Síntesis

Nuestra Señora de la Candelaria de Caminiaga, Departamento Sobremonte, Córdoba (Argentina) se ubica en tierras habitadas por Caminegues de la etnia comechingona. El Gobernador de Tucumán Pedro Mercado de Peñalosa las cede en carácter de Merced a Diego Céliz de Burgos. Los descendientes de Jerónimo Luis de Cabrera se hacen cargo de la propiedad. Hacia 1716 se tiene constancia de una primera capilla realizada a fines del siglo XVII; a mediados del XVIII se construye una nueva que cumple funciones de vice Parroquia del Curato de Sumampa y a fines de ese siglo pasó al Curato de Río Seco. Sobre esta misma, a fines del siglo XIX se construye la actual Capilla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA

 

Si no se están imaginando

el oasis del que estoy hablando,

pues sirva un mate Doña Rosa

que de parado es que se lo digo,

me saco el sombrero mi amigo

que de mi Caminiaga hermoso

lleno de orgullo me he referido.

 

Pues volveré con esperanza

por los caminos del norte

pa´encontrar entre los montes

a esa tierra enamorada,

que parte mi sentimiento

como una copla del viento

como es el pago e´Caminiaga.

 

"Cuando los gauchos den el desfile", Cristian Ortega

(Fragmentos)

 

 

En el norte cordobés, a 175 km de Córdoba Capital, en plena pedanía del Departamento Sobremonte se levanta está pequeña comunidad con poco más de medio millar de habitantes. Partiendo de Cerro Colorado, desde el este y tras recorrer 17 km, se llega a Caminiaga por un camino de cornisa que fue dibujado serpenteante a lo largo de una imponente y fotográfica quebrada. Espléndida exposición de tierras rojas y tupida vegetación verde y ocre.

 

El 19 de marzo de 1946, bajo el título "Por las rutas serranas: Caminiaga", Absalón Roldán describe en el Diario Los Principios a esta población como "... muy vieja, asentada en un fértil vallecito perfumado por flores y yuyos de campo".

(Acceda al texto completo haciendo click aquí)

 

Hacia el oeste se comunica con San Pedro Norte con la curiosidad de sus tumbas verticales y la obligada Posta de San Pedro Viejo.

Los viejos pobladores del lugar fueron los comechingones, señores dueños de las tierras que se extendían desde las actuales Cruz del Eje en el norte hasta Achiras en el sur. Su influencia hacia el oeste llegaba hasta Conlara en San Luis. Los estudios arqueológicos en Ongamira y otras áreas cordobesas y puntanas clarifican que su presencia se remonta al tiempo precerámico donde los elementos de labor y caza se confeccionaban con piedras y huesos; por tanto, reconocerlos en los períodos paleolíticos, significa ubicarlos en el lugar hace unos cinco mil años.

Esta comunidad se caracterizaba por su altura (promedio de 1,60 a 1,80 m), sus rasgos cobrizos y la singularidad de ser barbados. Los distintos grupos familiares encontraban refugio en cuevas a las que completaban, para un mejor abrigo, con paredes de pircas y techumbres de paja. Un conjunto de dichas familias contaban con un único cacique y límites definidos de zona ocupada. Cuando esta comunidad crecía se fragmentaba en dos grupos; cada uno de los cuales contaba con su propio cacique, mantenía interrelación pero adoptaban zonas de control separadas y diferenciadas.

La distancia que separaba a los incas y los amazónicos de los comechingones y por ende la débil influencia de aquellos significó que éstos tuviesen, de algún modo, una cultura propia y específica. Quizás una mínima injerencia de habitantes andinos fomentó en ellos el cultivo de la tierra de la que obtenían zapallo, quinoa y maíz, el hábito del sedentarismo, la crianza de la llama y el uso de su lana para la vestimenta.

Su alimentación se sustentaba en la caza de ciervos, liebres, vizcachas, guanacos, zorros y aves, en la recolección de frutos y en la molienda de los granos obtenidos por siembra (los morteros junto a cursos de aguas son claros testimonios de dicha tarea).

Las numerosas pinturas rupestres que han perdurado hasta nuestros días son el medio que contamos para reconocer e interpretar su cultura. Las mismas reflejan sus vivencias cotidianas, su reconocimiento e integración con la fauna, flora y cielo, las indumentarias, lo religioso, lo mágico y finalmente, su dramático encuentro con los invasores. Cerro Colorado es un exponente cabal de las mismas.

 

 

Las familias de comechingones que habitaron la zona de Caminiaga fueron los Caminegues.

Encontrar en la lingüística de esta etnia una respuesta al significado de este nombre es un desafío difícil de resolver ya que, de los distintos dialectos, son solo vestigios los que han llegado a nuestros días. Básicamente, las lenguas henia de las zonas norte y la camiares más al sur así como la influencia de quichua, aimará, indamá y tantas otras confluyen, entremezcladas, para dar vida a los distintos lenguajes. A partir de interpretaciones, no necesariamente asegurables, se podría asociar el nombre de la Localidad con el término caminegua, cuyo significado podría ser leído como "lugar del valle" a partir de los vocablos propios del henia: camin (valle) y hua (lugar). Para otros, la palabra proviene de caminyaga que significa "gran valle", resultado de combinar camin (valle) y yaga (gran). No debe descartarse otra opción: cami-ini-aha, resultante de cami (valle), hini o henen o henin (pueblo) y aha (lugar), algo así como "lugar del pueblo del valle".

Durante la conquista la influencia misionera trajo consigo el desprecio de las lenguas originarias y la imposición sobre ellas del quichua lo que significó la muerte definitiva de los idiomas naturales y la imposibilidad de recuperar, en la actualidad y con cierta fidelidad, el significado de los pocos vocablos que han sabido perdurar a través de los siglos.

 

 

El actual río Los Tártagos, vestido de talas, molles y algarrobos, será testigo del encuentro de los naturales del lugar con los conquistadores. El Lic. Alejandro Moyano Aliaga ubica en el año 1600 la entrega de estas tierras (estratégicamente ubicadas sobre el Camino Real que unía el Virreinato del Río de la Plata con el Alto Perú) en carácter de merced a Diego Céliz De Burgos y Oscariz (1667- ) por el entonces gobernador del Tucumán (1595-1600), don Pedro Mercado de Peñaloza y Ronquillo. Por dicha merced se dan el otorgante, las tierras que ocupan los indios de su encomienda de Caminiaga para estancia o para lo que mejor le pareciere "... con que deje a dichos indios tierras bastantes para sus sementeras".

Poco después, el 20 de agosto de 1611, estas extensiones son transferidas al matrimonio formado por Baltazar Gallegos y Clara Fajardo, hermana de Céliz De Burgos.

El 5 de noviembre del mismo año, bajo escritura pública son adquiridas por el general don Pedro Luis de Cabrera y Martel (1561-1619), hijo del fundador de Córdoba Jerónimo Luis de Cabrera quien fuese muerto asesinado en 1574, en Santiago del Estero.

Dice Ignacio Tejerina Carreras que "... Don Pedro Luis de Cabrera fue un hombre de gran fortuna, prestigio y ascendencia social, titular de la encomienda de Quilino, lugar donde tenía una bodega y la estancia y obraje del Totoral uno de los más importantes que hayan existido en aquellos años. Las tierras de la Estancia de Caminiaga eran usadas, principalmente, para la ganadería que era la actividad rentable de esa época, lo que no significa que no se realizaran cultivos, sino que no adquirieron una relevancia especial".

Don Pedro Luis nació en Cuzco en 1561 y estaba casado con Catalina Villaroel Maldonado quien era hija del fundador de Tucumán, Diego de Villarroel Aguirre (1520-1578). Al trasladarse al norte cordobés ya había alcanzado el grado de Teniente Gobernador y Corregidor de Córdoba, Maestre de Campo General, segundo Señor de la Encomienda de Quilino, Alguacil Mayor del Santo Oficio de la Inquisición.  Una vez convertido en propietario de las tierras será quien funda la Estancia de Caminiaga.

A la muerte de Don Pedro Luis Cabrera Martel ocurrida en 1632 será uno de sus diez hijos quien asume, en carácter de herencia, el control sobre la Estancia.

Será entonces, el Capitán Félix de Cabrera y Zúñiga, Maestre de Campo y Alcalde Ordinario de Córdoba, quien junto a su esposa Doña Francisca de Mendoza y Garay y sus ocho hijos afianzaron la propiedad; hecho que se ve reflejado en el testamento efectuado en Totoral un 25 de diciembre de 1639 donde se da cuenta que las "... estancias y tierras de Caminiaga son mías y los ganados de vacas, crías de mulas y caballos son en compañía y por mitad con mi hermano don Juan de Cabrera y Zúñiga (Maestre de Campo y Señor de las Encomiendas de Quilino y San Marcos casado con Juana de Saavedra, hija del Capitán Martín Suárez de Toledo, Alcalde y Corregidor de Asunción y Teniente de Gobernador General del Paraguay y Río de La Plata y de María de Sanabria) y que todo el ganado ovejuno que allí está es mío y no de compañía alguna como así son los que están en dicha estancia, salvo un esclavo que entre el dicho, mi hermano y yo compramos y pagamos a Don Juan de los Ríos, nuestro primo".

La estancia permaneció en poder de los descendientes de Don Félix Cabrera y Zúñiga por más de una centuria. Serán sus hijos, Félix de Cabrera y Mendoza y su hermano Don Diego de Cabrera quienes continúan como propietarios. Los dos hijos del matrimonio de Don Diego con Doña María de Gigena Santisteban continuarán como responsables de la administración; uno de ellos, Adrián le impondrá a la Estancia el nombre de San Antonio de Caminiaga, mientras que su hermana Josefa contraerá nupcias con Don Francisco Javier Carranza convirtiéndose en los dueños de las Estancias Santa Rosa y San Pedro (la actual San Pedro Norte).

Los distintos vínculos y acuerdos matrimoniales abrieron un abanico de propietarios que ponen a estas tierras en manos de Doña Antonia de Cabrera, hija de Don Miguel Luis Cabrera, el 28 de abril de 1754, labró su testamento, en el paraje del Molino, declarando como únicos herederos de sus bienes a Antonio Suárez de quien se dice en una de las cláusulas: "... que lo había criado como si fuera un hijo, por haber sido fiel y servidor ..." y a ... Joaquín, mulato .... Nombra como albacea al Cura de Sumampa, Dr. Juan José de Ávila.

Aquí dio comienzo el desmembramiento de la histórica heredad y seria largo y tedioso enumerar los sucesivos propietarios de la estancia y las subdivisiones que sufrió la tierra; pero, sí debemos destacar que tanto en esta zona como en algunas de lo que hoy son parte de los Departamentos Tulumba y Río Seco, sus propietarios tenían en común un miembro de la familia Cabrera en su árbol genealógico, ya que las mujeres de este prestigioso linaje establecieron alianzas matrimoniales que dieron origen a conocidos troncos familiares como los Bustos, los Argüello, Allende, Ponce de León, Montenegro, Arce y muchos otros.

También se han dado casos donde los dueños de grandes estancias, al no tener sucesión, por medio de su voluntad testamentaria dejaban sus bienes a sus criados, o en algunos casos libertaban a sus esclavos, como lo hizo el capitán Juan de Olariaga, para legalizar la donación de bienes de Guayascate.

 

Sobre la Capilla

De acuerdo al legado escrito por el Capitán Félix de Cabrera, en 1716, se da cuenta de la existencia de una primigenia capilla, tal vez construida durante el siglo XVII.

Es así que en el inventario efectuado a su muerte se da cuenta de lo siguiente: "una capilla de 14 varas de largo y cinco y media de ancho con tirantes y llave de madera de quebracho, puerta de tablas y cerradura sin llaves, techo de tejas maltratadas y viejas, así como en paredes como en madera". Del mismo texto se puede extraer la información acerca de la presencia de "una imagen de Nuestra Señora de la Purificación con nicho de madera pintada, manto y pollera de lana verde guarnecido, otro manto encarnado y corona de plata, crucifijo de bronce, casullas, manteles de cretona, candeleros de bronce, atril de madera, campanilla de altar, dos cuadros grandes, una campana colgada". [A.H.P.C. Escr. 1, leg. 239, Exp. 5, Año 1717]

Durante el siglo XVIII se erige una nueva Capilla en honor a Nuestra Señora de la Candelaria. Esta vieja capilla, hacia 1754 hizo de sede vice parroquial en lo que se dio en llamar Curato de Sumampa, ya que así lo manifiesta el cura Domingo de Allende, en 1805, al Provisor del Obispado de Córdoba, Deán Gregorio Funes (1749-1829). En los libros sacramentales están registrados decenas de bautismos, casamientos y defunciones que tuvieron lugar en esta Capilla.

Años más tarde ese mismo sacerdote tuvo que prestar ayuda en momentos difíciles al obispo Rodrigo Antonio de Orellana (1756-1822), en su trágica fuga con el ex virrey Santiago de Liniers, el gobernador Juan Antonio Gutiérrez de la Concha y Mazón (1760-1810) y otros, cuando fueron tomados prisioneros por orden de la Primera Junta de Mayo, en las cercanías de esta región y fusilados en proximidades de la Posta de Cabeza de Tigre (actual Los Surgentes).

De 1754 a 1859 la Capilla asumió dependencia del Curato de Río Seco para luego, hasta la actualidad, de San Francisco del Chañar.

A pocos metros de la antigua capilla están las ruinas de los muros de lo que fuera el casco de la primitiva estancia, y que fuera residencia de la familia Cabrera por muchos años.

 

 

Cuenta la tradición lugareña, que en una vieja casona aún existente al lado de lo que llaman “la sala o casa de los Cabrera” se encuentra la habitación en que, en uno de sus viajes, descansara el gobernador Intendente de Córdoba Marqués de Sobre Monte.

 

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Frente a la plaza, sobre la base de la Capilla del siglo XVIII, se levanta y se inaugura a fines del siglo XIX, la actual Iglesia.

 

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Según Mercedes Garay, la Iglesia que estaba frente a una plaza alambrada "fue donada por una familia de apellido Pauli de Tulumba". De acuerdo a su relato: "el predio de la Iglesia empezaba en lo de Acosta y terminaba en la esquina de Doña Chicha, el fondo colindaba con lo que es hoy el Intituto Gabriela Mistral. La Casa Parroquial estaba habilitada con todas las comodidades para albergar a cuatro o cinco personas, por supuesto relacionadas con la Iglesia".

Rufo Garay recuerda que "para las Fiestas Patronales venían músicos que tocaban las nueve noches y la gente les pagaba poniéndoles plata en el hueco de la guitarra. Los músicos que venían le decían "Cocodrilo", "Quenchito", "El Cata Sosa", "Sabotaje Ledesma", también daban serenatas" y agrega: "en la Iglesia, las misas se daban con armonio, venía el cura y traía un músico que tocaba el armonio, siempre se cantaba desde el coro".

 

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El 2 de febrero de 1984, se llevó adelante una Fiesta Patronal de características especiales: la Iglesia cumplía 100 años. Una Comisión se armó para la ocasión, Lola Contreras sería la Presidenta, Mary Van Der Laan la Secretaria, Dina Ponce oficiaba como Tesorera contando, además, con la colaboración de Nellis Allende.

Se procedió a recaudar fondos no faltando los bailes, las carreras y los sorteos. Los vecinos aportaron donaciones y colaboraciones de todo tipo. Con la ayuda de Arquitectura de la Provincia se pintó la Iglesia por primera vez y se procedió a arreglar techos, paredes, puertas, cerraduras. Una vecina del pueblo donó el ajuar de la Virgen. Hubo fiesta y baile el 31 de enero para recaudar fondos.

Finalmente el día del aniversario, el acto contó con la dirección de Gladis Acosta y el consabido discurso fue pronunciado por Yanes Van Der Laan.

 

De los Curatos y Departamentos:

 

14/05/1570(creación Obispado)

Se crea el Obispado de Tucumán, por Bula del Pontífice San Pío V,  con sede en Santiago del Estero.  Córdoba dependía de él. 

Noviembre 1581

(primer Obispo)

Se hace cargo su primer Obispo efectivo, Fray Francisco de Victoria (1576-1614).

1692

(informe eclesiástico)

En un informe eclesiástico sobre el Curato de Sumampa, que tenía una longitud de 30 leguas por seis de latitud y que abarcaba los actuales Departamentos de Río Seco y Sobremonte, constaba de cuatro capillas: la de Nuestra Señora de la Consolación de Sumampa, sede del Cura; la de Capilla de San Miguel; la de Nuestra Señora del Rosario de Río Seco y la de Nuestra Señora de la Purificación de Caminiaga. Agregaba el informe que había una cincuenta estancias de españoles y acompaña un listado de las más importantes.

Capilla de Sumampa - Fernando Fader (1929)

28/11/1697

(traslado de la sede)

El Papa Inocencio XII traslada a Córdoba la Sede del Obispado de Tucumán.

01/06/1772

(separación de Curatos)

Constantemente las autoridades cordobesas reclamaban  a las de Santiago,  su intromisión en asuntos eclesiásticos; aún cuando el Cabildo ejercía su autoridad hasta los lindes actuales de Río Seco. Fue en esa fecha, que el Gobernador del Tucumán, don Joaquín Espinosa, con la aprobación del Obispado, decidió separar los Curatos de Sumampa y San Miguel. La determinación de límites, más la intervención del cura propietario doctor Juan José de Ávila, que había renunciado a la parte perteneciente a Río Seco, facilitaron la división del Curato que hasta entonces extendía su guía espiritual sobre “Río Seco, San Francisco (Chañar), San Roque, Manantiales, San Miguel, Barrancas; para llegar, finalmente hasta Caminiaga y Chuñaguasi”.

16/06/1777

(primer Párroco)

El doctor Estanislao López Caballero, asume como primer Párroco del Curato. En la nueva jurisdicción quedaron San Miguel de las Higueras, Caminiaga, San Francisco del Chañar, San Roque de Chuña Huasi, y más adelante nacieron Puesto de Castro, Rosario del Saladillo, San Isidro de los Hoyos, Rayo Cortado y el Fuerte de la Candelaria.

14/11/1805

Américo A. Tonda, en su artículo "El Obispo Orellana y los curatos rurales" describe que los curatos rurales eran muy difíciles de cubrir con los servicios religiosos; la razón se sustenta en que a los extensos territorios poblados de un modo irregular y disperso se le debía sumar la complejidad de grupos familiares en permanente migración y la ausencia de poder centralizar en una iglesia que se precie de ser designada como parroquia. El autor, en su texto, describe la existencia en estas vastedades de "... seis, ocho o más capillas u oratorios públicos, quedando al arbitrio de los curas residir a donde les agradase". A título de ejemplo, Tonda rescata que el Sacerdote José Domingo de Allende, en carta al Provisor Funes fechada el 14 de noviembre de 1805, le describe su "Casa Parroquial" en Candelaria de Caminiaga: "... me hallo recién posesionado de este Beneficio, en donde estoy aún sin casa en que vivir; alojado en una pequeña choza por no haberme podido contraer hasta el presente a edificar un cuarto con alguna comodidad".

Año 1830

(división política)

La división política originaria de la provincia de Córdoba se basó en la eclesiástica, conservando hasta este año la denominación de Curatos o Partidos, indistintamente. Eran, en esa fecha, los siguientes: el de Córdoba Capital, Río Cuarto, Calamuchita, Tercero Arriba, Anejos, Tercero Abajo, Río Segundo, Santa Rosa, Tulumba, Río Seco, Ischilín Punilla, San Javier y Pocho.

12/11/1858

(límites)

Se precisaron los límites del Departamento Sobremonte, comprendiendo las pedanías: San Francisco del Chañar, Aguada del Monte, Cerrillos, Chuñaguasi y Caminiaga.

 

 

 

Datos complementarios:

 

Fiestas Patronales:

 

La devoción a la Virgen de la Candelaria se celebra con sus fiestas patronales el día 2 de febrero.

 

Caminiaga y Jean-Paul Sartre:

 

Hace poco más de una decena de años, hallé un texto que vinculaba Caminiaga con el filósofo francés Jean-Paul Sartre; con el debido respeto a Ezequiel Avila, lúcido autor caminegua, nos atrevemos a difundirlo en este espacio ya que, a nuestro entender, aporta una valiosa e interesante lectura de este terruño. (Acceda al mismo)

 

Ubicación

30º 04’ 03.35”  latitud sur

64º 03’ 05.39”  longitud oeste

Altura media: 720 msnm

 

 

 

 

Fuentes de consulta:

  • BISCHOFF, Efraín U. – Norte, Norte, Norte… Su leyenda y su historia –Córdoba, 1991

  • CALVIMONTE, Luis Q. – Los curatos del norte de Córdoba Período Hispánico,  Cuaderno de Historia Nº 23 – Junta Provincial de Historia de Córdoba, 1997.

  • CALVIMONTE, Luis Q. -  Antiguas capillas y devociones religiosas en el norte de Córdoba – Córdoba, entre campanas y chimeneas. Junta Provincial de Historia de Córdoba, 2006.

  • CALVIMONTE, Luis Q. y MOYANO ALIAGA, Alejandro - El antiguo Camino Real al Perú en el Norte de Córdoba -  Ediciones El Copista - Córdoba, 1996.

  • HISTORIAS POPULARES CORDOBESAS: Caminiaga – Comunideas, Córdoba, 2005

  • Google Earth

  • Presidenta de la Comuna de Caminiaga: Sra. Edilma del Valle Navarro.

  • Revista “Caras y Caretas” - N°1662 del 30 de agosto de 1930. Biblioteca Nacional de España.

  • ROLDAN, Absalón: "Por las rutas serranas: Caminiaga" - Diario Los Principios, 19 de marzo de 1946.

  • TEJERINA CARRERAS, Ignacio: "Caminiaga, en los orígenes del Dpto. Sobremonte" - Emcor, Editorial de la Municipalidad de Córdoba - Córdoba, 1987.

  • TONDA, Américo A.: "El Obispo Orellana y los curatos rurales" - Mikael n°18 - Publicación del Seminario de Paraná.

  • Especial agradecimiento a la Sra. Dora Contreras.

  • El Chasqui de Cerro Colorado.

 

 

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