NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
Victorio Zedda apretó contra su cuerpo una decena de ladrillos.
Gotas de transpiración se deslizaron por su frente mientras los
depositaba junto a la pared recién iniciada. Repitió la tarea y
la pila fue creciendo; una vez conforme con el número acumulado
acercó un balde con cal y, cuchara en mano, emprendió la
colocación prolija, meticulosa. Era lento pero seguro en sus
movimientos, el material era dispuesto en la medida justa, no
sobraba, no faltaba. Cada ladrillo se asentaba firme, tomaba
cuerpo solidarizándose con la mezcla. La pared crecía y lo iba
ocultando. El muro le daba sombra, se volvía extensión
y envoltorio de su cuerpo.
Un joven poeta, portador de duendes, lo espió, midió cada uno de
sus movimientos, analizó su paciencia y su entrega. El escritor
imaginó como traducirlo en letras buenas, en palabras blandas.
Las manos del escritor lo calcaron sobre el papel y así, el
albañil cobró vida, perduró y deambuló definitivo por los
tiempos.
No lo
escribió, al signo de admiración lo dibujó. Lo moldeó con
cuidado al igual que el albañil con su pared. Caminó hacia el
viejo sauce, se sentó sobre el banco de piedra abrazado por la
serena sombra. Observó por encima del papel garabateado, su
mirada cruzó la calle. Vio moverse a alguien bajo la glorieta
del "Vaticano", temió ser descubierto y volvió su vista sobre el
papel. El albañil flotaba en cada renglón, en cada línea
escrita. El poeta pensó un instante y sonrió satisfecho: "al
albañil de mi "Kremlin" yo sí lo he visto poner ladrillos
mientras que mi vecino de enfrente nunca vio ni verá al suyo
hacerlo". Era una buena forma de iniciar una discusión. Decidió
que, al atardecer y con mate en mano, se cruzaría.
(Relato que juega con imaginar la inspiración del
poeta chileno dándole vida a la "Oda al albañil tranquilo")
Oda al albañil tranquilo (Pablo Neruda)
El albañil
dispuso
los ladrillos.
Mezcló la cal, trabajó
con arena.
Hombros redondos, cejas
sobre unos ojos
serios.
De un lado a otro iba
con
tranquilas manos
el albañil
moviendo
materiales.
Y al fin
de
la semana,
las columnas, el
arco,
hijos de cal, arena,
sabiduría y manos,
inauguraron
la sencilla firmeza
y la frescura.
Ay, qué lección
me dio con su trabajo
el albañil tranquilo!
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El gran escritor chileno Pablo Neruda (1904-1973), Premio Noberl
de Literatura, residió entre los años 1955 y 1957 en la casa que
perteneciera al Dr. Rodolfo Araoz Alfaro. Durante su estancia,
el poeta creó varias de sus obras, como "Oda a las tormentas
de Córdoba" en la que nombra a Totoral, "Oda al albañil
tranquilo" dedicado a Victorio Zedda, residente de la Villa,
"Oda a la pantera negra" y "Oda a la mariposa".
Vivienda habitada por Pablo Neruda
cuyo frontispicio fue diseñado por el poeta |
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Pablo Neruda, Octavio Pinto y Rafael Alberti |
El poeta andaluz Rafael Alberti (1902-1999), perseguido en
España por el franquismo, supo habitar en Totoral durante sus
años de exilio (1940-1946) en la misma casa que lo hará, una
década después, Pablo Neruda. Durante su estadía culminó su
libro "El clavel y la espada" y la obra "De los álamos
y los sauces" que dedicó a Antonio Machado. Su amor por el
pueblo es retribuído en una encina (Quercus ilex)
plantando en su homenaje en la plaza San Martín.
Otro hijo dilecto de la Villa es Octavio Pinto que fue bautizado un
6 de diciembre de 1890. La Revista "Fray Mocho" N°61 del
27/06/1913 lo rescata con tan solo 22 años en una nota titulada
como "Artistas ignorados". Según el artículo se lo
reconocía con el nombre de "Rusiñol de Córdoba" haciendo
un paralelo con el entonces ya célebre artista barcelonés
Santiago Rusiñol y Prats. La crónica asegura que el mismo
Rusiñol "... reconoció en las telas del joven pintor a un
temperamento de poeta y alabólas con entusiasmo, estimulando al
autor con su cálida palabra de maestro". (Acceda
al documento)
Revista "Fray Mocho" N°61 del 27/06/1913
Con tan solo medio siglo de vida, el eximio artista plástico,
poeta y diplomático habrá de fallecer en 1941. (Acceda
a su biografía)
Octavio Pinto
Museo Octavio Pinto
Fue su hermana Adelina quien
tomó la decisión de homenajear la memoria del artista, para lo
cual entregó un importante patrimonio en obras y documentos al
Profesor Víctor Manuel Infante quien sería el organizador y
fundador del Museo. Después de varios años en la Intendencia de
Atilio Llovelli se creó un lugar para exponer esta maravillosa
obra pictórica. El Museo Octavio Pinto se inauguró el 22 de
febrero de 1986 contiguo a la Casa Parroquial de la Iglesia
Nuestra Señora del Rosario. Cuenta con 83 obras originales de
pinturas, dibujos y grabados que lo posicionan como uno de los
museos latinoamericanos que más obras de arte posee de un mismo
autor. Cuenta, además, con manuscritos, cartas, diarios de
viaje, apuntes y documentación del artista. Está formado por
tres salas de exposiciones, dependencias y ampliaciones como la
Plaza de Turismo y la sala dedicada a los Comechingones.
La Villa
A
unos 80 km hacia el norte de Córdoba Capital y sobre el
emblemático Camino Real, se levanta Villa del Totoral. La zona,
conformada por extensos llanos ideales para la agricultura,
presenta alguna suave colina, un cristalino arroyo y una tupida
arboleda que invita a las caminatas.
La
ciudad concebida como un tradicional damero encuentra su centro
en la obligada Plaza nacida con el origen del pueblo mismo.
Aquella primera Villa General Mitre, fundada en 1860, adoptaba
el nombre del mismo guerrero para identificar a su plaza
central. Recién en 1913 dicha denominación es reemplazada por la
actual Plaza San Martín que, en su centro, exhibe una
escultura del Libertador que, realizada por el artista Enrique López, dirige
su mirada hacia la Iglesia Nuestra Señora del Rosario.
La Iglesia
Las tierras destinadas a la construcción de la Iglesia son
cedidas en 1870 en carácter de donación por Narciso Navarro. Las
obras se iniciaron inmediatamente concluyéndose con la
inauguración al cabo de dos años. Se coincide con que la advocación
sea hacia la Virgen del Rosario. Su primer Cura y Vicario será
el Presbítero Domingo Luque.
El templo es de planta basilical inscripta en un
rectángulo de 31,35 m de largo por 14,80 m de ancho, con
nave central y dos laterales.
Después de trasponer la puerta cancel se visualiza el
grácil perfil del arco carpanel que limita el sotocoro.
Pilares cuadrados con pilastras adosadas, sostienen
cinco tramos de arcos formeros de medio punto, los cuales están
contorneados por una proporcionada arquivolta que nace en la
imposta de cada uno de ellos. Deberá sumarse los dos tramos de
los laterales del presbiterio que son de menor luz y cegados.
La bóveda de cañón corrido cuya generatriz es un arco
carpanel, con una luz de 7,35 m, tiene cinco tramos
determinados por los arcos fajones en correspondencia con los
pilares. Presenta lunetos pequeños en el centro de cada tramo,
los cuales contienen ventanas con vidrio repartido, que dan una
tamizada iluminación al sagrado recinto.
En el arranque de la bóveda, la imposta se extiende
desde el coro alto al muro del testero. Debajo de ella, y en
igual recorrido, una cornisa divide el plano visual que se
extiende desde la cúspide del arco formero hasta la imposta
corrida.
Las dos naves laterales están ritmadas por arcos
diafragmáticos de medio punto y la cubierta esta livianamente
resuelta con cielorraso con maderas machihembradas con pendiente
definida hacia el exterior y pintadas del mismo color de los
muros.
La nave del lado de la Epístola tiene a sus pies, la
escalera que conduce al coro alto y al campanario; culminando en
el altar del Sagrado Corazón. Detrás del cual se encuentra la
sacristía.
La nave del lado del Evangelio termina en el camarín
de la Virgen Nuestra Señora del Rosario, que ocupa el
lugar de la contra sacristía.
Las tres naves están cubiertas con techo de chapas de
zinc a dos aguas.
El plano de la fachada que mira hacia el este, está
retirado de la línea municipal generando un atrio, sin
cerramiento frontal y enmarcado lateralmente por las
construcciones lindantes.
Con
un estilo arquitectónico que responde a la escuela italiana, la
estructura se levanta con pautas de marcada simetría y
simplismo.
La presencia de tres puertas está indicando la disposición
interior del templo.
La
puerta central, de mayor dimensión, está enmarcada en una
variación de alfiz, con sus enjutas contorneadas y puntilladas.
El conjunto está coronado por un tímpano formado por las
arquivoltas de un arco carpanel.
Torres iguales se expresan a ambos lados del cuerpo central. Dos
líneas verticales de dovelas simuladas en argamasa, con desplaz
de media, ubicadas en correspondencia con la dimensión de las
torres, intentan dar la sensación de que las mismas comienzan
desde el suelo. Las dovelas llegan hasta un friso rematado en
cornisa. El cuerpo superior de la torres está limitado en su
contorno por una prominente cornisa para luego rematar en un
chapitel de base hexagonal con cruces de hierro forjado en el
pináculo. Cada cara de las torres poseen una abertura con dintel
de arco de medio punto. En la torre de la derecha, se encuentra
el campanario.
En
el cuerpo central de la fachada, en su eje de simetría vertical,
tiene fuerte presencia, la ventana trifora del coro alto. Sobre
ella, un óculo permite la ventilación del entretecho.
El
frontis, de marcada pendiente
que
copia la del techo,
está
bordeado por una moldura bajo la cual se dibuja una greca y
remata en un pináculo con cruz de hierro forjado.
De las tierras:
Antes de la Conquista |
Los Comechingones fueron los originarios
del lugar. Sus hábitos los convertía en grupos sedentarios
dedicados a la agricultura, la ganadería, dominando el arte
de la alfarería y el de los tejidos. |
Llegada de los colonizadores |
El avance de la colonización potenció el
asentamiento de postas y estancias. Las mismas se
expandieron a lo largo del Camino Real sirviendo de
reparador descanso para los viajeros que deambularon por lo
que empezó a llamarse Valle de Cavisacate nombre asociado a
"cavisacat" que en lengua originaria significa algo así como
"sitio de caida o lugar del golpe". La tradición atribuye a
un expedicionario de nombre Antón Berrú el haber sufrido una
rodada con su caballo, de resultas de los cual nace el
nombre de la región. |
1576 |
Lorenzo Suárez de Figueroa, por mandato
de Jerónimo Luis de Cabrera, inicia el fraccionamiento de las
tierras del Valle de Cavisacate y entrega de las mismas en
carácter de merced. A propósito de este proceso,
Adolfo Luis González Rodríguez en su ponencia
"Orígenes de la Colonización Cordobesa: Las mercedes
de tierras" consigna que dichas concesiones,
hacia el 1600, alcanzaban un número de 552; de las
cuales, la amplia mayoría recayeron en manos
españolas; en menor cuantía, en instituciones
civiles y religiosas y finalmente, una única
excepción, la zona de Quisquisacate, cedida al
control de un grupo de originarios. El historiador
resalta que los cordobeses tuvieron "... una
enorme preocupación por ocupar, poblar y labrar las
tierras circundantes a su jurisdicción, alcanzándose
una elevadísima cantidad no lograda por otras
regiones del Nuevo Mundo". Los "otorgantes"
habilitados para la sesión discrecional de las
Mercedes eran los Gobernadores (Jerónimo Luis de
Cabrera y luego, Gonzalo de Abreu de Figueroa) o sus
Tenientes (Lorenzo Suárez de Figueroa, Antón Berrú,
Juan Galiano, Juan Muñoz, Juan de Burgos y Pedro de
Villalba). Los documentos con los que los
Gobernadores refrendaban las decisiones de sus
Tenientes se redactaban bajo el siguiente protocolo:
"... que por el Capitán don Lorenzo Suárez de
Figueroa ha dado y hecho merced de algunas cuadras,
solares, chácaras y estancias ... a personas
beneméritas e que están sustentando con los demás
vecinos la dicha ciudad ... confirmo e apruebo y e
por bueno todas las mercedes que el dicho Capitán ha
hecho". Por su parte Aníbal Montes en su trabajo
"Nomenclador Cordobense de Toponimia Autóctona"
da cuenta que, hacia 1576, Cavisacate era un
"valle con gran regadío ... con varios
Encomenderos". La extensa lista incluye a: Juan de Burgos,
Pedro de Desa, Tristán de Tejeda, Miguel de Mojica, Juan de
las Casas, Francisco López Correa, Juan Pérez, BIas de
Peralta, Juan Gómez, Francisco Sánchez y Alonso Martínez.
Los beneficiarios debían comprometerse a ser
sementeros que, en muchos casos, no cumplieron. Hay
documentos que dan cuenta de esta falta que implicó
el retiro del bien y la entrega a nuevos
propietarios: "... por cuanto el
encomendero, vecino de esta ciudad, no tiene tierra
ni estancias donde poner sus ganados mayor y menor
ni hacer sus sementeras, a cuya causa no puede
sustentar su vecindad". |
1590 |
Quitadas las propiedades a los anteriores
encomenderos el Capitán López Correa recibe en 1590
de manos del Gobernador Juan Ramírez de Velasco, en
carácter de merced, estas vastas extensiones asumiendo el mandato
de crear una Posta y Tambo apto, además, para albergar
viajeros que, con más asiduidad, recorrían el camino
de Córdoba a Santiago del Estero. Según su
compromiso escrito el espíritu de su gestión era la
de brindar "... todo lo necesario para los
caminantes que transitan por un camino tan
frecuentado". El respectivo documento es
recogido por el Presbítero Pablo Cabrera en
"Distribución geográfica de los naturales de
Comechingonia":
''... Porque ante mí pareció Francisco López Correa
vesino de la ciudad de Córdoba destas probincias y
me hizo relación, diciendo que se quería poblar en
el camino que ba desta ciudad a la de la ciudad dha
Córdoba en el asiento que llaman de Quillovit que es
veinte y seis leguas de la dha ciudad de Córdoba y
en el asiento que llaman la Caída de Verrú y en la
lengua de los indios, Cabisacat, ques quince leguas,
poco más o menos, de la dha ciudad de Córdoba dos
tambos y en ellos tener todo lo necesario para los
caminantes, por ser, como es, camino tan pasajero,
así para la dha ciudad de Cordoba como para las
probincias de Chile y Río de la Plata y estado del
Brasil, con que se hará muy gran servicio a su Mag.
bien y avíos de los caminantes que pasan por el dho
camino, en estar como está hoy en más, cantidad de
quarenta leguas despoblado, sin remedio ninguno para
los pasajeros y que en el dho asiento de Cabisacat o
Cayda de Verrú hay algunas chacras repartidas en
algunos vesinos de la dha ciudad de Córdoba, las
quales ha mucho tiempo están repartidas y sus dueños
no las han poblado ni cultivado las tierras dellas:
atento a lo qual, me pidió que juntamente con el dho
asiento del tambo que quería haser allí, le hisiese
merced de le dar las demasías que hubiere del
repartimiento de las dhas ehacras. Y yo, biendo ser
justo y muy en servicio de su Mag. le mandé dar y dí
éste por el qual en nombre de su Mag. le hago merced
de los dhos dos asientos para que en ellos pueda
poner los dhos dos tambos y en las tierras que con
ellos confinan pueda sembrar para el sustento de
ellos''. |
1591 |
López Correa transfiere la propiedad a Pedro Luis de Cabrera
Martel, hijo del fundador de Córdoba, quien será el que se afianzará en el
lugar a partir de la Estancia San Esteban del Totoral. De
resultas de su gestión la Estancia habían crecido
significativamente contando con casas, obradores varios,
molino, capilla, corrales para los animales, amplia
variedad de frutales y producción de maíz y trigo.
Según el Presbítero Pablo Cabrera en
"Distribución geográfica de los naturales de
Comechingonia" asegura que Pedro Luis de Cabrera
Martel, tras una "... operación financiera,
hábilmente dirigida ..." se hace propietario de
"... muchos de los terrenos asignados para
chacras en el susodicho asiento, en virtud de que
sus dueños no habían llenado con tiempo las
condiciones de ley para consolidar sus derechos".
Según el historiador la tarea de inspección y
quita de las propiedades por incumplimiento de las
normativas vigentes le fue asignada a Alonso de la
Cámara y Juan de Ludueña quienes, por mandato del
"Ilustre Cabildo de Córdoba" intimaron a los
propietarios a que "... cumpliesen lo ordenado en
el título o se atuviesen a las consecuencias ...".
En cuanto al "Obraje de
San Esteban de Cavisacat" en particular, el Presbítero Cabrera
lo describe como "... todo un emporio en su clase
para su época y, con toda probabilidad, perteneciole
también a él una viña de diez mil cepas". |
1637 |
Luego de largos años de convalecencia, a lo largo de
los cuales fue testando sus distintas propiedades,
se produce la muerte de Pedro Luis de Cabrera Martel.
La estancia es subdividida en fracciones las que son
heredadas, para su administración, por tres de sus
diez hijos: Juan, Félix y Antonia de Cabrera
Villarroel. La Estancia San Esteban del Totoral,
conocida también como Totoral Grande que incluía las
casas, capilla y molino pasa a integrar el
patrimonio de Juan de Cabrera Villarroel. Otra
fracción, conocida como Totoral Chico, Totoralejo o
San Antonio de la Buena Vista, pasará a las manos de
Félix de Cabrera Villarroel. Finalmente, Antonia de
Cabrera Villarroel se hace cargo de las tierras
donde se integraban los distintos obrajes y que eran
conocidas como La Curtiduría. |
1693 |
De los informes redactados por el Oidor Antonio
Martines Lujan de Vargas con motivo de sus visitas
de inspección podemos extraer que menciona al
"Paraje del Totoral, norte de Córdoba" dando
cuenta que la administración recaía en "Don Juan
Suárez", que los indios encontrados en el lugar
provenían de la cercana Las Peñas, que "... el
indio Domingo Francisco dice 'que no ay cassique por
no aber pueblo'..." y finalmente, que "... el
encomendero e indios viven en la estancia del paraje
del Totoral. Solo un hijo con su padre, mujer, hijo
y un hermano viven en Las Peñas donde supo estar la
ranchería de los indios ...". Luego se refiere a
la "Estancia de Totoral y el Molino, a 12 leguas
de la ciudad" bajo la administración de "Don
Sancho de Paz y Figueroa", consignando que los
indios son "... originarios de Santiago del
Estero y visitados en Córdoba; un testigo declara
que fue traído de Santiago del Estero (pueblo de
Guaio o Guaype) a los 7 años, otros declaran que
fueron sus padres los traídos por el padre del
actual encomendero y que ellos nacieron en la
jurisdicción; todo hace pensar que la
desnaturalización se efectuó hace 40 años ...",
que el encomendero asegura que "... el curaca del
pueblo está en el pueblo de Guaype en Santiago del
Estero lejos de los indios que se visitan ahora ...",
que, en concreto, los indios "... no tienen
pueblo y asisten a la Estancia de Totoral, otros
asisten en la Estancia El Molino que está a 4 leguas
de Totoral ..." y que "... uno de los
testigos declara que hay otros indios en Guayascate
...". |
1705 |
En este nuevo relevamiento cuando se lo compara con
la situación plasmada en el informe de 1693
encontramos que de la "Estancia en el Paraje del
Totoral con indios originarios de Las Peñas
(Córdoba)" los indios confluyen hacia el "...
pueblo de Río Seco ..." bajo la administración
del encomendero "... Juan Suárez de Cabrera ..."
y que en cuanto a la "Estancia de
Totoral y el Molino con indios del pueblo de Guaype
(Santiago del Estero)" asegura que "... los
indios de Guaype retornaron a su pueblo originario
en Santiago del Estero por orden del visitador Luxan
de Vargas y que no figuran en padrón de 1705...".
Las distintas zonas territoriales identificadas bajo
el nombre Totoral evidencian la magnitud de la
superficie considerada, lo describe con claridad, en
el libro "Distribución geográfica de los naturales
de Comechingonia", el Presbítero Pablo Cabrera: "El
Partido del Totoral, comprendía, para la fecha, al
posteriormente departamento
Tulumba y al
entonces pueblo de Doctrina o Reducción de los
indios de Quilino y del punto de vista eclesiástico
a Ischilín".De hecho y según Pablo Cabrera el
Partido del Totoral comprendía también y por
ejemplo: "... las estancias de Guanisacate y de
Colointa, de Alonso Coria Bohorques, la primera y de
Diego de las Casas, la segunda; traspasada al mismo
tiempo por los hijos de Miguel de Mojica. Tanto uno
como el otro de los establecimientos de campo
mencionados corrían con el nombre de Las Peñas y sus
suelos habían pertenecido, para la llegada de los
españoles, a los indios Calamineguas o Camineguas
(trasladados por el primer encomendero de ellos,
Juan de Burgos, a los campos de Ongamira de que era
propietario). Seguíanse las estancias del Cerro de
Nomboa o Sanisacate, posteriormente Intiguasi y la
de Macha, en tierras pertenecientes otrora a los
indios de este nombre y asignadas, tras del
acabamiento de los mismos o su traslación a otro
sitio, al primer encomendero de ellos, General
Manuel de Fonseca y Contreras, por el gobernador y
Capitán General del Tucumán, don Pedro Mercado y
Peñaloza, en 27 de agosto de 1578". |
Ultimas décadas del siglo XVIII |
La Estancia Totoral Grande toma otro nuevo impulso
cuando la propiedad es asumida por el Regidor José
Antonio de Allende. |
1776 |
Don José Fermín de Allende y Moyano asume como
Maestre de Posta de Totoral. |
1860
Félix de la Peña
|
Será el
Dr. Félix de la Peña quien, en su carácter de
Gobernador dicta, con fecha 4 de agosto de 1860, una
normativa provincial, expropiando "... mil ciento
cincuenta y seis varas castellanas cuadradas..."
de las tierras de San Esteban del Totoral. El
interés de tal decisión es el de crear una comunidad
en el lugar.
"Sala de sesiones, Córdoba 4 de Agosto de 1860
Los
Representantes de la Provincia, reunidos en Asamblea General,
sancionan con fuerza de ley lo siguiente: Artículo 1º - Se declara de utilidad pública los terrenos
comprendidos en el área de mil ciento cincuenta y seis varas
castellanas cuadradas designadas para la Villa por la
Municipalidad del Totoral.
Artículo 2º - La erogación que demanda la expropiación de que
habla el artículo 1º se cubrirá con el precio de los terrenos
vendidos a los pobladores, e interin aquella venta se verifica,
quedan afectas al pago todas las entradas de aquel Departamento,
y además, el producto de mostrencos de conformidad a la ley de 4
de Octubre de 1858.
Artículo 3º - Comuníquese a P.E. -
F. S. de Zavalia - J.L. Olmedo" |
mayo de
1862 |
A tan solo dos meses de su asunción como Gobernador,
Don Justiniano Posse propicia la enajenación de
tierras y el consiguiente trazado urbanístico de la
nueva comunidad. Es así que, con el nombre
de General Mitre en claro homenaje al militar
triunfador de Pavón del que el Gobernador era
partidario, la población inicia su desarrollo. |
agosto de 1862
|
"Córdoba, Agosto 12 de 1862
- El Poder Ejecutivo de la Provincia
Con el objeto de hacer efectiva la formación de la Villa en
el Departamento del Totoral mandada erigir por Decreto de Julio
22 ppdo. ACUERDA Y DECRETA:
Artículo 1º - Nombrase una comisión compuesta del Juez de
Alzada del Departamento del Totoral, como Presidente, de D.
Salvador Moyano y D Aurelio Crespo. Artículo 2º - La comisión nombrada en el artículo anterior,
queda autorizada para enajenar a precios convencionales los
terrenos comprendidos en el área destinada para la formación de
la Villa, con arreglo de las prescripciones del presente
decreto. Artículo 3º - Las cuadras que den frente a la plaza, se
dividirán en 4 lotes iguales con un fondo de media cuadra, y las
cuadras que den a la espalda de estas se dividen en dos lotes
con igual fondo. Las demás manzanas serán divididas en cuatros
lotes por líneas que dividan por mitad las cuadras. Artículo 4º - Una cuadra de las de la plaza se destinará
para la construcción de una iglesia, dos escuelas, un Juzgado y
cárcel. Artículo 5º - La comisión dará gratis a las personas
notoriamente pobres, sitios que estén ubicados en las manzanas
que circuyen a la plaza, con cargo que a los seis meses lo
edificaran y cercaran so pena de perderlos. Artículo 6º - Los individuos que comprasen sitios en la
Villa “GENERAL MITRE ” estarán obligados a edificarlos y
cercarlos en el término de un año, bajo la pena de perderlo; y a
nadie se podrá vender sitio alguno sin esta condición. Artículo 7º - La Comisión queda autorizada para otorgar las
escrituras correspondientes, tanto para las ventas como las
donaciones que hiciere de conformidad en el articulo 5º. Artículo 8º - El producido de la venta de los sitios se
invertirá en el pago de los terrenos expropiados de acuerdo con
lo prescripto en el artículo 2º de la ley del 6 de Agosto de
1862, y certificado dicho pago en las instrucciones de que habla
el artículo 4º. Artículo 9º - Comuníquese a quien corresponda, publíquese e
insértese en el Libro de Acuerdos. Justiniano Posse - Saturnino M Laspiur". |
1974 |
Se reemplaza el nombre de la ciudad por el actual,
Villa del Totoral. |
Datos complementarios:
Las fiestas patronales son el tercer domingo de octubre.
Coordenadas:
Latitud:
32º 42’ 17,14" S
Longitud:
64º 04’ 08,16"
O
Fuentes de consulta:
-
González Rodríguez, Adolfo Luis: "Orígenes de la
Colonización Cordobesa: Las mercedes de tierras" -
Congreso de Historia del Descubrimiento - Actas - Real
Academia de la Historia - Madrid 1992
-
Montes, Aníbal: "Nomenclador Cordobense de Toponimia
Autóctona" - Universidad Nacional de Cuyo - Tomo XI -
1950
-
Revista "Fray Mocho" N°61 del 27/06/1913 - Ibero Amerikanisches
Institut Preuβischer Kulturbesitz.
-
Cabrera, Pablo: "Distribución geográfica de los naturales
de Comechingonia" - Capítulo VIII - Provincia de
Cavisacat - Revista de la UNC - Año 18 Nº 9-10 - Nov/Dic
1931
|