La Catedral de Nuestra Señora del Carmen se asienta en una localidad
que, según la tradición, adopta su nombre de Cruz del Eje cuando el
comerciante vasco Tomás Iturrilincoechea fallece al golpear su cabeza
contra una piedra de resultas de romperse el eje de su carreta. Quienes
lo acompañan se ocupan de sepultarlo y sobre su tumba colocan una cruz
confeccionada con el mismo eje roto. A fines del siglo XVI Hernán Mejía
de Mirabal, como avanzada española, toma posesión de la zona. En 1735 y
a pedido de Francisco de Baigorri, el Gobernador de Tucumán acepta se
asigne el nombre de Cruz del Eje a la zona próxima al Río Siquimán. En
1831 se erige el primer precario oratorio acompañado del camposanto. La
actual Iglesia Catedral se comenzará a construir en 1883; de la mano del
constructor Carlos Tarter confluyen los estilos renacentistas, barroco y
romántico. La planta es de tipo basilical románica de tres naves
definidas como un rectángulo del que sobresale el ábside del testero. La
nave central está ritmada en cinco tramos con gruesas columnas. El 25 de
julio de 2010 fue catedralizada.
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NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
Divino el sol, que trágico desciende,
es
resplandor de gloria, de soslayo.
Besa el cadáver de Tristán de Allende,
y
como espada ensangrentada, tiende
sobre el yerto costado el postrer rayo.
Conduce una carreta al héroe amado,
el silvestre laurel coronas teje.
La carreta se quiebra en el Bañado;
y
allí dejan al héroe sepultado,
poniendo una cruz,
hecha del eje.
("Bamba - Canto
IV", poema de Ataliva Herrera)
Vieja imagen donde se puede aún observar el faltante de uno de los
campanarios
La creación del escritor apela a imaginar una batalla entre el
cacique comechingón Olayón y su rival conquistador Tristán de
Allende que deviene en la muerte de ambos. La tumba, finalmente,
es coronada con una cruz hecha a partir de un eje de carreta
roto. Sustentada en distintas leyendas similares cobra vida el
nombre Cruz del Eje.
Será Lozada
Echenique
quien, de resultas de sus investigaciones históricas, da validez
a la posibilidad que el nombre de la comunidad nazca a partir de
la existencia de dicha cruz e incluso de los materiales con que
fue confeccionada; sin embargo, no ha podido hallar testimonio
fidedigno que pruebe o de fe de las razones de dicha colocación
o el autor de tal hecho.
A pesar de ello, no faltan relatos y leyendas que,
multiplicándose y enriqueciéndose, devienen en convertir
aquellos hechos en auténticos. No está mal que así sea ya que
estas pinturas también construyen la otra historia, aquella
popular cargada de mitos, de fantasmas que deambulan a través de
los rincones fundacionales, tiñen, dibujan, delinean perfiles y
vivencias y crean una esencia que con ella, también y
necesariamente, se termina construyendo la historia global, real
y definitiva.
Dentro de dicho espíritu podemos rescatar los hechos que,
transmitidos oralmente, llegan a nuestros días. En los mismos se
identifica a un tal Don Tomás Iturrilincoechea que nacido vasco
se asienta en la zona en épocas donde la presencia comechingón
dominaba esos territorios identificados como "Caviche" o "Cavis".
Dedicado al comercio instala un almacén donde la bebida, los
cueros, la carne, el pan son los principales artículos de
intercambio. Su actividad lo llevó a permanentes viajes para
aprovisionarse. Es en uno de éstos que su carreta sufre la
quebradura de un eje. Producto del accidente, el pobre Don Tomás
es despedido y tras golpear su cabeza contra una piedra, muere.
Quienes lo acompañan lo sepultan para luego, aprovechando el eje
roto, construyen una cruz que identifica el sitio de la tumba.
Nace así el mito.
Hacia fines del siglo XVI se observa la presencia de los
primeros españoles bajo el mando de Don Hernán Mejía de Mirabal
y el principio del fin de la presencia aborigen en el lugar.
Los relatos también hablan de aquellos naturales de la zona, los
helen o comechingones, describiéndolos como morenos, de talla
media, barbados, sedentarios, cazadores y recolectores. Muy
hábiles para los tejidos, la cerámica y la cestería. Sus
cultivos privilegiaban maíz, quinoa, zapallo y papas
complementando su alimentación con algarrobo, piquillín, molle,
la crianza de algunas aves y el producto de la caza.
De las postrimerías del siglo XVII, se extrae la identificación
del lugar como Jaguey de la Cruz. Este nombre se le atribuye a
la decisión del conquistador español Don Gaspar de Medina. Las
razones de dicha elección no son claras, se podría intuir,
siguiendo la vieja leyenda, que encontró una cruz en el lugar o
simplemente por que la religiosidad los llevaba, con frecuencia,
a utilizar dicho término.
Con el correr de los años el nombre, como identificador del
lugar, toma fuerza al punto que será Don Francisco de Baigorri
quien solicita a Don Juan de Armaza y Arregui, por entonces
Gobernador de Tucumán, que sea reconocido el mismo. Es así que
el pedido lo traduce en los siguientes términos:"... me haga una merced de una suerte de tierra llamada
comúnmente La
Cruz del Eje,
en la punta del agua del río Siguimán...".Será, entonces, el Gobernador de Tucumán quien permitirá
a Baigorri tomar posesión un 22 de setiembre de 1735 de
"una suerte de tierra llamada comúnmente
La Cruz del Eje".
En 1831 se construye la primera capilla que, con características
de oratorio, actuaba como convocante de los feligreses de la
época. Ubicarla sobre la planimetría actual de la ciudad implica
dirigirnos al Club Olayón erguido sobre la calle Sarmiento. La
pequeña construcción estaba acompañada del tradicional Campo
Santo.
Dice Juan Carlos Lozada Echenique que “el
6 de enero de 1860 se creó el curato bajo la advocación de
Nuestra Señora del Carmen, separándolo del curato de Punilla y
se nombró cura al presbítero don Rubén Márquez, quien el 25 de
octubre de 1883 comenzó, con la contribución personal y de los
vecinos, entre los que se destacaron Rafael Núñez. José
Carballo, Félix A. Cáceres, Severo Herrera, Juan Peñéñory,
Asicandro López, los trabajos de construcción de “una nueva
iglesia”, frente a la plaza , la que tenía “cincuenta varas
de largo, inclusive las murallas y ocho varas tres pulgadas de
ancho”, estando orientada “al naciente con quince grados
de inclinación al norte”.
Hacia 1860 el aragonés Don Carlos María Armesto adquiere una
importante superficie de tierra que dio base al actual centro
poblacional, siendo sus descendientes parte indisoluble de la
historia de Cruz del Eje. Será por dichas propiedades que pasaba
la Calle de los Armestos que se identificará, con el tiempo,
como Viejo Camino a Catamarca.
“En noviembre de 1888 renunció al curato
el presbítero Márquez y asumió el cargo el presbítero Rufino
Polanco, que dispuso al año siguiente demoler la iglesia aun no
totalmente terminada e iniciar la construcción de la actual,
frente a la misma plaza y haciendo cruz con la anterior,
concluida en 1901, habiendo ejecutado la obra los vecinos Carlos
Tarter, Alejandro Pellizoni, Fernando Larcher y Augusto Beuck”.
“La “nueva iglesia”, cuya construcción se comenzó en
1883 a iniciativa del presbítero Márquez, sustituyó a la primitiva Capilla
pública erigida “en el lugar llamado Playón o vulgarmente
Cruz del Eje, que parece una villa en su población”, por el
entonces cura y vicario de la Punilla, doctor José Vicente
Ramírez de Arellano, con las previas licencias que le acordaron
el Provisor y vice Capitular
del Obispado, doctor José Gabriel Echenique y el
Gobernador
Delegado
de la provincia don Domingo Aguirre, concedidas el 9 y 11 de
marzo de 1835 respectivamente, para que pueda edificar la
capilla “en el lugar de Playón o Cruz del Eje”.
El corresponsal del diario Los Principios de Córdoba, informaba
que, a mediados del año 1899, el Pbro. Don Rufino Polanco que
impulsaba la construcción del templo y ante la falta de medios,
solicitaba colaboración estando las dos naves laterales
techadas, una terminada donde se oficiaba misa y la nave central
que le faltaba solamente la media naranja. (Ver
nota completa)
Actualmente, al transitar la ruta 38, próximo al ingreso a Cruz
del Eje, se accede a una elevación donde una escultura de la
Virgen del Carmen erigida en 1992 da el marco adecuado para,
desde allí, disfrutar de una panorámica de la ciudad con la
imagen privilegiada del nuevo templo emergiendo imponente en el
centro y por encima de las construcciones.
La Plaza 25 de Mayo (originalmente identificada como 9 de Julio)
es el centro obligado para el encuentro de la comunidad de Cruz
del Eje; bajo el cobijo de palmeras y lapachos y la sombra
serena de Nuestra Señora del Carmen.
Con una estética donde confluyen distintos estilos
arquitectónicos (renacentista, barroco, romántico) será el
constructor Carlos Tarter quien oficia como responsable de la
obra que insumirá más de una década.
Rodeada de calles de tierra, así se la veía, en la década del
´20
La planta de la iglesia es de tipo basilical con influencia
románica, de tres naves, inscriptas en un rectángulo del que
solo sobresale el ábside del testero.
Al estar retirada de la línea municipal, genera un atrio desde
el cual se accede al pórtico.
Tres vanos, el central mayor a los laterales, terminados en arco
de medio punto, anticipan la conformación de la planta y
permiten el ingreso a este pórtico que está cubierto por bóvedas
de arista.
La nave central, ritmada en cinco tramos con gruesas columnas,
que tienen aplicadas una doble pilastra con basa y capitel,
está cubierta con bóveda de cañón cuya generatriz son arcos de
medio punto y culmina sobre el ábside en una bóveda de cuarto de
esfera.
En el centro de los espacios entre columnas y en el inicio de la
bóveda se ubican las ventanas que por su posición en plano
vertical, generan lunetos profundos entorno a ellas y entre los
arcos fajones. Las diez ventanas, de buen tamaño, inundan de
luz natural el sagrado recinto. La imposta, de amplias
proporciones, acentúa la perspectiva haciendo de buena base de
toda la bóveda. Sobre el presbiterio se
ubica la cúpula semiesférica con cimborrio perforado con
aventanamientos, que suman una dorada luz al espacio religioso
interior.
En el inicio de la nave central, sobre el pórtico, se encuentra
el coro alto con una gran ventana circular con vidrios
multicolores. Se accede a él, por una angosta escalera, ubicada
en el costado de la nave del lado de la epístola.
Las naves laterales, más bajas que la central culminan en sus
cabeceras con sendos altares realzados por cupulines con
linterna. En el exterior, sobre estas naves, gruesos
contrafuertes absorben los empujes de la bóveda central. También
están presentes en planta baja, en la fachada lateral norte.
A
continuación de la nave de la epístola está la sacristía
mientras que
otras dependencias parroquiales están detrás de la nave del
evangelio.
En
julio de 2010 en razón de las tareas de mantenimiento, se
retiró todo el revoque de los cielorrasos que se
encontraban deteriorados por el ingreso de humedad desde
la cubierta. Oportunidad única de visualizar el aparejo de
ladrillos utilizado para la construcción de las distintas
bóvedas.
La fachada, aún inconclusa, es de lenguaje renacentista, con
influencia del academicismo de fines del siglo XIX. Tres vanos
de ingreso, con rejas y arco de medio punto, que corresponden a
cada nave, enmarcadas por seis columnas de fuste plano planas
con capitel dórico. Sobre ellas la gran ventana coral circular,
flanqueada por dos aberturas con arco de medio punto que
corresponden a las torres. Entablamento, frontis curvo y
basamento para la cruz central de hierro forjado.
Sobre la cornisa asientan las dos torres campanario que
contienen dos aberturas en cada cara. Rematan en capulines semi
esféricos sobre los cuales se asienta la cruz de hierro, al
igual que lo que acontece en la cúpula central y los capulines
laterales.
Video - Año 2010
Datos Complementarios:
En octubre
se realiza la Fiesta
Nacional del Olivo.
La Fiesta Patronal
dedicada a la Virgen María, Nuestra Señora del Carmen, es el
16 de julio.
Coordenadas:
Domicilio: Calle P. Polanco
Latitud: 30º 24’ 53,48" S
Longitud:
64º 21’ 51,48"
O
Fuentes de consulta:
HISTORIAS POPULARES CORDOBESAS – Cruz del Eje –
Comunideas - Ministerio de Gobierno, Coordinación y Políticas
Regionales. Córdoba, 2005.
LOZADA ECHENIQUE, Juan Carlos - LA CRUZ DEL EJE,
Un nombre
- Unas
tierras – Un vecindario – Una ciudad –
Córdoba, 1964.
Diario "Los Principios": "Cruz del Eje. Bóveda del
templo - de la Virginia a Cruz del Eje - Juzgado de Paz" -
Córdoba, junio de 1899.