SANTA BARBARA
Sábado a la mañana. Estábamos reconociendo algunos lugares
históricos de la ciudad de Córdoba, que integran su rico
patrimonio cultural y pasamos frente a la Iglesia de San Roque.

Mientras la contemplábamos desde la placita del
frente, después de lamentarnos por su mal estado de
conservación, nos pusimos a hacer algunos comentarios sobre sus
orígenes, sobre el Obispo donante, la orden de los betlemitas y
apareció en el tema, la capilla de Santa Bárbara en la
Pampa de Olaén.


Como todos coincidimos que sería interesante ir a conocerla, se
organizó viaje para el siguiente día. Así, en una soleada y
dominguera mañana de otoño, pudimos acercarnos y contemplar esta
capilla rural.
A
la vera del antiguo Camino de Los Riojanos, ramal del histórico
Camino Real, se ubica esta capilla que se manifestó como una
expresión de fe y protección, para aquellos viajeros en su
aventura por esas despobladas tierras.
Fue mandada construir entre los años 1748 y 1756, a pocos metros
del casco de la estancia de la Pampa de Olaén, cuyas ruinas
pueden observarse actualmente, por el Obispo Diego de Salguero y
Cabrera, propietario de grandes extensiones de campo en esa
zona, producto de heredadas mercedes y su extraordinaria
capacidad de negocios.
Su blanco y rojo volumen se distinguen desde lejos, sobre una
base de pastizales dorados. Pequeña y simple. De planta
rectangular y sacristía del lado de la epístola. Y en la misma
cara, en fachada sur, angosta escalerilla exterior para ir al
campanario, que hoy extraña el llamado de campanas que ya no
están.

Despiertan curiosidad, en mérito a la tradición, los robustos
contrafuertes que estriban la nave en sus caras norte y este,
repitiendo el antecedente de la Candelaria; incluso el colocado
en el testero de la capilla, que en ambos casos, no ejercen
ninguna acción mecánica.


Exteriormente está rodeada por un cerco de alambre tejido que,
más allá de la necesaria función que cumple, dado el ganado que
existe en el lugar, deteriora la imagen de la obra.
La fachada, que mira a la puesta del sol, es muy simple. Un
plano vertical desprovisto de ornamentos, con solo una cornisa
de borde superior, bajo el frontis espadaña. Es éste un original
semicírculo con tres orificios; uno circular, arriba, y dos
rectangulares con remate en arco de medio punto para alojar
sendas campanas. Una cruz de hierro forjado hace el remate del
conjunto.
Por una puerta de madera, de dos hojas de abrir, con dintel en
arco de medio punto, se ingresa a esta capilla.

Actualmente tiene piso de mosaicos calcáreos, paredes de piedra
y ladrillos revocadas a la cal, con estructura de techos, no a
la vista, ocultas por un cielorraso encalado. La cubierta, a dos
aguas, es de chapas de zinc, pintado color rojo.



El altar, de simple factura, conserva la imagen de la Virgen de
Santa Bárbara, patrona de los mineros, aparentemente,
entronizada por los betlemitas que se hicieron cargo de la
capilla.


La Capilla de Olaín, como la llamaban, pertenecía al Curato de
Sierras y la Punilla, su párroco José Miguel de Castro en
1800-1801, inventarió las capillas del Curato. No se conserva
documentación, si lo hizo, en Olaín. Tampoco en los inventarios
realizados por el Párroco José Julián Sueldo en 1810-1811.
El teniente coronel Santiago Carrera, gobernador político
militar de Córdoba, a raíz de disputas de poder dentro del
Hospital San Roque de la ciudad de Córdoba, ordena la
realización de un detallado inventario de todos los bienes de la
Fundación San Roque. Se produce, así, el INVENTARIO HECHO A
CONSECUENCIA DE LA TOMA DE CUENTAS POR EL DIPUTADO DE LA
COMISIÓN DON FRANCISCO IGNACIO BUSTOS Y EL R.P. FRAY RAMÓN BRUNO
DEL PILAR A 1º DE MARZO DE 1813.
Detalladamente se describen las tierras de Olaen, su capilla que
actúa como ayuda de Parroquia y su alajamiento. Se relevó con
detalles la antiquísima casona que habitó, el Dr. Diego Salguero
y Cabrera, cuando era Vicario y Juez Eclesiástico de La Punilla
situada al frente de la Capilla, a pocos metros.
(Acceda
al inventario).
El 30 de abril de 1877, el cura interino Ambrosio Raynoldi,
produjo un informe “Inventario de las diez Capillas
públicas pertenecientes a la Parroquia de la Punilla”,
donde detalla escrupulosamente, Capillas, Cementerios, Enseres,
Útiles, Ornamentos, Imágenes, Alhajas y “Advertencias”; éstas
últimas son todo un historial de la fabricación de cada capilla
y de su manejo, incluyendo temas económicos domésticos,
contabilizados como “fondos de fábrica”.
En
"Advertencias"
sobre la Capilla de Olían, dice:
a.1. Parece que esta Capilla sea propiedad del ospital y es
comúnmente llamada Capillanía.
a.2. Los arrendantes de la estancia perteneciente al ospital
hacen de Mayordomos, pero no viviendo en Olaín solo pocos días
al año queda en poder de personas incapaces de atenderla como se
debe.
a.3. Es notorio y público que en poder del actual Mayordomo Don
Toribio Peralta existe un fondo a favor de la Capilla sin que
pueda conocer su origen ni la cantidad efectiva, pues quien son
quinientos, quien seiscientos y quien ochocientos pesos. Hasta
la fecha, no he podido ver ni una vez al Sr. Mayordomo para dar
mejores informes.
a.4. La Capilla no tiene campanario y solo una campana rajada
sobre pendiente de un palo alto 21/2 varas.
a.5. No tiene cementerio, se sepulta de frente la capilla sin
que aiga paredes ni cerco.
a.6. Por no haber hallado al Sr. Mayordomo, no es posible dar
cuenta de Entradas y Salidas
Tanto participo a Vs. en desagravio de mi conciencia y en
cumplimiento de mis deberes. Cosquín, Abril 30 de 1877.
Firma: Ambrosio Raynoldi.
En el
Inventario de la Capilla de Olaín,
en el Ítem I Capillas
y Cementerios
dice :
1 – Una capilla de piedra y barro larga 16 varas de largo ancha
4 ½ , en regular estado con techo de tejas, sin campanario, sin
cementerio.
2 – Una sacristía en las mismas condiciones larga varas 5 ancha
4 ½ varas
3 – Un altar de material crudo.
4 – Dos puertas sin chapas y cerrojos y mala.
Continúa describiendo Enseres, Útiles, Ornamentos, Imágenes, y
Alajas. (Click
aquí para ver Inventario completo)
El 14 de agosto de 1890 asume como párroco de la Punilla el
Pbro. Juan Trifón Moyano y ese mismo año, realizó un minucioso y
pormenorizado “Inventario General de las Existencias en
ornamentos de la Capillas de este Curato de la Punilla”.
El inventario detalló todos los objetos que existían en las
10 capillas del Curato, entre ellas la de Santa Bárbara de Olaen.
El 18 de mayo de 1893, Silenio Córdoba, que había sido
desplazado del valle de San Roque por las aguas del lago, era
inquilino de la Fundación del Hospital San Roque de Córdoba, en
las tierras de Olain. El párroco del curato Sierras y Valle de
Punilla Presbítero Juan Trifón Moyano, propone al Sr. Obispo
Reginaldo Toro (1839-1904): “Ilmo. Sr. como la Capilla de
Olain está en deterioro, quiere D. Silenio Córdoba que ha
arrendado la estancia hacer una compostura ... yo creo que
conviene no dejarla caer porque todas las demás Capillas no
distan menos de cuatro leguas de esta ... esperando la venia de
S.S. para hacerla componer". Por esos años, la
Capilla de Las Chacras ya estaba en ruinas
y no se realizaban oficios religiosos.
En 1914,
las Capillas del Curato de la Punilla eran dieciseis; entre
ellas, la de Santa Bárbara que fue nuevamente inventariada.

La fotografía que se muestra es facsímil de la que se encuentra
en el altar de la Capilla y su epígrafe, de autor anónimo, dice:
"Imagen fotográfica de la antigua capilla colonial erigida por
S. I. el Sr. Deán de la Catedral Dr. Diego de Salguero y Cabrera
(1748-1756). Año 1928 refaccionada con la fachada actual
oficiando como constructores los Sres. Angel y Marcelino
Sansegundo".
Antonio Lascano González, autor de "Monumentos Religiosos de
Córdoba Colonial", en el prólogo de su importante obra, dice
al referirse al contenido de los capítulos: "... Eliminé
algunas ... como la de Olaén, tan retocada y restaurada que ha
perdido valor documental ...".
Reconocemos la indiscutible valía del autor, pero disentimos en
su aseveración. Ha sido intervenida, como puede colegirse de la
observación de la fotografía precedente, pero eso no mengua su
valor patrimonial. Existen varios ejemplos en nuestra provincia
que son Monumentos Históricos y han sido reinterpretados a la
hora de su puesta en valor, a mediados del pasado siglo.
Las tierras
Queríamos conocer el historial de las tierras de Olaén donde se
encuentra la Capilla, por lo que consultamos el trabajo de
investigación de Ana Inés Ferreyra: "Patrimonio y producción
en las tierras de los betlemitas. Córdoba, 1600-1870”;
pudimos saber entonces, que
"... en 1574, las tierras de Olaen fueron otorgadas en merced al
tesorero de la Real Audiencia, Jerónimo de Bustamante,
por su participación junto al fundador Jerónimo Luis de Cabrera
y ratificadas luego por el gobernador Gonzalo de Abreu. La
extensión y límites de las tierras eran bastante imprecisos y
estaban escasamente pobladas por pequeñas comunidades de indios
que muy pronto fueron encomendados y afectados, entre otras
cosas, a la producción de algunas cementeras. A la muerte de
Bustamante, su esposa, Jerónima de Abrego y Albornoz, luego de
'mover' a los indios de Olaen de su sitio original, solicitó al
entonces gobernador del Tucumán, Pedro Mercado de Peñaloza, que
le ratificara la merced y finalmente, a fines del siglo XVI, le
fue concedida".
"A la muerte de la esposa de Bustamante, las tierras pasaron a
su hijo Pedro Arballo de Bustamante, quien le agrega la
merced de tierras contiguas a Olaen, que se extienden hasta el
mismo pueblo indio de Ayampitín. Pedro Arballo de Bustamante con
las tierras que ahora han alcanzado una extensión algo
imprecisa, pero que se calcula de 2 leguas de ancho y de largo 4
leguas, las vende a comienzos de la segunda década del siglo
XVII al encomendero Felipe de Soria, que las integra a
una porción de tierras 'sobrantes' de los contornos de Ayampitín
que le había sido entregadas en merced y las pone en producción
... de este modo las tierras de la antigua merced de Olaen casi
se habían duplicado en extensión".
Al desaparecer tempranamente Felipe de Soria y su esposa Luisa
de Albornoz, las tierras fueron a remate público en 1637. Fueron
adquiridas por el capitán Angelo de Castro, esposo de una
sobrina de Felipe de Soria, por valor de 1.000 pesos plata en
moneda corriente, más 2.997 pesos plata por todos los ganados.
Angelo
de Castro, gran emprendedor, habilísimo comerciante, había
nacido en Milán a fines del siglo XVI, luego de pasar un tiempo
en Madrid, emigra a las colonias del Río de la Plata, en la
segunda década del siglo XVII.
Fue forjando un importante patrimonio y un cúmulo de relaciones
que lo posicionó en el sector dominante de la sociedad
cordobesa. En 1630 se casa con Luisa de Figueroa perteneciente a
una familia de prestigio que le aportó mayor reconocimiento
social. En 1633 accede al cargo de alcalde de segundo voto,
importante cargo en el Cabido de Córdoba.
"... En 1642 Angelo de Castro muere a los 47 años de edad, deja
como heredera de su abultado patrimonio a su única hija Ana
María de Castro y Figueroa. Al año siguiente su tutora y
abuela concertó matrimonio con un descendiente del fundador, el
entonces alférez general Ignacio Salguero de Cabrera. La
boda se concretó en 1643 y la hija de Castro llevó como dote la
estancia de Olaen; el consorte de inmediato, solicita posesión
de dichas tierras y se las otorgan algo demoradas en 1646. Tres
años después, Ana María de Castro recibe la cuantiosa herencia
que le había dado su padre. Luego que se concretó la boda,
Salguero solicita al gobernador que se le otorguen en merced las
tierras que 'hubieren vacas' de indios en los alrededores de
Olaen, solicitud que le fue concedida y que le significó una
legua más por los 4 costados".
Ignacio Salguero le compra a la viuda de Agustín Soria, Antonia
Aguirre, la merced de Ayampitín, contigua a la estancia de Olaen,
también de "1 legua de largo por una legua de ancho".
Esta integración generó una superficie de cuatro leguas de ancho
por cuatro leguas de largo, es decir, 16 leguas cuadradas, que
equivalen aproximadamente a 42.216 has.
Ignacio de Salguero, propietario absentista, comerciante nato,
acumuló una gran fortuna y al momento de su muerte, poseía casas
importantes en la ciudad de Córdoba y sus campos, la estancia de
Olaen con los agregados y la estancia de San Roque, estaban
repletas de mulas.
"... Las tierras de Olaen, conjuntamente con las de la estancia
de San Roque, pasaron a su hijo, el maestre de campo Fernando
Salguero de Cabrera y Castro y de éste a su hijo, Diego
de Salguero y Cabrera, cura vicario de Punilla. Desde 1670
en adelante, el titular de las tierras de Olaen fue el maestre
Fernando de Salguero y Castro, quien, en sociedad con sus
hermanos, Diego e Ignacio, dueños a su vez, de otras tierras
contiguas a Olaen continuaron, al menos, hasta finales del siglo
XVII con el próspero negocio de las mulas".
En la
última década del siglo XVII Fernando de Salguero contrajo
deudas por garantía que comprometieron seriamente su patrimonio.
En la primera década del siglo XVIII, decide transmitir sus
bienes a sus hijos legítimos; así la estancia de Olaén es
traspasada a su hijo, el clérigo Diego Salguero de Cabrera y
Cabrera y la estancia de San Roque, a su otro hijo, Jerónimo
de Salguero y Cabrera.
"... Por lo general, estas grandes propiedades rurales fueron
vinculadas a una capellanía entre otras cosas, para asegurar la
permanencia dentro del clan familiar. En este sentido y más allá
de los fines espirituales que habían motivado su institución,
estas fundaciones desde el siglo XVII hasta su extensión a
comienzos del siglo XX, tuvieron otras motivaciones más
terrenales, como factor de producción, mecanismos de
reproducción social y transmisión de patrimonios y capital
simbólico de un linaje".
El doctor don Diego de Salguero y Cabrera, cura, comerciante y
estanciero, preocupado por la salvación de su alma y la
necesidad de redimirla mediante la realización de una obra
piadosa, según el convencimiento de la época, procedió a donar a
la orden Betlemita una buena parte de sus cuantiosos bienes que
había logrado acumular, a los efectos de solventar la creación
de un hospital público en Córdoba. Los campos de Olaén eran una
parte de esos bienes y se concretó la donación en 1763. También
la Capilla Santa Bárbara.
"... Es evidente que al entusiasmo inicial que caracterizó la
empresa rural betlemita, le siguió un lento declinar tanto en su
producción como en la comercialización de sus productos. Y en
general, el arriendo pareció ser la salida económica que los
betlemitas dieron a sus tierras. No demostraron tener ni
capacidad ni el interés empresario que demostraron sus
predecesores. Su gestión solo responde a un hecho coyuntural –
la donación – y la necesidad de abastecer con su producción, a
las distintas dependencias a su cargo".
Las capellanías de campaña
"... La persona que imponía la capellanía recibía el nombre de
fundador. El fundador donaba un bien (mueble o raíz) o
una suma de dinero para que con la renta que éstos generaban se
le pagara a un capellán que dijera cierta cantidad de
misas y se beneficiara a determinadas personas e instituciones.
El fundador recibía el beneficio espiritual de las misas y las
personas designadas como beneficiarios eran usufructuarios de
las rentas que los bienes gravados devengaban, no eran
propietarios de los mismos. Generalmente, al momento de la
imposición de la capellanía, el fundador establecía a una
determinada persona como patrón, que era el encargado de
velar por el cumplimiento de las mandas estipuladas y por el
sostenimiento económico de la fundación. Quien se desempeñaba
como patrón en una capellanía laica tenía, además, la facultad
de proponer nuevos capellanes cuando las circunstancias así lo
requieran. Esta facultad se convirtió, en algunos casos, en una
buena oportunidad para beneficiar a familiares directos con el
cargo de capellán; si patrono y capellán provenían de un mismo
núcleo familiar, las rentas no significaban entonces una carga
adicional sino más bien un complemento de ganancia para dicho
núcleo. Mucho mayor aún era el beneficio si ambos roles eran
asumidos por la misma persona. Quien imponía una capellanía,
además, solía establecer el carácter de la misma. Aunque
existieron diversos tipos, en Córdoba se establecieron
fundaciones eclesiásticas o legas (laical o profana); las
capellanías del primer tipo dependían de las autoridades
eclesiásticas, sus bienes eran espiritualizados y servían para
título de ordenación sacerdotal. Las laicales o profanas, en
cambio, podían ser poseídas y administradas por legos, no
servían para título de órdenes y no precisaban de la aprobación
de los tribunales de la Iglesia. Estas diferencias, como
veremos, no siempre se manifestaron tal cual lo establece esta
caracterización jurídica. Por el contrario, la diversidad de
opciones que se desplegaron en relación con el funcionamiento de
estas vinculaciones evidencia la complejidad con que se
desarrolló la práctica capellánica en la provincia ... la
práctica capellánica se constituyó en una clara estrategia de
transmisión tendiente a la indivisión de las propiedades
vinculadas y a su permanencia dentro del mismo núcleo familiar
por prolongados períodos de tiempo. Estos núcleos se aseguraron
por esta vía la continuidad del prestigio y del poder económico
de sus linajes. Así, la permanencia del régimen capellánico por
más de dos siglos encuentra su explicación, en gran medida, en
los beneficios económicos que significó para importantes linajes
cordobeses".
El obispo Don Diego de Salguero y Cabrera, además de
desempeñarse como patrón y capellán, se constituyó en un activo
fundador de capellanías en la campaña. La capilla de Santa
Bárbara está dentro de una de ellas.
Para ampliar información sobre capellanías aconsejamos consultar
"Las capellanías de campaña en la provincia de Córdoba
durante los siglos XVIII y XIX: entre la espiritualidad y los
beneficios económicos" de Victoria Cánovas, en Córdoba entre
campanas y chimeneas – VI Jornadas de Historia de Córdoba -
J.P.H.C., 2006.
Obispo Don Diego de Salguero y Cabrera (1693-1769)
Nació en Córdoba del Tucumán, dependiente del Virreinato del
Perú, el 20 de julio de 1693. Fueron sus padres el General
Fernando Salguero de Cabrera Castro y Doña Jerónima Cabrera
Carranza. Su bisabuelo Don
Diego Fernández Salguero, tenía por esposa a Doña Juana de
Cabrera que era bisnieta de Don jerónimo Luis de Cabrera,
fundador de la Ciudad de Córdoba.
Dice Cayetano Bruno, "... La época de antinomias en que
vivió, y el haber militado Salguero en la facción anti jesuíta,
provocaron juicios tan contradictorios acerca de su persona, que
vuelven sobradamente difícil aislar lo justo de lo que fue
pasión de bando".

Al
tiempo que crecía su patrimonio, su carrera eclesiástica también
marchaba en ascenso; de cura vicario de Punilla pasó a maestre
escuela, luego chantre y a partir del 23 de febrero deán de la
Catedral, vicario general, gobernador del obispado de Tucumán y
finalmente, el 3 de setiembre de 1764, Obispo de Arequipa, por
cuya circunstancia se decidió transferir parte de su inmenso
patrimonio, en especial las propiedades inmuebles de la campaña.

Ruinas de
la casona de la Estancia de Olaén
Fue en 1761, que
el obispo manifestó su voluntad de
fundar un hospital en la ciudad de Córdoba , al lado de la
Iglesia San Roque , con el objeto de curar en él, a los pobres
de esta ciudad que morían sin auxilio médico ni espiritual.

Desde las ruinas de la casona del Obispo Salguero y Cabrera

Dona con ese fin la Iglesia de San Roque completa, con
ornamentos, imágenes, cuadros, etc.
Las estancias de Olaén y Ayampitín, aproximadamente 48.600 ha,
que comprenden lo que en la actualidad es parte de las
Pedanías San Antonio y Candelaria de los Departamentos Punilla y
Cruz del Eje, respectivamente. La Capilla de Santa Bárbara
estaba incluida en la donación de la primera de las nombradas.
Estancias y animales en Río Segundo.
Varias casas y valiosos terrenos en la ciudad de Córdoba.
Una botica ricamente dotada.
Una biblioteca con 262 volúmenes.
Al
referirse al Dr. Diego Salguero y Cabrera,
Carlos E. Zurita recuerda en su libro "El Hospital San Roque
y su fundador" que, "... en su estancia en la Punilla,
debió alargarse por más de dos décadas, con frecuentes viajes a
la ciudad capital donde poseía caudales y familiares. Acaso, y
esto nos sería difícil, pues era lo común en aquellos tiempos,
lo hiciera a lomo de buena bestia. Lo vemos llegar a su vivienda
campesina de holgados aposentos, allí, en la proximidad de la
Capilla, siendo ya, por 1738, Vicario y Juez Eclesiástico,
dignidades acreditadas de su valía.
Aparece, así, ligado de juventud a edad madura a esos parajes de
la provincia. Era su feudo, antigua merced de los Soria
trasladada a sus mayores. Frisaba por esa época -1738- en los 45
cumplidos. Figura ejemplar entre el reducido vecindario de Oláen
y los pobladores diseminados, a leguas, en aquellos dilatados
pagos estando en mayoría el elemento indígena. Los villorrios de
Olaen y Ayampitín constituían, en realidad los cascos de las
estancias".
El Obispo Don Diego de Salguero y Cabrera, no
volvió más a Córdoba. El 2 de diciembre de 1769, falleció en
Arequipa, Perú.

Fundación San Roque
La escritura pública de fundación está fechada en Córdoba a 18
de octubre de 1763. Por ella el obispo electo de Arequipa hacía
donación "pura, perfecta y acabada" de las estancias de
Olaén y Ayampitín, del solar que actualmente ocupa el hospital
San Roque y de la Iglesia contigua, de reciente construcción que
se constituía la Fundación San Roque. Los bienes estaban
destinados para la construcción y mantenimiento de un hospital
público "donde se curen a los pobres enfermos de esta ciudad",
poniendo todo bajo la administración de los religiosos de la
Orden Betlemita.
Como era propio del Patronazgo Real por razones de soberanía de
las Leyes de Indias, esta Fundación debía tener la licencia o
autorización del Rey de España, la que se otorgó por Real Cédula
fechada en El Pardo el 25 de enero de 1766. Así nace esta
Fundación, como "Obra Pía", que al igual que a otras del
mismo género, las Leyes de partidas reconocen personería
jurídica propia.
La Fundación San Roque y el Hospital (una unidad en tal época)
fue administrada hasta el año 1850 por la Orden Betlemita,
conforme la voluntad del fundador. Ocurrida la muerte de Fray
Félix del Rosario, último de esta Orden Religiosa, el Gobierno
de la Provincia, como patrono de establecimientos de caridad
pública, lo pone bajo su protección y nombre un administrador
para la conservación y el cuidado de sus intereses. Fue por
decreto de fecha 29 de julio de 1850 en el gobierno de Manuel
López.
Así desde el año 1850 ya hasta nuestros días, la Fundación San
Roque, persona jurídica de Derecho Privado, se encuentra bajo el
Patronato del Poder Ejecutivo Provincial, que lo ejerce en la
forma establecida en el Estatuto que regula el funcionamiento de
la Entidad, para el cumplimiento y continuidad de los fines
expresados en el Acta Fundacional.
El citado Estatuto atribuye al Consejo de Administración de la
Fundación San Roque, las más amplias facultades de
administración y disposición para el gobierno y funcionamiento
de la Entidad. En ella reside la representación jurídica de la
Fundación, debiendo considerarse una continuación de la
personalidad del fundador.

Escudo e Iglesia de San Roque en la Ciudad de
Córdoba
Datos Complementarios
 |
Posee
frontis espadaña como la de
Thea (Las Chacras
- Villa Giardino)
y la de
Valle Hermoso
|
 |
 |
Cascada de Olaén:
Es de interés visitar la cascada de Olaén que se encuentra
a dos kilómetros al sur de la capilla. Un espectáculo
natural plasmado en tres saltos que se producen a partir
de un quiebre en las rocas . Ollas de aguas cristalinas
que invitan a contemplar y disfrutar del lugar. |
Latitud : 31º 9´ 43,91”
S
Longitud : 64º 36’ 22,82” W
Altitud : 1.169 m.
Orientación fachada: sur-suroeste

Córdoba - Capilla de Santa Bárbara - Pampa de Olaén:
Por Av. Colón, rumbo oeste, se toma la R.P. 55 :
Km. 15,6 = Estación de peaje.
Km. 20,4 = Capilla jesuítica de La Calera.
Km. 33,9 = Museo Usina Molet.
Km. 35,6 = Murallón Dique San Roque.
Km. 41,0 = Plaza Federal.
Km. 43,7 = Entrada camino a Capilla San Plácido.
Km. 44,6 = Giro a la derecha en Bialet Massé. Se toma R.N. 38
Km. 46,6 = Horno de cal "La Primera Argentina"
Km. 53,7 = Iglesia de Cosquín.
Km. 56,0 = Museo Camín Cosquín.
Km. 60,1
= Una
vez sobrepasada la Estación de Peaje de Molinari se gira
a
la Izquierda
y se cruza el
puente sobre el río San
Francisco.
Km. 72,5 = Cabaña
"San Francisco". Llaves capilla.
Km. 73,3 = Portón de ingreso a la estancia.
Km. 76,2 =
Capilla Santa Bárbara
La capilla, exteriormente, se puede visitar todos los días.
Para ingresar a
ella, es necesario contactarse con la persona que dispone de las
llaves en la Cabaña "San Francisco" (identificada con cartel)
que se encuentra en el camino, 800 m, antes de llegar al
portón de ingreso a la estancia de Olaén.

Vieja postal firmada por Dopazo de Capilla del Monte; la capilla
se identifica como
"Iglesia de Olain - Año 1650"


En ambas antiguas imágenes se pueden ver las campanas en su
sitio


Fuentes
de
consulta:
-
BERTOLA,
Jorge:
"Hospital Ave Fénix San Roque de Córdoba"
- Córdoba, 1931
-
BRUNO, Cayetano, S: D: B: "Historia de la
Iglesia en la Argentina" - Volumen Quinto, Editorial Don
Bosco - Buenos Aires, 1969
-
CANOVAS, Victoria: "Las Capillanías de
campaña en la Provincia de Córdoba durante los siglos XVIII
y XIX: entre la espiritualidad y los beneficios económicos"
- En Córdoba entre campanas y chimeneas - VI Jornadas de
Historia de Córdoba - Junta Provincial de Historia de
Córdoba, 2006
-
DOCUMENTOS DE ARTE ARGENTINO: "En los senderos
misionales de la arquitectura cordobesa" - Cuaderno XV.
Buenos Aires, 1942
-
FURLONG
CARDIFF,
Guillermo S. J.: "Arquitectos Argentinos durante la dominación hispánica"
- S. J.
Editorial
Huarpes, S.A. - Buenos Aires, 1945.
-
GARZON MACEDA, Félix: "La Medicina en
Córdoba - Apuntes para su historia" - Talleres Gráficos
Rodríguez Giles 769, Buenos Aires, 1917.
-
LAZCANO GONZALEZ, Antonio:
"Monumentos Históricos de Córdoba Colonial" -
S. de Amorrortu e hijos - Buenos Aires, 1941.
-
FERREYRA, Ana Inés: "Patrimonio y
producción en las tierras de los betlemitas, Córdoba,
1600-1870" - UNLP - Mundo Agrario, Vol. 7 n°14, La
Plata, 2007
-
HUBER, Norberto E.: "Paisaje y Vida del
Valle Cordobés San Roque" - Editorial Copiar, Córdoba,
2001
-
ZURITA, Carlos E.: "El Hospital San Roque y
su fundador". Fundación Hospital San Roque, Córdoba,
1960.
|