entre 1917 y 1920 en cercanías de la Capilla se concreta la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (los frailes cumplieron con sus ritos en esta Iglesia quedando, en cierta forma, postergada la Capilla de San Roque).

En 1928 se gesta una escuela que sería la antesala de lo que en 1951, devendría en  la de artes y oficios de donde egresaron tanto herreros como dibujantes y carpinteros.

En 1954, se completa el conjunto arquitectónico con la construcción del Cristo Redentor sobre el Cerro La Viarapa, convirtiéndose al poco tiempo en un símbolo de La Cumbre.

En 1975 una tormenta termina con la longeva vida de un nogal que con casi tres siglos se había convertido en el espacio obligado para la meditación de los seminaristas y siendo mudo testigo de sus encuentros con la fe.

 

 

Coordenadas

Domicilio: Monseñor Pablo Cabrera

Latitud: 30º 58’ 35,72" S

Longitud: 64º 29’ 00,50" O

 

 

 

Fuentes de consulta:

  • LAZCANO GONZALEZ, Antonio: "Monumentos Históricos de Córdoba Colonial" - S. de Amorrortu e hijos - Buenos Aires, 1941.

  • CABRERA, Pablo: "PUNILLA, desde el  dique al Uritorco" – Editorial Pereyra. Córdoba, 1931.

  • LOS PRINCIPIOS: "Inauguración de un templo" - 3 de mayo de 1904.

  • OLMOS, Ignacio: "Boletín Centenario de la Capilla de San Roque" - Junta de Historia de La Cumbre (1998).

  • TASSANO, Manuel: "Revelaciones históricas del Valle de Punilla: sierras de Córdoba 1585-1930" - Editorial J. Lajoune, Buenos Aires, 1931.

  • TASSANO, Manuel (El 'Cronista de la Sierra'): Revista "El Hogar" n°1096 - "El Valle de Punilla, La Cumbre" - 17 de octubre de 1930 - Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz

 

 

 

 

 

 

Imagen fotográfica de 1901

 

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San Roque, La Cumbre (1935) - Foto: Lorenzo A Squire - Biblioteca Nacional

 

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