| CAPILLA de SAN 
				JUAN BAUTISTA   
				
					
						| 
				
				"Casa de mi infancia, ruina aislada y solemne que tal vez no me 
				habéis desconocido. Desde esta habitación que se desmorona 
				escuché, la tarde de un día de invierno, el clarín de la última 
				grande y lujosa tropa de carretas que cruzara por el camino, 
				rumbo al occidente, como siguiendo el curso del sol hacia el 
				ocaso. 
						  
						 
						Casa que fue habitada por la familia 
						Caballero en los tiempos del presente relato 
					
						Revista "Nativa" - Año XI Nº 122 - 
						Buenos Aires, 28 de febrero de 1934 
					  
				
				Me parece que veo a los picadores, en el momento de saltar de 
				los pértigos, para animar de a pie a los bueyes, dirigiendo a 
				los ariscos con sus largos orejeros, al realizar la evolución 
				destinada a formar el círculo, dentro del que se encierra el 
				ganado y luego se encienden los rumorosos fogones. No he 
				olvidado que a la mañana siguiente, oí el eco de los ejes, cuyo 
				lamento desafinado se alejaba, anunciando la despedida de las 
				carretas, que se iban para siempre, como se fueron las arrias 
				con el retintín funambulesco de sus cascabeles, como se fue la 
				vida de libertad, de poesía, de trabajo, de alegría y de 
				misterio de la vieja pampa. 
				
				-'¿Volverán las carretas?' - preguntábamos a nuestros padres, 
				recordando las delicadas golosinas de que eran portadoras. 
				Cuando nos respondían negativamente, diciéndonos que el 
				ferrocarril las había sustituido, una tristeza indefinible y 
				oscura caía sobre nuestras almas". 
				
				"La casa de mi infancia" 
				(Fragmentos) 
				
				Ricardo Caballero 
					
					Revista "Nativa" - Año XI Nº 122 - Buenos Aires, febrero 
					de 1934 
				"Páginas literarias del último caudillo" - 
				Compilación: F. Rojo y A. Ivern 
				  
				 
				"En camino hacia el mercado de Córdoba" 
				- Foto de A. W. Boote, 1913 ("The Amazing Argentine") |  
				  
				La Posta y los viajeros. 
				  
				No reiteraremos el material que, en extenso, ya ha sido 
				incorporado en otras capillas; en este espacio y de modo 
				específico, nos abocaremos a la etapa desde mediados del siglo XVIII a la actualidad. De interesarse el lector en los sucesos 
				que, en toda esta zona del sudeste cordobés, iban construyendo 
				los años previos le sugerimos se dirijan a los contenidos de
				Cruz Alta,
				Los Surgentes,
				Inriville,
				Bell Ville,
				Yucat o
				Villa María. 
				  
				 
				  
                  
                    
                      | 
						El Fray 
						Pedro José de Parras realiza numerosos viajes entre 1749 
						y 1753 de los que deja testimonio en el libro "Diario 
						y Derrotero de sus viajes, 1749/1753 - España, Río de la 
						Plata, Córdoba y Paraguay". Del mismo extraemos que 
						el 15 de diciembre de 1750 "... nos adelantamos al 
						Río Tercero. Es éste un paraje deliciosísimo por los 
						bellísimos bosques de que está vestida la costa y que en 
						los últimos veinte años estaba pobladísima de buenas 
						estancias y creo que no tiene todo el reino del Perú 
						mejor paraje para cría de ganados; más hoy no se ven 
						sino arruinados edificios por las continuas y 
						cruelísimas invasiones con que los indios han desvastado 
						estas campañas; sin embargo de que ya se ve una u otra 
						estancia y creo que, en breve tiempo volverá a poblarse, 
						no obstante que el peligro es sumo y deberán siempre 
						vivir con grandísimo temor". |  |  
                
                  
                    
                      | 
						 | 
				José A. 
				Ferrer Benimeli estudió el testimonio que dejó escrito el Padre 
				José Manuel Peramás sobre el viaje que, de resultas de su 
				expulsión, realizaron los jesuítas desde Córdoba al Río de la 
				Plata. El trabajo del investigador está expuesto bajo el título
				"Viaje y peripecias de los jesuítas expulsos de 
				América". 
				Del mismo extraemos que 
				
				
				el 28 de julio de 1767 "... llegaron a una legua del río 
				Tercero 'a donde se dio de noche la única comida que se daba en 
				este viaje' [así consignado en el original de Peramás]. 
				El 29 llegaban a Esquina de Ballesteros y el 30 al puesto 
				llamado el Fraile 
				Muerto". 
						 
						A la izquierda el listado de los 
						sacerdotes jesuítas expulsos donde, resaltado, 
						destacamos el nombre del Padre José Manuel Peramás 
						(anotado como Joseph Peramás, natural de Cataluña) |  
				  
              Entre 1771 y 1773, Concolorcorvo en su carácter de Visitador de 
				Correos y Postas entre Buenos Aires y el Alto Perú dejó 
				consignado que la posta entre Fraile Muerto (actual
				Bell Ville) y 
				Paso de Ferreyra (actual Villa Nueva) era, por entonces, la 
				Esquina de Colman que, según el autor, correspondía al "... 
				apellido de un inglés tan valeroso que, habiendo perdido un 
				brazo en un combate y después de haberse curado, continuó 
				sirviéndose con uno solo contra los indios, manejando la lanza y 
				el alfanje con el mismo denuedo y asombro de amigos y enemigos". 
				José E. Cacciavillani (1925-1984) en su libro "Historia de 
				Ballesteros" se extiende más al respecto al asegurar que el 
				tal Colman " ... manejaba el alfanje a diestra y siniestra 
				degollando indios que era un placer. Para él ... Lamentablemente 
				no sabemos más sobre este valiente precursor de nuestros héroes 
				del desierto". 
              Según Concolorcorvo, la Estancia de la Esquina de Colman (algunos 
				historiadores la identifican como de Collman) distaba ocho 
				leguas de Fraile 
				Muerto 
				y tres leguas de Esquina Paso de Ferreyra (actual Villa Nueva) y 
				su presencia en el lugar se reconocería, tal vez, desde fines 
				del siglo XVII o principios del XVIII. 
              Será José E. Cacciavillani en su libro "Historia de 
				Ballesteros" 
				quien concluye que, hacia 1780, "... muy probablemente cerca 
				del puente que une los dos Ballesteros actuales, se estableció 
				un hidalgo español llamado José de Ballesteros y con él, un 
				hermano". Los colonos Ballesteros instalan, en el lugar, un 
				negocio de campaña; el sitio se reconocerá como Esquina de 
				Ballesteros. 
                
               
              Puente actual sobre el Río Tercero - Autor: Domingo 
				José Ingrassia 
              Obra incluída en el libro "Historia de 
				Ballesteros" de José E. Cacciavillani 
                
              En 1784, el astrónomo francés José Sourryère de Souillac partió de Buenos 
				Aires con destino a Santa Cruz de la Sierra con el objeto de 
				amojonar el camino. Si bien la tarea se vuelve inconclusa, un 
				tramo del mismo es volcado al libro 
				"Itinerario de Buenos Aires a Córdoba" que es 
				publicado varios años después. En el mismo da 
				cuenta que el río Tercero a partir de
				Frayle Muerto 
				tiene un "... caudal mediano, fondo firme, sus márgenes casi 
				a pique de terreno, muy seguro y sólido por ser gredoso; todo el 
				camino es bueno y llano como el terreno, el pasto no sirve para 
				los caballos; muchos árboles, chañares y sauces; los primeros 
				sirven por su tamaño y calidad para fuego, estacadas y otros 
				usos inferiores; los segundos, para carretas, y los terceros 
				para tirantes. A las seis leguas llegué a la posta llamada la 
				Esquina de Medrano". 
              Cuando el científico galo se refiere al tramo desde 
				Frayle Muerto 
				hasta el Paso de Ferreira se esmera en volcar a su recopilación 
				una significativa información sobre la flora y la fauna del 
				lugar. Sobre el Río Tercero en particular asegura que "... el 
				agua es buena y con abundancia de peces: surubís, magurutices, 
				sábalos, tarariras, bagres de tres clases, muchas bogas (no son 
				como las de Europa), infinitos dorados, anguilas muy grandes, 
				camarones, unos parecidos a sardinas pero endentados". Las 
				posibilidades de buena caza incluyen "... toda clase de 
				patos, palomas, perdices, chorlitos, becacinas, loros, cotorras, 
				periquitos, avestruces, chajás, liebres en abundancia, venados, 
				guanacos, biscachas, quirquinchos (de los que hay varias 
				especies como peludos, piches, matacos, mulitas, todos muy 
				semejantes)". En su relevamiento consigna "... víboras, 
				culebras y otros reptiles ..." además de muchas yerbas 
				medicinales como "... oruzú, zuma, canchalagua, jalapa, 
				lechetrema, ruibarbo, mostaza, perlilla, duraznillo, llantén, 
				achicorias, malvabisco, hinojo y contra-yerba". 
              El historiador José Ignacio Avellaneda rescata el documento que, 
				bajo el título "Descripción de los caminos, pueblos, lugares 
				que hay desde la Ciudad de Buenos Ayres a la de Mendoza, en el 
				mismo reino", fue escrito por el
				Comandante de Frontera y de las 
				Armas del Partido de Cuyo José Francisco de Amigorena y 
				fechado en Mendoza el 6 de febrero de 1787. El mismo es un 
				relato pormenorizado del camino transitado por el expedicionario 
				donde se da cuenta, no solo de las características de la ruta, 
				los caminos secundarios y las distancias, sino que también 
				aporta una importante y valiosa información sobre la geografía 
				en general, los asentamientos poblacionales y sus recursos de 
				subsistencia. De dicho diario de viaje extraemos un fragmento 
				donde se consigna que, una vez dejado atrás
				Fraile Muerto, 
				van en procura de la Posta siguiente: 
                
                  
                    
                      | 
						
						"A 
						la Posta del Rincon de Bustos (se pagan 6 leguas): Todas 
						ellas son bien deliciosas á la vista cansada de las arideses pasadas; agua y Leña en abundancia, sin faltar 
						buenos Peces quando hay alguno que se dedique a 
						pescarlos. Mas de veinte Ranchos hay en esa distancia a 
						uno y otro lado del Rio, con mas de 120 individuos que 
						los habitan según el computo que hicimos: Ocupanse de la 
						Cria de Ganados Bacuno, Lanar, Yeguada y los Cavallos de 
						su tragin, pero no pasa el numero de esas Especies  del 
						preciso para su subsistencia, porque no hay quien se 
						anime a fomentar su Cria por temor de los Indios. Las 
						Mugeres se exercitan en sus ilados como referimos 
						arriba. La 
						Posta del Rincón esta en uno que forma el Rio, tiene su 
						Casa regular aunque sin defensa alguna con otras 
						habitaciones contiguas para Criados y Postillones: pero 
						con motibo de las frecuentes irrupciones de los Indios, 
						sucede que el Mro de Posta se retira muy á menudo al 
						otro lado del Rio, y solo deja aquí un Postillon y algun 
						criado que cuide de dos Cavallos a los Correos y 
						Pasageros". 
						  
						Si su interés es acceder al relato 
						específico que abarca el trayecto transitado dentro del 
						territorio cordobés,
						
						haga click aquí. 
						Por el contrario, si su deseo es tomar 
						contacto con la integralidad del documento y por ende, 
						de todo el viaje, 
						
						
						haga click aquí. |  
                
              Entre 1788 y 1789, el geológo y minero alemán Anton Zachariah 
				Helms viajó integrando un equipo de especialistas en la materia 
				los que, financiados por el estado español, tenían por objetivo 
				el optimizar con novedosas tecnologías de la época la 
				explotación de los ricos recursos en plata descubiertos en 
				nuestras tierras sudamericanas. Durante su viaje redacta sus 
				vivencias las que fueron publicadas en un libro bajo el título
				"Viaje desde Buenos Aires a Lima por Potosí"; en el mismo 
				deja consignado que, camino a Córdoba y tras superar
				Frayle Muerto (Frailem 
				Muerto en el original) en dirección a Esquina de Medrano 
				(Esquino de Medrano en el original),
				"... 
				
				comienza un bosque continuo con un ligero ascenso en dirección a 
				Córdoba. En este bosque solo se encontraron dos tipos de árboles 
				los que, sin fruto alguno, tenían similitud con los olivos 
				españoles con hojas de un intenso y hermoso color verde”. 
				
				Su relato se ocupa de resaltar la presencia de 
				"... casas de postas y algunas chozas de criollos que se 
				levantan a campo abierto, sin fosos ni muros de protección ...", 
				lo que justifica en que 
				
				"... los indios nunca llegan tan lejos en sus incursiones 
				predatorias.” 
                 
                
				   
				Portada y fragmento del libro de Anton Zachariah Helms   
              Walter B. L. Bose concluye en su artículo "Córdoba, centro de 
				las comunicaciones postales en las Provincias Unidas del Río de 
				La Plata" publicado en 1942 que "... hacia 1779 el punto 
				de partida hacia Chile se iniciaba en la Esquina de la Herradura 
				o Posta de Ferreyra, a seis leguas de la Cañada de Lucas y luego 
				fue fijado en la Esquina de Medrano, en 1791, por ofrecer 
				mayores ventajas". La primera posta que se encontraba en 
				este trayecto era la "Posta de San José" cuyo Maestro desde 1791 
				era José Domingo Cabral por lo que, también se la conocía como 
				"Posta de Cabral". 
              
				Para la época virreinal, elegir la ruta hacia Mendoza implicaba 
				abandonar el Río Tercero a la altura de la Posta nº 21 
				identificada como Esquina de Medrano para poner rumbo oeste 
				hacia el arroyo San José (arroyo Cabral, este curso de agua 
				separa las actuales pedanías de Villa Nueva y Chazón) donde su 
				posta llevaba el nº XXII (la secuencia seguía con números 
				romanos), luego a Cañada de Lucas (Posta nº XXIII) y Punta de 
				Agua (Posta nº XXIV); si el deseo era ir a Córdoba, se optaba 
				por cruzar el río Tercero en la Posta nº 22 identificada como 
				Paso de Ferreyra (Villa Nueva) para luego continuar a Tío Pugio 
				(Posta nº 23), en dirección norte. El ordenamiento numérico 
				corresponde a la información que Angel 
				García Rodríguez extrae, para su tesis doctoral, del "Mapa 
				Topográfico - Facsimil de la época de la formación del 
				Virreynato". 
                
               
                
              Un informe que se efectuó en 1799 para el Virrey Marqués de Avilés 
				conocido como "Itinerario de Mendoza a Buenos Aires por el 
				camino de las Postas" da cuenta que el viajero que, luego de 
				pasar Frayle Muerto, comenzaba a alejarse del Río Tercero hacia 
				el oeste en procura de la ruta hacia Chile se encontraba que el 
				tramo hacia las Postas de San José y Cañada de Lucas eran 
				"... un monte de grandes Algarrobos y Chañares que tendrá como 
				dos leguas de trabesia, es mui hermoso, y ai sus lagunas limpias 
				a trechos que recogen agua cuando llueve". 
              Para fines del siglo XVIII y principios del XIX los Maestros de 
				Postas de la zona fueron: Juan Manuel de la Fuente en Paso de 
				Ferreyra (desde 1773 hasta 1789); Don José Ignacio de las Casas 
				(a partir de 1789) en Esquina de la Herradura y en 1811 se 
				designa en Paso de Ferreyra a Manuel Bustos, quien había 
				ejercido estas funciones en Esquina de Medrano. 
              En relación a esta última Posta las responsabilidades de 
				administración fueron asumidas, como primer Maestro, por José 
				Bustos a partir del 26 de agosto de 1779. Al momento de su muerte, dos años 
				después, las tareas recaen sobre su esposa Isidora Farías y su 
				hijo Félix Fernández. En 
				1787, este rol es tomado por un hijo de José Bustos de nombre 
				Casimiro que, tras su muerte en 1796, es reemplazado por su 
				viuda Luisa Bárzola y su hijo Manuel Bustos.  
				En 1806, 
				concretada la rendición de las 
				tropas inglesas y reconquistada Buenos Aires, los invasores prisioneros 
				fueron alojados en San Antonio de Areco, a 120 km de 
				Buenos Aires. Al año siguiente, se decide trasladarlos al interior. 
				El nuevo confinamiento 
				será Santa Rosa en el Valle de Calamuchita donde serán ubicados, 
				en su mayoría, en el casco de la vieja
				Estancia Jesuítica de San 
				Ignacio. El Capitán Alexander Gillespie era parte del 
				Regimiento 71 desplazado; de su mano nacerá un largo escrito 
				que, a 
				modo de diario de viaje, relevará la naturaleza y geografía de 
				nuestro interior así como 
				los hábitos, costumbres, miedos y sueños de los habitantes 
				locales. Esa pintura particular y subjetiva adoptará forma de libro 
				al imprimirse en Londres 
				en 1818. 
				El relato da cuenta que, el 30 de marzo de 1807, provistos de 
				recursos económicos y víveres, en carretas y a través de las 
				peligrosas pampas, abandonan el Santo de Areco e inician el 
				largo camino a Córdoba. 
				La memoria escrita del Capitán nos da cuenta que, el 21 de abril 
				temprano, "... nos refrigeramos en la Esquina de Ballesteros, 
				a cinco leguas de Fraile Muerto donde hay una posta en la 
				llanura. El traje de la gente ahora cambió, pues en lugar de 
				poncho usaban una frazada ordinaria de su manufactura, que era 
				operación lenta, pues no sabiendo tirar la lanzadera, 
				invariablemente la pasaban a mano. Hasta aquí nos habíamos 
				mantenido desde Cruz Alta, junto a las márgenes del Tercero".
				[Acceda al relato completo del viaje por territorio cordobés, haciendo
				Click Aquí]. 
				  
				 
                
              El jefe de la Posta Manuel Bustos deja el lugar en manos de Pedro 
				Moyano el 28 de abril de 1810 para tomar el control de la Posta 
				de Paso de Ferreyra en 1811. 
              Durante el año de 1810 ya se tienen datos de la existencia de la Posta Esquina 
				de Castillo (la que, luego, se conocerá como Posta de Tres 
				Cruces) ubicada a 4 leguas de 
				Fraile Muerto y a otro tanto de 
				Esquina de Medrano. 
              Guillermo Gallardo, en su trabajo sobre el viaje de Joel Roberts 
				Poinsett de 1811, nos da cuenta que "... Mariano López se 
				hace cargo como Maestro de esta Posta [Esquina de Medrano] 
				desde el 24 de octubre de 1811. Poisett lo hallaría recién 
				instalado en sus funciones. Ocupaba tierras propias, con ovejas, 
				aves y ganado, huerta y agua permanente". 
              En 1811 Joel Roberts Poinsett, en su carácter de Primer Agente 
				Comercial y Primer Cónsul de los Estados Unidos de Norteamérica 
				en Buenos Aires y en Chile, transita el camino que une Buenos 
				Aires a Santiago de Chile. En la Revista de Historia de América 
				y Argentina publicada por la Universidad Nacional de Cuyo 
				Guillermo Gallardo recupera la historia de dicho viaje en la que Poinsett escribe que, luego de pasar por
				Fraile Muerto, 
				"... las sierras de Córdoba se ven a lo lejos y el suelo se 
				vuelve quebrado, con bosques de un espino bajo (Acacia Mimosa). 
				Los caminos están muy desgastados por las carretas. Las ruedas 
				que en éstas utilizan son de un diámetro de diez pies y las 
				huellas se vuelven tan profundas que a menudo nos veíamos 
				obligados a rebajar los caballones formados entre ellas para que 
				la galera pudiera pasar". Después de la Posta de Medrano 
				siguen camino hacia el oeste. 
              Manuel Bilbao en su libro "Buenos Aires, desde su fundación 
				hasta nuestros días", asegura que "... en la época de la 
				Independencia las postas y caminos que había ... eran, para la 
				Jurisdicción de Córdoba, las siguientes:
				Cruz Alta, 
				Cabeza de 
				Tigre (a 4 leguas), 
				Esquina de Lobatón (a 4 leguas), Saladillo 
				de Ruíz Díaz (a 5 leguas), Barrancas (a 4 leguas),
				Fraile Muerto 
				(a 4 leguas), Tres Cruces (a 5 leguas), Capilla de Dolores (a 3 
				leguas) [se refiere a la Posta de la estancia de Bustos y 
				esta Capilla debe adjudicarse al canónigo José Mateo de 
				Arrascaeta en 1817], 
				Esquina del Ahogado (a 4 leguas) [seguramente se refiere a 
				La Herradura], Arroyo San José (a 4 leguas)". 
              Un mapa de 1816, en este caso de Adrien-Hubert Brué, insiste en 
				identificar a la Esquina de Colman como la Posta intermedia 
				entre Frayle Muerto 
				y la Esquina de Passo (con doble "s") Ferreira. 
                
               
              Mapa de Adrien-Hubert Brué (1816) 
                
						
						El viajero inglés Alexander Caldcleugh Beatson (nacido 
						en Londres, Inglaterra en 1795 y fallecido en 
						Valparaiso, Chile en 1858) recorre estas tierras a 
						partir de 1819 hasta 1821 volcando sus experiencias en 
						el libro "Viajes por América del Sur". A 
						propósito de este espacio en particular deja el 
						siguiente testimonio:  
                
                  
                    
                      | 
						
						"A las cuatro de la mañana partimos [de 
						Frayle 
						Muerto] para Tres Cruces y la Esquina de Medrano, a 
						distancia de ocho leguas. El camino que seguía por las 
						márgenes del Río Tercero, señalado por una hilera de 
						árboles. Pasamos algunas estancias rodeadas de 
						arboledas. Con un poco más de agua esta comarca tendría 
						buenas maderas. Vi algunos cuervos grandes como gallinas 
						y los mismos arbolillos del día anterior; también unas 
						flores, parecidas al alelí, de color amarillo pálido y 
						unas hierbas que semejaban la cola de un gato. La gente 
						de buenos modales y en la posta una casa. Hasta el 
						Arroyo San José, ocho leguas. Anduvimos una distancia 
						considerable por las márgenes del río Tercero, entre 
						matorrales de mimosas con espinas y hierbas tan altas 
						que apenas se distinguía el camino". |  |  
                
              En 1820, el banquero suizo Peter Schmidtmeyer realizó el 
				viaje entre Buenos Aires y Chile que, devenido en pormenorizado 
				relato, dejó plasmado en el libro "Travels into Chile over 
				The Andes". De sus páginas extraemos el mapa elaborado 
				por el autor y el detalle de las 
				postas recorridas observándose que la Esquina de Medrano es 
				identificada como el sitio donde se bifurcan los caminos hacia 
				el norte y el oeste, este último en dirección a Chile. 
                
               
                
               
                
              En el espacio dedicado al trayecto entre la Esquina de Medrano y 
				el Arroyo San José, Schmidtmeyer ilustra la vida cotidiana de la 
				zona con una lámina y se ocupa, en especial, de mencionar la 
				presencia visual de las típicas serranías cordobesas que, a la 
				distancia, rompen con toda la monotonía de las pampas que tanto 
				lo habían aburrido desde Buenos Aires. 
                
               
                
              Para la misma época otro viajero, en este caso el botánico 
				e ingeniero inglés John Miers, realiza varias expediciones a Sudamérica 
				motivado por razones científicas. De resultas de estos 
				relevamientos nacen dos volúmenes que fueron publicados en 
				Londres en 1826 bajo el título "Travels in Chile and La Plata 
				- 1819/1824" y que, en su versión española, fue impreso como
				"Viaje al Plata, 1819/1824". Al recorrer sus páginas nos 
				encontramos con su visión de su visita a la Posta de Esquina de 
				Medrano y su entorno: 
                
                  
                    
                      | 
						
						"El camino hasta Tres Cruces, cuatro leguas de 
						distancia, corre en parte entre manchas de bosque 
						espinoso, en parte sobre una pampa abierta; la posta es 
						un lugar bastante miserable. De aquí a la Esquina de 
						Medrano, igual distancia, el camino se tiende sobre una 
						región más boscosa. La Posta de Esquina de Medrano 
						consiste en una larga hilera de construcciones de adobe 
						y es mucho más limpia que las vistas hasta ahora. El 
						maestro de posta es un hombre de lo más amable y bien 
						educado, tiene mucho parecido con un español europeo; 
						provee de todas las comodidades que se pueden proveer en 
						el lugar; su tropilla es excelente y tiene bastantes 
						servidores para atender al viajero con rapidez. En este 
						punto el camino deja la línea de postas que lleva a 
						Córdoba, el cual por algunas leguas sigue paralelamente 
						la margen occidental del río Tercero, luego cruza el río 
						en el vado de Paso de Ferreira y de allí toma hacia el 
						norte para Córdoba. Dejando el camino de Córdoba, la 
						dirección tuerce más hacia el oeste y se cruza, al 
						principio, por un bosque de chañares, mimosas y 
						algarrobos cuyas ramas, cuando yo viajaba por allí 
						estaban cargadas de langostas. Bordeando la comarca 
						boscosa durante dos leguas nos encontramos nuevamente en 
						la pampa, aún desprovista de árboles, que muestra una 
						superficie algo ondulada. A una distancia de ocho leguas 
						de la última posta se encuentra la etapa siguiente, 
						Arroyo de San José, donde hay unos pocos ranchos 
						miserables y provisión de caballos, también miserables". |  
                
				   
				John Miers y fragmento de su obra 
                
              El 30 de enero de 1821 la Provincia de Córdoba, a través de su 
				Asamblea Legislativa, le da vida al "Reglamento Provisional 
				de la Provincia para el Régimen de sus Autoridades" que se 
				asume como su primera Constitución. El órgano deliberativo 
				estaba presidido por Francisco de Bedoya y entre sus miembros se 
				encontraba el Dr. Francisco Ignacio Bustos, sobrino del entonces 
				Gobernador Coronel Mayor Juan Bautista Bustos el que asumirá la 
				responsabilidad de publicarla en Bando Solemne casi un mes 
				después; más precisamente, el 20 de febrero de 1821. 
              Siete años después, el Dr. Francisco Ignacio Bustos será central 
				en la construcción de la historia que, en este espacio, nos 
				convoca. 
              En 1823, el escritor inglés Robert Proctor llega al país con el 
				objetivo de cruzarlo en procura de Chile y de allí, al Perú. Al 
				regresar a su país, todas las notas acumuladas a lo largo del 
				viaje se incorporan a un libro al que títuló "Narraciones del 
				viaje por la Cordillera de los Andes". Del mismo, extraemos 
				lo siguiente: "Hicimos las cuatro leguas desde 
				Frayle Muerto 
				a Tres Cruces en cincuenta minutos, pues deseábamos adelantar 
				cuatro leguas más hasta la Esquina de Medrano, donde, según el 
				correo, había buen alojamiento. Llegamos al primer punto como a 
				las 5, y, para nuestra gran mortificación, nos encontramos sin 
				caballos: por consiguiente, nos vimos forzados, a pesar nuestro, 
				a parar en Tres Cruces, pero obligados a pasar la noche en el 
				carruaje por no haber sitio para nosotros en el mísero rancho, 
				aunque el maestro de posta tuvo la amabilidad de ofrecernos 
				dormir en el mismo aposento suyo y de su familia. Los peones 
				entretanto se acomodaron rodeando el fogón que encendieron bajo 
				un árbol donde prepararon asado y tomaron mate. El 29, llegamos a la Esquina de Medrano en 
				un muy buen tiempo. El 
				informe de nuestro correo sobre esta posta fue exacto, y era 
				superior a cualquier casa que hubiéramos visto a partir de 
				Buenos Aires. La entrada daba a una gran sala, con cielo-raso de cañizo, que imprimía a la casa aspecto de una limpieza que 
				brillaba por su ausencia en todas las otras cuyos cuartos sin 
				cieloraso tenían telarañas colgando como cenefas, sin riesgo de 
				ser bajadas con escoba. La casa se levanta en una situación muy 
				alegre, con acceso a extenso matorral, compuesto principalmente 
				de acacia espinosa o algarrobos con ramas que tocan el suelo. 
				Los habitantes del país aprovechan mucho la fruta de este 
				árbol, que, cuando madura, es larga vaina amarilla como chaucha. 
				Se da en grandes racimos y tiene sabor dulce muy pronunciado. Se 
				usa en diferentes confituras y para hacer patay, que, a nuestros 
				paladares estaba lejos de ser agradable. En esta posta se 
				bifurcan los caminos de Perú y Chile, el primero a la derecha 
				por Córdoba, Tucumán y Salta, y el segundo por San Luis y 
				Mendoza. Aquí perdimos el lindo, aunque pastoso camino de las 
				Pampas, siendo el campo cubierto con helechos, lleno de calinas 
				como tacurúes, y más boscoso. Mulas y carros han seguido una 
				ruta con hondos huellones y era imposible andar ligero. En 
				algunos lugares la vista producía el aspecto de un algarrobal 
				tupido, mientras en otros los troncos estaban separados más bien 
				de modo pintoresco. La etapa de la Esquina de Medrano al Arroyo 
				San José es de siete leguas de mal camino áspero". 
                
               
              Fragmento de 
					"Narraciones del viaje por la Cordillera de los Andes y 
				Residencia en Lima" - Robert Proctor 
                
              En 1824 quien en el futuro sería Papa Pío IX, al pasar por la zona 
				camino a Chile, dejará una descripción de la zona a través de un 
				texto realizado por su acompañante y escriba Giuseppe Sallusti. 
				Traducimos del original en italiano: "... Luego de 
				Fraile Muerto vamos hacia Las Tres Cruces, posta infelicísima, 
				es verdaderamente de las tres cruces que son: su malvada 
				situación, la falta de toda comodidad, las tazas engrasadas y 
				los rostros ceñudos de los responsables del lugar. Por tanto, 
				apenas cambiados los caballos, nos fuimos volando yendo a tomar 
				el almuerzo en la Esquina de Medrano, que es la posta inmediata, 
				competentemente buena y limpia; en la que se toma buena agua del 
				Río Tercero que se nos reaparece bañando sobre el lateral de la 
				construcción. Nosotros que habíamos andado del Sur al Norte y 
				desde Rosario hasta Medrano desde el Levante al Poniente; en 
				Medrano comenzamos a andar de Norte a Sur regresando, de algún 
				modo hacia atrás en dirección al paralelo de Buenos Ayres. 
				Debimos hacer ésto para evitar, dentro de lo posible, el 
				encuentro con Salvajes, alejándonos de ellos en nuestro camino. 
				Al principio, después de Medrano el recorrido es de gruesos 
				bosques de altas formas muy ramificadas del tipo de nuestras 
				acacias; luego se entra en una 
				llanura donde no se ve otra cosa que pasto, pocas aves y muy 
				pocas bestias; y para aquellos que son poco prácticos se hace 
				poco posible que se pueda reconocer la dirección del camino ya 
				que aún en pleno verano se halla cubierto de pasto sin ningún 
				signo de camino demarcado por el tránsito de algún otro que, 
				como nosotros, han debido experimentar. Lo mismo sucede en las 
				próximas quince leguas hacia la siguiente posta. De la Posta de Medrano se va al Arroyo San José donde llegamos a las dos de la 
				tarde y nos vimos obligados a pernoctar ya que las siguientes 
				postas no suministran siquiera comodidades para dormir. Se llama 
				Arroyo San José por un torrente de agua que baña el lateral de 
				la posta la que es muy cómoda y limpia, nosotros le hayamos 
				falta de pan y de vino pero, de esas cosas, estábamos bien 
				provistos. Una vez que la Maestra de la Posta nos preparó una 
				buena cocina, cenamos con mucha satisfacción. En el tiempo 
				intermedio entre nuestra llegada y la hora de la cena están los 
				que se dieron por cazar y quienes a pasear. Nosotros tres junto 
				al Monseñor Martai nos dimos un baño en el río para quitarnos el 
				polvo y tener un refresco frente al excesivo calor de los 
				últimos dos días. Con el alivio del baño y la buena cena se pasó 
				una noche feliz". 
                
               
              
				 
                
                 
                
              Al año siguiente, durante 1825, el inglés Samuel Haigh realiza su 
				tercer viaje a Sudamérica; durante el mismo, cruza nuestro 
				territorio desde Buenos Aires en dirección a Chile para luego 
				volcar su nueva experiencia en un libro que se publicará en 
				Londres en 1831 bajo el título "Bosquejos de Buenos Aires, 
				Chile y Perú". Su relato nos expone una descripción muy 
				interesante sobre la zona; relata, con pinceladas de sencilla 
				cotidianeidad, haber llegado a Esquina de Medrano luego de un 
				largo viaje donde la sensación de libertad que brindaba cabalgar 
				por las pampas era suficiente y valiosa justificación frente a 
				tanta monotonía. Vayamos, entonces, a sus palabras: 
                
                  
                    
                      | 
						
						"Al quinto día llegué a la Esquina de Medrano para 
						almorzar. Es una de las Postas más agradables del 
						camino; el Río Tercero serpentea junto a la casa, que 
						tiene detrás una huerta con fruta, legumbres y muchos 
						árboles a la orilla del río. Don F. Bustos, que tiene la 
						posta, es un personaje muy atento e instruído. Me brindó 
						un almuerzo magnífico de gallinas, arroz, huevos, etc., 
						que disfruté en el pórtico de la cabaña, la que merece 
						realmente ese nombre. Cerca de una legua de la Esquina, 
						el camino se bifurca para Córdoba y como había, a 
						menudo, oído ponderar esa ciudad, sentí una fuerte 
						curiosidad de visitarla y manifesté mi intención a 
						Bustos que era cordobés. Me dijo que me daría una carta 
						para un tío suyo que residía allí y una vez escrita y 
						consumidos nuestros alimentos, montamos sobre nuestros 
						caballos y seguimos a la Posta de la Herradura, primera 
						en el camino de Córdoba". | 
						 |  
                
							 
							Aguafuerte coloreado "Vista de 
				la Casa de Posta llamada el Rincón de Bustos, a orillas del Río 
				Tercero" 
							de Fernando Brambila 
							(1763-1832) (obra realizada entre 1795 y 1798) 
							  
							Luego de volver a leer el párrafo dedicado a Esquina 
							de Medrano más arriba trascripto y atraídos por lo 
							que entendíamos era una señal, casi como si fuese 
							una clave, donde la palabra "uncle" es 
							precedida con la traducción "tío" entre 
							paréntesis, nos sentimos impulsados a querer seguir 
							leyendo su libro. 
							  
							 
							  
							Con el correr de las páginas un rompecabezas 
							incompleto se nos despliega sobre la mesa y con él, 
							la tentación de apostar por posibles piezas a 
							colocar en cada uno de los espacios vacíos. 
							En la página 332 leemos: "Having dressed, in 
							order to present myself to the governor, I walked to 
							his palace, and was admitted by the sentinel, when I 
							was agreeably surprised to find that the great man 
							was no other than Colonel Bustos, with whom I had 
							breakfasted about eight years before in the Pampas. 
							At that time he was serving under Belgrano. He 
							recognized me first, and mentioned the circumstance 
							of our first meeting. After giving me a most cordial 
							welcome, he invited me to dine with him the next 
							day, and introduced me with his lady. The 
							'tertulias' spent in their house, during my short 
							stay in Cordova, will allways be remembered as some 
							of the most agreeable I passed in South America" 
							(Acceda a la traducción haciendo
							
							CLICK AQUI). 
							Razonemos, ahora, sobre el contenido de este texto: 
                
					
						
							|  | 
							Samuel 
							Haigh
							NO iba a Córdoba, cambia de opinión luego de la 
							charla con F. Bustos, ¿lo hace, según sus palabras, 
							tan solo porque le nace una fuerte curiosidad ("a 
							strong curiosity") por conocer la ciudad?. 
							
							A poco de arribar a Córdoba, una vez comido y 
							habiéndose  vestido de modo adecuado se dirige, 
							sin razón explícita alguna a la Gobernación. ¿Cómo 
							se explica que un inglés desconocido en una ciudad 
							que nunca había pisado logra, apenas llegado ser 
							admitido por los centinelas quienes le liberan el 
							paso hasta las mismas oficinas del Gobernador? 
							Es el 
							Gobernador quien primero lo reconoce al momento que 
							el inglés ingresa; por tanto, antes de estar frente 
							a frente, ninguno de los dos sabían quien era el 
							otro y es Bustos quien, al individualizar a su 
							visitante, le hace notar que habían estado juntos en 
							una reunión presidida por Belgrano ocho años antes.
							 
							Si 
							bien en
							ningún momento del relato se hace mención a la carta 
							recibida de manos de F. Bustos, ¿no será que es 
							dicha misiva la que le abre todas las puertas del 
							poder con tanta facilidad?. 
							
							Si la carta no era para el Gobernador entonces ¿por 
							qué Haigh no menciona nunca habérsela dado a otra 
							persona durante su estancia en Córdoba?. 
							
							En su texto, no hay nada escrito sobre lo que 
							hablaron con Bustos; lo único consignado es que el 
							Gobernador le presentó su esposa, lo invitó a cenar 
							y a una tertulia 
							para el día siguiente. Parecen ser demasiadas las 
							consideraciones dispensadas para un simple viajero 
							circunstancial que podríamos concluir que el azar de 
							una carta lo puso en el lugar apropiado para los 
							intereses de ambos. 
							Si 
							todas las anteriores reflexiones coincidieran con 
							los vacíos del rompecabezas, entonces no sería para 
							nada descabellado concluir 
							que F. Bustos, Maestro de la Posta de Medrano, sería 
							sobrino del Gobernador Juan Bautista Bustos. 
							
							Lo que sí pareciera muy difícil de asegurar es que 
							F. Bustos fuese el futuro fundador de Ballesteros 
							Sud (Dr. Francisco Ignacio Bustos); quizás podríamos 
							arriesgar con que eran primos entre sí. |  |  
                
              ¿Quién era Samuel Haigh? ¿Qué lo traía a Sudamérica? Su primer 
				viaje se efectiviza en 1817 y recalará en Valparaíso (Chile) 
				unos meses después de la batalla de Chacabuco y poco antes de la 
				batalla de Maipú. Era el momento propicio para un comerciante 
				especializado en la venta de armas. Se puede concluir que su 
				presencia y sus mercancías llegaron en el momento apropiado para 
				volcar la balanza a favor del triunfo definitivo de San Martín y 
				O´Higgins, con quienes tuvo contacto directo entre ambos 
				combates. Durante este viaje también se produce un encuentro con 
				Belgrano; reunión ésta, en la que se hallaba presente el Coronel 
				Juan Bautista Bustos. Esta primera y fructífera experiencia en 
				el sur de América lo motiva a volver por segunda vez en 1820 y 
				una tercera en 1825. 
                
               
              Coronel Juan Bautista Bustos 
                
              Dos embarcaciones francesas recalan en Chile a fines de 1825, son 
				la Fragata La Thetis y la Corbeta L'Esperánce. Parte de su 
				tripulación parten, el 26 de enero de 1826, con destino a Buenos 
				Aires por el Paso del Río Blanco. Después de unos 15 días de 
				viaje, el 11 de febrero, descansan en la Posta de Esquina de 
				Medrano. La travesía será recopilada por el Teniente de Navío de 
				La Thetis Conde Edmond de la Touanne y luego publicada con la 
				autorización del Capitán de Navío Barón de Bougainville en París 
				en 1837 bajo el título "Itinéraire Valparaiso et de Santiago 
				de Chile a Buenos Aires para les Andes et les Pampas". La 
				tabla que reproduce el itinerario recorrido, en el espacio 
				dedicado al tramo desde Punta del Agua hasta Arroyo de en Medio, 
				deja constancia que "... Esquina de Medrana [así 
				consignado en el original] es la mejor posada de la ruta. El 
				Río Tercero con árboles y vegetación ribereña". 
                
               
                
              Del posterior texto extraemos que "... luego de Tegua, donde 
				habíamos llegado en la noche del 10, dormimos al día siguiente 
				en la Esquina de Medrana [así consignado en el original]; 
				muy buen alojamiento administrado por un cordobés; quizás la 
				mejor posta de todas las de la carretera. Allí reina el orden y 
				la limpieza; hay un cuidado especial que la hace distinta en 
				comparación con lo visto hasta entonces. En general, desde que 
				entramos en la provincia de Córdoba cuya capital está distante 
				unas 35 o 40 leguas de la Esquina de Medrana, todo parece mejor 
				que en los otros lugares ya vistos; en todos los aspectos: mucho 
				más en las viviendas, en la solidez del modo de construcción, en 
				más recursos en las aldeas, una imagen de progreso, bienestar y 
				civilización. Como habíamos llegado muy tarde a Esquina de 
				Medrana, al salir del cuarto al día siguiente vimos con asombro 
				algo sobre lo que no habíamos reparado, estábamos junto a las 
				orillas del río Tercero que baja de la Sierra de Córdoba y se 
				dirige hacia el Paraná y finalmente a Buenos Aires. Recibe las 
				aguas del Arroyo San José y de otras corrientes pequeñas. 
				Durante todo el día 12 de febrero y parte del siguiente, nuestro 
				camino fue siempre junto al sinuoso, profundo y rápido río 
				Tercero al que recién abandonamos al llegar al pequeño pueblo de 
				Desmochados a unas 45 leguas de Medrana. Se trata de un río 
				ancho con costaneras altas con casi ninguna pendiente que 
				facilite el acceso; es como un profundo tajo en un terreno 
				absolutamente plano sobre ambas orillas. Sus aguas son frescas y 
				limpias lo que facilita una mayor y mejor vegetación además de 
				más casas y corrales en medio de grupos de árboles. Así es el 
				paisaje hasta Saladillo, a 20 leguas de Medrana, a partir del 
				cual solo vemos cactus y hierba como toda vegetación". 
              En octubre de 1826 el médico alemán Ludwing Friedrich Froriep 
				rescata, del relato de los viajes de Miers, la presencia masiva 
				de langostas en la zona y lo vuelca en "Noticias sobre Ciencias Naturales y 
				Médicas". Del mismo extraemos que las 14 leguas entre 
				Arroyo San José y Esquina de Medrano se realizó acompañado de 
				"... un ininterrumpido enjambre de saltamontes que volaron, 
				silenciosos, delante del viento en una dirección opuesta a 
				nosotros de modo ininterrumpido, ocupaban unos 20 pies de ancho 
				sobre nuestras cabezas y el aire parecía cubierto cual espesa 
				niebla que oscurecía el horizonte. Las miríadas de insectos que 
				atravesamos esa tarde eran incontables quedando, a la mañana 
				siguiente, la tierra cubierta por ellos". 
                
               
              Ludwing Friedrich Froriep y fragmento de su obra 
                
              Desde el puerto de 
				Falmouth (Inglaterra), el 23 de abril de 1827, parte el 
				paquebote Duke of York con destino final en Sudamérica; una vez 
				llegados a Buenos Aires inician un camino a través de nuestras 
				tierras en procura de Chile y luego, Perú. Como parte de la 
				tripulación, el Teniente Brand relevará el día a día del viaje en 
				un pormenorizado relato que, en 1829, será publicado en Alemania 
				por el editor Dr. Friedrich Alexander Bran con el título 
				"Diario de Viaje al Perú durante el invierno de 1827"
				el que incluirá en un volumen de "Archivos Etnográficos".
				El 24 de julio se ponen en marcha desde Buenos Aires; cinco 
				días después, el domingo 29, el cronista deja escrito que, luego 
				de dejar atrás el pueblo de
				Frayle Muerto 
				donde "... los gauchos celebraban carreras de caballos, su 
				habitual diversión dominical. En esta ocasión estaban vestidos 
				con sus ponchos de diferentes colores. La mayoría de estas 
				personas, demasiado miserables y sucias, lucían espuelas y 
				estribos de plata. Las carreras eran muy cortas y siempre 
				cabalgaban sin silla". Continuaron viaje acompañados por el 
				Río Tercero hasta llegar a "... la Posta de Esquina de 
				Medrano que, ubicada junto a la hermosa costa, era la mejor de 
				todas las que hemos encontrado hasta ahora. El río es ancho y 
				profundo fluyendo cerca de la casa y las riberas están 
				cubiertas de árboles. Después de un viaje de 130 millas a través 
				de extensiones totalmente despojadas, este sitio se vuelve 
				encantador. Aquí los otros atrincheramientos contra las 
				incursiones de los indios parecen no existir. La siguiente posta 
				estaba a ocho millas de distancia y a sabiendas que íbamos a 
				encontrar un camino en pésimo estado, optamos por quedarnos  
				esa noche, tuvimos una buena comida y una habitación limpia para 
				dormir". A las 8 de la mañana del día siguiente, lunes 30, 
				con la renovación de caballos reinician el camino a través de 
				"... pampas tristes ..." rumbo al Arroyo San José y la 
				Cañada de Lucas. 
                
               
                
              Corría 1828 cuando el Dr. Francisco Ignacio Bustos 
				promueve, con fecha 24 de abril, una resolución de la Asamblea 
				Provincial que le da vida a la Villa de San Juan - Esquina de 
				Ballesteros; llevando a la realidad un mandato de su tío, el 
				Gobernador de Córdoba Don Juan Bautista Bustos. 
                
                  
                    
                      | 
               
              Firma del Dr. Francisco Ignacio Bustos | 
				 |  
                
              Alcides d´Orbigny recopiló y 
				publicó numerosos viajes que involucraban a Sudamérica 
				y Argentina. La obra publicada en varios tomos y bajo el título 
				"Viaje pintoresco a las dos Américas" fue impresa en París 
				hacia 1836 y años siguientes. En dicho material se recupera la 
				visión de Proctor sobre la Posta de Medrano asegurando que 
				estaba "... 
				
				
				artesonada 
				con cañas colocadas al lado unas de otras, lo que da a la casa 
				un aire de limpieza que falta a las otras cuyas salas no tienen 
				artesones". 
                
				 
              Alcides d´Orbigny y su obra  
				"Voyage pittoresque dans les deux 
					Amériques" 
                
              Un mapa de 1840 expone dos referencias entre
				Fraylemuerto 
				(todo junto) y Paso (Paso de Ferreyra), se trata de Bastas (es 
				obvio que se trata de un error ya que Bastas corresponde a 
				Bustos) y Herradura.  
                
               
                
              En concreto, los nombres de la Posta de nuestro interés se 
				confunden y entremezclan para una misma zona. Es así que, 
				Esquina de Colman, Esquina de Medrano, Esquina de Ballesteros, 
				la Posta de Bustos, la de San Juan Bautista y la Capilla de 
				Dolores son todas 
				identificaciones que, sobre la costa sur del Río Ctalamochita, 
				remiten a un mismo y común espacio territorial que devendrá en 
				la semilla de la futura comunidad de Ballesteros Sud. El 
				siguiente mapa deja constancia de tres de estos nombres en una 
				misma reproducción. 
                
               
              Mapa de John Arrowsmith (1842) donde figura Esquina 
				de Medrano, Bustos y Dolores 
                
              En relación a esta ruta que, pasando por San José, Esquina de 
				Lucas y Punta de Agua, pone rumbo hacia el oeste es interesante ingresar a las "Ordenes 
				Generales del Ejército Unido de Vanguardia - Campaña de las 
				Provincias Argentinas - 1841-1842". Estos documentos 
				reflejan en sus partes diarios, el movimiento de las tropas y 
				mientras acompañamos al mismo, reconstruímos el camino 
				transitado. Un extracto de la Orden de la División, emitida el 
				27 de febrero de 1842 en Arroyo de la Lagunilla, manifiesta que
				"... hoy a las dos y media de la tarde si el tiempo lo 
				permite estará pronta la División para moverse al toque de 
				marcha". El día 28 de febrero ya están en Villa del Río 4º 
				donde permanecerán hasta el 9 de marzo inclusive. Al día 
				siguiente, 10 de marzo, alcanzarán Arroyo de Chulén; el 11 de 
				marzo, los encontramos en Arroyo de los Dos Arboles; el 12 de 
				marzo, ingresan a la Posta del Totoral; un día más y están en 
				Arroyo del San José donde un fragmento del parte consigna que
				"... en el tránsito por Provincia amiga de Córdova es una 
				obligación sagrada de todos y cada uno de los individuos del 
				Ejército observar el mejor orden y un respeto inviolable a las 
				personas y propiedades de sus habitantes; el Señor General en 
				Jefe sentiría verse en la necesidad de recomendar una cosa que 
				el interés de la santa causa nacional exige de la Federación el 
				buen nombre del Ejército y el de sus individuos en particular, 
				pero si estas consideraciones no se tuviesen presentes está 
				resuelto a castigar los excesos que, en esa línea, se cometen".
				Continuada la marcha, el contingente accede, el 14 de marzo, 
				a La Herradura; el 15 de marzo, los ubicamos en Esquina de 
				Ballestero en el Río 3º donde permanecen hasta el 19 de marzo 
				inclusive (esta larga detención refleja la importancia del lugar 
				lo que permitía, por tanto, una estancia más prolongada). 
				Regresados a la marcha, los encontramos el 20 de marzo, 
				acampando en Dolores en el Río 3º (la Capilla de Dolores es la 
				primera existente y estaba ubicada en la Estancia Posta de 
				Bustos); un día después ingresaban en
				Fraile Muerto; 
				del 22 al 24 de marzo se detendrán en Posta del Sanjón en el Río 
				3º; el 25, será el turno de Posta de Las Haverías en el Río 3º; 
				del 26 al 31, en Posta de Lobatón en el Río 3º (actual
				Inriville); del 1 al 6 de abril en Cabesa (con "s" en el 
				original) de Tigre en el Río 3º (actual 
				Los Surgentes); el 7 de 
				abril ingresan a 
				Cruz Alta donde permanecerán hasta el 9 de abril; al día 
				siguiente están en Desmochados para transitar, ahora, por 
				tierras de Santa Fe. 
              Por ser muy valioso este material, lo invitamos a descubrirlo con 
				más detalle ingresando a la base que el Departamento de Estudios 
				Históricos del Estado Mayor del Ejército de la República 
				Oriental del Uruguay pone a disposición de aquellos interesados 
				en la materia. 
                
                  
                    
                      | Hacia 1848, el viajero y pintor inglés 
						Robert Elwes recorrió la zona. Su travesía fue publicada 
						en 1853 bajo el titulo "Apuntes de un viaje alrededor 
						del mundo" que incluye un interesante número de 
						ilustraciones y acuarelas de su autoría. En dicho 
						material concluye que 
						
						“... Esquina de Medrano era una de las mejores postas 
						que se encontraban en el camino y que se hallaba sobre 
						una planicie extensa, rodeada por matas de arbustos que 
						le dan la apariencia de un parque; cerca corría el río, 
						una corriente clara y rápida, bordeada por sauces. La 
						casa de la posta era limpia y la habitación, amplia y 
						señorial; era un lugar muy agradable". | 
				 
				Robert Elwes |  
                
              Samuel Greene Arnold, abogado e historiador nacido en Estados 
				Unidos, recorre estas tierras durante el otoño de 1848 uniendo 
				Buenos Aires con Santiago de Chile. Su experiencia es volcada, 
				con llamativos detalles, en un diario de viaje que se publicará 
				años después bajo el título "Viaje por América del Sur - 
				1847/1848". De su lectura extraemos que el domingo 19 de 
				marzo después del mediodía llegan a Medrano asegurando que 
				"... cerca de allí hay muchos árboles de distintas variedades y 
				la barranca o lecho seco del Río Tercero que, en invierno, está 
				crecido. Aquí demoramos algo por los caballos, almorzamos en el 
				coche como de costumbre y conseguimos un poco de queso del país 
				que se encuentra en todos los ranchos; es muy bueno de comer y 
				muy malo de digerir. Varias veces hemos tenido pan en esta 
				provincia. El pan, cuando lo tienen, es muy bueno, blanco y 
				compacto, un poco como el de Sevilla, aunque inferior a aquel 
				que es el mejor pan de todos. Generalmente se hornea en pequeñas 
				hogazas chatas y redondas, cortados en pequeños cuadrados o 
				triángulos". 
                
                
              El libro de Samuel Greene Arnold 
                
              En 1848, el gobierno inglés designa al ciudadano británico Hugh De 
				Bonelli como su Representante Comercial frente a las autoridades 
				de la novel República de Bolivia. Se desconoce con exactitud 
				cuales eran sus actividades; lo que no significa que, sin 
				equivocarnos y al igual que otros conciudadanos, se dedicaría al 
				negociado de armas para las guerras de emancipación y más tarde, 
				para abastecer a los sectores en pugna en las actuales luchas 
				civiles. En 1850, inicia un viaje hacia Buenos Aires con el 
				objetivo de acceder al Río de la Plata y, desde su puerto, 
				retornar a Inglaterra. 
              Esta larga aventura la reconstruye en un diario que, años después, 
				será publicado como libro bajo el título "Travels in Bolivia 
				with a Tour across the Pampas to Buenos Ayres". Recorriendo 
				sus páginas nos encontramos que el autor y la comitiva que lo 
				acompaña pasan las Postas de "... Billia Nueva, La Heradura y 
				Lescina Medran [se refiere a Villa Nueva, La Herradura y 
				Esquina de Medrano]; siendo este último 
				lugar, un pueblecito en el cual estaba apostado un destacamento 
				de soldados que se suponía tenían que mantener a raya a los 
				indios bárbaros, atento que ésta era una parte del país que los 
				naturales habitaban densamente y que conocida con el nombre de 
				Provincia de Santa Fe [SIC]. Los 
				pastos se habían vuelto extremadamente hermosos, la magnífica 
				presencia de hierbas, capaces de engordar todo el ganado de 
				Europa, se extendían en grandes prados que lucían desiertos y 
				tan solo, servían de alimento a algunas dispersas manadas de 
				ciervos. Esta Posta, por la noche, presentaba mucha animación y 
				bullicio mientras los soldados tocaban su clarín para convocar a 
				la pequeña guarnición a sus cuarteles. La llegada de carruajes 
				también infundía más ánimo al ambiente. Numerosas personas 
				vendían carnes, aves, huevos y choclos a medida que llegaban los 
				clientes mientras que, al mismo tiempo, saturaban a los oyentes 
				con presagios dolorosos detallando 
				tristes historias de rapiñas y asesinatos 
				cometidos por los bárbaros en los últimos días. Afortunadamente, 
				nos habíamos beneficiado de la vieja metáfora que 'el primero en 
				llegar es el  primer servido' lo que nos permitió estar ya 
				cenados y listos para descansar cuando, los recién llegados, 
				apenas comenzaban a organizarse para comer. No pasó mucho tiempo 
				antes de que nos olvidáramos, por completo, de todo lo que nos 
				rodeaba y nos envolviéramos en nuestros sueños relajantes". 
                
               
              Fragmento del libro "Travels in Bolivia with a 
				Tour across the Pampas to Buenos Ayres" de Hugh De Bonelli 
                
              Durante 1852 y 1853 dos expediciones astronómicas organizadas por 
				la Armada de Estados Unidos recorrió el camino de Buenos Aires a 
				Chile en ambos sentidos. El Teniente James Melville Gilliss, 
				responsable del proyecto vuelca los resultados de los 
				relevamientos científicos realizados en una obra que se editó 
				más tarde bajo el título "The U. S. Naval Astronomical 
				Expedition to the Southern Hemisphere during the years 1849 to 
				1852". La travesía de 1852 implicó atravesar de oeste a este 
				el territorio cordobés acompañando al Río Cuarto, el Saladillo, 
				el Río Tercero y el Carcarañá. Al realizar la expedición de 
				noviembre de 1853, en este caso en sentido inverso al anterior, 
				el contingente opta por el camino que desvía hacia Chile a la 
				altura de Ballesteros. El 13 de noviembre de 1853 dejan 
				consignado que al pasar por "... la posta de Las Tres Cruces 
				el camino es igual y el clima limpio. En este sitio conocimos un 
				comerciante cordobés, cuya galera se había roto en el camino, 
				quien nos habló de modo elocuente sobre las desgracias a las que 
				se ven sometidos los viajeros en estas tierras. La siguiente 
				posta fue la Esquina de Medrano que consta de dos casas 
				tolerablemente buenas y tres o cuatro ranchos. El camino está 
				bastante bien arbolado con chañares y algarrobos. Vimos varias 
				tijeretas y cruzamos a la galera rota cuyos pasajeros eran dos 
				sacerdotes que iban hacia Buenos Aires en busca de nuevos 
				mandatos y dos mujeres jóvenes que iban junto al comerciante que 
				habíamos conocido en Las Tres Cruces. Desde la Esquina de 
				Medrano el camino acompaña el curso del río Tercero durante unas 
				tres millas. En una ranchería llamada Esquina de Ballesteros que 
				consta de 20 o 30 casas, la ruta se aparta de la senda de 
				Córdoba tomando dirección oeste hacia el Arroyo San José que es 
				una pequeña corriente de agua de unas tres yardas de ancho y 
				unas seis pulgadas de profundidad que fluye hacia el Río Tercero 
				secándose antes de alcanzarlo. Junto a sus orillas hay algunas 
				cabañas identificadas con el nombre de Cabral". 
                
               
                
              A partir de setiembre de 1855, el escritor, historiador, 
				naturalista y político chileno Benjamín Vicuña Mackenna recorre 
				esta zona volcando su experiencia en un pormenorizado Diario 
				editado bajo el título "Pájinas de mi diario durante tres 
				años de viajes - 1853/1854/1855". En el capítulo XXXIV del 
				mismo, el autor incorpora una tabla detallando el periplo que 
				recorre desde Rosario a Mendoza donde se puede observar que la 
				posta que aquí nos ocupa la identifica como "Posta de Bustos 
				o Esquina de Medrano". El uso de la "o" confirma que, aún 
				con nombre diferente, la posta era siempre la misma. 
                
               
                
              Al avanzar 
				en el relato de Vicuña Mackenna, sus vivencias en la Posta de Bustos se reflejan en 
				los siguientes párrafos: "... a las dos de la tarde llegamos 
				con los caballos cansados al
				Fraile Muerto 
				... i vinimos a dormir a la Esquina de Medrano donde se aparta 
				el camino para Córdova que dista de aquí 30 leguas. Esta posta 
				tenia ciertas pretensiones de posada, i su dueño el 'mentado 
				manco Bustos' las tenia de caballero i de no ser "manco" aunque 
				le faltaba medio brazo que él tapaba con los pliegues del 
				poncho. Vino luego a visitarnos a nuestro aposento, i con una 
				voz de miel que se le escapaba por un rincón de los labios, 
				quizo persuadirnos que necesitábamos más caballos que los 
				precisos, i añadia luego poniendo mas dulsureza la voz con el 
				influjo del apetito, que le gustaban mucho 'las costillitas de 
				corderito asadito' pues habíamos comprado uno de éstos en la 
				posta vecina, i estaba asándose en el patio de la posta. 
				Nosotros le pusimos cara de inglés i él se retiró algo 
				desconcertado". 
               
              Benjamín Vicuña Mackenna y su obra 
                
              En marzo de 1858 el pintor, nacido en Brasil pero considerado francés, León Pallière transita el sudeste cordobés uniendo Buenos Aires con 
				Chile. Dicho periplo es volcado a un libro publicado bajo el 
				título "Diario de viaje por la América del Sud". Tras 
				haber dejado atrás la Posta de Tres Cruces y al avanzar en 
				dirección a la Posta de Bustos consigna, con hermosa y poética 
				forma, haber visto: "... el más bello cielo a lo Claude 
				Lorrain que ilumina nuestra partida de la Posta de las Tres Cruces". 
                
               
              Claude Lorrain y León Pallière 
                
              El relato de Pallière es pleno en detalles descriptivos; 
				reiniciado el camino asegura que "... el aspecto del país ha 
				cambiado mucho. Se siente más la pradera eterna, que parece un 
				desierto, advirtiéndose solo algunas largas filas de carros cada 
				veinte leguas, tropas de vacunos o caballos, agrupados o 
				dispersos, venados, patos, perdices, pájaros de presa y, sobre 
				todo, pequeñas lechuzas sobre las vizcacheras. En estos momentos 
				veo pajonales y algunos árboles. El país va siendo cada vez más 
				habitado". 
              Llegados a la Posta de Bustos, la ubica "... situada a la 
				orilla de un río [se refiere al Tercero] de rápida 
				corriente, en cuya margen bellos árboles se inclinan sobre el 
				agua. El dueño de la Posta, un viejo arrugado, color cuero, 
				tiene una mano cortada y hasta creo que es bizco; pero, posee, 
				según dicen, doscientos mil patacones. Es casado. Su mujer, de 
				apellido Giménez es, según me informan, 'un ángel, una joya'. 
				Fue educada en Córdoba con una familia que la educó huérfana. No 
				había puesto jamás los pies en la calle. La apuraron para que 
				hiciese el casamiento, diciéndole que su futuro era muy rico y 
				que sería feliz. Así obtendría también una ventaja la familia 
				que la educara, pues tendría asegurados de 10 a 15 mil pesos 
				fuertes. El casamiento se hizo. ¿Es ella dichosa? ¡Quién lo 
				sabe! 'Tan alegre y tan linda, tan formal y tan viva en sus 
				respuestas'. Quizás fuese un enamorado el que así me hablaba. Yo 
				no puede ver el 'ángel', a la 'joya'; y posiblemente esto vale 
				más para no destruir el romance. Olvido decir que el marido es 
				un avaro, que 'no come huevos por no tirar las cáscaras'". 
              Pallière relata que, meses después, durante el regreso de su viaje 
				y de noche "... llegamos a la Posta de Bustos, donde 
				encontramos dos diligencias. Experimento una emoción más fuerte 
				de lo que hubiera pensado a la vista de este lugar, para mí 
				indiferente, pero es el primero que vuelvo a ver. Me trasporto a 
				la época en que pasé por aquí y creo que es un sueño. El resto 
				del viaje me parecerá una peregrinación. Los dueños de la Posta 
				están ausentes; han ido a una fiesta en Villa Nueva. Ocupamos su 
				habitación y nuestras camas cubren el suelo. Las piezas 
				destinadas a los viajeros están más que llenas por los pasajeros 
				de las otras dos diligencias. Es ésta una aldea improvisada. Hay 
				más de veinte gauchos postillones y más del doble de viajeros; 
				todo hormiguea y se habla a gusto. Por todas partes, fuegos 
				encendidos para preparar la comida". 
              Según su reconstrucción, por la mañana "... las diligencias y 
				el carretón que las siguen parten para Córdoba, mientras 
				nosotros continuamos el camino en sentido contrario. En la Posta 
				de Tres Cruces vuelvo a ver al chico cabelludo; en la aldea de 
				Saladillo, las mujeres con sandías, melones, tazas de leche y de 
				mazamorra [todos lo que había visto en su viaje de ida]". 
              Durante ese mismo año 1858, el más importante pedagogo liberal, 
				intelectual e historiador chileno del siglo XIX, Diego Barros 
				Arana era el Director del diario La Actualidad.  
				Desde sus páginas realizaba una fuerte y enfervorizada oposición 
				al gobierno de Manuel Montt quien, intentando silenciarlo, 
				inició una persecución sobre su persona que obligó al pensador a buscar 
				refugio en el exilio argentino. Es así que los últimos días de 
				diciembre de aquel año inicia un periplo cruzando la cordillera 
				en búsqueda de Rosario donde, por entonces, vivía su hermana. 
				Apostillas de dicho viaje son volcadas a una libreta de apuntes; 
				de la misma rescatamos que "... el 14 de enero de 1859 
				pasamos por el pueblito de la Esquina de Ballesteros de donde 
				sale el camino para Córdoba y llegamos a la Posta de Bustos 
				situada a la orilla del Río Tercero. En una ocasión que pasaba 
				por este camino una diligencia fue atacada desde la orilla del 
				sur por una considerable partida de indios, no pudiendo pasar el 
				río que era muy correntoso y dieron la vuelta al sur". 
                
               
              Diego Barros Arana 
                
              A lo largo del período 1857 - 1860, el científico prusiano Karl 
				Hermann Konrad Burmeister realiza un pormenorizado relevamiento 
				de la Confederación Argentina. Luego, su trabajo es volcado en 
				un imprescindible manual de consulta que se editará bajo el 
				título "Viaje por los Estados del Plata". Su paso por 
				Córdoba se realiza durante fines de febrero de 1857; el trayecto 
				lo recorre utilizando un carretón de dos ruedas y una pequeña 
				escolta aportada por Urquiza. Según su relato, luego de Tres 
				Cruces "... la vegetación arbórea aumentó, tomando cerca de 
				la siguiente estación, Esquina de Bustos (antes Medrano), un 
				verdadero carácter boscoso; árboles de 20 pies de altura con 
				anchas copas, cuyo diámetro tenía por lo menos la misma anchura, 
				con troncos bajos del grueso de un hombre, se veían allí, en 
				algunos sitios tan cerca unos de otros, que sus copas se 
				tocaban, formando glorietas umbrosas, que me atraían 
				poderosamente. La estancia quedaba muy próxima al río Carcarañá 
				y se pasaba entre matorrales cerca del río y, de tiempo en 
				tiempo, se ofrecían vistas pintorescas hacia su curso". (Acceda 
				al texto completo) 
                
               
              "Viaje por los Estados del Plata" - 
				Germán (Hermann) Budmeister 
                
              En 1861, se 
						produce un punto de inflexión cuando un colono del lugar decide apostar a la siembra de alfalfa a partir de 
						semillas importadas de Chile. En el libro "Geografía 
				de la Provincia de Córdoba" de 1904 de Manuel E. Río y Luis 
				Achával, se asegura que "... el descubrimiento o iniciación 
				fue casual y se produjo cuando Patricio Oyolas, antiguo poblador 
				de la posta de Ballesteros sembró 'por ver', semilla de alfalfa 
				traída de Mendoza, una hectárea de terreno de su propiedad 
				ubicado sobre la carretera que une a dicha población con la de 
				Zubiría. Junto al nuevo sembrado que prosperó sin dificultad 
				había una chacra de maíz; la cual, un año más tarde, convirtiose 
				también en alfalfar mediante la acción del viento que arrojaba 
				la semilla procedente de la primera floración de aquel sobre el 
				suelo rotulado, mostrándose así las facilidades del cultivo de 
				la valiosa forrajera". Al momento de la publicación de este 
				libro, cuatro décadas después de aquel hecho y según su propio 
				texto extraemos que "... todavía se conserva en buen estado 
				ese alfalfar revelador". 
                
                  
                    
                      | El aviso adjunto a la 
						derecha invita a adquirir semillas en Buenos Aires con 
						el texto: "Recién recibidas, directamente de Chile, 
						lote de semillas superiores de alfalfa". | 
               
              Aviso en The Standard |  
                
              Esta decisión va a ir, de modo progresivo, cambiando la matriz 
				productiva de la zona; es así que la cría ovina empieza a ser 
				reemplazada por la del ganado vacuno y además, los colonos 
				empiezan a prestarle más interés a la tierra donde no solo la 
				alfalfa se expande sino que el trigo y el maíz ocupan también un 
				espacio relevante. 
              En 1865, el inglés Richard Arthur Seymour llegó a Buenos Aires con 
				el objetivo de tentar fortuna en estas nuevas tierras aspirando 
				a asentarse como colono. Con ese fin, viajó a Rosario para 
				comprar campos en sus alrededores. El alto costo de los mismos 
				lo obligó a buscar mejores precios hacia el interior del país. 
				Termina accediendo a Frayle Muerto donde toma contacto con otros 
				inmigrantes ingleses que lo estimulan a quedarse en el lugar. En 
				Córdoba formaliza la compra de tierras próximas al río Saladillo 
				a unas once leguas al sur de 
				Frayle Muerto; nace, así, el Campo 
				Monte Molina. A pesar que, a la experiencia, sumó un socio de 
				apellido Goodrik y a su hermano (ambos ingleses), Richard 
				desiste de la empresa regresando a Inglaterra pocos años 
				después. Las razones se pueden encontrar en la caída abrupta del 
				precio de la lana, los malones e incluso, las epidemias de 
				cólera que asolaron el país en el período 1867/1868.  Esta 
				aventura en Argentina es volcada a un libro el que es editado en 
				1870 bajo el nombre "Pioneros en las Pampas". 
				De dicho texto extraemos el relato del viaje que, pasando por el 
				actual Ballesteros Sud, realizó desde 
				Frayle Muerto a Córdoba 
				con el objeto de adquirir las tierras para su proyecto 
				colonizador.   
                  
                    
                      | 
						
						"Casi todo el camino de 
						Frayle Muerto a Córdoba se 
						extiende a través de bosques, o ‘montes’ como se llaman 
						allí, y ciertamente, era más pintoresco que lo recorrido 
						entre Rosario y Frayle Muerto". 
						
						"Los árboles que rodean el camino son principalmente 
						algarobo, chañar, espinillo y tala, todos espinosos, y 
						ninguno de ellos crece a una gran altura". 
						
						"El algarrobo es una madera muy dura, sirve para 
						fabricar postes y para leña, se troza fácilmente y tiene 
						un olor agradable cuando se corta. Es una especie de 
						color rojizo en el interior, un poco similar al cedro, 
						tiene un bonito grano cuando se pule y los muebles 
						resultan muy bonitos. La hoja es larga y plumosa, y cada 
						tres años produce una fruta amarilla con forma de frijol 
						largo, muy dura. Las semillas están dentro de una vaina 
						y tienen un sabor dulce muy agradable, muy apreciada por 
						los caballos y el ganado". 
						
						"El chañar tiene una corteza lisa de color amarillo y 
						una flor muy bonita del mismo color, con un fruto 
						similar al níspero en sabor. La madera es extremadamente 
						dura y muy útil para mangos de hachas, ejes, etc. Estos, 
						 junto con el quebracho (de los que hay dos o tres 
						clases) y el ñandubay, que crece en gran abundancia en 
						Entre Ríos y parte de Santa Fe, son los bosques 
						principales del país". 
						
						"El ñandubay es muy duro y dura mucho tiempo en el 
						suelo, hay corrales en pie que se sabe que tienen más de 
						cien años y están hechos de postes ñandubay. El 
						quebracho Colorado, que crece en gran abundancia más 
						allá de Córdoba, es muy útil para construir carruajes 
						toscos y pesados. Los mismos están hechos sin ningún 
						tipo de hierro, y tienen forma de pequeña choza hecha de 
						palos doblados con paja y cubiertos en la parte superior 
						con pieles extendidas sobre ellos". 
						
						"La totalidad de lo producido por las provincias 
						norteñas es transportado en convoyes de estos vehículos 
						o en la parte superior de las mulas; al principio es muy 
						curioso ver las largas filas de estos carros que se 
						arrastran lentamente tirados por seis bueyes cada uno, 
						con sus ruedas crujiendo tan temerosamente que pueden 
						ser escuchadas muy lejos, los nativos piensan que el 
						crujido de las ruedas hacen que los bueyes vayan mejor, 
						y por eso nunca se toman la molestia de engrasarlos". 
						
						"Manejar una carreta de bueyes parece ser muy 
						conveniente para  los nativos ya que pueden sentarse 
						tranquilamente, fumar sus cigarrillos interminables y 
						gritarles a los bueyes desde el fondo. Algunos de estos 
						viajes deben ser bastante tediosos, de hecho a veces, 
						duran más de tres meses". 
						
						"El mineral de las minas de San Juan se baja 
						principalmente en las espaldas de las mulas, de las que, 
						en grandes tropas,  se suelen ver pasar por Frayle 
						Muerto. Llevan un tremendo peso sobre sus espaldas y 
						traen, además de plata y cobre, grandes cajas de pasas, 
						barriles de azúcar, frutos secos y rollos de tabaco, y 
						cargan, en su viaje de regreso, harina, yerba, etc. La 
						caravana siempre va a la zaga de un baqueano que es un 
						hombre que los guía; son tipos de aspecto rudo en 
						ponchos gruesos, y siempre con inmensas espuelas de 
						hierro, que pesan un par de libras cada una". 
						Seymour, en otro tramo, describe que "... el camino 
						de Frayle Muerto 
						[actual
						Bell Ville] 
						a Villa Nueva está lleno de lugares hermosos con solo 
						echarle, aquí o allá, un vistazo al Río Tercero con sus 
						altas costas cubiertas con sauces llorones y troncos 
						llenos de enredaderas; avanzar a través de estos 
						bosques, salvo cuando se accede a un camino, es 
						extremadamente laborioso". | 
                       
                       
						"Pioneering in the Pampas" 
						de Richard Arthur Seymour 
						(extractos traducidos del relato original 
						de su viaje desde Frayle Muerto a Córdoba pasando 
						por Ballesteros Sud, en 1865) |  
                      | 
						 
						Mapa incorporado en el libro 
						"Pioneering in the Pampas" de Richard Arthur Seymour 
						(obsérvese como toda la zona, entre 
						Frayle Muerto y  Villa Nueva, la identifica como 
						"English Colony" |  
                
              Hacía 1866 la vía férrea que partía de Rosario estaba tendida en 
				la zona y un apeadero le daba vida fundacional a lo que sería, 
				sobre la costa norte del Río Tercero, la nueva ciudad de 
				Ballesteros. 
                
               
              Estación de Ballesteros 
                
              Existe un mapa de Echenique realizado en 1866 donde se observa 
				identificada la población de Ballestero (sin "s") a medio camino 
				entre las postas de Tres Cruces y Herradura. Un aporte 
				significativo de este mapa es la presencia de una capilla que, 
				obviamente, es previa a la que se construirá a partir de 1883; 
				tal vez esta referencia remite a un oratorio o una construcción 
				precaria destinada a los fines religiosos que, a inicios del 
				siglo XIX e identificada como Capilla de Dolores, ya se 
				levantaba en la Estancia de la Posta de Bustos o quizás, una 
				posterior, que funcionó en una vivienda particular de propiedad 
				de la familia Rivero que estaba ubicada frente a la plaza en 
				dirección diagonal con respecto al emplazamiento de la actual 
				capilla. 
                
               
              Por su parte, en el mapa de 1867 de Martín de Moussy se identifica 
				a la población como San Juan Bautista entre 
				Frayle Muerto y 
				Villanueva (todo junto). La anterior denominación en el mapa de 
				Echenique y ésta, en realidad, remiten al propio de la 
				fundación: Villa de San Juan Bautista - Esquina de Ballesteros. 
                
               
                
              El mapa además muestra el tendido férreo de Rosario hasta Villa 
				Nueva ya terminado y luego, lo que está en proceso de 
				construcción en dirección a Córdoba. 
                
               
              Servicio Ferroviario Rosario - Villa Nueva 
				(Ballesteros está identificada como "Ballasteros") 
                
              La conflictividad con los naturales fueron cruentas y permanentes 
				durante la mayor parte del siglo XIX; eran de tal significación 
				que muchas veces tomaban relevancia nacional al punto que, 
				algunos hechos, aparecían en sitios centrales de diarios que, 
				por entonces, circulaban en Buenos Aires. 
              El presente es un texto que The Standard le dedicó, el 15 de 
				octubre de 1868, a una sucesión de ataques indios que tuvieron a 
				la zona de Ballesteros y cercanías como protagonistas. Es 
				interesante la importancia que se le da al tratamiento de esta 
				noticia cuando se la observa entre mezclada con artículos sobre 
				Europa o la guerra del Paraguay. El hecho, además, de ser una 
				zona de mucha inmigración anglosajona potencia a este diario de 
				lengua inglesa a darle espacio a las vicisitudes y dramas de sus 
				compatriotas. El texto incluye un particular y curioso 
				razonamiento que realiza el cronista cuando traza un hilo 
				conductor entre la disputa con los indios y la guerra de la 
				Triple Alianza.  
                
               
               
              
				
				Acceda a la traducción de esta nota haciendo click 
				aquí 
                
               
              "Paisanos de Ballesteros hacia 1870" 
				- Foto de George Briscoe Pilcher 
                
              La reconversión productiva realizada a partir de los años 60 del 
				siglo XIX con el ingreso de la alfalfa y la potenciación del 
				ganado vacuno se ve reflejada durante las siguientes décadas cuando se logran exportar volúmenes significativos de alfalfa 
				hacia Brasil e Inglaterra lo que deviene en el ingreso de 
				sustanciales recursos y novedosas maquinarias que repercuten e 
				influyen en un pronunciado 
				desarrollo del lugar. 
                
               
              Diario "El Nuevo Mundo" del 10 de agosto de 
				1870 
                
              Diversas casas comerciales comenzaron a 
				ocuparse de importar las nuevas herramientas diseñadas para 
				facilitar el trabajo agrícola. La Casa Ledesma Hnos. de la 
				ciudad de Rosario publicitaba en los diarios de aquella época la 
				máquina La Buckeye apropiada para el cortado de alfalfa y 
				"... todo tipo de pasto, abrojo, duraznillo y cualquier otra 
				maleza en los campos, siendo la que mejores resultados ha dado 
				en la práctica". 
                
               
              Máquina La Buckeye para cortar alfalfa - Diario 
				"El Independiente" del 31 de enero de 1879 
                
              El proceso obligó a que sea acompañado por una infraestructura que 
				fuese 
				compatible con las necesidades operacionales del movimiento de 
				las nuevas mercancías a comercializar. El centralizador, como es 
				obvio, fue el ferrocarril y la estación de Ballesteros toma 
				predicamento haciendo necesario que las comunicaciones desde 
				Ballesteros Sud a ese nodo sean facilitadas. Es así como se 
				hacen necesarias varias obras: la construcción del puente sobre 
				el Pozanjón (1874); del primer puente de madera sobre el río 
				Tercero (1889); la apertura de un mejor camino uniendo 
				Ballesteros Sud con Ballesteros (1898) y el emplazamiento del 
				nuevo puente de hierro (1908) sobre el río Ctalamochita. En 
				relación a esto último y si bien la empresa ferroviaria estaba 
				obligada a la habilitación y manutención de los caminos de 
				acceso a las estaciones, fue la provincia la que debió ocuparse 
				de la transitabilidad del vínculo entre Ballesteros Sud y la 
				nueva comunidad de Ballesteros. 
				Rescatamos del Diario "La Verdad" de julio de 1908 que se 
				informa que se presupuesta y asigna "... la suma de 2000 
				pesos para la reparación del camino del puente de Ballesteros". 
                
               
                
               
                
                
                Celso Caballero: historia de un rehén. 
                  
						 
						 
						Imagen y firma de Celso Caballero 
						(se agradece el aporte de Carlos 
						Caballero y la colaboración de Iván Wielikosielek) 
                  
                  
                    
                      | 
						En un reportaje publicado el 6 de marzo de 2019 en el 
						Puntal de Villa María y realizado por el poeta, escritor 
						y periodista Iván Wielikosielek, Carlos Caballero (nieto 
						de Celso) recuerda las circunstancias en las que accede 
						al conocimiento de la historia vivida por su abuelo:
				
						"Fue 
						de chico y gracias a las paperas. En ese tiempo, cuando 
						te agarrabas la enfermedad, no te dejaban mover ... Me 
						acuerdo que me había leído una pila de libros y mi padre 
						me dijo 'ahora, leé el diario'. Y yo le dije: '¡pero ya 
						lo leí!'. Entonces él, como resignado, fue hasta el 
						ropero y sacó un libro. Era una compilación de artículos 
						de un primo segundo, Ricardo Caballero, titulado 
						'Páginas literarias del último caudillo'. Me señaló una 
						historia y me dijo, 'leé ésto, entonces'. Excepto el 
						título, que era 
						'El cautiverio de Celso' y una noticia de Leubucó, 
						que era una toldería de La Pampa, no había otros nombres 
						propios. Era casi un cuento, como puede ser el de 
						Buffalo Bill ... Cuando terminé el relato, mi papá me 
						preguntó qué me había parecido. 'Me encantó', le dije. 
						'Bueno, ahora conocés la historia de tu abuelo', me 
						dijo". | 
                 
                Dr. Carlos Caballero (nieto de Celso) 
                El Puntal de Villa María (06/03/19) |  
                  
                En Ballesteros Sud y como parte de la familia Caballero, en 1876 
				nace Ricardo quien, una vez completados sus estudios 
				universitarios en Córdoba, se convertirá en médico; actividad 
				que supo compartir con la literatura al vincularse con Leopoldo 
				Lugones y, aunque hoy parecería contradictorio, con la 
				militancia política donde comulgaban las inclinaciones 
				anarquistas con principios federalistas cercanos a la memoria de 
				Juan Manuel de Rosas y la naciente Unión Cívica Radical, de 
				resultas de la cual accede a los cargos de Diputado Nacional, 
				Senador Nacional y Vice Gobernador de Santa Fe. 
                  
                  
                    
                      | 
						Santiago J. Sánchez en su trabajo "Ricardo Caballero: 
						nacionalismo y telurismo del Litoral" consigna que 
						una serie de artículos de autoría del escritor estudiado 
						fueron "... publicados en la década de 1930 en la 
						revista Nativa y reunidos en 1957 en el volumen 'Páginas 
						literarias del último caudillo'. Los mismos, basados en 
						buena parte en testimonios orales de viejos pobladores 
						de Ballesteros, o en recuerdos familiares y personales 
						del escritor, ofrecen una mirada nostálgica de la etapa 
						criolla y federal entremezclada con juicios 
						condenatorios del presente". De "Páginas 
						literarias del último caudillo" extraemos el relato 
						titulado
				
				
						"El cautiverio de Celso", escrito en 1936; éste 
						es, en definitiva, el texto leído por Carlos Caballero 
						con el que descubre la historia de su abuelo. Acceda al 
						relato de Ricardo Caballero haciendo
				
						CLICK AQUI. | 
                 
						Hipólito Irigoyen y Ricardo Caballero |  
                  
                Dándole credibilidad al escrito anterior, en "Aportes de los 
				relatos orales para el estudio de la Frontera Sur, provincia de 
				Córdoba (siglo XIX)", Marcela Tamagnini y Graciana Pérez 
				Zavala reconstruyen los hechos ocurridos durante el malón 
				ranquel del 15 de noviembre de 1872:
				"Uno de los cautivos de la Frontera Sur fue Celso Caballero, 
				tenía aproximadamente 12 años
				[según la placa en su tumba, Celso fallece en 1938 a los 83 
				años; por tanto, en 1872, debía tener 17 años; en las cartas que 
				procuraban negociar su recuperación se lo consignaba con 15 
				años], fue tomado prisionero por una pequeña partida de 
				ranqueles en las proximidades de Ballesteros, provincia de 
				Córdoba. Desde allí fue llevado hasta las tolderías de Leubucó 
				[ubicado en la actual Provincia de La Pampa, muy próximo a la 
				frontera con San Luis], en donde vivía el cacique Mariano 
				Rosas, y luego a las de Pincén, al este de las anteriores, 
				limitando con la provincia de Buenos Aires. En ese espacio 
				creció y participó de la vida indígena. En momentos de la 
				Conquista del Desierto huyó hacia el sur con las diezmadas 
				fuerzas indígenas, buscando finalmente refugio en Chile. Allí 
				permaneció hasta 1890, año en el que decidió volver a su pueblo 
				natal, donde vivió hasta su muerte acaecida en 1938". 
                Este valioso trabajo de reconstrucción histórica que las 
				investigadoras Marcela Tamagnini y Graciana Pérez Zavala 
				realizaron conjuntamente con Carlos Caballero a propósito de los 
				hechos que tenían a su abuelo como protagonista merecen nuestra 
				recomendación para su necesaria e imprescindible lectura 
				haciendo
				
				CLICK AQUI.  
                Gracias al valioso aporte de Carlos Caballero y a la ayuda de 
				Iván Wielikosielek tuvimos acceso al artículo publicado el 17 de 
				noviembre de 1872 por el Diario Eco de Córdoba donde se 
				reproducían los hechos acontecidos, dos días antes, en "El 
				Chato"; en el mismo se consigna que en dichas circunstancias 
				"... se llevaron un muchacho y nada más". 
                  
                
				   
                A la izquierda, noticia del Eco de Córdoba donde 
				se informa del malón en el que se llevan a Celso Caballero; 
                a la derecha, relato de otro malón que, en zonas 
				vecinas, ocurría en los mismos días 
                
                 
                  
                "El Chato" era una estancia ubicada al sur de Ballesteros Sud; 
				correspondía a una fracción de la originaria merced que a 
				principios del siglo XVIII se le había otorgado a Juan de 
				Zeballos Nieto y Estrada. Dicha merced pasó a manos de 
				descendientes de Zeballos; luego, por compra, a José Domingo 
				Cabral y más tarde, a su hijo Luis. Hacia 1870, Martín Ramos 
				logra protocolizar documentos que le permitieron pedir la 
				justificación de derechos sobre una importante superficie que 
				devendría en la estancia que, en este espacio, nos ocupa. Sobre 
				esta propiedad, Ricardo Caballero escribiría lo siguiente: 
				
				"El Chato, enorme estancia de don Martín Ramos, que administran 
				los hermanos Juan, Vicente, Avelino y Priscilio Pereyra, es la 
				población más aislada hacia el sud, distando solamente cuatro 
				leguas de Ballesteros. Yo conozco estos oscuros pobladores, de 
				los que van quedando pocos, desde que tenía siete años, en 1886 
				escuchando de sus labios relatos de la vida cimarrona ... 
				cuentan que los guerreros ranquelinos, a pesar de su soberbia, 
				evitaban en sus excursiones encontrarse con los chateros. No 
				necesito agregar una palabra más, para que se estime el valor de 
				aquellos indómitos varones, a quienes he visto en su vejez, 
				sometidos a todas las humillaciones de la miseria...". 
					
						
							| 
							 
							Ubicación de la Estancia "El Chato" 
							donde fue atrapado Celso Caballero - Mapa Labergue, 
							1867   | 
							
							 
							
                 |  
							| 
							Mapa donde se reproducen los 
							itinerarios recorridos por Celso Caballero durante 
							su cautiverio (se agradece el valioso aporte de 
							Carlos Caballero y la imprescindible ayuda de Iván 
							Wielikosielek) |  |  
                  
                Marcela Tamagnini con la ayuda del Padre José Luis Padrós quien 
				fuese el archivero del Convento de San Francisco de Río Cuarto, 
				realizó una puntillosa recopilación de las cartas que se 
				intercambiaban en procura de negociar el intercambio de rehenes. 
				El trabajo se sintetizó bajo el título "Soberanía 
				Territorialidad Indígena - Cartas civiles I". En los 
				contactos entre los Caciques y los referentes del precario 
				Estado Nacional, una participación relevante fue asumida por la 
				iglesia con la representación de Fray Marcos Donati. 
                Donati era un sacerdote franciscano de nacionalidad italiana que 
				fue reconocido como "embajador y padre espiritual de los 
				indios ranqueles" o "el apóstol de las pampas y redentor 
				de cautivos"; en Italia, inicia gestiones en 1856 para, 
				junto a poco más de diez colaboradores, crear una estructura 
				franciscana en Villa de la Concepción del Río Cuarto. Hacia 
				1867, más precisamente el 8 de agosto, el Papa Pío IX (conocedor 
				de estas tierras de resultas de su viaje a Chile, en 1824, 
				previo a acceder al papado) dicta el Decreto Canónico "Sacrae 
				Congregationis Propagandae Fidei pro erectione coenobii Rivi 
				Quiarti in collegium apostolicum" por el cual la sede queda 
				creada y consolidada con la participación de una decena de 
				nuevos misioneros que, sumados a los originales, configurarán un 
				cuerpo religioso de más de 20 miembros. Durante el último cuarto 
				del siglo XIX y de resultas de las gestiones de su 
				intermediación frente a los Caciques Manuel Baigorrita y Mariano 
				Rosas (éste último, rehén de los blancos siendo adolescente y 
				reintegrado a su tribu cuando logró huir de la Estancia de Juan 
				Manuel de Rosas donde había sido confinado), se le atribuye la 
				recuperación de alrededor de trescientos cautivos. 
                  
                     
                Manuel Baigorrita, Fray Marcos Donati y Mariano 
				Rosas 
                  
                No necesariamente las tratativas se desarrollaban en un contexto 
				de "sana diplomacia". Por el contrario, se hacían en paralelo a 
				campañas punitivas que concluían en muertos y mutilados, 
				prisioneros con destinos desconocidos y lejanos (por ejemplo, 
				Tucumán o la Isla Martín García), eliminación de sus ganados 
				sometiéndolos a la hambruna, toma de rehenes o el confinamiento 
				en reducciones cada vez más distantes y en tierras poco 
				fértiles. Las incursiones represivas de entonces encuentran un 
				nuevo pico agresivo durante la década que va de 1870 a 1880. A 
				la condena a la desolación se le deberá sumar la cruenta 
				presencia de epidemias como la viruela. Para estos últimos años 
				del siglo XIX los ranqueles se habían reducido a no más de 600 
				hombres con capacidad de combate; solo con la suma de los 
				pampas, pehuelches, araucanos y otras tribus menores lograban 
				alcanzar una fuerza con sustancial peligrosidad de varias miles 
				de lanzas. 
                Utilizando el caso particular de Celso Caballero rescatamos 
				intercambios epistolares que nos servirán para entender como 
				eran las negociaciones. 
                  
                  
                    
                      | 
						A la derecha Carlos Caballero nos comparte (de su 
						archivo personal) una carta que, fechada el 4 de febrero 
						de 1873, Fray Tomás María Gallo le envía a Fray Marcos 
						Donati solicitándole ayuda para el rescate de Celso 
						Caballero; reproducimos su contenido: 
						
						“Mi estimado Padre: El 15 de noviembre del año pasado 
						en el lugar del Chato fue cautivado un mozo de 15 años 
						llamado Celso Cavaliero [SIC], ñato, pelo negro, 
						de un alto regular, color trigueño, ojudo y con una 
						cicatriz en el labio de arriba. Este mozo lee y escribe. 
						Nemesio, padre del referido niño al pasar yo por 
						Villanueva me ha encargado mucho que se averiguase en 
						que toldo estaba para poderlo enseguida rescatar. Con 
						este motivo le ruego a Usted que si pasa a tierra 
						adentro lleve la presente para que por medio de las 
						señas venga en conocimiento del mozo y me avise. Le 
						saludo de corazón. Fr. Tomás María Gallo”. 
						Para conocer la continuidad de cartas enviadas a Fray 
						Marcos Donati en beneficio de Celso Caballero apelamos 
						al trabajo de recopilación de Marcela Tamagnini 
						realizado bajo el título "Soberanía Territorialidad 
						Indígena - Cartas civiles I". Los invitamos a 
						descubrirlas haciendo
						
						CLICK AQUI.   | 
                      
						 
							 Primer carta iniciando las gestiones 
							para intentar la recuperación de Celso Caballero 
						(se agradece el aporte de Carlos 
						Caballero y la intermediación de Iván Wielikosielek) 
						
                 |  
                  
                La centralidad del Sacerdote Donati en estas gestiones ocupó 
				varios años de su vida; del diario rosarino "El 
				Independiente" del 15 de junio de 1878, rescatamos un aviso 
				que nos informa de su llegada a la ciudad de Rosario desde donde 
				habría de continuar viaje hacia San Luis retomando, allí, su 
				tarea mediadora. 
                  
                  
                  
                A pesar de los esfuerzos epistolares, de los anticipos monetarios 
				enviados y del compromiso de futuros pagos de rescate, las 
				gestiones no tuvieron éxito; Celso Caballero retorna a 
				Ballesteros Sud, por voluntad propia, en 1890. 
                  
                 
                Registro de Marcas tramitado por Celso Caballero 
				- 19 de agosto de 1892 
						(se agradece el aporte de Carlos 
						Caballero y la intermediación de Iván Wielikosielek) 
                  
                En el Censo de 1895 lo ubicamos en su pueblo natal donde se lo describe 
				como argentino de 36 años, soltero y que sabe leer y escribir. 
				El 16 de marzo de 1898, con 39 años y en la capilla de San Juan 
				de Ballesteros (el documento aún no aplica la orientación 
				geográfica de esta población), contrae matrimonio con la 
				señorita Cipriana Pereyra (con "y"), soltera, de 21 años, 
				natural y vecina de este curato. Según el acta, Celso Caballeros 
				(con "s" final) es hijo de Nemecio Caballeros y Francisca 
				Pereira; mientras que los padres de su conyugue, Cipriana, son 
				Pricilio Pereira (con "i") y Liboria Caballeros. 
                  
                  
                Censo de 1895 
                  
                 
                Acta de casamiento de Celso Caballero con 
				Cipriana Pereyra - 16 de marzo de 1898 
                  
                 
                Cipriana Pereyra de Caballero - Esposa de Celso 
                  
                De resultas de su matrimonio nacen tres hijos (se le atribuyen 
				otros dos del tiempo de su cautiverio): Lorenzo Sergio que nació 
				el 10 de agosto de 1904, Tomas Selestino del 21 de setiembre de 
				1906 y Celestina Ema del 09 de abril de 1911. 
                  
                 
                 
                 
                Actas de nacimiento de Lorenzo Sergio, Tomas 
				Selestino y Celestina 
				Ema, 
                hijos de Celso Caballero y Cipriana Pereyra 
                  
                 
                Los tres hijos de Celso Caballero 
                  
                  
                    
                      | 
						Ricardo Caballero, en su texto titulado 
						"El cautiverio de 
						Celso", coloca las siguientes palabras en boca de 
						su protagonista: 
						 
						  
						'Tan paria es el gaucho que formaba los ejércitos de 
						la Nación, como fue el indio vencido. De los criollos 
						que fueron mis conocidos, mis parientes, mis amigos, 
						encuentro ancianos vencidos, arrinconados en poblaciones 
						miserables'". 
						  
						Si volvemos a leer, ahora con más detenimiento, los 
						últimos párrafos del artículo publicado por
						
						The Standard que hemos reproducido más arriba podemos encontrar 
						las adecuadas respuestas y con ellas, descubrir bajo qué 
						intereses la historia transitaba por aquellas sendas 
						donde los pobres se mataban entre sí mientras se sumían 
						en infame y común miseria. 
						Dichas líneas, de haberlas podido leer, hubiesen 
						aclarado los pensamientos e interrogantes que tanto 
						herían a Celso. 
						Celso Caballero, el cautivo, murió el 22 de junio de 
						1938 a consecuencia de miocarditis; tenía 83 años. | 
                      
                       
						Tumba de Celso Caballero 
						(Cementerio de Ballesteros Sud) 
						
                 |  
                  
                
				 
                Certificado de Defunción de Celso Caballero rubricado por 
				Vicente Cacciavillani en su carácter de 
                Oficial encargado del Registro del Estado Civil con sede en
				
				Ballesteros 
                
                 
                  
              La Capilla San Juan Bautista. 
               
                
              En la Esquina de Bustos muy cerca de la casa del Maestro de Posta, 
				recostado el conjunto sobre las márgenes del Río Tercero se 
				levantaba una Capilla que, seguramente, tenía la configuración 
				usual y precaria que era patrón de la época: paredes de adobe y 
				techo de paja; sería a fines del siglo XVIII o principios del 
				XIX cuando ya estaría erguida bajo la advocación de la Virgen de 
				Dolores. 
              No hay documentos que den adecuada constancia sobre el tiempo que 
				la construcción se mantuvo en pie y fuese apta para cubrir las 
				necesidades religiosas básicas de la zona; es obvio que en el 
				espacio temporal que se extiende desde la creación del pueblo en 
				1828 hasta la bendición de la piedra fundacional de la actual 
				Capilla en 1883 son demasiados los años para que la comunidad no 
				contase con un espacio donde los creyentes convergieran. En el 
				libro "Civitatis Mariae - Historia de la Diócesis de Villa 
				María - Ballesteros Sud" María Laura Manavella asegura que, durante una parte de 
				ese período, se cumplió con las funciones confesionales en 
				"... la casa de Don Rivero, frente a la Plaza mirando al norte". 
              De hecho, como ya hemos mencionado más arriba, en los movimientos de 
				tropas ocurridos durante la campaña de las Provincias Argentinas 
				de 1841 y 1842 se da cuenta que, a poco de haberse detenido en 
				Ballesteros, el 20 de marzo de 1842 acampan en Dolores en el Río 
				Tercero. Se entiende que lo consignado en las Ordenes del Día se 
				refiere a la Capilla de Dolores. 
              Ricardo Caballero, en el relato 
				"El cautiverio de Celso", 
				vuelca las palabras y recuerdos del rehén Celso Caballero; de 
				dicho texto, extraemos lo siguiente: "La imagen de mi madre, 
				que otros cautivos me decían la habían visto en la capillita de 
				Ballesteros, rezando por mi vuelta y pidiendo a Dios por mi 
				vida, enternecía mi alma endurecida por la existencia en el 
				desierto". Dado que el secuestro duró desde 1872 a 1890, 
				podemos concluir que el protagonista puede estar refiriéndose 
				tanto a la primigenia de Dolores, a la ubicada en lo de Don 
				Rivero o tal vez a la actual de la que, construída en la que 
				había sido propiedad de la familia Caballero, él toma 
				conocimiento a través de los nuevos cautivos. 
              Un par de años antes del secuestro de Celso Caballero, quien fuese 
				sacerdote del lugar de apellido Martínez decide impulsar la 
				compra de una propiedad que si bien estaba en estado ruinoso, 
				contaba con altos muros aprovechables para el proyecto de una 
				capilla definitiva para el lugar. Según
                	María Laura Manavella en
                	"Civitatis Mariae - Historia de la Diócesis de Villa 
				María - Ballesteros Sud", esta vieja casa había tenido una 
				historia previa como "... pulpería de Don Julián Paz, tienda 
				de Urízar y Allende, después la casa de los Ceballos, los 
				Caballeros y por último, templo". 
              En 1882, durante dos meses, Fray Mamerto de la Ascensión Esquiú 
				misionó a lo largo de toda la zona;
				Milagros Gallardo, en su 
				trabajo de investigación "Las Visitas Canónicas en la 
				provincia de Córdoba, 1874-1886", describe que en mayo de 
				dicho año comienza su recorrida 
				
				"... por el sudeste provincial; visitó
				San Gerónimo de 
				Fraile Muerto, Cruz Alta 
				y demás poblados y capillas existentes en la región. A mediados 
				de mes, siguió por La Carlota y Villa Nueva. En el mes de julio, 
				desde Bell Ville 
				visitó Ballesteros y San Antonio de Litín". El paso del 
				sacerdote por Ballesteros Sud quedó reflejada en la bendición de 
				la piedra fundacional de la nueva Capilla cuya construcción 
				quedaría concluída 
				al año siguiente. 
                
               
              Constancia fotográfica de la mesa utilizada por 
				Fray Mamerto Esquiú a modo de cama en su paso por Ballesteros 
				Sud (se agradece el aporte de Carlos Caballero y la 
				intermediación de Iván Wielikosielek)   
				La estructura original es muy básica, consta de una nave 
				central rectangular de unos 8 m de ancho por unos 25 m de largo 
				y alrededor de 7 m de alto; dicha única nave es complementada 
				por una sacristía de hombres. 
				Utilizando ladrillos cocidos de tamaño convencional (30 x 15 cm) asentados en 
				barro, el edificio fue tomando forma y al poco tiempo, su puerta 
				principal de madera trabajada con hacha, se abrió para dar paso a 
				los creyentes del lugar. 
				  
				   
				  
				Hacia 1950, de la mano de los hermanos constructores Bartolotto, 
				se procede a realizarle una serie de refacciones que involucran 
				ampliaciones laterales, cambio de la puerta de ingreso por 
				una de hierro y zinc (la puerta original fue reubicada sobre la 
				pared del 
				lateral derecho del edificio), la inclusión de rejas periféricas y portón, el replanteo de la decoración exterior incluyendo 
				detalles de columnas, frontis y arabescos que le confieren el 
				actual aspecto distintivo y característico. 
                    
                    
                      | 
				Frente a la Plaza San Martín, mirando al este, se destaca la 
				ecléctica imagen de su fachada de figura cuadrangular. Le 
				precede el pretril sobre la línea municipal donde se despliegan, coronadas con pináculos 
				de estética simple, cuatro columnas cuadradas y un basamento de 
				mampostería que soportan 
				sendas rejas de hierro y un pesado portón de hierro y zinc el 
				que, una vez sorteado, da paso a un pequeño atrio. La 
				puerta de doble hoja de ingreso a la capilla es de medio punto y 
				ha sido enriquecida vistiéndola, a cada lado, con sendos pares 
				de columnas toscanas. Las mismas sostienen un arquitrabe simple 
				y cuatro pináculos que 
				se ubican por delante de dos originales arabescos en sobre 
				relieve a modo de gola. En el centro de este conjunto se observa 
				una aplicación con forma de antorcha 
				por debajo de una ventana circular que corresponde a la 
				iluminación del coro alto y en la que se ha instalado un reloj. Sobre 
				la 
				parte superior del frontis, a modo de impronta italianizante, 
				se eleva sobre el nivel de la cubierta y de un modo considerable, una prominente moldura de cierre superior. Sobre ésta se muestran dos 
				espadañas campanario coronadas con cruces de hierro, una a cada lado. 
				Entre ambas, en el centro superior, un tímpano aguzado de 
				características griegas con una dimensión que, por pequeño, no 
				condice con el conjunto. A 
				la espadaña que cumple, además, la función de campanario se 
				accede mediante una estrecha escalera externa ubicada del lado 
				del evangelio; en el rellano superior de la misma encontramos 
				una puerta que, cubierta y protegida por un alero, nos brinda 
				paso al coro. El campanario cuenta con dos campanas: una, de 
				tamaño reducido, es utilizada para convocar a las ceremonias 
				donde se honra a un difunto; la más grande, en bajorrelieve, 
				luce el perfil de la Virgen María. La 
				pintura general privilegia el blanco y suma al terracota para 
				resaltar los relieves. | 
						
						 
						
                 
						  
						  
						 |  
				  
				 
				     
				     
				   
				 
				  
				A poco de ingresar y por debajo del coro alto construído en 
				madera descubrimos una pileta de mármol; sobre el lado 
				izquierdo, el confesionario de cedro con pilastras corintias 
				talladas y sobre la derecha, una urna de vidrio con la imagen de San Juan 
				Bautista Niño. Este último, respetando la tradición, lucía 
				cuvierto con un cuero de cabrito; en la actualidad, su 
				vestimenta ha sido reemplazada por un paño de terciopelo que 
				intenta reproducir aquella imagen y textura.   
				     
				  
				El altar de madera, compuesto de tres calles y en el que se 
				privilegian los tonos dorados y celestes, contiene varias 
				imágenes expuestas en peanas sobre fondo rojo. En el centro, 
				en lugar relevante y dentro de una hornacina más profunda, nos 
				encontramos con la imagen de San Juan Bautista adulto el que es 
				acompañado a ambos lados por la Virgen del Rosario y el Corazón 
				de Jesús. Completan el conjunto las representaciones de la 
				Virgen María y Santa Teresa del Niño Jesús. En todos los casos, 
				las imágenes son de humilde confección en yeso. El Niño Dios de 
				Praga, por su parte ocupa, un lugar en la sacristía de hombres. 
				A derecha e izquierda del altar, dos amplios arcos brindan el 
				acceso a sendas sacristías que están emplazadas por debajo del 
				nivel del presbiterio.   
				   
				San Juan Bautista Adulto y vista general del 
				Altar   
				 
				Virgen María, Virgen del Rosario, Sagrado Corazón 
				de Jesús y Santa Teresa del Niño Jesús 
				  
				 
				 
				  
				En 2012, más precisamente el 28 de mayo de ese año, la Capilla 
				fue declarada Monumento Histórico Municipal a través de la 
				Ordenanza n°305 dictada por el Consejo Deliberante de 
				Ballesteros Sud. 
				  
					
						
							| 
							Para cerrar del mejor modo este trabajo, se hace 
							imprescindible recurrir nuevamente a la pluma de Don 
							Ricardo Caballero. En un texto extraído de la 
							Revista "Nativa", el escritor se sumerge en 
							su propio pasado y mirando desde sus ojos de niño, 
							reconstruye la "Posta" vistiéndola con los diversos 
							colores de un sentimiento enraizado en su propio 
							transito hacia la adolescencia. 
							Su hábil escritura logra reconstruir las últimas 
							décadas del siglo XIX de un modo literario que luce 
							respetuoso, hermoso y sensible. 
							Bajo el título "Lucinda Allende" y 
							dedicándoselo a Ramón Bustos y a su difunta hermana 
							Clara, el texto del médico, político y escritor da 
							cuenta que "... desde 1810, la "Posta" era ya una 
							Estancia renombrada. Los Bustos, criollos 
							señoriales, fueron siempre sus propietarios. 
							Señorial era y aún lo es la casa. En su marcha 
							tortuosa por la pampa, el Río Tercero describe en el 
							lugar donde se edificó la "Posta", dos curvas casi 
							cerradas, dos herraduras. Dentro de una de ellas, en 
							medio de un añoso e impenetrable bosque de talas, 
							algarrobos y sauces, se levantaron las macizas 
							paredes de la Estancia. El patio que mira al este, 
							estaba y aún está cubierto casi totalmente, por un 
							algarrobo varias veces centenario, en un cuyo tronco 
							los pobladores primitivos encontraron la tosca 
							imagen de un Cristo, el Señor de la "Posta", como se 
							le designare en el lenguaje lugareño. Los habitantes 
							de aquellas llanuras fueron devotos de esa imagen. 
							Su culto motivaba la celebración de la novena 
							consagrada al Señor de la "Posta". A ella concurrían 
							los campesinos en crecido número. A escasa distancia 
							de la margen derecha del río, las ruinas de una 
							capilla colonial consagrada a la Virgen de los 
							Dolores, ponía en aquel paisaje otra nota de 
							misterio y de leyenda. Sobre las ruinas había 
							crecido una isleta de chañares, que yo he conocido, 
							la que conservaba fielmente el plano de la capilla. 
							Ni la isleta en forma de cruz sobre la pampa yerma, 
							ha respetado el hacha brutal que esgrimen las nuevas 
							gentes ahora dueñas de la tierra que fue nuestra y 
							que han cubierto con sus oleadas victoriosas". 
							"Lucinda Allende" 
							(Fragmentos)
							Ricardo Caballero 
							Revista "Nativa" - Buenos Aires, marzo 
							de 1936 
							"Páginas literarias del último caudillo" - 
							Compilación: F. Rojo y A. Ivern |  
                  
                Pinceladas ballesterenses. 
					
					
					Funcionarios de Ballesteros Sud a fines del siglo XIX. 
					Viaje de Edward F. Knight.   El 
				aventurero, científico y corresponsal de guerra inglés Edward 
				Frederick Knight describió en su libro una interesante colección 
				de pintorescas anécdotas que tienen por protagonistas a las 
				autoridades de Ballesteros Sud. En el verano de 1881 habían 
				llegado a Frayle Muerto a 
				caballo y tras continuar galopando paralelos a la vía del FCCA en 
				dirección oeste con un cálido viento norte que les pegaba en la 
				cara, pasaron por una zona donde un acre aroma anticipaba "... un incendio forestal que ardía lentamente sobre algunas 
				leguas de terreno. Toda la hierba se ha consumido, los 
				algarrobos se han carbonizado y lenguas de fuego saltan 
				hambrientas aquí y allá. Entre el cielo caliente en lo alto y 
				las cenizas abrasadas por debajo nuestro, nos  atrapó una 
				sed incontrolable frente a la que, cualquier viejo bebedor, 
				hubiera dado todo por saciarla; pero ¡ay!, no teníamos con qué". Continúa el relato con su llegada a
					Ballesteros cuando, frente 
				a sus ojos, tan solo se presentan "... dos o tres 
				viviendas miserables; de las cuales, ninguna era una posada. La 
				única construcción con un aspecto decente era la estación del 
				ferrocarril; así que decidimos dirigirnos hacia ella y, para 
				nuestra satisfacción, descubrimos que el Jefe de la misma era un 
				inglés de apellido Coleson". Luego de ser atendidos con 
				especial predisposición y durante la sobremesa, el anfitrión les 
				contó una 
				colección de anécdotas en torno a las tres autoridades que, 
				radicadas al otro lado del Río Tercero, en Ballesteros Sud, 
				extendían la mano de su injerencia sobre toda la zona. Se 
				refería al Juez de 
				Paz, el Comisario y el Comandante Militar. Las historias que, teñidas 
				de una mezcla de astucia, ignorancia, pobreza y necesidad por 
				sobrevivir como se pudiese, servían para comprender la 
				cotidianeidad de ese mundo rural y postergado. Los invitamos a 
				descubrir dichos fragmentos que, publicados en Londres en 1884, 
				son parte del libro "The Cruise of the 'Falcon' - A voyage 
				to South America in a 30 ton Yacht". (Acceda al 
				documento)   
					  
					Edward Frederick Knight y su libro 
					"The Cruise of the 'Falcon' - A voyage to South 
				America in a 30 ton Yacht"  
					
					Luisa Rosales, Ama de Llaves de la Capilla. Nos hacemos eco de las palabras que el poeta, escritor y 
				periodista Iván Wielikosielek escribió, en julio de 2019, 
				respecto a ella:
					"... de madrugada, una figura femenina atraviesa el patio de la 
				iglesia cargada de bolsas y escobas. Y una vez allí, abre la 
				puerta de la sacristía raspando el polvo centenario contra el 
				piso. Es, quizás, el mismo polvo que alguna vez trajo el malón 
				desde Trenel o Leubucó y aún sueña su sueño de cabalgatas 
				ranqueles en un país de libertad. Pero una vez adentro y como si 
				fuera una devota del islam, la mujer se destoca. Y bajo su 
				campera y bufanda vuelve a ser Luisa Rosales; el ama de llaves 
				absoluta de la iglesia San Juan Bautista desde hace doce años 
				ya".   
					   
						
							
								| 
								   
								 
								 
								Texto de 1949 del Sacerdote Armando 
							Piazza |   
					
					El cementerio.   Luego de relevar fotográficamente la Capilla San Juan Bautista 
				dirijo, cansino, mis pasos hacia el cementerio del pueblo. En mi 
				cabeza serpenteaban las palabras que el poeta, escritor y 
				periodista Iván Wielikosielek había escrito para el "Puntal de 
				Villa María":
					
					"Aunque lo hayan enclavado a tres cuadras de la plaza, uno 
				tiene la sensación de abandonar el pueblo cada vez que se dirige 
				al cementerio de Ballesteros Sud. Como si su gente tuviera que 
				dejar atrás la civilización para visitar a sus muertos en los 
				campos de la barbarie. Y, en efecto, apenas atravesada la 
				tranquera de un camino torcido y justo detrás de una chacarita 
				con criadero de chanchos, se atisba el arco del camposanto". 
					Al llegar a la puerta de ingreso, un círculo de ancianos árboles 
				te envuelven y desconfiados, espían tus movimientos. Frente al 
				empuje de la mano, cruje indefensa la puerta de hierro; el 
				sonido oxidado se expande atronador entre tantos silencios, la 
				vista se me desliza hacia adelante buscando, inútil, romper con 
				tanta soledad. Un pañuelo blanco de seda aflora entre las 
				tumbas, flota en el aire llevado en los brazos de una suave, 
				húmeda brisa; lo veo venir y no lo eludo, no me asusto, no me 
				sorprendo, disfruto con el placer de su contacto. La tersa tela 
				gira varias veces alrededor de mi cabeza, por momentos me ciega 
				lenta, se deposita sobre mis hombros, me rodea y atrapa, me 
				entrega tibieza, se invita a acompañarme. ¡Acepto, viene conmigo 
				y guía mi rumbo! El pañuelo me escucha, sé que lo hace y entonces le hablo. No 
				emito sonido alguno pero le hablo, le digo que no le tengo miedo 
				ni a él ni a los cementerios. Tal vez, de chico; pero, ahora no. 
				Me gusta caminarlos, sentir el ruido de pasos que me siguen, 
				espiar sordos murmullos a cada vuelta de pasillo, ignorar fotos 
				con ojos que se mueven con el solo pasar, entender el tallado de 
				los mármoles, llevarme en los dedos el verde viejo de los 
				bronces y el moho de pardos ladrillos. La seda blanca me cuenta los secretos del lugar, le digo que los 
				conozco, que en todos los cementerios las historias son iguales, 
				cambian de nombre pero todas encierran calcados inmerecidos 
				niños idos, engaños, estúpidas muertes, inconfesables suicidios, 
				enfermedades desconocidas y conocidas, viejos de vida inmortal y 
				jóvenes sin derecho a vida eterna. El pañuelo insiste y me dice 
				que sabe como sorprenderme, dejo que lo haga. Nos vamos juntos 
				hacia el fondo, estoy dispuesto a escucharlo; no se por qué, 
				pero tengo deseos de escucharlo. ¡Quizás, esta vez sea distinto! 
				¿Por qué, no?     
						
							
								| 
								Diosa de cal   
								
								Sobre la tapia del cementerio 
								
								duerme una gata blanca   
								
								
								parece una diosa egipcia 
								
								
								que olvidó el color de la arena   
								
								
								de tanto soñar hacia las tumbas.   
								Iván Wielikosielek |  |    
				
				Coordenadas geográficas. 
				
				Latitud: 32º 58’ 94,70” Sur 
				
				Longitud: 63º 03’ 10,50” Oeste 
                          
                  
                  
              
               
              
				 
              
				 
                
                
              Fuentes de consulta: 
                  
                  
              Se agradece de un modo muy especial al Sr. Iván Wielikosielek por 
				su inestimable predisposición y vital colaboración.
                  
              Se agradece al Dr. Carlos Caballero (nieto de Celso Caballero) por 
				la conversación telefónica cálida y enriquecedora y por sus 
				valiosos aportes a este trabajo.
                  
              Se agradece a la Sra. Luisa Rosales por el afecto que nos ha 
				brindado al abrirnos las puertas de la Capilla para realizar el 
				relevamiento fotográfico del interior.
                  
              Knight, Edward Frederick: 
					"The Cruise of the 'Falcon' - A 
					voyage to South America in a 30 ton Yacht" - Londres, 
					1884.
                  
              Seymour, Richard Arthur: "Pioneering in the Pampas or the first 
				four years of a Settler´s experience in the La Plata Camps" - 
				Longmans, Green & Co. - London, 1870. 
				 
					
                  
              Diario "The Standard" - Reservorio Universidad de San Andrés (la 
				fecha de la edición utilizada está referenciada al pie del 
				material incluído) - Se agradece a los responsables del 
				Reservorio por su valiosa colaboración.
                  
              Diario "El Nuevo Mundo": Biblioteca Argentina Dr. Juan Alvarez 
				- Municipalidad de Rosario, 15 de agosto de 1870. 
                  
              Diario "El Independiente": "El Padre Donatti" del 15 
				de junio de 1878 y "Publicidad de La Buckeye, máquina de 
				cortar alfalfa" del 31 de enero de 1879 - Biblioteca 
				Argentina Dr. Juan Alvarez - Municipalidad de Rosario.
                  
              Diario "La Verdad": Biblioteca 
				Argentina Dr. Juan Alvarez - Municipalidad de Rosario, 25 de 
				julio de 1908.
                  
					Caldcleugh Beatson, Alexander: "Viajes por América del 
					Sur" - 1819/1821.
                  
                Concolorcorvo: "El lazarillo de 
				ciegos caminantes" 
                  - 1771.
                  
					Proctor, Robert: 
					"Narraciones del viaje por la Cordillera de los Andes y 
					Residencia en Lima y otras partes del Perú en los años 
					1823-1824 " - Vaccaro - Buenos Aires - 1920. (El 
					original fue publicado en Londres en 1825)  
				 
                  
                  
                	García Rodríguez, Angel: "Influencias de las redes de 
					transportes en la historia de los asentamientos humanos en 
					la Argentina" - Facultad de Ciencias Económicas (UBA) - 
					1988.
                  
                	Sallusti, Giuseppe: "Storia delle Missioni Apostoliche 
					dello Stato del Chile. Colla descrizione del viaggio dal 
					vecchio al nuovo mondo fatto dall´autore" - Tomo Secondo 
					- Roma, 1827
                  
                	Gallardo, Guillermo: "El viaje de Buenos Aires a Santiago 
					de Chile" - Revista de Historia Americana y Argentina - 
					Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Historia - 
					Universidad Nacional de Cuyo - Año IV Nº 7/8 - 1962/1963.
                  
                	Rojo, Francisco Javier e Ivern, Andrés: "Páginas 
					literarias del último caudillo - Compilación" - 
					Rosario, 1950 - "Lucinda 
					Allende" por Ricardo Caballero - Revista "Nativa", 
					Marzo 1936 - 
					Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz.
                  
                	Burmeister, Karl Hermann Konrad - "Viaje por los Estados 
					del Plata" - Academia Nacional de Historia, Buenos 
					Aires, 2008.
                  
                	Boixadós, María Cristina: "Imágenes de Córdoba, 
					Fotografías de Jorge B. Pilcher, 1870-1890" - Ediciones 
					de la Antorcha, 2017
                  
					Departamento de Estudios Históricos del Estado Mayor del 
					Ejército de la República Oriental del Uruguay: 
					"Boletín Histórico" 
					- Montevideo, Imprenta Militar.
                  
                	Cacciavillani, José E.: "Historia de Ballesteros" - 
					M/A Gráfica - Arroyo Cabral - 3º Edición con ilustraciones 
					de Domingo José Ingrassia. 
				   
				 
					
                  
                	Manavella, María Laura: "Civitatis Mariae - Historia de la Diócesis de Villa 
					María - Ballesteros Sud" - 2006.
                  
                	Bilbao, Manuel: "Buenos Aires, desde su fundación hasta 
					nuestros días - Especialmente el período comprendido entre 
					el siglo XVIII y el XIX" - Buenos Aires - 1902.
                  
                	Tamagnini, Marcela y Pérez Zavala, Graciana: "La frontera 
					sur cordobesa. Mecanismos de disciplinamiento a cristianos e 
					indígenas (1780-1880)" - Material incluído en "Araucanía-norpatagonia, 
					la territorialidad en debate: perspectivas ambientales, 
					culturales, sociales, políticas y económicas" - 
					Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y 
					Procesos de Cambio - CONICET – UNRN - 2013.
                  
                	Tamagnini, Marcela y Pérez Zavala, Graciana: "Aportes de 
					los relatos orales para el estudio de la Frontera Sur, 
					provincia de Córdoba (siglo XIX)" - Departamento de 
					Historia, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional 
					de Río Cuarto - Voces Recobradas - Revista de Historia Oral 
					- Año 9 nº22 - 2006.
                  
                	Tamagnini, Marcela: "Soberanía Territorialidad Indígena - 
					Cartas civiles I" - Facultad de Cs. Humanas - 
					Departamento de Publicaciones e Imprenta de la Universidad 
					Nacional de Río Cuarto - Córdoba, Argentina, 1994.
                  
                	Fraser, John Foster: "The Amazing Argentine - A new land 
					of enterprise" - New York, 1914. 
                  
					Gallardo, Milagros: 
					"Las Visitas Canónicas en la provincia de Córdoba, 
					1874-1886" - 
					
					Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos 
					Aires, Argentina - Pasado Abierto, 2016.
                  
                	Delius, Juan D.:
					"Reseña acerca de los campos que circundan la antigua 
					estancia Monte Molina, Saladillo, Córdoba" - Konstanz, 
					Alemania.
                  
                	Haigh, Samuel: "Sketches of Buenos Aires, Chile and Perú" 
					- Londres - 1831.
                  
                	Miers, John: "Travels in Chile and La Plata - 1819/1824"
					- Londres - 1826.
                  
                	Elwes, Robert:"Apuntes de un viaje alrededor del mundo" -
					1853
                  
                	Schmidtmeyer, Peter:
					
					"Travels into Chile, over The Andes, in the years 1820 
					and 1821: With some sketches of the productions and 
					agriculture" - Londres - 1824.
                  
                	Helms, Anton Zachariah: "Viaje desde Buenos Aires a Lima 
					por Potosí" - Fines siglo XVIII
                  
                	Sanchez, Santiago J.: "Ricardo Caballero: nacionalismo y 
					telurismo del Litoral" - Anuario del Centro de Estudios 
					Históricos "Prof. Carlos S. A. Segreti" - Córdoba 
					(Argentina), año 8 n° 8, 2008, 343-360.
                  
                	Zinni, Héctor Nicolás: "El camino del sur" - 
					Biografía de Ricardo Caballero.
                  
                	Caballero, Ricardo: "El cautiverio de Celso" - 
					Revista Nativa, 1936 - 
					Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz 
					- Relato incorporado en 
					"Páginas literarias del último caudillo" de 
					Francisco Rojo y Andrés Irven, 1957.
                  
                	Caballero, Ricardo:
					
					"La casa de mi infancia (En Ballesteros Viejo)" 
					- Revista Nativa - Año XI Nº 122 - Buenos Aires, 1934   - 
					Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz 
					- Relato incorporado en 
					"Páginas literarias del último caudillo" de 
					Francisco Rojo y Andrés Irven, 1957.
                  
					La imagen del aguafuerte coloreado "Vista 
					de la Casa de Posta llamada el Rincón de Bustos, a orillas 
					del Río Tercero" de Fernando Brambila corresponde a: 
					"Historia Argentina - desde la Prehistoria hasta 1829 - Vol. 
					1" - Colegio Nacional de Buenos Aires y Pagina 12 - Pág. 
					167
                  
                  Sourryère de Souillac, José: "Itinerario de Buenos Aires a 
					Córdoba" - 1838.
                  
                	Encuentro "El laberinto de la memoria - Relatos de la 
					frontera - 150 años de historia de presencia franciscana en 
					la Villa de la Concepción de Río IV y la región pampeana - 
					1855/2005 - 1856/2006" - Archivo Histórico "Fray José 
					Luis Padrós" - Convento San Francisco Solano - Doc. 
					287.4.2.1873, Carta de Fray Tomás María Gallo a Fray Marcos 
					Donati por el rescate de Celso Caballero (aporte de Carlos 
					Caballero de su archivo personal).
                  
                	Mackenna, Benjamín Vicuña: "Pájinas de mi diario durante 
					tres años de viajes - 1853/1854/1855" - Chile, 1856.
                  
                	Anales de la Universidad de Chile - Notas de Barros Arana: 
					"Itinerario de viaje en 1859".
                  
                	Fray Pedro 
					José de Parras: "Diario y Derrotero de sus viajes, 
					1749/1753 - España, Río de la Plata, Córdoba y Paraguay".
                  
					Río, Manuel E. y Achával, Luis: "Geografía de la 
					Provincia de Córdoba - Volumen I" - UNC - 1904.
					Ferrer Benimeli, José A.:
					"Viaje y peripecias de los 
					jesuítas expulsos de América" - Universidad de Zaragoza 
					- Revista de Historia Moderna N° 15 - 1996.
					Froriep, Ludwing Friedrich:
					"Noticias sobre Ciencias Naturales y 
				Médicas" - 1826.
					
					Gilliss, James Melville: "The U. S. Naval Astronomical 
					Expedition to the Southern Hemisphere during the years 1849 
					to 1852" - Washington - 1855.
					d´Orbigny, Alcides:
					"Voyage pittoresque dans les deux 
					Amériques" - París - 1836.
					
					Teniente Brand del 
					Paquebote Duke of York:
					"Diario de Viaje al Perú durante el 
					invierno de 1827" - 
					editor Dr. Friedrich 
					Alexander Bran - "Archivos Etnográficos" -
					Editorial Banchen - Alemania, 1829. 
				 
					
					
					de Amigorena, José Francisco: "Descripción de los 
					caminos, pueblos, lugares que hay desde la Ciudad de Buenos 
					Ayres a la de Mendoza, en el mismo reino - 6 de febrero de 
					1787" - Presentación de José Ignacio Avellaneda - 
					Cuadernos de Historia Regional N°11 Vol IV Abril 1988 - 
					Universidad Nacional de Luján (EUDEBA)
              (Acceda 
					al documento completo
					
					Pallière, León: "Diario de viaje por la América del Sud" 
					- Ediciones Peuser (Buenos Aires) - 1945
					
					Bose, Walter B. L.: "Córdoba, centro de las 
					comunicaciones postales en las Provincias Unidas del Río de 
					La Plata" - Labor de los Centros de Estudios de la UNLP 
					- 1942
					
                	Greene Arnold, Samuel: "Viaje por América del Sur - 
					1847/1848" - EMECE - 1951
					
					Gillespie, Alexander: "Buenos Aires y el interior" - 
					Biblioteca Argentina de Historia y Política - Hyspamérica - 
					Buenos Aires, 1986
					
					FamilySearch.org
					
                	De Bonelli, Hugh: "Travels in Bolivia with a Tour across 
					the Pampas to Buenos Ayres" - Londres, 1854.
					Teniente de Navío de La Thetis Conde Edmond de la Touanne 
					con la autorización del Capitán de Navío Barón de 
					Bougainville: "Itinéraire Valparaiso et de Santiago de 
					Chile a Buenos Aires para les Andes et les Pampas" -
					París - 1837. 
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