LAS CAPILLAS OLVIDADAS.
LA HISTORIA DESPRECIADA
y UNA MEMORIA ABANDONADA.
Decíamos que los objetivos fundantes de esta
Página son los de mostrar las características del
importante Patrimonio Cultural Religioso de la Provincia
de Córdoba en la seguridad que, aportando a su conocimiento,
se
alentará a
una mayor y mejor conservación del mismo por parte de quienes
detentan
la
responsabilidad de hacerlo.
Motivados por dicho espíritu, en este espacio,
expondremos aquellas capillas que han sido condenadas a un
proceso de inexorable degradación consecuencia del desinterés
por su preservación. Se trata de ámbitos religiosos que,
librados a su suerte, sufren el lento proceso de desaparición en manos de la
inacción, la indiferencia, la vandalización y el robo.
Aquí y en general, nos ocuparemos de visibilizarlas;
algunas de ellas, de manera particular, serán abordadas
profundizando en torno a sus propios derroteros históricos.
Los
invitamos a conocer más acerca de ellas:
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Berrotarán - Inmaculada Concepción de Las Peñas.
En 1774, es levantado el Oratorio de Las Peñas. En 1862, la
familia Berrotarán devenida en propietaria de los campos del
lugar, lleva adelante una primera refacción que convirtió el
pequeño Oratorio en la Capilla Inmaculada Concepción de Las
Peñas levantando paredes de adobe revocado y techo a dos aguas
sobre el que ubicaron las usuales tejas musleras coloniales. En
la actualidad y exponiendo el deterioro de lo años, la
encontramos vecina al casco de la Estancia Potociorco.

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Costa Sacate
- Capilla de San José.
Los
restos de esta Capilla pueden ser ubicados a la vera del camino
que comunica la pequeña población de Costa Sacate y el
cementerio local.

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José de la
Quintana - Capilla de San José.
Debemos ubicarnos en una fracción del territorio recibido, en
carácter de Merced, por el Capitán Luis de Tejeda y varias de
sus posteriores generaciones familiares. Dichos terrenos son
adquiridos, a mediados del siglo XIX, por José Cayetano de la
Quintana y su esposa, Adela Alcorta. Identificada como Estancia
San José, es administrada por dos hijos del matrimonio luego de
la sucesión de la herencia tras la muerte de de don José
Cayetano en 1897. Se trata de José (h) y Benjamina.
Iniciado el siglo XX y con la llegada del ferrocarril a la zona,
las tierras incrementan su potencial y son vendidas a Ernestina
Cavallanes de Osuña quien reconvierte el casco de la Estancia en
un lujoso centro turístico convocante de adinerados visitantes
de la época que procuraban un descansando encuentro con la
naturaleza. El rediseño arquitectónico integraba,
armoniosamente, la pequeña Capilla de San José que ya existía.
La nueva propietaria, además, propicia el fraccionamiento
territorial y así, le da nacimiento formal al pueblo de José de
la Quintana.
Largos años de ocaso y desaprensión del proyecto, sumió a la
propiedad en ruinas. La Capilla debió esperar a los primeros
años del siglo XXI para que los propietarios actuales
resolvieran restaurar el reducido ámbito religioso; el impulso
individual y privado, aún reconociéndole la voluntad, no
garantizó el total respeto de la obra original.




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La Playa -
Nuestra Señora del Rosario.
En algunos casos es la misma comunidad del lugar que se ha
ocupado de mantener en pie los pocos restos de una capilla que,
mínimamente y reducido a su frente, han logrado llegar hasta
nuestros días. Si bien, la sana voluntad pueblerina ha permitido
que sigamos contando con esa pequeña fracción de patrimonio, no
siempre el trabajo se ha hecho del modo más idóneo; menos aún,
cuando el resultado deviene en un ámbito destinado a fogón.

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Malagueño - Capilla
de Calderón o de Sosa.
Se haya en la
zona rural de la localidad de Malagueño a unos dos kilómetros de
la ruta que, partiendo de la autopista Córdoba - Carlos Paz,
comunica con Alta
Gracia. Erigida por la familia Calderón, fue bendecida en 1898.
Años después paso a manos de la familia Sosa con cuyo nombre se
la identifica en la actualidad.

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Malagueño - Capilla
de Nuestra Señora de los Dolores.
Gonzalo Martel de Cabrera era el hijo menor de Jerónimo Luis de
Cabrera y de Luisa Martel de los Ríos. Desde Cuzco, el
matrimonio y sus vástagos iniciaron un viaje hacia el sur. La
familia permaneció en esta comunidad mientras una avanzada
continuó su camino bajo la guía de Jerónimo Luis para terminar
fundando Córdoba de la Nueva Andalucía.
Una
vez consolidado el nuevo poblado, Luisa Martel con sus niños se
sumaron a su esposo. Estando allí, el aún niño Gonzalo Martel y
su madre fueron testigos de la traición del nuevo
Gobernador del Tucumán Gonzalo de Abreu que devino en el arresto
y muerte de Jerónimo Luis de Cabrera.
Para
1585, al joven Gonzalo Martel lo encontramos radicado en
Córdoba, casado con María de Garay (hija de Juan de Garay,
fundador de Buenos Aires y Santa Fe) y ocupando las funciones de
Alcalde Ordinario y Alférez Real. Con su madre y su esposa
vivían en un amplio espacio vecino a los actuales ríos La Cañada
y Suquía donde, en la actualidad, se encuentra el Convento de
Las Catalinas.
En
cuanto a patrimonio, compartía con Juan López de Reyna la
propiedad de un molino harinero y en carácter de Merced recibida
de su padre en 1574, un vasto territorio que, a unos veinte
kilómetros, se extendía adoptando el nombre de La Lagunilla.
Recurriendo a un artículo escrito por el abogado, filósofo,
teólogo e historiador Luis Guillermo Martínez Villada y
publicado en la Revista de la Universidad de Córdoba de julio y
agosto de 1920, bajo el título "Don Gonzalo Martel de
Cabrera", rescatamos que el autor recuerda que "... fue un día
templado y sereno cuando en compañía de un egregio maestro de
nuestra antigüedad colonial y de un joven descendiente de una de
las más viejas razas de conquistadores, salimos de Córdoba para
visitar algunos sitios en que las reliquias del pasado convidan
a la contemplación. Volaba el automóvil sobre la limpia
carretera con rumbo al occidente. Bien pronto quedó la ciudad
envuelta en su vaho y de las huertas suburbanas, perfilábase tan
solo, a lo lejos, el airón gracioso de las alamedas. Pasamos las
'Casas Viejas', viejo solar campestre de los Navarros y en los
términos de 'Ioccina', antes de llegar a la estancia de 'Causana',
encontramos la ruina de una pequeña capilla, que se alza
solitaria sobre un manso collado. Es la primera etapa del
camino. En el dintel se advierte con esfuerzo la inscripción de
la dedicatoria: A María de los Dolores, año 1745. Nuestro amigo
y maestro toma la palabra y nos relata la historia de esta
capilla, que erigió la piedad de la noble doña Hipólita de
Ledesma y Zevallos y su esposo Pedro Moynos".
Transcurrió un
largo siglo después de este viaje, poco o nada se ha hecho para
preservar estos restos que, más degradados y entre pastizales, se
pueden ubicar en proximidades
de la autopista que une la Ciudad de Córdoba con la de Carlos
Paz a la altura de uno de los distribuidores que dan ingreso a
Malagueño.

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Pinas - Capilla
de San Roque.
La
Capilla de San Roque en la Estancia Pinas, Departamento Minas,
se extiende desde las Sierras de Guasapampa hasta los límites
con La Rioja y comulga, hacia el sur, con el Departamento de
Pocho. Tras la Revolución de Mayo el Sacerdote Juan Felipe
Singuney adquiere la propiedad e inicia la construcción, hacia
1833, de un Oratorio que rinda devoción a San Roque. Al momento
de su muerte, la administración de la propiedad es asumida por
familiares del Cura y tras sucesivas ocupaciones y cambios de
propietarios, la Estancia termina siendo comprada por el
Legislador Nacional Lisandro de la Torre en 1908 quien inicia un
proceso de reconstrucción del casco y del Oratorio que, por
entonces, estaban en estado ruinoso. Con los años, el abandono
arreció nuevamente y la suma de conflictos sucesorios
significaron el derrumbe total de la Capilla de la que, hoy en
día, solo quedan algunos pocos restos en pie.
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Río Primero -
Capilla de Nuestra Señora de Copacabana.
La
Capilla de Nuestra Señora de Copacabana de Villamonte, ubicada
en la localidad de Río I del Departamento homónimo, fue
construída en la Estancia de Nuestra Señora de Copacabana por
Domingo Villamonte y su descripción detallada en el inventario
practicado con motivo de su fallecimiento en 1722 da cuenta que
es toda de cal y piedra, con sus puertas al poniente de tableros
de cedro y el largo de 24 varas y 7 de ancho con siete tirantes
de nogal y su enmaderamiento de lo mismo y quebracho, cubierta
de tejas, presbiterio en ladrillo con tres altares y en el
mayor, Nuestra Señora de Copacabana de bulto de algo más de una
vara y encajes ordinarios. La Capilla, como parte integrante de
una estancia colonial, si bien privada, estaba abierta al culto
público. El cura Ramón Varas de la Parroquia de Río I, el 19 de
setiembre de 1909, trasladó los bienes de la Capilla a Río I,
quedando desacralizada e iniciando el camino a convertirse en
ruinas. Más información

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Tanti (Los
Gigantes) - Capilla de La Mesada.
La
pequeña Capilla fue levantada, en 1906, con las manos de
Pantaleón Sánchez y su esposa Natividad en los terrenos de la
estancia que los tenía por propietarios. La misma se extendía en
el valle previo a la conformación geológica de Los Gigantes.
Varias décadas más tarde, en el lugar, se inició la explotación
de una mina uranífera bajo la responsabilidad de Sánchez Granel
SA. El proyecto debió transitar períodos signados por la
resistencia social por la afectación ecológica de los ríos que,
naciendo en Los Gigantes, vierten sus aguas contaminadas en la
cuenca que configura el Lago San Roque y por ende, con
consecuencias directas a Córdoba Capital. La tradición oral
asegura que la tutela del ámbito religioso fue asumida por los
Franciscanos al igual que la más moderna Capilla de la Virgen
del Valle erguida al pie del ingreso a Los Gigantes.

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Villa
Giardino - Capilla de Las Chacras.
La
ruinosa Capilla de Las Chacras está ubicada cerca del Molino de
Thea, Villa Giardino, Departamento Punilla, en una zona ocupada
por naturales comechingones. En 1588, el Gobernador Pedro
Villalba entrega, en carácter de Encomendero de Indios, a
Francisco Pérez de Aragón y su esposa Lucrecia Villalba un
territorio en la parte sur del Valle de Punilla. Nace la
Estancia Los Quimbaletes, la que cambia de propietarios a lo
largo de los años hasta que, en 1740, la adquiere José Zapata y
luego, Julián Núñez. En 1816 comienza la construcción de la
Capilla por Francisco Roque Ceballos quien, por entonces, era
propietario de la Estancia de Las Chacras. A fines del siglo XIX
las Estancias de Los Troncos y Las Chacras son unificadas por un
solo dueño, el italiano Miguel Thea.
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Yerba Buena -
Oratorio.
"Recorriendo el Departamento Minas, al pie
del cerro homónimo, estaba el Oratorio de la Yerba Buena dentro
de lo que era un fuerte con troneras donde, documentado está,
estuvo Quiroga, Peñaloza, etc. Tuvo el mismo destino de la
capilla de Yocsina. No queda del viejo oratorio de comienzos
siglo XVIII sino las ruinas de lo que fue". (Aporte
de Gastón Torres Vera)

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