Palabras
Claves Córdoba Argentina
Biografía Cabrera Caraffa Dreidemie Buschizzo Butler Gallardo Grenón
Furlong Kronfuss Localidad Nombre Arte Capilla Templo Iglesia
Oratorio Parroquia Arquitectura Patrimonio Cultura Historia Orden
Religión
Patronales Mapa Tradición |
|
|
A
La Página Web "Capillas y Templos"
está registrada en la DNDA (Ver
detalle) |
|
|
Algueró, Tomás |
|
Bianchi, Giovanni
Andrea |
|
Buschiazzo, Mario José |
|
Butler, Guillermo |
|
Cabrera, Pablo José Segundo |
|
Camilloni, Carlos |
|
Caraffa, Emilio Angelini |
|
Dreidemie, Alonso R. P. Oscar Juan S.
J. |
|
Fasce, Antonio |
|
Font, Antonio |
|
Furlong Cardiff, Guillermo |
|
Gallardo,
Rodolfo |
|
Grenón, Pedro |
|
Kronfuss, Juan |
|
López, Martín |
|
Moyano Oscariz, José |
|
Nena, Alfiero |
|
Pons, Rosendo |
|
Rodríguez Sesmero González, Alejandro |
|
Tessandori, Luis |
|
Vespignani, Ernesto |
|
|
|
|
Algueró, Tomás |
Nació por 1863 en Mora d’Ebro, pueblo enclavado en la
Provincia de Tarragona, región de Cataluña, España.
Llegó al país alrededor de 1887. Residió en Córdoba y en
1893
decide
trasladarse
a Villa del Rosario.
El 30 de septiembre del mismo año se casó con Mercedes
Luque,
en
cuyo
acto manifestó ser “Arquitecto de profesión”.
En Villa del Rosario, fue el responsable de la
construcción de buena parte de los nuevos edificios
institucionales que se edificaron entre 1884 y los
primeros años del siglo XIX.
Volver arriba
|
Bianchi,
Giovanni Andrea (1675–1740) |
En
Campione,
un pequeño pueblo italiano en el valle de Intelvi,
el 24 de noviembre de 1675, nace Giovanni
Andrea. Perteneció a una
familia de arquitectos, constructores y artesanos, integrantes
de la famosa escuela o movimiento de Maestri Campionesi
lombardos, de gran significación en la historia del arte
italiano.
Hasta
los treinta años permaneció en su pueblo natal, presumiblemente
vinculado al arte de la construcción. En 1716 se registra su
presencia en Roma. Es en esa ciudad donde proyectó la Planta del
pórtico y la fachada principal de la Basílica de San Juan de
Letrán de la Farnesina, Catedral del Papa como Obispo de Roma,
fechado como terminación el 15 de enero de 1716 y llamado “Idea
para San Giovanni in Laterano”. Posiblemente, la única obra que
realizó en el viejo continente y además, es la única debidamente
documentada que llegó a nuestros días.
Se inscribió en el Noviciado Jesuítico de Sant’Andrea al
Quirinale, con la idea de venir a las misiones del Paraguay. El
documento de ingreso está encabezado con la siguiente
referencia: “… Fue abrazado como Coadjutor Gio Andrea Bianchi,
milanés…”. Por lo tanto, aunque en mucha información
americana figure como “Padre, es decir sacerdote, en realidad,
fue un simple religioso sin órdenes sagradas: “coadjutor”
temporal.
Participa con un heterogéneo grupo de novicios provenientes de
varios países que estaban capitaneados por los padres Bartolomé
Ximéñnez y José Aguirre, venidos de las misiones del Paraguay con la tarea, entre otras, de reclutar nuevos miembros para las
obras de la institución en América. Estuvo primero en Génova y
luego en Sevilla, permaneciendo
cuatro meses en el Noviciado, donde pudo tomar contacto con el
arte del levante español.
En mayo de 1717, tres naves parten de Cádiz, en ellas viajan
setenta jesuitas españoles, italianos, suizos, un griego y dos
franciscanos peruanos. El padre Lozano, integrante de la
expedición dijo: “… fue la más numerosa que jamás había
navegado a Indias”. Entre los italianos, por
su labor en el virreinato, se destacaron Domenico Zípoli,
Giovanni Battista Prímoli y Giovanni Andrea Bianchi.
El 13 de julio de 1717,
Andrés Blanqui, como se lo conoció en el
Río de la Plata, a los cuarenta años de edad llegó a Buenos
Aires, aparentemente con un nivel de preparación tal, en
arquitectura, que le permitió desarrollar su intensa labor a lo
largo de más de veinte años. En septiembre ya estaba en
Córdoba, donde debía concluir el período canónico para ser
recibido oficialmente por la Orden.
Es probable que haya participado en la continuación de las obras
del Noviciado Nuevo, actual Residencia, donde él estuvo alojado,
bajo planos del Hermano Juan Krauss. La primera noticia de su
actuación como arquitecto es dada por unos pagos efectuados, en
1719, en La Calera, para la construcción de un horno de cal.
Es su primera obra en tierras americanas.
Monseñor Pablo Cabrera primero y Guillermo Furlong después,
opinan que Blanqui participó en la construcción de la Capilla
Vieja, lo cual es poco probable que haya sucedido. No hay
documentación al respecto y la sencillez de la planta más la
simplicidad de la fachada hacen suponer que el hermano Blanqui
las hubiera resuelto con una mayor riqueza. Distinto es lo que
ocurre con el altar por su calidad formal, superior a lo que se
estilaba en la época.
En marzo de 1720, con los Hermanos Savizaro y Guimet, en
sendas carretas, parte para Buenos Aires donde permanecerá ocho
años. Participó activamente en obras como la Iglesia del Pilar,
proyecto de fachadas y torres para la Catedral, el edificio del
Cabildo, Iglesia de San Francisco y Capilla de San Roque,
Iglesia y Residencia de Nuestra Señora de Belén (San Telmo),
Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, Iglesia y Convento de
Santa Catalina de Siena y la
Iglesia y Colegio de San Ignacio.
Requerido por el Cabildo de Córdoba, el
Hermano Blanqui es
destinado a la capital de la Provincia jesuítica, participando
en la que fue una de sus principales incumbencias: la
prosecución de las obras de la Catedral, fundamentalmente en el
proyecto del pórtico.
En 1728, el Visitador Jerónimo Herrán, escribe al Rector del
Colegio de Córdoba: “… en viniendo el Hermano Andrés Blanqui
dirigirá la obra de este Colegio y
la del Colegio Convictorio y también la de Alta Gracia, Jesús
María y San Ignacio de los Ejercicios o Calamuchita, se suerte
que en ninguna se lo precise a que trabaje personalmente, sino
solo a que cuando fuese necesario, vaya prontamente dicho
Hermano a todas y cada una de ellas para dirigirlas…".
En esta etapa de trabajo en Córdoba, lo hizo en varias obras,
aunque existe una tendencia a hacerlo participar en todas las
importantes de la arquitectura colonial , en muchos casos sin
una documentación respaldatoria que avale esa tesitura.
Se sabe, según D.
H. Sobrón, que bajo su dirección, con o sin sus
proyectos, participó en el edificio del Colegio Universidad:
locales como la biblioteca, los corredores del piso superior,
las bóvedas de los aposentos que miran al este. Se prolongó un
corredor, se construyeron nuevas escaleras y se comenzó un
claustro, levantando sus arcos del primer nivel.
En la parte
reservada para habitación de los jesuitas, en el piso alto, se
hicieron aposentos y un corredor. También construyó buena parte
del edifico del Convictorio de Monserrat con la Capilla. Y en
la quinta Santa Ana, locales para habitación.
Participó en Alta Gracia, aunque la documentación es escasa para
llegar
a
definir con propiedad, en que obras lo ha hecho.
En Jesús María el seguro aporte de Blanqui se circunscribe al
ala norte, a la construcción descripta por las Annuas de esos
años como “…
el nuevo edificio…”, “… cómoda y sólida
casa habitación para los nuestros y … nueva bodega del vino”.
En su ir y venir a Córdoba, es muy probable que también haya
actuado en la Estancia de Caroya, al menos en alguna
supervisión. Lamentablemente el alto grado de deterioro que
sufrió la construcción
y su posterior reconstrucción, más la
carencia de información precisa,
borraron toda posibilidad de
vislumbrar alguna acción de Blanqui.
En 1739, por escasos dos meses fue a Buenos Aires para dirigir
las obras del Convento de las Monjas Catalinas. A su retorno
continuó con la construcción de las bóvedas de los corredores y
aposentos de la planta alta del Colegio Máximo de Córdoba.
Después de realizar una ímproba labor a lo largo de veintitrés
años, en el área de la arquitectura de Buenos Aires y Córdoba, a
la edad de sesenta y cinco años, en la Navidad de 1740, los
claustros de la Residencia de Córdoba lo vieron partir hacia el
descanso eterno.
Volver arriba
|
Buschiazzo, Mario José (1902-1970) |
|
El arquitecto Mario J. Buschiazzo nació en Buenos Aires, el 10
de diciembre de 1902, en el seno de una familia de arquitectos.
Vivió sesenta y ocho años en los que desarrolló una encomiable
labor en el ámbito de la arquitectura en distintas disciplinas.
Acceda a una medulosa bio-bibliografía que el Arquitecto Daniel
Schávelzzon realizó para la Revista de la Sociedad Central de
Arquitectos en julio de 1988 haciendo
click
aquí. |
Volver arriba
|
Butler, Guillermo (1879 - 1861) |
El artista nació en Génova en 1879 producto de la unión del
matrimonio conformado por padre irlandés y madre italiana.
La pareja viaja a Argentina con el bebé
registrándolo en nuestras tierras entrado 1880 bajo el
nombre de Juan Butler. A fines del siglo XIX se incorpora a
la orden de Predicadores de Santo Domingo Guzmán
consagrándose como Domínico y mutando su nombre por el de
Guillermo.
A su inclinación religioso le suma su cercanía y
predisposición por las artes teniendo como maestro a
Emilio Caraffa. Durante la primera década
del siglo XX continúa sus estudios en Europa donde adopta y
perfecciona el puntillismo concluyendo en un estilo
simplista, ingenuo y naif que lo vuelven inconfundible.
Numerosas son las exposiciones en Argentina y Europa donde
fueron difundidas sus obras y significativos fueron, los
premios que recibió a lo largo de su dilatada trayectoria.
Su prestigio lo llevó a ingresar a la Academia Nacional de
Bellas Artes y sus obras lucen expuestas en prestigiosos
Museos de Arte del país.
Otra de sus pasiones era el vitraux que lo llevó a fundar y
dirigir la Escuela de Arte Cristiano. De estas obras en
particular y en lo que compete a nuestro espacio temático,
sugerimos disfrutarlo en la
Iglesia
Parroquial de la Inmaculada Concepción de Villa María.
Fallece en 1861 en Buenos Aires.
|
|
Un grupo de amigos y artistas le ofrecen un banquete
en el Colegio Lacordaire, con motivo del premio
obtenido en el X Salón de Acuarelismo.
"Revistas Caras y Caretas"
nº1252 del 30 de setiembre de 1922,
nº1341 del 14 de junio de 1924 y
nº2121 del 03 de junio de 1939 |
|
Volver arriba
|
Cabrera, Pablo José Segundo (1857-1936) |
|
Para
conocer un detalle pormenorizado de su vida haga
click aquí. |
Volver arriba
|
Camilloni, Carlos (1882-1950) |
Nacido en Ancona, Italia, el 17 de diciembre de 1882, llegó a
Buenos Aires a la edad de cinco años.
Su formación artística comenzó en esa ciudad, en “Estímulo de
Bellas Artes”
(hoy Academia Nacional de Pintura), teniendo insignes maestros
como Sívori, Della Valle, De la Cárcova y Lucio Correa Morales.
A
los 19 años de edad, obtiene una valiosa distinción por
un trabajo ornamental. Motivos indígenas, de la fauna y la flora
regional, despiertan en el joven artista sus inclinaciones hacia
la decoración con aplicaciones de elementos autóctonos.
Dice Efraín U. Bischoff: “…
avanzó con creatividad y talento en su carrera, y paulatinamente
en el ambiente cultural comenzó a destacarse su pincel. Se
inclinó hacia la decoración, teniendo una exacta vibración para
su dibujo y una autenticidad feliz en el colorido de sus
imágenes.” ,
y
más adelante,
continúa:
“…
emocionábase ante el deslumbramiento del paisaje de las
serranías y de ahí que muchas de sus telas ofrecen esa impronta
de su espíritu ...”.
Después de trabajar en Buenos Aires, Santa Fe y Rosario, llega
a Córdoba, en 1912, y forma parte del equipo para la decoración
de la Catedral de Córdoba conjuntamente con Emilio Caraffa.
También decoró la Capilla del Seminario Conciliar y el Salón de
Grados de la Universidad Nacional.
En 1917 embelleció la Iglesia de San José de las Hermanas
Dominicas.
Con motivo del tercer centenario de la fundación del Monasterio
de Las Teresas, en 1927, decoró con pinturas murales el
interior de la iglesia. Este es uno de sus mejores trabajos de
tipo decorativo, obra en la cual la línea de la estructura
arquitectónica y la pintura, en armoniosa conjunción de tonos
bajos, del arte Hispano-Americano, han logrado el ambiente
místico que corresponde a una casa de oración.
En 1937 decora la Iglesia Parroquial de San Vicente. En 1941,
la de Lourdes en Alta Gracia y el Camarín de San Nicolás de Bari
en La Rioja.
Desde 1928 hasta su muerte, acaecida el 15 de agosto de 1950,
fue profesor de la Academia de Provincial de Bellas Artes,
ejerciendo además, la docencia en la Facultad de Arquitectura de
la Universidad Nacional de Córdoba.
No pocas colecciones públicas y privadas exhiben sus cuadros y
una de las salas del Museo Provincial de Bellas Artes lleva su
nombre por iniciativa de Luis Roberto Altamira cuando fue
director de esa institución.
Entre sus telas más celebradas: "Iglesia de la Compañía",
"Interior de mi taller", "Claustros de las Teresas",
"Córdoba Vieja", "Cerros Colorados de Famatina".
Pero quizá la nota más sobresaliente de su arte refinado, se
halla en sus acuarelas místicas, verdaderas joyas, donde las
luces y las sombras juegan envueltas en jugoso cromatismo.
Dice el
Arq.
Ángel Lo Celso, en su obra Cincuenta Años de Arte Plástico en
Córdoba: “...
La imponente majestad de las bóvedas claustrales, la placidez de
los ambientes representados en tonos ocres y amarillos muy
suyos, los altares, púlpitos, todo lo expresó en sus cuadros con
rica amalgama de tintas de dimensiones tonales, teñidas a veces
de algún rojo veneciano, acusado por los colgantes de felpa y de
raso.”
“Frente a los trabajos de este artista y maestro se siente
especialmente la calidad de su realización, la técnica segura,
el gran vuelo inspirador que guía sus pinceles y su rica vena
espiritual. El natural señorío de su alma y su valía como pintor
y pedagogo, hizo que los alumnos y colegas de labor docente,
recuerden con gran
afecto a Carlos Camilloni. Su nombre se vincula a todo un
período artístico de Córdoba, haciendo un bien inmenso en pro
de su valor estético y cultural
...”.
Cantoría - Carlos Camilloni
Volver arriba
|
Caraffa, Emilio Angelini |
|
Para
conocer un detalle pormenorizado de su vida haga
click aquí. |
Emilio Caraffa - Autorretrato (1929) Acuarela
sobre papel |
Caraffa en "La Gloria del Cielo" |
Cruce del Paraná |
La gloria del cielo, 1913-14
Oleo sobre tela en la Catedral |
El Obispo,1888 Acuarela sobre papel
61 x 45 |
Volver arriba
|
R. P. Dreidemie Alonso,
Oscar Juan S.
J. (1903–1969) |
Leyendo un diario de Córdoba, bajo el título: “LA MORADA QUE
QUISO EL R. P. DREIDEMIE”, con motivo del traslado de sus
restos, en
1970,
desde el cementerio San Jerónimo de Córdoba, a la Iglesia de la
Estancia de Jesús María, pudimos acercarnos a su vida y a su
prolífica labor.
Había nacido el 11 de febrero de 1903, en Buenos Aires, aunque
su niñez transcurrió en Mendoza. Realizó sus estudios en el
Seminario Conciliar de Villa Devoto y posteriormente en la
Universidad Pontificia de San Miguel. En 1918 ingresó a la
Compañía de Jesús.
Doctor en Filosofía y Teología, escritor, licenciado en estudios
arqueológicos, siendo en
esta disciplina, discípulo del profesor Debenedetti, a su vez formado por el maestro Ambrosetti.
Investigó los testimonios de la cultura indígena y procedió a la
restauración de edificios
que fueron centros históricos o
religiosos.
|
Esos esfuerzos suyos permitieron que se realizaran excavaciones
en el norte y oeste del país y la reconstrucción de las ruinas
de San Ignacio, la Posta de Sinsacate y la Estancia Jesuítica
de Jesús María, donde terminó de asentar su laboriosa
existencia. La muerte lo sorprendió,
un 14 de agosto de 1969,
en momentos en que estaba
dedicándose a la restauración de la Estancia de Caroya.
El noble investigador del pasado, tiene su obra mayor,
precisamente, en el museo de la
Estancia,
hoy Museo Jesuítico Nacional de Jesús María. |
A posteriori de la declaración de la estancia como Monumento
Histórico Nacional, inició allí la labor de reconstrucción del
edificio, encontrándose con una villa de emergencia, por lo que
debió comenzar por realizar una tarea de carácter social, de
erradicación y nuevo asentamiento de las personas que habían
levantado precarias viviendas en el sitio. Luego, la
restauración propiamente dicha de la capilla y más tarde, la
creación del museo, para lo que recorrió incansablemente las
demoliciones de Córdoba y rescató del despojo o del olvido,
verdaderos tesoros del arte colonial que, ahora recuperado y
clasificados por él, tienen allí ámbito propicio para la
veneración o contemplación de los visitantes.
Por cierto, no fue ésta su única labor.
Ejerció la cátedra en
el Colegio del Salvador en Buenos Aires, de la Inmaculada
Concepción en Santa fe y en Córdoba.
Dictó cursos en varias
Universidades
Nacionales y extranjeras.
Organizó en Salta el Museo Arqueológico del Norte.
Fue director de la Academia Literaria del Plata.
Integró la Junta de estudios de Historia Eclesiástica Argentina
y la Revista “Estudios”.
Fue jefe de publicaciones del Observatorio de Física Cósmica de
San Miguel.
Colaboró en 1964 y 1966, en la Bienal Americana de Arte de
Córdoba.
Presidió la Dirección Nacional de Arqueología.
Fue delegado de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos para las provincias del
Norte, Centro y Oeste.
Sus
trabajos de investigación los reunió en libros como:
Antología Castellana, El teatro en la época precolonial y
colonial argentina, La Agricultura en las misiones guaraníticas
e Historia de los Establecimientos Rurales Jesuíticos, entre
otros títulos.
A
su gran personalidad científica unía otras condiciones del
carácter que hacían sumamente agradable su trato, como la
simpatía, el humor y la bondad, que no era especulación ni
argucia sino auténtica y espontánea expresión de su espíritu
generoso.
Guillermo Furlong S.J, en 1969, en Archivum XI, de la Junta
Eclesiástica Argentina, publica una nota necrológica sobre el
Padre Oscar Dreidemie, expresando en ella:
“El
hombre y el sacerdote superaron en él al literato y al
historiador, y entre esos dos planos, estuvo el egregio
profesor. No era hombre de gabinete, no era un paciente
investigador en los archivos, antes, el movimiento discontinuo
entraba en su rutina diaria. Temperamento sanguíneo, la
actividad física estaba en sus esencias. Ello contribuía no poco
a la celeridad con que acudía a un enfermo, bajaba a la iglesia
a dar la Comunión, predicaba una tanda de ejercicios
espirituales en La Rioja y, de inmediato, otra en Salta y, una
tercera en Paraná. El servir fue en verdad una de sus grandes
virtudes.”
“Nacido
en Mendoza de padres franceses, ingresó en la compañía de Jesús
en 1918, y actuó en Córdoba, Santa Fe, San Miguel y Buenos
Aires. Doquier fue profesor de Literatura Española y Americana
y, por cierto, era un placer asistir a sus clases, puesto que
sabía la materia y sabía enseñarla con extraordinaria habilidad.
Berceo y el Arcipreste de Hita, Lope y Quevedo, Quintana y
Larra, Becquer y Gabriel y Galán se transfiguraban ante los
alumnos del padre Dreidemie cuando éste en sus clases se ocupaba
de ellos. Sentía por la poesía gauchesca un gran efecto y
penetraba en las insondables bellezas y en el sublime mensaje de
nuestro Martín Fierro”.
“La historia no fue su fuerte, pero llegó a haber un tema en la
misma en el que nadie “le pisaba en poncho”, y era en lo
atingente a las estancias que otrora tuvieron los jesuitas en
territorio argentino, y muy especialmente en Córdoba. Por sí y
por medio de otros había llegado a reunir un enorme caudal de
documentos sabre ese tema y a esclarecer los orígenes y
desarrollo de cada una de dichas estancias y grandemente
llamaron la atención en Buenos Aires las conferencias alusivas
que dio, conferencias no leídas, sino dichas con lenguaje terso,
elegante y hasta cautivador.”
“Otro
tema de su predilección era el tocante a la cultura de los
pueblos primitivos del Noroeste argentino, sobre todo la
referente a los calchaquíes y a los diaguitas, y a fin de
documentarse debidamente pasó largas temporadas en los páramos
salteños, catamarqueños y riojanos realizando excavaciones. Sus
hallazgos fueron muchísimos y de gran relieve. En San Miguel (
Pcia. de Buenos Aires) y en el Museo de Jesús María (Córdoba)
pueden verse muchas de las piezas halladas por él.”
“El
citado Museo Jesuítico de Jesús María fue todo obra suya, sobre
la base del que en la ciudad de Córdoba, en Caseros 141, había,
con anterioridad, formado el padre Juan Pedro Grenon. Centuplicó
ese material con el existente en los colegios del Salvador, de
Buenos Aires y en el de la Inmaculada, de Santa fe, y supo
incrementara ese total con muchísimas otras piezas, obtenidas
por él. Dados su temperamento y carácter, fue el hombre ideal
para ese Museo, y ello explica la presencia con que supo
disponer en las diversas salas el caudaloso material. Fundador y
director del Museo de Jesús maría, lo fue también del de
Sinsacate y fue delegado de la Comisión Nacional en las
provincias del Centro, Norte y Oeste, y fomentó doquier y sin
cesa las búsquedas arqueológicas y se empeñó de continuo en el
perfeccionamiento de todos los museos provincianos bajo su
tutela o supervisión. Fue él quien organizó, entre otras, la
magnífica Exposición Bienal Americana de Arte, que tuvo lugar en
Córdoba, en 1964”.
“Director de varias revistas colegiales, ya en santa fe, ya en
Buenos Aires, incluso de la revista Estudios, órgano de la
Academia Literaria del Plata, supo hacerlas muy interesantes y,
en cada caso, marcaron su época más brillante debido al buen
gusto artístico con que las trabajaba, pero nunca tuvo facilidad
de pluma y le costaba sudores escribir sobre un tema cualquiera.
Nunca adquirió la habilidad de hilvanar una serie de
pensamientos lógicamente ordenados y con adecuadas transiciones.
En vísperas de asistir al II Congreso Internacional de Historia,
en ele que tuvo una actuación brillante, nos pidió alguna
monografía para presentar y el ofrecimos un trabajo, que
teníamos escrito, sobre los orígenes del teatro en las regiones
rioplatenses, y el original estudio, aparecido en Estudios, con
su firma, sobre el presbítero Elortondo y Palacios, fue escrito
por el Dr. Gustavo Martínez Zuviría, quien no quiso que
apareciera con su nombre “
“Si el escritor no llegó siquiera a una discreta mediocridad, el
organizador fue superior a toda ponderación, y el sacerdote
llevó inmensa ventaja al organizador. Si cada una de sus
conferencias era miel sobre hojuelas, como diría Fray Juan de
los Ángeles, sus sermones, pláticas u homilías eran copos de
sabrosísimo maná bajado del cielo. A la manera del padre Juan
Marzal, por quien tanta admiración sentía, el padre Dreidemie
era también él un egregio humanista cristiano, sacerdotal y
apostólico “.
Volver arriba
|
Fasce, Antonio |
De origen italiano, estudió dibujo y pintura en
Florencia bajo la dirección de consagrados artistas como
Girolano, Becucci, Ángel y Dono Lombardini. Tenía
antecedentes de trabajos meritorios realizados en la
Iglesia de Diamante y el Obispado de Paraná (E. R.) y la
Iglesia de San Francisco.
En
la Iglesia de
Capilla de los
Remedios proyectó y ejecutó la decoración del templo y
cambió íntegramente el pavimento teniendo especial cuidado
de que armonizara con el resto de la decoración. Pintó los
cuatro evangelistas en las pechinas, el profeta David en
el tímpano; el cuadro del Bautismo de Nuestro Señor
Jesucristo; ejecutó al fresco en el vano que queda en el
frontón de la fachada, la imagen de la Virgen de los
Remedios; todo, con un profundo conocimiento de la
plástica de la figura y del ornamento.
Decía un cronista de ese momento: “...De los detalles
que adornan el conjunto de esta magna obra pictórica, no
hablemos, nada dejan que desear en cuanto a los que
expresan y sin temor a equivocarnos podemos afirmar que
son los primeros que se aprecian en
la Provincia por su exquisito realismo, por su
distribución artística y por su perfecta fidelidad al
estilo renacimiento…“.
Volver arriba
|
Font, Antonio |
|
Este prestigioso retablista nació en Mataró, Cataluña por 1854 y falleció en Córdoba
en el año 1919. El profesor Infante presume que realizó
estudios en la Academia de Bellas Artes de San Jorge.
Llegó a Córdoba a los 21 años, instalando un
pequeño taller artesanal para construir altares de su
autoría, en la primera cuadra de la calle Rivera Indarte,
para pasar luego a la calle Rosario de Santa Fe. Dice el
Prof. Infante que “Don Antonio enseguida vio, en
nuestra Córdoba, un campo propicio. Sus innumerables
iglesias eran grandes recintos vacíos, hasta bien entrado
el siglo XIX. Había algunas que no tenían ni
escaños, [solo estaban] blanqueadas por dentro …"
|
En la década de 1880, uno de sus primeros trabajos fue la
pintura general , dorado y restauración de la bóvedas de
la Iglesia de la Compañía de Jesús, además de la
confección de un frontal de madera tallada y dorado.
Realizó el altar mayor y púlpito de las Catalinas ;
pintado y dorado del altar mayor de las Esclavas, el
dorado del púlpito y el tabernáculo de la Iglesia de la
Merced. El taller de Font tuvo trascendencia nacional.
En la
Iglesia de
Capilla de los
Remedios
es el altar mayor el que acapara
la atención, perteneciendo a su taller el resto de los
altares.
Volver arriba
|
Furlong Cardiff, Guillermo (1889-1974) |
|
Erudito y prolífico historiador argentino, también de la
filosofía – su imprescindible
Nacimiento y desarrollo de la filosofía en el Río de la
Plata, 1536-1810–,
sacerdote católico y miembro de la Compañía de Jesús.
Hijo de inmigrantes irlandeses nació el 21 de junio de 1889
en Pueblo Aguirre, localidad fundada un año antes como
estación del nuevo ferrocarril, denominada después Arroyo
Seco (provincia de Santa Fe). Su primera educación fue
anglófona, en el Colegio Británico St. Bartholomew de
Rosario, ingresando después en el Colegio de la Inmaculada
en Santa Fe, donde el jesuita Julián Hurley recondujo su
vocación hasta hacerle ingresar en el noviciado de la
Compañía de Jesús en Córdoba. |
En 1905 le llevaron a España para realizar los estudios de
humanidades en el Monasterio de Veruela (en Aragón, histórica
institución cisterciense del siglo XII, gestionada por los
jesuitas desde 1877). En España, recibió el influjo del erudito
archivero Ramón O’Callaghan Forcadell (1834-1911). Fue luego
trasladado a los Estados Unidos, donde concluyó sus estudios de
ciencias y de filosofía, doctorándose en 1913 en la jesuita
Universidad de Georgetown, en Washington.
Ejerció después como profesor de historia argentina en el
Colegio del Salvador, en Buenos Aires. En 1920 volvió a España,
para cursar estudios de Teología en Barcelona, frecuentando en
los veranos, el sevillano Archivo de Indias, entre otros.
Ordenado sacerdote en 1924 regresó al año siguiente al
colegio del Salvador de Buenos Aires, donde, menos cuatro
años (1930-1934) en el colegio Sagrado Corazón de Montevideo
(Uruguay), pasó toda su vida y contribuyó grandemente a su
fama. Durante este largo tiempo, fue profesor de
literatura, historia argentina e inglés; bibliotecario
varias veces, y director de la revista escolar y de
Estudios, de la que fue siempre asiduo colaborador.
El 24 de junio de 1939 ingresó como miembro de número en la
Academia Nacional de la Historia. |
|
En 1942 fue uno de los fundadores de la Junta de Historia
Eclesiástica Argentina, de la que fue vicepresidente y dirigió
su revista Archivum (desde 1959 hasta su fallecimiento). En 1956
tomó parte activa en la fundación de la Academia Nacional de
Geografía.
Comenzó sus investigaciones históricas en 1912, cuando era
estudiante de filosofía. Al inicio de su docencia en el colegio
del Salvador, fue tentado por la literatura. Su obra
fundamental, Los jesuitas y la cultura rioplatense, se
reeditó tres veces. A su lado, como complemento, se sitúan sus
otros libros y artículos de revistas, principalmente sobre la
labor realizada por la Compañía de Jesús en la antigua
provincia del Paraguay (las actuales Argentina, Paraguay,
Uruguay, Brasil y Bolivia). Publicó estudios sobre la labor
evangelizadora jesuita en las misiones guaraníes y en el Chaco.
Dio a conocer el inmenso aporte cultural de la Compañía de Jesús
en todos los campos del saber humano: pintura, música,
arquitectura, medicina, imprentas, etc. Publicó muchos
documentos relativos a la Compañía, especialmente del Archivo
General de la Nación (Bs. As.).
Su labor característica son sus estudios críticos de obras
inéditas de autores jesuitas y sus biografías respectivas. Sacó
del olvido a personajes como el músico Doménico Zipoli, cuya
obra, otros han profundizado después. Son de particular valor
sus trabajos de cartografía y bibliografía jesuíticas.
Incursionó también en la historia civil de los países
rioplatenses con estudios sobre temas como la cultura femenina
en la época colonial, la filosofía, la independencia, etc.
Aunó durante su vida la labor intelectual con la pastoral. Fue
director de Congregaciones Marianas y asesor de varios centros
de Acción Católica, Asesor Nacional (1935-1940) y Vice Asesor
(1940-1948) del Consejo Superior de la Acción Católica juvenil.
Daba con maestría y entusiasmo los ejercicios a jóvenes y se
destacó como director espiritual y promotor de vocaciones.
Jesuita ante todo, pudo haber tomado otros caminos de
obediencia, pues en su vida la vocación de historiador estaba en
realidad en segundo plano. Muy servicial, supo siempre ayudar a
cuantos se le acercaron como sacerdote o historiador.
Falleció en Buenos Aires el día 20 de mayo de 1974, a los 86
años de edad, mientras regresaba en subterráneo de pronunciar
una conferencia. El padre Guillermo Furlong Cardiff utilizó
también en algunos de sus escritos el seudónimo Francisco Talbot.
Obras Principales:
1929 - La personalidad y la obra de Tomás Falkner.
1930 - El padre José Quiroga.
1933 - Los jesuitas y la cultura rioplatense (Buenos Aires,
1933).
1936 - Cartografía jesuítica del Río de la Plata, 3 volúmenes.
1939 - Bio-bibliografía del Deán Funes.
1944 - Bibliotecas argentinas durante la dominación Hispánica.
- Historia del Colegio del Salvador, 3 volúmenes.
1944-1948 - Cultura colonial argentina, 7 volúmenes.
1945 - Músicos argentinos durante la dominación hispánica.
- Matemáticos argentinos durante la dominación
hispánica
1946 - Arquitectos argentinos durante la dominación hispánica.
- Artesanos argentinos durante la dominación hispánica.
1947 - Médicos argentinos durante la dominación hispánica.
1948 - Naturalistas argentinos durante la dominación hispánica.
1950 - El General José de San Martín ¿Masón –Católico – Deísta?
1951 - La cultura femenina en la época colonial.
1952 - Nacimiento y desarrollo de la filosofía en el Río de la
Plata.
1952 -1972 - Escritores coloniales rioplatenses, 24
monografías.
1953 -1975 - Historia y bibliografía de las primeras imprentas
rioplatenses, 4 volúmenes.
1959 -1960 - Ernesto Padilla: su vida, su obra.
1960 - Los Jesuitas y la escisión del Reino de Indias
1962 - 1963 - Historia del Colegio de la Inmaculada, 5
volúmenes.
- Misiones y sus pueblos de Guaraníes.
1966 - El Congreso de Tucumán.
1969 - Historia social y cultural del Río de la Plata 1536-1810,
3 volúmenes.
Fuente:
Páginas varias de la Web. Tomadas 10/04/2014
Volver arriba
|
Gallardo,
Rodolfo (1930–1993) |
Releyendo al Arq. Juan Manuel Bergallo en sus comentarios
biográficos sobre el arquitecto Rodolfo Gallardo, podemos
enterarnos que nació en Saturnino María Laspiur, en el este
cordobés, un 8 de febrero de 1930.
A
pesar de los antecedentes políticos heredados de su padre el Dr.
Alejandro Gallardo, que militó en la Unión Cívica Radical y fue
senador provincial y luego vicegobernador de la Provincia de
Córdoba (1936-1940) ; “ sus aptitudes e intereses lo llevarían a
desarrollarse en otros ámbitos y así estudió y egresó de la
Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional
de Córdoba, donde descubrirá su verdadera vocación: la historia
de la cultura y de la arquitectura en particular, y la actividad
docente dentro de esa disciplina, investigando y profundizando
sus contenidos en el contexto local, nacional y
latinoamericano”.
Fue profesor titular de la Cátedra de Historia de la
Arquitectura, en la F.A.U. de la U.N.C. , cargo obtenido por
concurso, entre 1983 y 1993.
“La materia de grado, ”Historia de la Arquitectura
Latinoamericana” fue creada por el Arq. Gallardo, y su programa
curricular ha producido desde entonces el necesario conocimiento
y reflexión, por parte de los estudiantes de la Facultad de
Arquitectura, de la particular historia y realidad del medio
cultural en el que estamos insertos y en el que deberán actuar
profesionalmente.”
“Los mismos conocimientos curriculares fueron trasladados
a la Facultad de Arquitectura de la U.C.C., donde el Arq,
Gallardo ocupó el cargo de Profesor Titular de Análisis Crítico
de la Arquitectura III.”
Estudioso infatigable, realizó numerosos cursos realizados por
el Instituto Interuniversitario de Especialización en Historia
de la Arquitectura, con figuras de la talla de Pevsner, Argán,
Taylor, Chueca Goitía, Scully, Banham y Eco.
Fue, además, miembro fundador y activo participante del
Instituto Argentino de Investigaciones de Historia de la
Arquitectura y Urbanismo.
En 1963, en Brasil, realizó investigaciones sobre
características regionales del Barroco Mineiro. Entre 1973 y
1974, fue becario de la O.E.A., en Méjico, donde realizó
estudios sobre Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
“Desde 1969 , como profesional de la entonces Dirección de
Historia, Letras y Ciencias de la Provincia, y luego, a partir
del 13 de octubre de 1976, como Director de esa repartición,
intervino personalmente en la restauración y puesta en valor de
un importante conjunto de monumentos históricos que hoy
constituyen un significativo legado para todos los cordobeses:
la Casa de Caroya, el Oratorio del Rosario de
Avellaneda, las iglesias de san Roque y del Pilar en Córdoba, la
Casa Natal del Cura Brochero en Santa Rosa de Río Primero y la
Casa Ordoñez, ex Casa de Gobierno y sede tribunalicia, hoy sede
de la Biblioteca Córdoba, entre otros.”
En base a sus méritos, fue nombrado Vocal de la Comisión
Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, y
Miembro de Número y luego Presidente de la Junta Provincial de
Historia de Córdoba.
“Pero quizás, sean sus escritos los que mejor sintetizan su fina
sensibilidad, su vena poética, sus múltiples intereses y su
amplia erudición.”
Sus escritos en la Voz del Interior en la década de 1980; La
Iglesia del Bom Jesus de Matozinhos de Congonhas do Campo; La
Arquitectura Religiosa de Córdoba en el período hispánico; La
Casa Grande Caroya, predilecta de la Historia; Las Capillas
Rurales de Córdoba; El Monserrat, trescientos años; y Las
iglesias antiguas de Córdoba son algunas de sus obras que
merecen destacarse.
“La perdida temprana del Arq. Gallardo el 17 de agosto de 1993,
a los 63 años, enlutó a la vida cultural cordobesa y su figura,
dada
la trascendencia de su trayectoria, se ha acrecentado hasta
hoy.”
Efraín U. Bischoff cerraba su
recordatorio en las III Jornadas de Alta Gracia:
“…
no
es necesario hacer una circunstanciada revisión de sus títulos.
Muchas veces éstos, no dan la verdadera dimensión de una
personalidad. En Rodolfo Gallardo estaba un fornido estudioso y
un hombre que practicaba la gimnasia de la moral y del acento
amistoso, cotidianamente, con permanente lozanía. Hizo siempre
lo que le dictó su corazón, en los trances de la incertidumbre y
en aquellos donde sabía de su futuro éxito. Lo doloroso no es
que haya muerto. Lo doloroso es que ya no podemos escuchar su
palabra ni aprender la metáfora de sus lecciones.”
Volver arriba
|
Grenón, Pedro |
Frente la
Capilla
de Santa Ana
en Córdoba Capital, una plazoleta, casi totalmente cubierta
por un hermoso palo borracho, evoca el nombre del Padre
Pedro Grenón.
Este sacerdote jesuíta
fue un historiador preocupado por el patrimonio de
Córdoba. Tuve la dicha de conversar en varias
oportunidades sobre temas relacionados con la historia del
jesuitismo. Por alguna razón que desconozco, una imagen
me viene a la memoria sobre otras muchas: ya muy mayor,
con su larga sotana que hacía tiempo había pasado de negra
a gris ratón, con una brocha en una mano y en la otra un
balde con cal, lentamente pintaba de blanco los graffitis
de inapropiadas leyendas que habían pintado en la fachada
del Colegio de Las Huerfanas mientras
que,
amablemente,
saludaba a los transeuntes.
El padre Pedro Grenón, nació en la colonia agrícola de
Esperanza, Pcia. de Santa Fe, el 26 de julio de 1878,
siendo el primogénito del hogar formado por Don Ignacio
Grenón, nacido en el cantón de Valais (Suiza) y de Doña
Rosalía Mettant, nacida en Saint-Maurice, cantón de los
Grisones. Sus abuelos fueron los jefes de la expedición
colonizadora que por primera vez se levó a cabo en
nuestras tierras, fundando conjuntamente con la acción
del Gobierno, la primera colonia agrícola llamada
Esperanza en el año 1856.
Casa paterna en Esperanza - Santa Fe
(Primera edificación de la Colonia construída con
ladrillos cocidos)
Dibujo de Pedro Grenón
Inició sus estudios primarios en la escuela local
prosiguiéndolos en el Colegio de la Inmaculada de Santa
Fe, con el propósito de ser sacerdote. Ingresa en el
Noviciado de los jesuitas, en Córdoba en el año 1898, y
luego es enviado a España y estudia humanidades
(1901-1903), un año de filosofía (1903-1904) en Veruela
y dos (1904-1906) en Tortosa. Tras enseñar en el Colegio
San José de Valencia (1907-1908) cursó la teología
(1909-1911) nuevamente en Tortosa.
El 26 de julio de 1911, es ordenado sacerdote jesuita en
la Iglesia del Jesús de Tortosa y en 1912 hace la
tercera probación en Manresa.. Al regresar al país se
desempeñó como profesor de francés e historia en el
Colegio de la Inmaculada de Santa Fe. El trasladado a
Córdoba en 1914, donde comienza a trabajar con los
vecinos de los barrios más pobres de la ciudad y los
leprosos de Chañar.
Sus superiores le encargaron historiar todo lo referente a
la Compañía. Fue fundador de la Academia de Historia de
Córdoba, miembro de la Junta de Historia Eclesiástica
Argentina, miembro de la Junta Provincial de Historia,
vocal del Congreso Argentino del Norte y Centro,
Consejero
de la Primera Semana de la Historia de Córdoba,
presidente de la Comisión de
Nomenclador
de calles y monumentos de Córdoba, delegado al
Centenario de la fundación de Villa Dolores, premiado
por su Historia de Laguna Larga.
En 1973 donó a la Municipalidad de Córdoba, toda su
producción literaria e histórica. Murió el 3 de abril de
1974, en la Clínica Reina Fabiola de Córdoba.
PRINCIPALES OBRAS:
1916 - La ermita de San Tiburcio y Valeriano.
1920 - Los Funes y el P. Juárez, 2 volúmenes.
- Origen de la Iglesia de la Compañía en Córdoba, R.
A. Estudios históricos.
- El Colegio Monserrat: lo que fue y lo que es y lo
que no es.
1922 - Piedras bezares: estudios históricos coloniales.
- Isfran: una página de historia y literatura colonial.
1923 -1925 - Alta Gracia: primera parte
- Álbum de cartas coloniales.
1923-1933 - Documentos históricos 24 volúmenes.
1924 - Los Pampas y la frontera del sur.Documentos para la
historia de la Reducción.
- Mártires de la patria cordobeses.
- Cartas inéditas de Belgrano ( en Córdoba).
- Juegos coloniales.
- Literatura femenina.
1925-1926 - Un gran torneo de historia sobre los orígenes de la
Universidad de Córdoba.
- Boletín del Instituto de investigaciones históricas
- Cartografía cordobesa.
1926 – Las aventuras de Learte.
1927 - El sargento Espinola : relación documental santiagueña
1784-1788.
- Obsequio patriótico del General Belgrano a Córdoba.
- Un grupo de cuadros antiguos cordobeses.
- Portadas cordobesas.
- Monumentos de piedra del pasado de Córdoba. Mosaico
de construcciones mura les subsistentes de la época colonial.
1930 - El libro de Mercedes.
- Villa del Rosario: documentos para su historia.
1931 - Coches históricos.
- El libro de ejidos.
1933 - Sables históricos.
1937 - Apuntes para la biografía del doctor Duarte Quiroz y su
obra,
1938 - La Compañía de Jesús en Córdoba: documentación de su
establecimiento.
1941 - La Calera: noticia ilustrada de la primera y
aristocrática villa veraniega de las sierras de Córdoba.
- La Catedral de Córdoba.
1942 - Familia y escudo del Pbro. Ignacio Duarte Quirós:
fundador del Colegio Monserrat
1943 - Fascículos de la Biblioteca 4
1945 - Mi álbum gráfico de motivos del pasado.
1948 - Noticia de Domingo Zípoli, músico y jesuita.
- San Martín y Córdoba.
1950 -1951 - Nuestra primera música instrumental. Revista de
estudios musicales.
1939 -1963 - La ciudad de Esperanza, 6 volúmenes.
1955 -1958 - Las renuncias de bienes en la Provincia del
Paraguay. Siglo XVII.
- Las renuncias de bienes en la Provincia del Paraguay.
Siglo XVIII.
1956 - La simpa tasada.
1958 - El fundador de Córdoba Don J.L. de Cabrera.
1963 - Un plano histórico de la Universidad.
1972 - El trigo y su molienda.
Fuentes de consulta:
MOYANO ALIAGA Alejandro. J.: Bibliografía del P. Grenón
S.J.(1916-1963)
Volver arriba
|
Kronfuss, Juan |
En territorio del Imperio Austrohúngaro, a orillas del Danubio,
el 19 de julio de 1872, nacía Johannes Kronfuss.
|
“…fueron su padre Mateo Kronfuss y su madre María Ertlbauer
los que lo enviaron río arriba a la capital del Imperio, a
la Viena bohemia de los Habsburgo, del Belvedere y del
Castillo de Schönbrunn, de la Iglesia de San Carlos de
Borromeo y del Palacio Imperial. Había recorrido el
Ringtrasse donde sobre el anillo de las viejas murallas se
construía la Avenida de Circunvalación, en una euforia
constructiva que levantaba importantes obras públicas,
llegado también a la alegría de los bares del bosque donde
el violín arrancaba las melodías de los Strauss y Franz
Lehar comentaba sus éxitos de la Viuda Alegre y el Conde de
Luxemburgo
…”. |
En 1893 tomó la decisión de estudiar arquitectura y partió para
Munich, en la Alemania meridional. Llegó, ávido de aprender, a
la Real Facultad de Ciencias Técnicas de Baviera donde concluye
sus estudios de ingeniero en 1897. Allí también, en ese centro
artístico de exquisita cultura, pasa muchas horas aprendiendo
pintura, dibujo, grabados.
Por dos años consigue empleos en la Municipalidad y otra
vocación, la de la docencia se perfila ya en él, al desempeñarse
con competencia en la Escuela Industrial de Bamberg.
Habiendo salido triunfante en el Examen Absolutorial para el
ramo de la Arquitectura, vuelve a Viena para unirse a la bella
Ernestina Handl, el 10 de octubre de 1898.
Ya instalados en Munich, donde Kronfuss ejerce su tarea docente,
cuatro años después, nace su único hijo Herwart Elmer.
Construye la Sinagoga y las Tiendas Tietz en Bamberg, en la Alta
Franconia, el Hotel Imperial en Karisbab a orillas del Ohre en
Bohemia, el Hotel Astoria en San Petersburgo, capital del
Imperio de los Zares.
Gana el Concurso del Panteón en Francfort Am Main, el 3º Premio
en el Concurso de una Escuela en Colmar, en los Vosgos, Francia;
el 2do. Premio del edificio de la Facultad de Arquitectura en
Munich.
Muy lejos de esas obras, en el sur del continente americano,
cuando nuestra Argentina estaba gobernada por un cordobés, el
Dr. José Figueroa Alcorta, (1895-1898), la Facultad de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires,
que todavía funcionaba en la Manzana de las Luces, se
vio en la necesidad de contar con nuevas instalaciones para su
alumnado. Es por ello que, inspirada en los cánones
establecidos en la década del ochenta, cuando la fundación de la
ciudad de La Plata, se llama a un Concurso Internacional del
cual resulta ganador Johannes Kronfuss. Su lema fue “Fiat
Lux”, ganó los 10.000 pesos oro del Primer Premio, el
derecho de ver realizado su proyecto y el de tener a su cargo la
dirección técnica de la obra.
“Votre projet Fiat Lux premier prix, firma Krause – Doyer”
(dos de los jurados), le notificaban el 14 de noviembre de
1908.
Al año siguiente, el 3 de abril, firma contrato con el Ing.
Carlos Massini, Director General de Arquitectura de Obras
Públicas de la Nación. En Bamberg, Bayern, trabaja afanosamente
sobre el proyecto de Argentina y en febrero de 1910, año del
Centenario, llega a Buenos Aires, con su esposa y su hijo de 8
años.
Como el contrato exigía la residencia en Buenos Aires “…
mientras duren los trabajos y proveedurías
…”, prácticamente
“quemó las naves”, como Cortés. Vendió sus muebles en Europa,
rescindió todos sus contratos, dejó el Profesorado de Bamberg.
“Venía
a entregarse de lleno a la fecunda obra que le esperaba en
Argentina. Venía siguiendo su viaje al oeste, en la Ruta del
Sol, venía lleno de encendidos bríos, ávido de lanzarse a
acometer la empresa, tensa la fibra de su espíritu sensible”.
El estado argentino le deparará una triste sorpresa. Sobre el
terreno en que se debía construir la Facultad, se hizo otro
edificio y el solar por el cual se había canjeado, fue vendido
antes de comenzar la obra.
Ante esta circunstancia tan negativa, decide renunciar al
contrato, aún sin reclamar compensaciones; lo hizo en 1911 y en
febrero de 1913 se concretó el acto administrativo con la firma
del Presidente Victorino de la Plaza. Se perdió de esta manera,
la posibilidad de contar con un valioso edificio por la
jerarquía del proyecto y por los fines didácticos que
perseguía.
Entre los años mencionados tuvo muchos trabajos que lo
retuvieron en el país. Intervino en el Hotel de Inmigrantes, una
portentosa obra de un país en crecimiento.
Los alemanes de Buenos Aires, contrataron a su connacional,
para diseñar el Cementerio Alemán. Kronfuss tenía un especial
interés en todo lo relacionado con el arte funerario, tal vez,
proveniente de su formación romántica. En 1922, cuando ya estaba
radicado en Córdoba, la editorial Biffignandi publicó su libro,
Monumentos Funerarios con cien modelos de panteones llenos de
alegorías y adaptados a las características de la persona que
debía enterrarse.
Anclado en Buenos Aires, comenzó a frecuentar a sus
compatriotas, en esos primeros años de la década del diez, y
recibe varios trabajos que resolverá en los términos de los
precursores del Movimiento Moderno, con marcada presencia del
Art Nouveau, en sus versiones alemanas y austríacas. Diseña la
Iglesia Húngara, en calle Freire 1739, y los edificios de
compañías importadoras como Staudhaus de calle Bernardo de
Irigoyen 330, el Wolf y Schöeder de calle Moreno 433 y el Hirsch
y Zollfre de Cangallo 1843. Proyecta la Casa de Comercio
Mercantil y Cía. de Bs. As, y varios hoteles y chalets de lujo
en Rosario y Buenos Aires.
En Bvd. Oroño 1170 de Rosario, levanta la mansión de la familia
Martínez Zinny y en Buenos Aires, la de la familia Martínez de
Hoz, en Martín Aguado 2881, hoy sede de la Embajada de Turquía.
Es en esta obra donde se marca un encuentro que lo traerá,
definitivamente a la ciudad de Córdoba. En efecto, conoce al
Dr. Ramón J. Cárcano, cuya hija Carola se había casado con
Miguel Alfredo Martínez de Hoz, propietario de la mencionada
obra.
Por Decreto 5500 Serie A, el gobernador de Córdoba Dr. Ramón J.
Cárcano, el 6 de agosto de 1915, lo nombra Director General de
Arquitectura de la Provincia.
“…
Allí se inicia una amistad que durará toda la vida. Ramón J.
Cárcano, abogado, político, diplomático, estadista, escritor,
historiador, y Juan Kronfuss hombre de gran sensibilidad
artística, arquitecto, pintor, profesor universitario, esteta,
transitaban por caminos convergentes, cuya meta por ambos
soñada, era la valoración de nuestro patrimonio
…”.
|
En 1916 construye la ampliación de la Legislatura Provincial y
el Museo de Arte Emilio Caraffa, siendo este último, hijo
directo del Museo Politécnico de la Provincia y el segundo
proyecto que produjo para el museo que llegó a nuestros días.
En ambos edificios están presentes las líneas curvas
así como
las superficies ovaladas
tan
propias del barroco
germánico.
|
“Esta es la piedra de mayor trascendencia que haya vivido
Córdoba después de la consolidación del dique San Roque, esta
misma semana”,
dijo el 10 de diciembre de 1921 el entonces ministro de Obras
Públicas de la Provincia, Fernando Romagosa, en el acto en que
se colocaba en barrio San Vicente la piedra fundamental del
primer plan masivo de viviendas de la Provincia de Córdoba y que
fuera proyectado por Kronfuss en estilo neocolonial. Las 99
viviendas se entregaron en el año 1926.
En el mismo año de este proyecto, hizo el de la Cárcel de
Encausados y al año siguiente el Hospital para Tuberculosos
Nuestra Señora de la Misericordia.
En 1925, en el comienzo de la segunda gobernación de Cárcano,
integró junto a destacadas personalidades, tales como Arq.
Martín Noel, Dr. Miguel Ángel Cárcano y el Pbro. Dr. Pablo
Cabrera, la Comisión Asesora ad-honorem para restaurar le
llamada Casa del Marqués de Sobremonte.
En el mismo año, proyectó la Capilla y Hospital Vicente Agüero
en la ciudad de Jesús María, verdadera joya neocolonial.
“…
Para ese entonces ya Kronfuss había dejado en Córdoba sus obras
fundamentales y la ciudad por él descubierta y sus cercanas
sierras, lo habían visto largas horas anotar en pesados
cartabones los datos de antiguas molduras, los forjados hierros
de alguna reja o las talla que el indígena arrancara a los
tableros de algarrobo de las viejas puertas, con ingenua gracia
y acendrado fervor”.
Al mismo tiempo que la ciudad incorporaba sus trabajos, en la
Universidad, la Legislatura, hospitales, escuelas, casas para
obreros, baños públicos, viviendas de categoría, iba naciendo
el libro, Arquitectura Colonial en la Argentina, editado
por Biffignandi, en 1927. A 85 años de su aparición sigue
siendo un material de permanente consulta.
El Arq. Rodolfo Gallardo se preguntaba el
“… por qué
este interés de Kronfuss por la Arquitectura Colonial de
Córdoba, o mejor aún por qué fue en Córdoba y no en otra parte
donde se encendió la chispa de su interés por la arquitectura
del período hispánico que luego abarcará más extenso territorio,
hemos llegado a una conclusión metafísica que linda en el campo
de las afinidades selectivas, aquellas en las que el
observador-artista sintió reencontrarse con los genes de su
Danubio natal, de la Selva Negra, donde artistas bávaros y
franconianos dejaron el repertorio formal del barroco que
recorre desde las intelectualidades de las configuraciones
espaciales al detalle artesanal, fresco e ingenuo, nacido en el
microclima de la vivencia del arte”.
“Ese “Barroco de las Cortes Católicas” como lo llama Arnold
Hauser, que había llegado al río de la Plata por obra de los
hermanos coadjutores jesuitas Arls, Kraus, Wolff, Weger, Roth,
Balthazar, Schmidt, cuya presencia reconoció en Córdoba y que le
permitiría, con toda naturalidad, terminar el frente de la
Universidad en líneas del barroco alemán
[1916], cambiando la impronta italianizante con que había
sido revestido a fines del siglo.
“Es que Kronfuss se sintió parte integrante de esa pléyade de
artistas que dejaron en las soledades de los valles serranos y
“Ad Majoren Dei Gloriam” la inspirada y tensa vibración de sus
espíritus”.
|
En 1927, proyectó un edifico de 80 oficinas en Moreno al 300 de
Capital Federal, una de las mejores piezas del art decó porteño
y un hito de la influencia Mitteleuropa en el país.
En la actualidad,
prolijamente restaurado, se convirtió en hotel boutique
(foto a la izquierda).
En 1930 proyectó El Cortijo, residencia de Vicente Agüero en
Jesús María.
En 1933 diseña el Templete a Vélez Sarsfield, en la Biblioteca
Mayor de la U.N.C., conjuntamente con los profesores Arqs.
Salvador Godoy y Jaime Roca y el artista Carlos Camiloni.
|
A
fines de 1938, propuso dotar a Córdoba de una Casa de Gobierno.
Ya en la época del gobierno de Cárcano, desde la Dirección de
Arquitectura había proyectado un verdadero Palacio, oponiéndose
vivamente a la demolición del Cabildo, como había ocurrido en
otras provincias y radicándola en la Plaza Gral. Paz. La obra no
se llegó a concretar.
Dice el Arq. Carlos A. Page:
“… la figura de Kronfuss
trasciende los límites del tiempo que le tocó vivir. La
valorización de nuestro patrimonio fue una obsesión incansable.
Largas jornadas utilizadas para tomar apuntes de nuestra
arquitectura colonial, sus molduras, herrerías, tallas
indígenas. Pretendía revivir nuestra propia historia a través de
la recreación de la arquitectura colonial convirtiéndola en un
“revival” nacional. Con esto bregaba por despertar el
sentimiento de lo nuestro y desechar la mera repetición foránea,
que se importan en los diseños arquitectónicos. Utilizó todos
los medios disponibles para difundir sus ideas, en aquellos años
compartidos con una sensible intelectualidad que buscaba nuestra
propia identidad. Actuó principalmente desde la docencia, pero
también transfirió sus propios hallazgos a través de sus
escritos, conferencias y por cierto sus maravillosos dibujos”.
“La vigencia del pensamiento de Kronfuss, después de más de
medio siglo, constituye un valor cultural de la talla de alguien
que fue pionero y artífice de nuestra propia historia. Fue el
precursor, el maestro que marcó el camino que hoy la gran
mayoría de los profesionales reconocemos: el respeto por nuestro
patrimonio construido, como referencia tangible de nuestra
identidad cultural”.
El 29 de mayo de 1944 falleció en Córdoba.
Fuentes consultadas:
AGÜERO, Ana Clarisa: El Espacio del Arte. Editorial de
la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C. Córdoba,
2009.
GALLARDO, Rodolfo:
Prólogo para ARQUITECTURA COLONIAL en la
ARGENTINA por Juan Kronfuss. Editorial Era, Córdoba, 1982.
KIERNAN, Sergio:
El espíritu de Europa central.- m2.
Página 12. Buenos Aires, 8 de julio de 2006 .
PANZETTA, Mariana:
La creación del Museo Caraffa en el
proyecto modernizador de Córdoba. Revista Teórica. Córdoba.
Sugerimos visitar:
http://poschenrieder.de/2015/bamberger-familienspuren/
Volver arriba
|
López, Martín S.J. (1686-1726) |
Nació junto a los Pirineos, en la pequeña población de Hecho,
provincia española de Huesca, el 10 de noviembre de 1686 . Pasó
su infancia en las estancias de Aragón y a la hora de comenzar
sus estudios se trasladó a una población ya desaparecida de
Zaragoza. Aprendió filosofía y se acercó al padre Miguel
Jerónimo Monreal, quien lo condujo a la vida religiosa. A pesar
de que el
Padre
Provincial no quería admitir jóvenes en el Noviciado en esa
época, se trasladó a Roma y allí consiguió ser admitido por el
Padre
General.
A los 23 años de edad, ingresó a la Compañía de Jesús y el 11
de febrero de 1710, comenzó su viaje a América del Sur, junto a
otros 45 futuros misioneros. Ocho meses después piratas
holandeses interrumpieron su viaje; lo apresaron al igual que a
otros 33 misioneros destinados a Chile, siendo arrojados en
Lisboa sin sus pertenencias.
A
pesar de los 14.000 pesos que se lograron recolectar en la
capital portuguesa como para que la misión no fracasara, se
vieron forzados a regresar a Sevilla. En esta ciudad se
desempeñó como profesor de filosofía.
Por fin partieron de Cádiz, llegando a Buenos Aires el 8 de
abril de 1712. En esta Provincia Jesuítica del Paraguay, Martín
López comenzaba su vida como jesuíta.
Estudió en el Noviciado de Córdoba. Pasó a Santiago del Estero,
donde realizó sus últimos votos en 1726. Fue allí donde, entre
sus habituales actividades pastorales,
se encargó de la construcción de la Casa de Ejercicios.
Su destino definitivo será la
Estancia de San Ignacio
de los Ejercicios, de Calamuchita, establecimiento agrícolo-ganadero,
que formó desde sus comienzos. En el transcurso de 1728 el padre
Provincial lo designó “Procurador General” de la
Estancia.
Pasó a residir en forma permanente en la
Estancia,
siendo liberado de toda actividad que no sea la específica de la
administración de la misma, acompañado por el hermano portugués
Domingo Duarte.
Realizó una eficaz y prolija tarea, formando y llevando adelante
una importante empresa, la más extensa
Estancia
Jesuítica,
recibiendo en varias oportunidades múltiples elogios por parte
del padre General de la Compañía.
Cuenta
su biógrafo
el Padre
Orozs que todos los domingos o días festivos se juntaba una
verdadera muchedumbre, en especial de negros esclavos, para
escuchar las arengas del padre López; quien “amaba ponerse
debajo de todos, huyendo de las prefecturas más esplendidas que
ofrecía Roma, las acciones notables hechas por él, apocarlas. La
fuerza en el decir y otras cosas de donde se siguiera celebridad
o fama, incubarlas. Ingenioso en atribuir a Dios y a los otros
el éxito de los trabajos.”
Intenso fue su trabajo en los diez primeros años de esta
estancia y el día que cumplía los cincuenta años de edad, el 10
de noviembre de 1736, dejó de existir en su lugar de trabajo. En
la Compañía se lo recuerda como el
"Padre
Estanciero"
por antonomasia.
Volver arriba
|
Moyano Oscariz, José |
Don
José Moyano Oscariz, “ hidalgo notorio”, nació en Córdoba
alrededor de 1689 y tomó como segundo apellido el de su
abuela paterna.
Su padre fue el maestre de campo don Gil Moyano Cornejo,
quien a su vez, era hijo del capitán Melchor Moyano
Cornejo y de doña María de Oscariz Beamont y Navarra.
Su madre fue doña Antonia de las Casas y Ceballos, quien a
su vez, era hija del capitán Francisco de las Casas y de
doña María Jaime de Ceballos.
Don José, tuvo el grado de maestre de campo en la carrera
de las armas y fue alcalde de segundo voto en 1712, en el
cabildo de Córdoba. De primer voto en los años 1736, 1752
y 1762.
El 25 de junio de 1720 adquiere a doña Isabel Moyano
Cornejo las tierras que por primera vez se mencionan como
“Candonga”.
El 14 de agosto de 1730, se casó con doña Josefa Sarmiento
de Ceballos, que testó el 22 de junio de 1786. Era hija
del sargento mayor Francisco Sarmiento de Figueroa y de
doña Pabla de Ceballos. Moyano Oscariz era algo mayor
cuando se casó, tenía un capital de más de siete mil
pesos. De este matrimonio no hubo sucesión.
Fue procurador general de la ciudad en 1737 y desde el 2
de julio de 1738 ocupó el cargo de regidor propietario,
por renuncia que en su favor hiciera don Ignacio de las
Casas y Ceballos. El 6 de septiembre de ese año, el
gobernador don José de Santiso y Moscoso lo confirmó en el
cargo, ejerciéndolo prácticamente hasta suerte acaecida el
4 de junio de 1778.
Se puede señalar que, probablemente, fue el último
encomendero que hubo en Córdoba con los indios de
Ministalalo, de los que recibió investidura en segunda
vida el 9 de abril de 1739, por fallecimiento de su padre.
El 21 de mayo de 1770, otorgó testamento in scriptis;
constando en él, su propiedad sobre la capilla y estancia
“El Rosario de Santa Gertrudis” y la disposición de
fundación de una capellanía. El 28 de noviembre de 1774
dio poder para testar y sus albaceas labraron su
testamento el 22 de junio de 1778.
Al día siguiente de su muerte, fue enterrado sin pompa,
con el hábito de San Francisco, en la Capilla del Señor
Crucificado de la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced.
Tomado de CANDONGA, revelaciones históricas
De Alejandro Moyano Aliaga. Córdoba, 1976
Volver arriba
|
Nena, Alfiero |
Alfiero Nena nace en Treviso (Italia) el 17 de octubre de 1933 y
recibe de su padre y maestro la pasión por las esculturas en
hierro. Estudia en Venecia, accede a la Medalla de Plata de la
Academia de Bellas Artes de Venecia por su obra "Autunno" con
tan solo 17 años y finalmente se radica en Roma como Docente de
la Cátedra en el Instituto Estatal de Arte Sacro de la Capital
de Italia.
Se especializa en el uso del hierro, bronce, terracota y
resinas. Con ellas vuelca su expresionismo hacia el arte
religioso o motivos que sintetizan el drama de la condición
humana.
En 1998 el Dr. Nelson Filippi visita el taller de Nena en Roma
juntamente con un amigo de ambos: Giorgio Todrani. De ese
encuentro, nace el deseo espontáneo del artista que una de sus
obras, en testimonio de solidaridad, se emplace en la Provincia
de Córdoba.
Durante el Jubileo del 2000, el "Lux Mundi" es premiado en un
concurso realizado por una Comisión del Vaticano como "La
Escultura del Siglo" y entronizado en la Basílica de Santa María
del Pueblo en Roma.
El boceto de "Lux Mundi" bendecido por Juan Pablo II el 20 de
abril de 2000 es entronizado honrando la
Iglesia Parroquial
de Bell Ville.
La obra de 3,8 metros de alto es fuertemente expresionista, una
cruz insinuada donde un Cristo crucificado asemeja flotar en el
aire con los brazos extendidos reflejando ofrecimiento y
acogimiento. Hierro y bronce en una conjunción de fuerza, amor y
piedad.
Volver arriba
|
Pons, Rosendo |
Este Maestro Albañil, de origen español, tenía su residencia en la ciudad de
Córdoba, en calle Velez Sarsfield 143. En 1890, comenzó la
construcción de la iglesia de la Villa del Tránsito en el
Dep. San Justo, proyectada por el Ing. Baravino.
En el año 1908, construyó el edificio Departamental de la
Villa de Tulumba, por licitación pública, de acuerdo al
proyecto y planos aprobados por el Gobierno de Córdoba.
Integró el equipo de construcción de la
Iglesia de
Capilla de los Remedios.
Volver arriba
|
Rodríguez Sesmero González, Alejandro (1848-1913) |
|
Nació en Gijón,
Asturias, España en 1848.
Cursa estudios de
Maestro de Obras en la Real Academia de la Purísima de
Valladolid. Más tarde, egresó como arquitecto de la
Escuela Especial de Arquitectura de ese país,
institución creada por la Reina Isabel II en 1884 y que
actualmente es la Facultad de Arquitectura de la
Universidad Politécnica de Madrid.
Durante el período 1866 y 1869 colabora con su
padre Domingo Rodríguez Sesmero, de igual profesión,
como delineante de la Diputación Provincial de
Valladolid.
|
Entre 1873 y 1888, trabajaron en varias
obras en Vigo y Pontevedra, siendo incluidos entre los
máximos exponentes del eclecticismo arquitectónico de la
ciudad viguesa.
Se desempeñó como
arquitecto municipal interino de Vigo en 1875-1876 y
entre éste año y 1887 se desempeña como Director
Facultativo de Pontevedra.
Una de sus
primeras obras en esa ciudad, fue el palacete de Méndez
Núñez (1887), al que siguió el edificio del
Ayuntamiento, obra ecléctica, con una gran elegancia
propia del III Imperio francés.
Casa Consistorial de Pontevedra
Con su padre
Domingo, tiene documentadas más de doscientas obras de
distinto calibre, en Vigo. En 1882 realizaron juntos el
Teatro Cervantes.
En 1880 reformó la
capilla pontevedresa de la Virgen del Camino y en 1883
proyectó el asilo de Caldas de Reis. También proyectó el
Mercado Municipal de Pontevedra y el Grupo Escolar,
terminado en 1892.
Proyectó
edificios, calles, túneles, acueductos, plazas,
fuentes, viaductos de hierro, prolífica labor que
contribuyó a la nueva ciudad urbana.
El 31 de diciembre
de 1888, solicita la legalización de su título ante la
Dirección General de Instrucción Pública. El motivo era
que había decidido viajar a la Argentina. La Escuela
Especial de Arquitectura de Madrid le otorga el visto
bueno a los pocos días.
Llegó a la
Argentina en enero de 1889, año en que el Gobierno
argentino lo nombró profesor titular de la “Cátedra de
Arquitectura y Dibujo Arquitectónico“, en la Facultad de
Ciencias Físico-Matemáticas, en lo que hoy es la
Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la
Universidad Nacional de Córdoba; constituyéndose en el
primer arquitecto docente de aquella facultad.
El 19 de diciembre
de 1890, Alejandro solicitó el reconocimiento de su
título español de arquitecto y también le fue concedida
la nacionalidad argentina. En febrero de 1891, solicita
al Decano de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas
la autorización para obtener el título de Ingeniero
Nacional. Una comisión especial presidida por el vice
Decano Oscar
Döering, el 16 de marzo, lo habilita para
desempeñarse como arquitecto o ingeniero.
La actuación más
importante en Córdoba está relacionada con su trabajo en
las profundas transformaciones arquitectónicas hechas en
el Colegio Convictorio, la Universidad, la Iglesia y el
Noviciado, obras de los jesuitas, para servir como sede
de la nueva Universidad Nacional.
Universidad a inicios del siglo XX
Para contar con
una universidad a nivel de las europeas, el arquitecto
Sesmero realizó un detallado proyecto que es como un
compendio de todas sus realizaciones anteriores en
Galicia, especialmente el Ayuntamiento y la Diputación
de Pontevedra.
El 28 de febrero
de 1893, terminó de definir el proyecto que se
completaba con “una memoria descriptiva, un minucioso
estado de ubicación y el presupuesto de todas las
unidades de obra“. Los trabajos se terminaron el 24
de julio de 1897.
Sigue
desempeñándose como profesor, reemplazando al Ing.
Carlos Cassaffouth en la “Cátedra de Hidráulica y
Proyectos de Planos y Presupuestos“. Desde mayo de 1900
se desempeñó como profesor de las cátedras “Arquitectura
I“ y “Arquitectura II“.
Entre otras
destacadas intervenciones en la ciudad de Córdoba se
encuentra el peritaje y levantamiento de planos del
edificio del Club “El Panal”, que en 1894, le encomienda
la Justicia argentina.
En 1894, también,
la comisión promotora de la construcción del templo de
la localidad de
Capilla de
Remedios, le solicitó, dado su prestigio
profesional, un informe técnico sobe lo que ya se había
construido.
El 15 de mayo
Rodríguez-Sesmero, firmó como ingeniero un "Informe
sobre el estado de las obra ejecutadas en la
construcción del nuevo templo de Nuestra Señora de los
Remedios", formulando varias observaciones, en
especial sobre el diseño de la cúpula y de la fachada.
A raíz de las observaciones marcadas, que eran de peso,
el ingeniero-arquitecto, en julio del mismo año, es
nombrado director técnico de la obra y se desempeñó
hasta la finalización, en 1904.
Participó como
jurado en numerosos concursos y fue uno de los
promotores del Centro de Ingenieros de Córdoba, siendo
el único arquitecto que formó parte de la primera junta
directiva en1899.
El miércoles 22 de
octubre de 1913, una larga y penosa encefalitis puso fin
a su vida, en Barrio Gral. Paz de la ciudad de Córdoba.
Después de un
largo juicio sucesorio, nada recibieron sus herederos,
salvo el recuerdo de una obra bien hecha a uno y otro
lado del Atlántico.
Fuente: PORTELLA
SANDOVAL, Francisco José - Alejandro Rodríguez-Sesmero,
un arquitecto ecléctico en fines del siglo XIX: de
Galicia a la República Argentina. Universidad
Complutense de Madrid.
Volver arriba
|
Tessandori, Luis |
|
Luis Tessandori (1897 – 1974) fue un artista argentino
que supo inmortalizar el Valle de Traslasierra. Pintor,
ceramista y músico, egresó de la Academia Nacional de
Bellas Artes en el año 1917. Invitado por su maestro
Fernando Fader, viaja a Deán Funes a trabajar en plainair.
Fascinado por el paisaje cordobés, se instala en San
Javier y luego definitivamente en un poblado inigualable
al pie de las Sierras Grandes, La Población. |
El análisis minucioso hasta científico de Fader y la fuerza
incólume de Bernaldo de Quirós, con quién también tomó clases,
se atisban en sus primeras experiencias. Circa 1930 se despoja
de la influencia de sus maestros y recala en un naturalismo
exacerbado, cuya búsqueda está dirigida a plasmar el alma del
paisaje serrano. Transita por el impresionismo, fiel exponente
en la captación de la luz y en la habilidad para bocetar y
pintar al aire libre.
Reconocido en la historia del arte argentino como el más
relevante animalista nacional, junto a su maestro, le confiere a
las figuras serranas, gran soltura dibujística, fundiéndose en
una atmósfera armoniosa, silente.
Consustanciado con el paisaje de Traslasierra, expresa en su
poética un amplio contenido social. Representa al trabajador de
campo en múltiples faenas, utilizando una amplia paleta tonal
acorde con el paisaje rural, incorporando en su temática la
vegetación autóctona y la arquitectura popular.
Abordó el tópico costumbrista exaltando a los gauchos serranos
inmersos en un espacio escenográfico, sugiere en sus obras un
clima de profunda serenidad. Nos legó una serie de boliches de
campo impregnados de gran intimismo, exalta planos en la
anatomía animal, de empaste moderado, paleta de tierras y fríos
e incorpora una luz fina, tenue. Las ondulaciones del terreno,
pircas, ranchos, se van alejando imbuidos en una suave
perspectiva.
Enamorado de la vida serrana, sencilla, encuentra Tessandori en
La Población y pueblos aledaños la escenografía de una
cotidianeidad definida. Sale al hallazgo del paisaje luminoso,
frente a las aguadas y sembradíos, aparece como testimonio
omnipresente: el animal serrano, cabras, vacas, chivos y
caballos.
La iconografía testimonia la emoción intensa del pintor frente a
lo irrepetible de la naturaleza, tal como asevera: “… La
naturaleza es mi maestra, mi guía, mi consejera”. De este
modo nos brinda una actitud panteísta de la vida, exaltando no
sólo la expresión en la estructura de las formas, sino los
asuntos populares con sublime dignidad, alejado de las
corrientes vanguardistas imperantes en nuestro medio.
Luis Tessandori es un paradigma de la plástica argentina. Nos ha
legado una obra auténticamente personal, única, logrando
combinar la armonía con el sentimiento, interpreta los momentos
efímeros de la vida con magistral poesía. El Atelier del artista
emplazado en su propiedad, abierto al público desde 1999,
atesora obras patrimoniales. Oleos, acuarelas, dibujos en sepia,
carbonilla, lápiz y bocetos. Se exhiben cerámicas, objetos
personales, fotografías, documentación, premios y
condecoraciones.
El “Atelier de Luis Tessandori” se ha convertido en el centro
cultural y artístico más destacado de la zona; como patrimonio,
tangible e intangible, es un destino emblemático en La
Población.
Volver arriba
|
Vespignani, Ernesto |
Don Bosco quería que sus hijos fuesen no solo ejemplares
religiosos sino que estuviesen también, debidamente
preparados en el saber profano. Un caso realmente destacable es
el del Padre
Salesiano
Ernesto Vespignani, nacido en Lugo, Italia.
Trabajó varios años en nuestro país,
falleciendo en Buenos Aires un
4 de
febrero de 1925.
En su carácter de discípulo de Camilo Boito cultivó los estilos
neomedieval y románico lombardo con elementos florales.
Se
distinguió en
arquitectura religiosa con tal competencia que mereció las
siguientes distinciones:
Buenos Aires, 1910: Primer Premio, Medalla de Oro en la
Exposición Industrial del Centenario.
Montevideo, 1920: Primer Premio, Medalla de Oro, en el Primer
Congreso Panamericano de Arquitectos.
Santiago de Chile, 1923 y 1924: Primer Premio, Medalla de Oro,
por sus trabajos de arte religioso, en el Segundo Congreso
Panamericano de Arquitectos.
Lima: Medalla especial otorgada por el Gobierno del Perú
por el hermoso frente del templo de María Auxiliadora.
Fue miembro correspondiente de la Real Academia de San Lucas;
autor de los proyectos de los templos de San Carlos
y Santísimo Sacramento de la Capital Federal, la
Catedral de Viedma,
el Santuario de Nuestra Señora de Itatí (Corrientes), la iglesia
del Rodeo (Mendoza),
Iglesia Nuestra Señora de la Merced en Tucumán,
Colegio San José en Rosario, Templo Sagrado Corazón y de María
Auxiliadora de Colonia Vignaud,
María Auxiliadora en la ciudad de Córdoba y otros.
María Auxiliadora de Córdoba |
Catedral de Viedma |
Volver arriba
|
|
|
|