CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DE LA
CONCEPCIÓN
Doña
Flora Brizuela, casada en primeras nupcias con Nicolás
Machuca, asegurado su derecho como propietaria de la
estancia de San Miguel de Pocho, que había adquirido
a don Estanislao de Toledo y Pimentel,
emprendió la construcción de esta capilla.
Como decía Lascano González : “ … puso especial empeño
en dotar al vecindario de una capilla y tras largos años
de trabajo y sacrificios, se dice que fueron alrededor de
veinte, vio realizado su propósito y pudo legarla a su
muerte ya terminada y alhajada” .
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Según testimonios, esta obra dataría de alrededor de
1776. El recinto sagrado hace recordar a las capillas
catamarqueñas del Rosario o del Señor de los Milagros o
la riojana de San Nicolás en la zona chileciteña.



En el lado sur, adosada a la nave del templo tiene
una galería, conformando un recinto protegido para reunión de
los fieles.
Desde esta galería, se puede ingresar a las sacristías y del
lateral contrario, parte la pequeña escalera por la que se
ingresa a la torre, muy robusta ella, que contiene el campanario
y termina en forma apiramidada, rematando con cruz y veleta.

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Como dice el arquitecto Gallardo: “… Pero la nota distintiva
de
la Capilla de Pocho es esa doble onda cóncava del imafronte que
marca la cumbrera de la nave, para luego enlazarse el lado
izquierdo con la torre“.

En el frente se ha adosado un cuerpo más bajo, que genera una
pequeña terraza o balcón sobre la arcada de línea curva rebajada
por la que se ingresa.
En el eje del parapeto de este balcón, al cual se ingresa por la
abertura coral transformada en puerta, hay una filigranada reja
colonial, que se recorta sobre la oscura superficie de la misma.



La torre de sección cuadrada y muy maciza, actualmente sirve
como osario y da acceso al coro alto. En el basamento, tiene un
interesante motivo: una “ventana” con frontis clásico que apoya
sobre columnas salomónicas y asienta sobre repisa. Porta una
placa recordatoria.
En éste frente asimétrico, torre y nave se compensan,
compartiendo igual superficie muraria para independizarse en el
final.
Son las medidas de la capilla: 18 m. de largo por 5,50 m. de
ancho, con sus dos sacristías al sur de 5 m. por 3,50 y de 6 por
3,50 la otra.

Dice Lascano González que “ … intervino como Director de
Obras el constructor Juan Pedro Perales, según lo dejó asentado
en testamento su esposa, Margarita Martínez, en el que también
declara que recibió en pago de la obra uno de los lotes de
terreno dejados para la iglesia“.
La imagen principal es de la Purísima Concepción, bajo cuya
advocación fue erigida esta Capilla.


Detalles de la rocalla y enrejados sobre el retablo rococó ponen
una nota palaciega y galante en el elemental ámbito, que junto
con las imágenes religiosas evocan un clima dieciochesco.
Hay además, un Santo Cristo y dos imágenes de Nuestra Señora del
Carmen y de Santa Teresa de Jesús.

Un valioso documento modestamente enmarcado, que data de 1812,
lleva la firma del obispo Rodrigo Antonio de Orellana, aquel
que gracias a su carácter sacerdotal, se salvó de compartir el
destino de Santiago de Liniers, entre otros, cerca de
Cabeza de
Tigre, el 26 de agosto de 1810.
Dice: “El Illmo.
y Rmo. Sr. Dr. Dn.
Rodrigo Antonio de Orellana Digníssimo Obispo de Cordoba, se há
servido conceder ciento y veinte días de Indulgencia a todas
las personas que resaren ante el Santo Xto. grande
de Pocho un Credo, o los actos de fé , esperanza y charidad.
Assimismo cien días de Indulgencia por rezar un Salve ante
la Imagen de la Purísima Concepción, patrona de la misma Iglesia
de Pocho todo a humilde súplica de el P. F. José Elías de el
Carmen Pereyra religioso Franciscano Lector Jubo.
Examinador Sinodal y cura interino que fue de Pocho. Abril 22 de
1812. F. Jose Elías de el Carmen Pereyra. Rodrigo Antonio de
Orellana“.
Antecedentes:
10/12/1663 |
De manos del Gobernador Don Pedro de Montoya, Nicolás
Brizuela (1610-1674), obtiene en merced las tierras llamadas
Pinas, Pachango y Mermela. |
1668 |
Brizuela, destacado vecino de La Rioja, teniente general de
la gobernación del Tucumán, en 1668, en el segundo mandato
de don Alonso de Mercado y Villacorta, solicitó en merced
del gobernador don Lucas de Figueroa y Mendoza “unas
tierras en el Valle de Salsacate, cuyo título le fue dado
en San Miguel del Tucumán el 27 de noviembre de 1662.
Comprendía entre otras, las tierras de Pocho con una legua y
media de contorno”.
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02/03/1672 |
El capitán Juan Clemente Baigorrí (1656 – 1720), recibe en
donación de su abuelo Brizuela, las tierras mencionadas.
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21/12/1683 |
Baigorrí, dueño de grandes extensiones de terreno, adquiere
a Diego de Albarracín, otra merced de una legua de contorno
de la Aguada de Pocho , que éste había recibido del
Gobernador Don Jerónimo Luis de Cabrera. |
22/11/1693 |
En momentos en que Baigorrí poseía el Mayorazgo fundado por
su abuelo Brizuela, le vende a su mayordomo de la estancia
de Sañogasta, su pariente, el ayudante Miguel de Brizuela,
esta gran heredad, que pocos años antes (1672) era “ una
campaña abierta llamada Pocho “ , en la suma de dos mil
pesos, pagaderos en cuatro años.
Formó en estas tierras una gran estancia que bautizó con el
nombre de su santo patrono, San Miguel.
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Siglo XVIII, principios |
Por problemas suscitados con el mayorazgo de Sañogasta, en
compañía de Baigorrí, Miguel de Brizuela viaja a Chuquisaca
En el pueblo de Caiza, provincia de Porco, a doce leguas de
Potosí, enfermó y al poco tiempo, murió.
Se había casado con doña Micaela Luna y Cárdenas con quien
tuvo tres hijas mujeres, las cuales , oportunamente, se
casaron y compartieron en familia la estancia durante muchos
años.
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1741 |
El Dr. José Ignacio de Toledo y Pimentel, cura de San
Fernando del Valle de Catamarca, toma posesión de las
tierras en cuestión. Esto acontece en virtud de que
Brizuela, no canceló la deuda con Baigorrí (1693-1697) y los
herederos de éste, transfirieron todos sus derechos en pago
de principal y corridos de una capellanía al Dr. Toledo
Pimentel.
Entre los herederos de Brizuela y el Dr. Toledo, se plantea
un largo pleito y al fallecer este último, deja a su hermano
Estanislao de Toledo y Pimentel como heredero.
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17/12/1746 |
Don Estanislao vende la estancia y tierras de Pocho a doña
Flora de Brizuela y a su sobrina Antonia Gonzalez Carriazo.
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18/09/1774 |
Doña Flora, que en primeras nupcias se casó con Nicolás
Machuca, muerto en 1739 y sepultado en la capilla de Las
Palmas, se casó en segundas, con el teniente Domingo
Gutierres. De ambas uniones, no hubo descendencia y testó,
en la estancia de san Miguel de Pocho, ante el escribano don
Fermín Antonio Salas.
En una de las cláusulas, expresa: “ …Item. Declaro qe
edificado una capilla de la advocación de Ntra. Sra. de
la Concepción, la cual la dejo pa qe
la administre y cuide como patrón de ella, mi sobrino Dn.
Claudio Ceballos y advierto qe dejo las tierras pa
la capilla, a la parte del Norte hasta la punta de la
primera loma de piedras, a la parte del Sud hasta una zanja
que hace del otro lado del horno de quemar ladrillos y a la
parte del naciente, hasta el primer ojo de agua, como que
sale de mi casa para la Iglesia y al poniente a topar el
arroyo y el número de alhajas y ornamentos necesarios, los qe
aparecerán del inventario que de ellos hizo el Dr.
Dn. Joseph Igno. Tejeda Liendo, Cura
de este Beneficio y lo demás qe hubiese que
agregar y lo declaro así pa qe conste."
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El Sr. Eugenio Calderón Benitez suma interesantes aportes a la
cronología histórica de la Capilla, los mismos están basados en
archivos familiares:
"Año 1922: Los vecinos de la villa inician la colecta pro
compostura de la iglesia. El tesorero fue Alberto Castro y en
1926 se dan por terminadas las obras.
Año 1927: Se encarga la construcción de la actual campana
grande de la capilla a la Campanera Paccard (Sevrier, Francia),
la misma fue adquirida entre seis donantes vecinos de la villa:
Eusebio Murúa, Abdón Ceballos, Pedro Castro, Alberto Castro,
Elena de Calderón y Román Calderón. La campana fue fundida con
la leyenda "A la Inmaculada Concepción Patrona de Pocho. Año
1927" y tiene grabado el nombre de los seis donantes. Se destaca
un error del fundidor: está mal puesto el acento en los
apellidos Calderón, dice Caldéron".


Otro valioso aporte nos acerca el Sr. Gastón Torres Vera al dar
cuenta que hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX las
Mayordomas de la Capilla fueron:
-
Doña Francisca Brizuela, sobrina carnal de Doña Flora
Brizuela, se hace cargo hacia 1790.
-
Será Doña María Mathias Oviedo Brizuela, hija de Doña
Francisca, quien toma la función hacia 1805.
-
La hija de Doña María, Doña Leona Barreda Oviedo, asumirá las
tareas desde 1816 hasta su muerte, el 26 de diciembre de 1826.
PACTO DE LOS CHAÑARES – 28 DE ABRIL DE 1774
En el siglo XVIII, década del setenta, los criollos del valle de
Traslasierra eran sojuzgados por la autoridad virreinal. Vivian
en condiciones de casi esclavitud, recibiendo tratos atroces y
sin ninguna posibilidad de reclamos. Poseían pequeñas parcelas
de tierra, pero le quitaban gran parte de lo que producían. Sus
mujeres eran violadas sistemáticamente.
Hartos de esta situación los vecinos, encabezados por Basilio
Quevedo y asesorados por Enrique Olmedo y Joaquín Güemes Campero
se sublevaron contra las autoridades realistas designadas por el
Cabildo. Los Maestre de Campo José de Isasa y Ayesta y José
Tordesillas , apoyados por el Maestre de Campo de la Plaza, Don
Tiburcio Ordoñez, Alcalde de la Santa Hermandad eran los
principales mandones del momento.
Como dice la historiadora Gladys Acevedo, "... un grupo de
hombres y mujeres pusieron su vida y la de su pueblo por encima
del egoísmo y la manipulación, con la firme decisión de
proclamar sus derechos ante la injusticias que día a día
sufrían". (Acceda
al material haciendo click aquí)
La chispa que encendió la mecha del levantamiento fue el
reemplazo del cura párroco de la capilla Nuestra Señora de la
Concepción de la Villa de Pocho, Simón Tadeo Funes, dispuesta por
el Episcopado. El 3 de abril de 1774, los criollos de la zona
se reunieron en torno a la Capilla para oponerse a la medida. De
Isasa fue el organizador de esta protesta invocando el derecho
de 'el común' a participar en ese tipo de decisiones. Rebeldía
ésta, que le duró poco al maestre de campo, al ser amenazado de
ser remitido al Tribunal de la Santa Inquisición. Trató de
frenar la protesta, pero los milicianos rebeldes lo tomaron
prisionero y lo mandaron a San Luis de la Punta. (Acceda
al material de Isabel Lagger haciendo click aquí)
El segundo acontecimiento motivador fue la información recibida
por los milicianos, a través de una 'carta anónima' desde
Córdoba, donde se les indicaba que iban a ser destinados y sin
cabalgaduras, al fortín las Tunas y que también les llevarían a
sus familias.
Cuando el Maestre de Campo Isasa convoca a su gente en la Laguna
de Pocho, para desde allí 'correr la frontera', los
milicianos reaccionaron vivamente tomando prisionero a Isasa
junto a dos de sus capitanes. Amarrados y custodiados los
condujeron a Punta del Agua. Cuatro días después, Isasa
consiguió escapar.
Hasta el momento "… habían apresado a un Maestre de Campo, se
habían arrojado el derecho de nombrar sus propias autoridades
destituyendo las legítimas y apropiándose de sus símbolos de
poder; y se habían negado a cumplir ordenes de ir a la
frontera".
Al enterarse el Cabildo de los acontecimientos, por decreto del
14 de abril, designó Comisionado para pacificar a los
revoltosos, al Maestre de Campo General de la Plaza, don Juan
Tiburcio Ordoñez, Alcalde de la Santa Hermandad, quien partió
para traslasierra con 17 soldados, un capitán, cuatro sargentos
y un cabo.
El día 23, llegaron a La Ciénaga. Comenzaron las negociaciones,
a lo largo de cuatro días, con el juez pedáneo Tordesillas, el
cura Rodríguez por un lado y con Basilio Quevedo por el otro.
Los sublevados presentaron indeclinables reclamaciones como
única condición de paz.
Ordoñez remite un informe donde intenta explicar su situación
indicando que "... después de varias conferencias que he
tenido con los que a voz de común tenían infestado el Valle de
tras la sierra, y considerandose sin las necesarias facultades
para ocurrir al exterminio de sus bullicios, con el mas vivo y
pronto y eficaz remedio, que sus circunstancias exigían, me vi
en la precisión de adherir a sus pretensiones, en los términos
que ministra el adjunto testimonio, habiendo logrado antes el
apartarlos de la loca temeridad con que intentaban que se les
quitase el Estanco de tabacos, la Sissa y Alcabala, o que se les
pagase sueldo siempre que tomasen las armas en servicio del Rey,
y en defensa de las Fronteras que acostumbran auxiliar”.
En Los Chañares, el 28 de abril de 1774, el Comisionado se vio
en la obligación de aceptar las condiciones impuestas por los
Comuneros. Debió acceder a cada uno de los ocho puntos que
componían el petitorio que comenzaba diciendo:
"Primer punto es que salgan el Mtre de Campo Don Jph. De Isas
y Don Tordesillas desterrados con familias y bienes fuera de la
jurisdicción con el limitado término de un mes que se contará
desde el día veinte y ocho de Abril de este presente año de
setenta y quatro y pasado dicho término les peligra la vida".
Dice Barrionuevo Imposti que "... en la cláusula segunda de
aquel notable pacto, los sublevados habían desplegado su mayor
audacia al establecer que no ha de gobernar en este valle ningún
hombre europeo”.
El tercer punto exige "... que no conviene que aiga Mtr de
Campo en este valle".
En el cuarto punto los insurrectos pretendían, a semejanza de
Nueva Granada, "... que la nombradía de los Capitanes quede a
la disposición del sargento mayor actual Dn Basilio Quevedo para
quitar y poner otros al gusto de su gente".
En el quinto punto, "... que los Capitanes pudieran entender
en lo civil cada uno entre su gente, y que ningún juez pueda
entrar sin pedir auxilio a los capitanes o jefes de su compañía
… y que haciéndolo se lo darían".
En el sexto punto "... piden los soldados las armas que tiene
pagadas al Mre. De Campo Dn. Jph. de Isasa que recibió su
importe en plata y cavallos".
Séptimo punto: "... que el Sargento mayor Moreno (traidor al
movimiento) no tenga cargo alguno".
Concluye el pacto con el octavo punto donde "... es que piden
el común el perdón General y seguro para que no se los culpe a
ninguno ni haga cargo en ninguno, ni haga cargo en ningún tiempo
a ver levantado este Común y quede vos publica lo levantó el Mre.
de Campo Jph. De Isasa como consta por los señores Vicarios =
Común".
El Cabildo rechazó todo lo acordado por el representante
virreinal. Calificó al pacto como "... de la mayor gravedad
... y que son delincuentes del atroz delito de sublevados ...
con el pernicioso ejemplar de que los demás partidos de la
jurisdicción susciten los mismos tumultos".
Ordoñez permaneció traslasierra hasta mediados de julio,
levantando información a través de sumarios, evidenciando la
actitud de no cumplir con lo pactado y entre los participantes
comienzan algunas desavenencias.
El gobernador de Armas Benito de Acosta decidió participar
directamente en el conflicto con la firma intención de demostrar
que lo pactado no se estaba cumpliendo y que Basilio Quevedo se
estaba excediendo en sus funciones. El 22 de julio Acosta decide
destituir a Quevedo de su cargo y exigirle que respetara la
autoridad constituida y al resto de los comuneros que sumaban
unos 200, les mandó que entregaran sus armas. La orden no fue
acatada y los milicianos decidieron hacer sus reclamos
directamente en el Cabildo de Córdoba.
El Cabildo al enterarse que Basilio Quevedo y su gente estaban
camino a Córdoba resuelve que se "... haga citar a todos los
estantes y habitantes, y que estos hallen promtos, con sus armas
acondicionadas para siempre y cuando oigan tocar la campana de
Cabildo con alguna aceleración, concurran cada uno con sus armas
sin excepción de personas".
El Cabildo también dispuso que para ser oídos debían entrar solo
10 hombres y desarmados, y que los restantes debían entregar sus
armas. El 5 de agosto, Quevedo con 150 hombres llegó al campo de
La Tablada, donde se entrevistó con el cura Don Pedro Joseph
Gutiérrez, Provisor, Vicario General y Gobernador del Obispado.
Se le entregaron instrucciones y desarmados entraron a la
ciudad. El 7 de agosto Ordoñez presentó la sumaria contra el
Sargento Mayor Basilio Quevedo en carácter de 'reo',
enviándolo a prisión junto a tres de sus compañeros de
sublevación.
En el mes de noviembre Isasa y Tordesillas fueron repuestos en
sus puestos con el argumento "... que ninguno de los 299
hombres convocados habían expresado queja alguna de ellos ...
mientras en la cárcel de Córdoba, Basilio Quevedo, quedó
atrapado en la oscuridad y el olvido".
Un año después, el abogado encargado de la defensa de los
comuneros asegura que "... el estado de Basilio Quevedo es
tan miserable que horroriza mirarlo".
Creemos que esta primera sublevación colonial, rebelión anterior
a la de Nueva Granada, a la de Tupac Amaru en Perú, anterior a
la Independencia y que es realmente un importante antecedente
patrio en la lucha contra la ocupación realista, sigue sin
ocupar el lugar que merece en nuestra historia.
Ubicación
31º 29’ 23,59” latitud sur
65º 16’ 52.40” longitud oeste

Fuentes de consulta:
-
FURLONG CARDIFF, Guillermo, S.J.:
Arquitectos Argentinos durante la dominación hispánica
- Editorial
Huarpes, S.A. - Buenos Aires, 1945.
-
GALLARDO Rodolfo (Ver
Biografía), MOYANO ALIAGA, Alejandro, David MALIK DE
TCHARA, David,
Estudios de Arte Argentino, Las Capillas de Córdoba -
Buenos Aires, 1989.
-
LAZCANO GONZALEZ, Antonio:
Monumentos Históricos de Córdoba Colonial
-
S. de Amorrortu e hijos,
Buenos Aires, 1941.
-
KRONFUSS, Juan,
Arquitectura Colonial en la Argentina
-
Editorial A. Biffignandi - Córdoba
-
Se agradece al Sr. Eugenio Calderón Benítez por su
colaboración.
-
Se agradece al Sr. Gastón Torres Vera por su colaboración.
-
ACEVEDO, Gladys: "Rebelión del Común" (Acceda
al material haciendo click aquí) - Municipalidad de
Salsacate 2018.
-
LAGGER, Isabel: “Una desconocida Fuenteovejuna en
Traslasierra” - La Voz del Interior, domingo 6 de junio
de 2004.
(Acceda
al material haciendo click aquí)
-
BARRIONUEVO IMPOSTI, Víctor: “Una desconocida sublevación
colonial tras la sierra cordobesa” Villa Dolores, 1944.
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