Síntesis

La Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción de María de Bell Ville, Departamento Unión, Provincia de Córdoba (Argentina) se ubica, vecina al Río Tercero, en tierras que fueron la Posta de San Jerónimo o Gerónimo a fines del siglo XVI o principios del XVII. A poco de nacer devino en Posta de Frayle Muerto amojonada por Alonso de la Cámara y Juan de Mitre. En época de Sarmiento se le asigna al pueblo el nombre de Bell Ville. La primera Capilla llevaba el nombre de Papa Pío IX. Distintos viajeros describen la zona: Alexander Caldcleugh Beatson, José Sallusti, Benjamín Vicuña Mackenna, Estanislao Zeballos, Robert Proctor, Richard Arthur Seymour, Juan María Mastai Ferretti, Alexander Gillespie, etc.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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La Página Web "Capillas y Templos" está registrada en la DNDA (Ver detalle)

 

 

IGLESIA PARROQUIAL DE LA INMACULADA CONCEPCION DE MARIA

 

A través de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Bell Ville y bajo expediente nº1420-0100 16563/80 se solicita, en 1980, el reconocimiento de la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción de María como Monumento de Interés Provincial. Será el prestigioso Arq. Rodolfo Gallardo quien presidiendo la Dirección de Historia, Letras y Ciencias otorga tal reconocimiento.

Entonces, será este Organismo el que, a partir de dicha decisión, asume la responsabilidad de la dirección técnica de toda obra propuesta, contando para este fin con la colaboración del Arq. Omar Demarchi.

 

La historia de Frayle Muerto y su Capilla

 

La Villa Frayle Muerto nació durante las últimas décadas del siglo XVI o principios del XVII. A pesar que su nombre original era San Gerónimo o San Jerónimo, llevará por decisión popular el nombre de Frayle Muerto que, según la tradición, es debido al hallazgo del cadáver de un fraile fallecido, en apariencia, por el ataque de un animal salvaje; tal vez, un tigre.

Sin embargo, el Presbítero Pablo Cabrera - así como otros historiadores - difieren con ese relato. De hecho, el sacerdote autor del trabajo "Tiempos y Campos Heroicos" expresa que "... siempre he sospechado que el religioso en cuestión habría perecido en manos de indios en los principios de la Colonia". Su aseveración se basa en los relatos del Padre Lozano quien, en "Historia de la Conquista", se refiere a los acontecimientos precipitados durante el bienio 1584/1585 y que afectaron toda esta región. Según Lozano "... muchos bárbaros se rebelaron, dando principio al alzamiento por la muerte de un religioso, de un soldado y de varios yanaconas. Salió contra ellos el Capitán Tristán de Tejeda." El historiador abunda en detalles asegurando que "... los rebeldes procedían de los pueblos Tintín, Cofle y Conlara. Tejeda los batió en el Morro, poniéndolos en precipitada fuga, no sin que éstos dejaren algunos muertos en el campo y no pocos prisioneros en manos de los españoles".

 

Agustín Villarroel, estudioso de la zona, sostuvo que "... los comienzos de Frayle Muerto se remontan a 1585 cuando los españoles Alonso de la Cámara y Juan de Mitre amojonaron postas, una cada 4 leguas de un camino que iba de Córdoba a Buenos Aires".

Los primeros documentos que, de modo formal, identifican la existencia de Fraile Muerte son de mediados del siglo XVII. La larga demora, con respecto a la fecha de su real nacimiento, se funda en que los manifiestos escritos debieron esperar que determinados acontecimientos propiciaran dichos actos administrativos.

De hecho, será la muerte del primer propietario registrado para que, en la documentación testamentaria conservada en el "Archivo de los Tribunales de Córdoba" y referenciados bajo la fecha 1681/1682, se haga uso del nombre Fraile Muerto para identificar al nuevo asentamiento poblacional.

Ese propietario era el Sargento Mayor de los Reales Ejércitos Don Lorenzo de Lara y Mimenza, nacido en Santigo de Chile en 1625. A mediados del siglo XVII contrae casamiento con la viuda cordobesa Doña Marcela de Mendoza y funda en 1650 la "Estancia de la Pura y Limpia Concepción de Frayle Muerto" la que abarcaba una superficie de ocho leguas cuadradas divididas en partes iguales a cada margen del Río Ctalamochita.

El Presbítero Pablo Cabrera en "Tiempos y Campos Heroicos" sostiene que Lara accede a dichas tierras "... a mérito, tal vez de una concesión real, parte de las mismas, parte por vía de compra (de éste consta, pero no de quien fuera el causante)". Las mismas "... tenían dos leguas de ancho por una y otra banda del Tercero".

El historiador abunda en puntillosos detalles sobre la primera etapa del Sargento en dichos territorios y su vida cotidiana. A la familia Lara la ubica viviendo en una "... casa compuesta, al parecer, de una sola habitación que ocupaba una superficie de doce pies (tres varas) de ancho por catorce (o sea, cuatro varas y dos tercios) de largo. Era de adobe crudo y techo de paja".

Aquí, Cabrera ingresa a describirnos la anexa capilla (en realidad, oratorio) de la estancia que será la fundacional para estas tierras apuntando que los materiales para su construcción son los mismos utilizados para la casa a la que describe como "... la tosca mansión ..." y se extiende asegurando que "... en su altar reposaba un nicho de tabernáculo que servía de trono a 'una virgen de bulto' de la Inmaculada, titular de la Capilla y la Estancia. Tan modesto era el ajuar de la Virgen como el mobiliario del oratorio y el de los dueños de casa".

El inventario registrado al momento de testar y conservado en el "Archivo de los Tribunales de Córdoba" nos da cuenta de las existencias de la estancia, de modo pormenorizado:

Sobre el ajuar y joyas de la Virgen declara: "... una corona que, al parecer, tiene diez o doce onzas de plata; dos mantos de la imagen con cuatro velas y otras menudencias". Mientras que sobre el mobiliario y ornamentos de la Iglesia describe: "... un frontal y casulla de damasco de flores de seda verde. Un alba y dos amitos. Dos pares de manteles. Un misal y una campanilla. Quince varas de galón de hilo de plata falsa. Un cáliz de plata con patena y corporales y un hostiario de plata. Una caja pequeña de madera de cedro de largor de tres cuartas y media de ancho, donde se hallaron los adornos de la iglesia, arriba mencionados. Un asazón nuevo de la iglesia".

Sobre la estancia tan solo se detiene en "... alguna plata labrada y un lote de herramientas y utensilios de labranza, de poco valor".

En cuanto a la hacienda expone la existencia de "... un corral grande y otros más. 550 yeguas de garañón, con 25 padrillos; 42 mulas de año, 122 potrancos y potros de año. Quince burros hechores, 5 pollinos de dos años. Una manada de las limosnas de la Virgen, con 20 yeguas y su padrillo, un ruano. Veinte vacas, cinco bueyes mansos, cuatro yeguas idem, ocho caballos idem, dos libros de cuentas".

El testamento no solo confirma a quien delega sus bienes sino que además ratifica distintas donaciones que, en vida, los Lara fueron concretando. A su ahijada María de Ramos testa el territorio que va "... desde el paso del río hasta los Chañares"; a la esposa de Agustín de Morales, Ana de Moyano, le ratifica la donación del 7 de mayo de 1669 consistente en una superficie de tierra que se extiende desde "... esta parte del río para el norte, desde el paso del río, que es el lindero, hasta unos chañares que hace una bajada donde bebe el ganado"; también confirma un mes antes de su muerte la donación del 25 de julio de 1681 a favor de su sobrina y esposa de Jacinto Piñero, Micaela Romero, consistente en "... un pedazo de tierras en el mismo paraje de Frayle Muerto hasta la bajada de Chañaritos a linde de lo asignado por él a Ana de Montoya"; otra donación en vida de Lara es a favor de Diego del Castillo en "... el Bajo Grande a linde, río arriba, con la Toledo".

Jacinto Piñero era el propietario de amplias propiedades hacia la frontera de la actuales provincias de Córdoba y Santa Fe siguiendo el derrotero del Río Tercero en su encuentro con el Carcarañá donde se habían constituído los primeros asentamientos de Cruz Alta.

El Presbítero Pablo Cabrera en "Tiempos y Campos Heroicos" recupera la oportuna declaración de Piñero que, cuando se casó con Micaela Romero, le dieron un pedazo de tierra junto al Río Tercero cuyos títulos se pierden de resultas de un incendio sucedido en su casa; ante lo cual, requiere a la viuda de Lara "... confírmase la donación y ésta hízolo de muy buena gana". Estos campos tenía límites "... río arriba, Ana de Montoya, que es la bajada de los Chañaritos y por la parte de abajo, hasta el lindero de Ana Toledo, que es una sepultura antigua".

Agustín Villarroel en su trabajo de investigación publicado como "Córdoba y Bell Ville en la Historia de la Patria" así como en el Proyecto de Declaración del Senado de la Nación "... de beneplácido por el 340 aniversario de la ciudad", atribuye al historiador Dr. Rodolfo de Ferrari Rueda que en los años de la muerte de Lara y Mimenza "... se establece en Fraile Muerto Don Francisco Sobradiel y Gallegos, respetado comerciante, estanciero e industrial de origen español ... quien manda construir una capilla para reemplazar al antiguo oratorio". La obra según Villaroel es encomendada "... a Domingo Romo en un predio ubicado en calles Saenz Peña y Tucumán, cuya puerta mira hacia el norte".

Luis Beltrán Martínez Thomas en su libro "Pobladores del sudeste de Córdoba: crónica familiar de cinco siglos en Argentina, desde la conquista hasta nuestros días" da cuenta que "... en 1694, sobre las ruinas de la antigua capilla - que había tenido un avanzado grado de deterioro producto del abandono luego del fallecimiento de Lara años antes - fue edificada una construcción más sólida dedicada al culto ...", la que se construyó junto al anterior oratorio el que fue aprovechado como sacristía. Según Martínez Thomas en su recopilación histórica consigna que la capilla era "... pequeña, de 4 m de frente por 15 de fondo, y tenía el cementerio hacia el sur". El autor recupera documentación donde se asegura que la obra fue encomendada al constructor Domingo Romo de Córdoba quien, por contrato, se compromete a realizarla "... con decencia, y la techumbre de varas y corbatones, todo de sauce curado, con dos techumbres y encañado dicho techo cubierto de tejas y el ala de ladrillos ... corriendo dicha capilla de sur a norte, los moxinetes, el del sur con hormigón para su reparo". En paralelo, a inicios del siglo XVIII y según Agustín Villarroel, a Fraile Muerto "... algunos viajeros la llaman 'La Capital de las Pampas".

Eran años difíciles, la viruela y el sarampión se ocuparon de sumar sufrimientos. Agustín Villarroel en su estudio "Córdoba y Bell Ville en la Historia de la Patria", relata la experiencia de Gabriel de Arandía conduciendo una tropa de carretas provenientes del Alto Perú que al llegar, en mayo de 1694, a la estancia "Los Algarrobos" propiedad de Pedro Pinto es atacado por ambas enfermedades al igual que vecinos del lugar. Según el historiador " ... Pinto, en cuya estancia descansaba el paciente, mandó sin pérdida de tiempo un chasqui en busca del cura del distrito, que lo encontró en su parroquia del Río Tercero, 25 leguas al oeste ... quien le administró los sacramentos y lo puso en condiciones espirituales de emprender el otro viaje, vía de la eternidad. El sacerdote no se detuvo aquí, sino que lo alzó en el propio carretón de éste y lo llevó provisoriamente hasta la estancia de don Ignacio Sánchez, río arriba de Frayle Muerto ... y después, a cargo del Padre Arteaga a su casa parroquial y estancia de la Santa Cruz [hoy, La Cruz] ... luego a la Jesuítica Santa Catalina donde logró, finalmente, recuperarse". Concluye el historiador: "Lo que sufrió el vecindario de Frayle Muerto y costas del Río Tercero con esta epidemia no es para narrarlo, pero donde verdaderamente hizo estragos fue en las tribus indígenas".

Volviendo a la nueva capilla de la estancia, podemos asegurar que se convirtió en el centro de confluencia de los vecinos de una amplia zona vecina al Ctalamochita; de hecho, hay constancias documentarias que dan cuenta que, circa 1720, los "ciento treinta y dos vecinos" sensados en Cruz Alta cumplen con sus ritos religiosos en Frayle Muerto.

La realidad de aquellos años era difícil; hacia 1737 la zona es asolada por los indios provocando el incendio de la nueva Capilla de Cruz Alta. De ésta se rescata la imagen de la Virgen del Rosario que inicia una peregrinación que la lleva a la Capilla de Frayle Muerto de donde, cuando la estancia de Lara es también atacada, es otra vez evacuada por los habitantes de Punta de Agua y llevada a la Capilla de los Vázquez.

Agustín Villarroel en su trabajo de investigación publicado como "Córdoba y Bell Ville en la Historia de la Patria" así como en el Proyecto de Declaración del Senado de la Nación "... de beneplácido por el 340 aniversario de la ciudad" asegura que "... el proceso experimentado por la región de Fraile Muerto y sus aledaños del Río Tercero en el orden social, moral y económico entre 1720 y 1748 fue de grandes proporciones. En tres lustros se había perdido la labor de un siglo".

 

El Fray Pedro José de Parras realiza numerosos viajes entre 1749 y 1753 de los que deja testimonio en el libro "Diario y Derrotero de sus viajes, 1749/1753 - España, Río de la Plata, Córdoba y Paraguay". Del mismo extraemos que el 17 de diciembre de 1750 "... fuimos al paraje que llaman el Fraile Muerto, donde también se veían muchos edificios destruídos por las invasiones de los infieles y todavía están bastante altas las paredes de la iglesia en la que rezamos un responso y pasamos a hacer noche a la estancia de don Jerónimo Quinteros que dista cinco leguas de la de Roldán y una del Fraile Muerto".

 

El Sacerdote José Manuel Peramás dejó un rico testimonio escrito sobre la expulsión de los jesuítas durante 1767; por su parte, será José A. Ferrer Benimeli quien estudiará dicho texto volcándolo luego en su trabajo que lleva por título "Viaje y peripecias de los jesuítas expulsos de América". Del mismo extraemos que el 30 de julio de 1767 llegaron "... al puesto llamado el Fraile Muerto, donde se dijeron en su capilla, tres misas. Aquí encontraron unas carretas que venían de Buenos Aires por las que supieron como los jesuítas de esa ciudad habían sido arrestados el 3 de julio, es decir una semana antes que los de Córdoba. El 31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, 'se fue todo en caminar hasta anochecer, que no teníamos ya fuerza para tanta flaqueza; al fin paramos junto a Barrancas e hicimos la última comida' [así consignado en el original de Peramás]".

Durante 1784, transita por el lugar José Sourryère de Souillac relevando lo que se publicará en 1837 como "Itinerario de Buenos Aires a Córdoba".

 

 

De dicho texto extraemos algunos párrafos: "Al amanecer pasé el Saladillo, cuyo fondo alcanzaba la cincha del caballo, y su anchura era de 48 pasos del caballo, su agua muy salada por causarlo la sierra de donde nace. A la media legua encontré el Fuerte del Saladillo, el cual es un cuadrado de estacas con sus cuatro baluartes terraplenados, sobre esto un tragante, y en él un cañón: tiene su foso con otras cortaduras que han formado de pequeño calibre; están con alguna seguridad 15 ó 16 familias que se hallan establecidas en su proximidad. Lo guarnece un soldado o cabo, con nombre de comandante, y dos hombres, pagados, de los que viven en los ranchos. Salí del expresado fuerte en demanda de la posta del Zanjón, siguiendo hasta aquí desde la Guardia de la Esquina en la dirección de la posta de Gutiérrez ... distancia computada, 21 y media leguas, que se reducen a 19 y una tercia; esta posta dista del Saladillo 7 leguas. Fui costeando el río por la banda mencionada, con buen camino, campo de pasto, poco ganado de hacienda, y abundancia de algarrobas en las cercanías del río. Salí de la posta del Zanjón para la del Fraile Muerto, que dista 4 leguas ... y llegué al anochecer. Camino, campos, etc. lo mismo que por la mañana; con lo cual pasé allí aquella noche".

Walter B. L. Bose en su artículo "Córdoba, centro de las comunicaciones postales en las Provincias Unidas del Río de La Plata" consigna que "... por entonces la Posta de Fraile Muerto era administrada, en carácter de Maestro desde el 15 de febrero de 1783 por Juan Antonio Machado; a partir del 28 de agosto de 1800 la responsabilidad fue de su hijo, Vicente Machado y a partir del 11 de setiembre de 1801, su hermano Mariano Machado".

Del "Cuadernos de Historia Regional N°11" publicado por la Universidad Nacional de Luján accedemos al documento que, rescatado por el investigador e historiador José Ignacio Avellaneda lleva por título "Descripción de los caminos, pueblos, lugares que hay desde la Ciudad de Buenos Ayres a la de Mendoza, en el mismo reino" el que, fechado en Mendoza el 6 de febrero de 1787, corresponde a la autoría del Comandante de Frontera y de las Armas del Partido de Cuyo José Francisco de Amigorena. El mismo es un diario de viaje donde, de modo minucioso y pormenorizado, se describe el camino recorrido para unir Luján con Mendoza, las características de la ruta, así como la identificación de los caminos secundarios, la distribución y presencia poblacional, hábitos de vida y trabajo, necesidades y recursos para la subsistencia. De dicho trabajo extraemos un fragmento donde se consigna que, tras haber cruzado el Saladillo y dejado atrás la Posta del Zanjón, van en procura de la Posta siguiente:

 

"A la Posta y Pueblo del Fraile Muerto (se pagan 4 leguas): Desde aquí ya se ven pobladas ambas riveras del 3° y mas cuanto mas arriba, pero nunca ha havido menos gente que al presente por que por temor de los Indios van abandonando estos parages, e internándose al Norte, y como esto lo están practicando hace algunos años, y cada dia va en aumento, sino se cortan las imbaciones de los Barbaros puede temerse que estas riveras se lleguen a despoblar: i si esto sucede en el Camino más seguro por mas septentrional, ¿como quedaran de expuestos los mas meridionales?

En los Ranchos que hay en esta distancia solo vive gente pobre, con tal qual Majadita, algunas Lecheras, y los Cavallos de su tragin, conchavanse los Hombres en las Estancias próximas por seis pesos mensuales, y las Mugeres se ocupan de hilar, tejer Bayetillas, Gergas y Ponchillos, ya para vestir sus familias, y ya también para trocar por Generos que les llevan algunos Buhoneros que corren estas Campañas.

Una Capillita y 14 o 15 entre Ranchos y Casas, componen la Poblacion del Fraile Muerto, á uno y otro lado del Camino: El sitio es alegre, y frondoso, por los muchos Arboles y la cercanía del Rio que le ciñe (ya con buena Agua) por la parte del Norte: Ocupanse sus moradores de la Cria de Ganados Bacuno, Ovejuno, Yeguada y Cavallada, pero en corto numero por haverles rovados los Indios, sus Haciendas hace poco tiempo. Habrá de 70 á 80 personas, y las mujeres exercitan según dijimos arriba.

La Casa de la Posta, es la más bien fortificada de toda la Carrera: Esta al sur del Camino, consta de la Havitacion del Mro de Posta y su familia que pasa de 10 personas, un cuarto separado allí inmediato para correos y pasageros: Pozo de Valde dentro de los reparos: Siguese luego una fuerte Estacada de troncos bastante robustos y altos con un Pedrero: por la parte exterior de ella una gruesa tapia de gran altura, de tal manera que sacando el fusil por entre Palo, y Palo de la Estacada puede por sobre ella dirigirse la vala: luego inmediatamente de la tapia se sigue el foso, con agua cuya tierra se levantó aquella sobre su labio interior agregándose a esto la ventaja deser corto el recinto, y por eso mas fácil su defensa con poca Gente.

Sin embargo no hay quien se anime por aquí a fomentar la Cria de Ganados por recelos de los Barbaros, antes por el contrario intentan muchos asegurarse trasladándose mas al Norte".

 

Si su interés es acceder al relato específico que abarca el trayecto transitado dentro del territorio cordobés, haga click aquí.

Por el contrario, si su deseo es tomar contacto con la integralidad del documento y por ende, de todo el viaje, haga click aquí.

 

Una vez controlada la primera invasión de 1806 y obtenida la rendición de las tropas inglesas, se confinaron los prisioneros a 120 km de Buenos Aires, en los parajes de San Antonio de Areco. A poco de iniciarse 1807, se opta por trasladarlos al interior. El destino será Santa Rosa en el Valle de Calamuchita donde serán ubicados, entre otras locaciones, en el casco de la vieja Estancia Jesuítica de San Ignacio. El Capitán Alexander Gillespie formaba parte batallón movilizado; será él quien, en un largo escrito a modo de diario de viaje, describirá la naturaleza y geografía de nuestro interior así como los hábitos, costumbres, miedos y sueños de los habitantes locales. Esa mirada particular y con su cuota de subjetividad se convertirá en un libro que será publicado en Londres en 1818.

El 30 de marzo de 1807 el Regimiento 71, provisto de recursos económicos y víveres, en carretas y a través de las peligrosas pampas, parte del Santo de Areco e inicia el largo camino a Córdoba. Las reflexiones escritas por el Capitán nos dan cuenta que, el 19 de abril, "... nada era notable, excepto el terreno ascendente interpuesto en nuestro camino a Fraile Muerto, adonde llegamos a las ocho de la noche. Se llamó así a ese pueblo por haber sido asesinado un fraile en el paraje, por los indios que se ocupaba de convertir. Aquí se interpone un lindo monte que, sin interrupción, llega hasta Córdoba, a cuya vera se levante el pueblo, de unas veinte casas, con un cuartel con troneras de mosquetería y una iglesia muy hermosa. El Río Tercero aquí es muy torrentoso, debido a los declives cerca del lugar, y su cauce se compone de guijarros y granito en descomposición". [Acceda al relato completo del viaje por territorio cordobés, haciendo Click Aquí]

 

 

El viajero inglés Alexander Caldcleugh Beatson (nacido en Londres, Inglaterra en 1795 y fallecido en Valparaiso, Chile en 1858) recorre estas tierras a partir de 1819 hasta 1821 volcando sus experiencias en el libro "Viajes por América del Sur". A propósito de este espacio en particular deja el siguiente testimonio: "Desde que se entra en la Provincia de Córdoba, puede advertirse que la gente es más industriosa y los pueblos tienen mejor apariencia. Partimos para Zanjón ... y de ahí hacia Fraile Muerto, a cuatro leguas también. El camino sigue la orilla del Río Tercero, los árboles son más grandes; pasamos algunos bosquecillos de mimosas. Fraile Muerto es un pueblito que consta de unas sesenta casas de adobe. Decidimos pasar la noche a fin de recomponer mi recado y la maleta que había sufrido mucho con la premura del viaje. Pude conseguir un poco de pan y aguardiente. El maestro de posta se portó muy bien. El agua era buena". Por la madrugada parte hacia Tres Cruces y la Esquina de Medrano distante a ocho leguas haciéndolo por el "... camino que seguía por las márgenes del Río Tercero, señalado por una hilera de árboles. Pasamos algunas estancias rodeadas de arboledas. Con un poco más de agua esta comarca tendría buenas maderas. Vi algunos cuervos grandes como gallinas y los mismos arbolillos del día anterior; también unas flores, parecidas al alelí, de color amarillo pálido y unas hierbas que semejaban la cola de un gato".

En 1820, el banquero, dibujante y viajero suizo de nacimiento e inglés por adopción Peter Schmidtmeyer, inició a principios de mayo el esforzado tránsito en carreta para unir Buenos Aires con Chile. De resultas del mismo nace un relato puntilloso donde, complementado con numerosas láminas de su autoría, se refleja la geografía en general y los hábitos y costumbres de los habitantes en particular. En 1824 la obra se editará en Londres con el título "Travels into Chile, over The Andes, in the years 1820 and 1821: With some sketches of the productions and agriculture". Del mismo extraemos que luego de recorrer "... trescientos sesenta y nueve millas desde Buenos Aires, llegamos a Frayle Muerto, un pueblo cordobés de aproximadamente treinta casas pequeñas y dispersas con una capilla. Los habitantes estaban bien vestidos, y parecían vivir un buen momento. Continuamos bordeando el Tercero, que es el río más grande que se ha visto desde Buenos Aires hasta los Andes. Semeja ser aproximadamente la mitad del tamaño del Támesis en Oxford, o del Aar en Berna: se lo cruza con dificultad, y solo en lugares conocidos por los habitantes del lugar, quienes a menudo trasladan su ganado y a ellos mismos al otro lado del río de modo de ponerse a salvo de las incursiones indias. Fluye con una corriente suave, y sus costas, de quince a treinta pies de altura sobre el nivel del agua, exhiben en su superficie un estrato de considerable extensión y unos pocos pies de espesor de una sustancia gris que tiene la apariencia de un antiguo lecho de conchas marinas, a través del cual el río se fue abriendo camino sobre las llanuras; debajo de ésto está el suelo principal, de un tinte amarillo pálido o incluso totalmente rojizo, que intuyo como depósito aluvial. Cerca de este lugar hay algunas pequeñas aldeas rodeadas de finas estacas de madera, con presencia de acacias bajas, vegetación rala y pequeñas zonas cultivadas vecinas a las casas; todo parecía agradable a pesar de la sequía y el abandono".

 

Obra de Peter Schmidtmeyer y detalle de mapa realizado e incorporado por el autor

 

En 1823, el escritor inglés Robert Proctor llega al país con el objetivo de cruzarlo en procura de Chile y de allí, al Perú. Al regresar a su país, todas las notas acumuladas a lo largo del viaje se incorporan a un libro al que título "Narraciones del viaje por la Cordillera de los Andes". Su relato da cuenta que estando en camino a Frayle Muerto cruzan "... una lagunita rodeada de árboles achaparrados, en uno de los cuales aún se veía, colgado de las muñecas, el cadáver de un indio, entero y completamente seco; parecía ser hombre de estatura elevada. Le corté un brazo, sin olor alguno, y lo he conservado como curiosidad. La segunda parte del día fue el villorrio Frayle Muerto, que puede llamarse Capital de las Pampas. Se compone de unos 50 ranchos construídos sin ninguna regla y quizás, de 200 habitantes; sin embargo, era demasiado importante para que los indios arriesgasen un ataque, y después de dejar ese lugar, cesamos de oir lamentos a causa de invasiones. El campo todavía es llano, pero encontrábamos aquí y allá algunos arbustos achaparrados y las llanuras en general más o menos cubiertas de ganado, lo que amortiguaba mucho el tedio y fatiga del viaje, no solamente por el reposo que ofrecía a los ojos, disminuyendo la tristeza del campo, sino por la nutrición láctea que obteníamos si teníamos la suerte de llegar a hora oportuna. Las vacas se ordeñan por la mañana temprano, pues no dan leche suficiente para valer la pena hacerlo dos veces diarias. Sin embargo, son lindos animales corpulentos, semejantes en color a las vacas del Yorkshire más que cualesquiera otras. Por estar recogida la cosecha en los pocos manchones de trigo y maíz anexos algunas veces a los ranchos, no tuve oportunidad de ver el método agrícola del país; pero el modo de conservar las mies en un granero de las Pampas, es realmente curiosísimo. Cuatro fuertes vigas derechas se plantan firmes en el suelo, con un techo encima, y entre éstas se cuelgan dos cueros de buey entrecosidos mojados, conservando la forma de cabeza y patas; dentro de la bolsa así dispuesta el grano se pone tan apretado como sea posible, y una vez cosida, los cueros quedan casi de la talla y figura de elefante. Está lejos esto de ser mal ideado para defender el grano de la intemperie, o librarlo de los bichos".

 

 

Corría 1824; habían pasado tan solo ocho años de las cruentas batallas que, en la zona, enfrentaron a Juan Bautista Bustos con Estanislao López cuando a esas soledades llegó el joven Monseñor Juan Mastai Ferretti (quien con posterioridad sería Pío IX) acompañando al Vicario Apostólico Arzobispo Juan Muzi. La Delegación Pontificia, en viaje hacia Chile, no solo se detuvo en Fraile Muerto sino que formularon la promesa pública de enviar una Virgen a la pequeña Comunidad en la medida que los acompañara la buena fortuna a lo largo del viaje hasta el país trasandino y el posterior regreso a Europa.

Detalles de este viaje, concretado desde el 3 de julio de 1823 hasta el 28 de febrero de 1824, se encuentran pormenorizadamente descriptos en un relato que, a modo de diario, fue escrito por el Secretario de aquella delegación José Sallusti. El mismo lleva por título "Breve relación del viaje a Chile del Canónigo Juan María Mastai Ferretti de Sinigaglia".

 

 

Los viajeros llegan a Buenos Aires el 4 de enero de 1824 atacados por "mosquitos que eran en tanta cantidad que resultaban un verdadero martirio" y luego de "... seis meses desde la partida de Roma y 91 días desde que embarcamos en Génova". Más adelante, el relato da cuenta que el 23 de enero por la mañana y una vez "... pasado el Río Saladillo, descansamos en la posta del mismo nombre, perteneciente al Gobierno de Córdoba, donde en una así llamada fortaleza había 30 hombres con dos oficiales. Y como el camino que faltaba recorrer era el más peligroso por temor de encontrarnos con los indios, tomamos 8 hombres para que nos escoltaran. Dirigía esta posta una familia muy limpia. que desde el año anterior vivía en la posta que íbamos a pasar y debía su salvación a la fuga, aunque debieron perder la cabaña y casas que le incendiaron, le robaron las cosas y se llevaron cautivos a dos niños y una mujer, de quienes tenía algunas noticias y se esperaba rescatarlos. En la tarde llegamos sanos y salvos a una parroquia con algunas cabañas, llamada Fraile Muerto. Se dice que allí fue encontrado un fraile muerto por un tigre. De esta manera el misericordiosísimo Jesús, por la intercesión de su querida Madre y de los Angeles Custodios, nos libró también de este peligro, ya que todos aseguraban que después de este lugar no había más que temer. El calor, ayer y hoy, fue bastante fuerte. El párroco vino en la tarde a saludar a Monseñor y a pedir la Confirmación para la mañana, pero debiendo partir no se pudo complacerlo. El pueblo era de la Diócesis de Córdoba. En la mañana del 24, después de 8 leguas de camino, llegamos a una posta llamada Esquina de Medrón [Esquina de Medrano], en cuyos alrededores el campo se veía con el mismo aspecto de fertilidad que el de Buenos Aires, con el agregado de muchas arboledas de gruesos espinos y de otros árboles grandes, cuyas hojas son del largo de una uña y del ancho de la punta de unos tres alfileres. Cerca corre un río algo más angosto que el Tíber que se llama Tercero. A las 5 llegamos a la posta Arroyo de San José, llamada así por un arroyo de ese nombre que corre ahí cerca, en el que me lavé".

La versión de este material que, en italiano, llevó por título "Storia delle Missioni Apostoliche dello Stato del Chile. Colla descrizione del viaggio dal vecchio al nuovo mondo fatto dall´autore" contiene algunos otros detalles que valen la pena rescatar: "... Fraile Muerto es un pequeño pueblo de unas doscientas almas, que, incluidas las del campo, ascienden a unos quinientos o seiscientos. Este es un pueblo naciente, y fue conformado por los campesinos, que se dispersaron aquí y allá en los alrededores para defenderse mejor de las frecuentes incursiones de los salvajes. Se le dice Fraile Muerto, porque hace mucho tiempo que los campesinos que llegaron allí, encontraron a un fraile muerto, algunos dicen que fue asesinado por una bestia feroz y otros por los salvajes de Las Pampas: no tengo certeza de cuál será la verdad. Sin embargo, es cierto que el pobre fraile murió y que la fatalidad de su muerte le dio su nombre al pueblo. Pasamos la noche sin miedo y con gran confort. Encontramos muy buenos helados con los que podíamos refrescarnos del calor del sol y del apurado viaje; luego bebimos el excelente vino de Málaga por ocho monedas la botella, precio por demás discreto, y casi nada para estar en el centro de esos vastos desiertos. Las casas de Fraile Muerto son meras cabañas, y no hay otra cosa que la iglesia pequeñísima, que está hecha de cal y ladrillos horneados. Está dedicada a la pureza de Nuestra Señora, de allí que la llaman Iglesia de la Purísima. El sacramento se cumple solo cuando hay algún paciente grave y es asistido por un solo sacerdote el que, además, hace de todo. Vino a nuestro encuentro y nos mostró su casa invitándonos a dormir en ella, cosa que agradecimos aún cuando, como lo usual, era con mantas sobre el piso desnudo. Monseñor, encontrándose descompuesto, vomitó varias veces después de la cena antes de quedarse dormido; a la mañana siguiente dijo que había sufrido de dolores estomacales que lo hacían despertar. Otros pasaron la noche no muy bien. De mi parte, refrescado por el helado y el buen vino Málaga, tuve la suerte de dormir tranquilo casi toda la noche".

 

 

En relación al paso de los religiosos por Fraile Muerto, Estanislao S. Zeballos en su libro "La región del trigo" aporta un detalle distintivo al asegurar que Mastai Ferretti "... quiso decir misa en la iglesia del lugar ... pero el cura no lo consintió, porque el viajero no traía los papeles en forma".

Existe una traducción del italiano realizada por Domingo Faustino Sarmiento en su carácter de "Miembro de la Universidad de Chile, del Instituto Istórico de Francia i de otras Corporaciones Literarias" del relato de este viaje. La misma fue publicada, en 1848, bajo el título "Viaje a Chile del Canónico Don Juan María Mastai Ferretti oi Sumo Pontífice Pío, Papa IX". En el espacio dedicado a la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Cruz Alta se puede acceder al extracto correspondiente al tramo de los últimos kilómetros transitados en territorio santafesino y los primeros dentro del espacio cordobés.

 

Monseñor Juan Mastai Ferretti (Pío IX) y Arzobispo Juan Muzi

 

En 1827 el compromiso de Ferretti se vuelve realidad, la Imagen de la Purísima Concepción recorre el largo camino desde Italia hasta la devoción de los pocos habitantes de la Villa. Una vez convertido en Pío IX, Monseñor Ferretti será quien la envía y proclame durante su papado (1846-1878) el Dogma de la Inmaculada Concepción.

Esta imagen original sufrió un destino incierto; de hecho, al poco tiempo, debió ser reemplazada por otra imagen sustituta.

A poco de su recepción, se le asigna el sitial de Excelsa Patrona. La transmisión oral insiste en la veracidad que fue ella quien fue capaz de proteger a aquellos primeros pobladores del asedio de un malón. Es así que estando rodeados por los aborígenes tomaron la Virgen de su Camarín y rodeándola se dispusieron en oración. Un indio fue encomendado para parlamentar con los sitiados; éste, pleno de pánico, regreso junto a los suyos asegurando haber visto una mujer vestida de celeste y blanco montando un corcel. La imagen así descripta causó el terror dentro del malón que no solo abandonó el lugar sino que no volvieron a regresar.

La Villa, la Parroquia y el Cementerio se encomiendan a San Gerónimo, sin embargo la Iglesia prontamente adopta el de Inmaculada Concepción.

Aquella pequeña capilla que había tomado el nombre de Pío IX a partir de 1846 permanecerá en pie hasta que es reemplazada por un nuevo proyecto.

Durante 1848, más precisamente el domingo 19 de marzo hacia las 8 y media de la mañana, llega a Frayle Muerto el historiador y abogado estadounidense Samuel Greene Arnold. Su libro de viaje da cuenta que se detienen durante dos horas "... en un pueblo de 500 a 600 habitantes ... mi guía conoce aquí a una familia que nos recibe con la acostumbrada hospitalidad; se nos hizo pasar a un cuarto grande y se nos sirvió en mates de plata. La señora ha sido una belleza, usa el cabello en dos trenzas muy largas sobre la espalda, conversa bien y al partir nos dio a cada uno, dos pastelillos".

A partir de setiembre de 1855, el escritor, historiador, naturalista y político chileno Benjamín Vicuña Mackenna recorre esta zona volcando su experiencia en un pormenorizado Diario editado bajo el título "Pájinas de mi diario durante tres años de viajes - 1853/1854/1855". En el capítulo XXXIV del mismo, el autor incorpora el siguiente párrafo: "... a las 2 de la tarde llegamos este dia con los caballos cansados al Fraile Muerto, una aldeita de 500 almas plantada de árboles".

 

Benjamín Vicuña Mackenna y su obra

 

A lo largo del período 1857 - 1860, el científico prusiano Karl Hermann Konrad Burmeister realiza un pormenorizado relevamiento de la Confederación Argentina. Luego, su trabajo es volcado en un imprescindible manual de consulta que se editará bajo el título "Viaje por los Estados del Plata". Su paso por Córdoba se realiza durante fines de febrero de 1857; el trayecto lo recorre utilizando un carretón de dos ruedas y una pequeña escolta aportada por Urquiza. Según su relato, luego de la Posta de Lobatón (actual Inriville) se alinean en dirección norte las Postas de Saladillo, Barrancas, Zanjón y Fraile Muerto, todas separadas entre sí por unas cuatro leguas promedio. El paisaje, luego de Zanjón, abunda en matorrales "... más espesos y compactos, tanto más altos subían sus copas y se destacaba en estos un bien formado tronco; algunos se distinguían de los demás como verdaderos arbolitos con su copa chata y extendida, casi como los viejos manzanos de nuestros jardines, pero con el follaje delicado y menudo de las leguminosas. Hacia la derecha, cerca del río, asomaba un bosque perfecto, compuesto de árboles grandes y robustos, por encima de los matorrales, que daba marco hermoso al horizonte. Así rodeado llegué a Fraile Muerto, pueblito importante y simétricamente delineado, con iglesia y plazas, cuyas casas, si bien solo edificadas con tapias de barro, acusaban cierto confort. En la posta encontré una habitación bien aseada, espaciosa y blanqueada y más tarde, me dieron una comida elegida, aunque también un poco cara, con vino y dulce, tan buena como no lo había esperado". Al día siguiente, domingo, "... vi a la población endomingada para ir a la iglesia, sobre todo a las mujeres que, si bien usaban trajes modernos, llevaban una pañoleta negra por encima de la cabeza, la cual ocultaba los rostros en la forma antes descripta".

 

"Viaje por los Estados del Plata" - Germán (Hermann) Budmeister

 

Estanislao S. Zeballos en su libro "La región del trigo" rememora sus vivencias infantiles cuando, en 1859, transitó la zona rumbo a Córdoba; según su texto lo hacía "... entre los horrores del miedo a los indios". En cuando a Frayle Muerto en particular, el autor recuerda que tenía por aquellos años "... una posta en estado miserable" integrada a "... un villorrio con una fortaleza de tunas donde se guarecían caravanas y viageros para pasar la noche".

Miguel Bravo Tedín en su trabajo "Colonias entre dos siglos desde el periodismo" da cuenta que el Diario "Eco de Córdoba" publicaba en agosto de 1866 que el periódico se había “... referido incidentalmente a la colonia que está en vías de levantarse en el Fraile Muerto y que empieza a conocerse con el nombre de Nueva Inglaterra. El origen de esta colonia fue una excelente idea del gobierno de Córdoba de intervenir y vender 200 lotes cada uno de 4 leguas al sud del Carcarañá del Fraile Muerto al este del Saladillo. Estos lotes se ofrecieron en venta y los primeros fueron comprados por algunos ingleses especuladores. Como el Fraile Muerto será un punto de importancia por la construcción del ferrocarril otros varios ingleses han seguido su ejemplo hasta llegar la idea a ser popular, entre los extranjeros de formar allí una colonia anglosajona. Las cartas particulares y los datos extensamente dados por la comisión de inmigración del Rosario han hecho conocer la colonia en Inglaterra y especialmente en Irlanda. Ahora hay cerca de 40 lotes vendidos a los actuales ocupantes y no hay paquete (buque) de Inglaterra que no conduzca dos, tres, cuatro o más personas que aumenten el número”.

En setiembre de 1866 el ferrocarril de uso público llega a Frayle Muerto.

En 1869, tres años después del Decreto Provincial del Gobernador Mateo Luque que instaura el Gobierno Municipal en el Departamento Unión y la Corporación Municipal puesta a cargo del Presbítero Rubén Márquez, en los terrenos donados por David Melrose ubicados frente a la Plaza 25 de Mayo se coloca la piedra fundamental de la que finalmente sería la actual Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción.

En enero de 1870 el Presidente Sarmiento, estando en viaje hacia Córdoba donde debía inaugurar la Primera Exposición Industrial Nacional, se detiene en la nueva Estación del Ferrocarril Central Argentino para visitar la población e inaugurar un puente que, según Estanislao S. Zeballos en su libro "La región del trigo" serviría para unir "... el pueblo del Este ..." donde se construyó la Estación de Trenes con "... el viejo pueblo del Frayle Muerto" ubicado al oeste del Río Tercero. Durante estas actividades, Sarmiento decide reemplazar el nombre del lugar por Bell Ville en homenaje a los inmigrantes escoceses Anthony y Richard Bell afincados en esas regiones desde 1864 cuando compran las Estancias "Arbol Chato" y "La Escondidad" dedicadas a la agricultura, a la ganadería bovina y ubicadas en las vecindades de Fraile Muerto.

El escritor y político salteño Manuel Marcos Zorrilla rescata, en su trabajo bibliográfico dedicado a Sarmiento y Avellaneda, aquellas circunstancias concluyendo que no sabía "... si la Municipalidad dictó alguna resolución al respecto; pero, desde ese instante fue consagrada por el uso el nombre dado a la localidad por su ilustre padrino de bautismo. Concluído el banquete, el Presidente fue a dar un paseo por la población vieja que se haya al otro lado del río y descansó algunos momentos en la casa de Don Cleto del Campillo que vivía allí una parte del año y tenía gran prestigio en el lugar".

El diario Eco de Córdoba realiza una puntillosa crónica de dicha visita asegurando que el lugar que había sido "... una guarida de ladrones y asesinos, donde los hombres buenos solo se ocupaban de defenderse contra las asechanzas de los malos ...", en la actualidad, "... nos presentaba una laboriosa y honrada población ..." dispuesta a dejar sus labores cotidianas para venir a escuchar la palabra presidencial.

En 1871 se establece una nueva guarnición militar integrada por unos 300 milicianos bajo la comandancia de Benigno de Cacoba.

Al año siguiente y como una paradoja de aquellos tiempos, mientras el nuevo nombre del pueblo es asumido por la comunidad; los Bell, afectados por la crisis provocada por la caída del precio de la lana, deciden retornar a Escocia sumidos en el fracaso y la pobreza.

La bendición de la nueva iglesia se concreta el 12 de diciembre de 1871; a partir de ese momento la capilla Pío IX es inhabilitada al culto comenzando un derrotero donde devino en escuela, teatro y sitio de acopio de cueros; luego de lo cual, es demolida y reemplazada por una vivienda familiar.

 

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Estanislao S. Zeballos en su libro "La región del trigo" cuenta que en 1882 se detiene en Bell Ville durante dos días como huesped de Marcos Juárez (Jefe Político del lugar), descubriendo "... una villa floreciente y culta"; que cuenta con "... una iglesia buena y edificios adelantados; y aislada, entre las ruinas de antiguos fortines, sobre las barrancas del río, sitiada de malezas y árboles silvestres, se conserva como reliquia histórica la capilla de Pío IX". De dicho trabajo extraemos dos dibujos realizados por el autor donde se reproducen: la única imagen conocida de la Capilla Pío IX y el puente de hierro inaugurado por Sarmiento.

 

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Capilla Pío IX - Dibujo de Estanislao S. Zeballos - 1882

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Puente de hierro - Dibujo de Estanislao S. Zeballos - 1882

 

Será en este año de 1882 que Monseñor Eduardo Ferreyra, por entonces Párroco, procede a bendecir la imagen de la Purísima Concepción declarándola Patrona Principal del Curato para luego ubicarla dentro de la Parroquia en un Camarín bendecido el 15 de agosto de 1890. La Santísima Virgen adquirida por una Comisión de Damas conducida por Pilar Mendoza de Roldán, era basicamente de cartón piedra, con túnica blanca de seda bordada y un manto de seda de profundo azul celeste; sobre su cabeza luce una aureola de dorado metal decorada por piedras y nueve estrellas.

 

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Por esos años la Iglesia lucía a San Jerónimo en su carácter de Vice Patrono, dos pequeñas imágenes de San Juan Bautista y Nuestra Señora de los Dolores, un San José en madera y de yeso se podía hallar una Virgen de los Dolores. El altar del Sagrado Corazón de Jesús era de madera mientras que el Bautisterio lucía pila de mármol enmarcada por una reja de hierro.

Hacia mediados del siglo XX la Parroquia había sufrido importantes cambios. Es así que se aumenta la superficie cubierta en un 50% llevándola a casi 750 metros cuadrados, las torres pasan a alcanzar una altura de 28 m con dos campanas, se agranda el coro, se decoran los cielorrasos con pinturas sobre yeso.

 

El altar mayor se reformula con cuatro columnas de mampostería y estucado las que sostienen el arco del Tabernáculo de madera pintada. Seis altares laterales se suman al conjunto: el del Calvario con la presencia de la Dolorosa y San Juan Bautista:

 

El de San Jerónimo, el de San José, el de la Virgen del Rosario y el de la Natividad de María donde, sumándose a su imagen, se encuentran las de San Joaquín y Santa Ana, la obra en madera tallada fue efectuada por el ebanista Juán G. Chinchilla y por ser una donación de la colectividad italiana se la conoce como el "Altar de la Bambina". Finalmente, el del Sagrado Corazón de Jesús presidido por una imagen del mismo:

 

   

 

Actualmente la Parroquia luce un altar de mármol de guilpe rosado ubicado en el centro del Presbiterio que reemplaza al anterior de madera tallada. La bóveda también es renovada con las obras de los artistas Pablo y Luis Altamira.

 

 

Volviendo al incierto derrotero sufrido por la imagen de la Virgen recibida de Italia, recién en agosto de 2005, se pudo determinar "... prima facie que la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción que se venera en el alero izquierdo del Templo, dentro de un habitáculo de vidrio, sería la enviada por el entonces Obispo Juan María Mastai Ferretti, luego Papa Pío IX, quien por su paso por la Villa de Fraile Muerto en enero de 1824 hizo un voto a la Pura y Limpia Concepción, Patrona de la Feligresía en ese entonces, prometiendo enviaría, como recuerdo, una imagen de la Purísima bendecida por el Santo Padre...". (Acta Escritura 290 del 05/08/2005 - Escribana Pública María Teresa Alvarez, Titular del Registro 262).

La gestión fue impulsada por el Centro Municipal de Estudios Históricos de Bell Ville frente al Obispado de Villa María y de Córdoba.

Intervino, entonces, el Arzobispado de Córdoba, Patrimonio Cultural de la Provincia, la Junta Provincial de Historia y el Archivo Histórico General de la Provincia. Será el titular de esta última repartición Licenciado Alejandro Moyano Aliaga quien, con la colaboración del Prof. Juan Evaristo González y el Sr. Juan Manuel Castro, procede a un idóneo peritaje y refleja su opinión dentro del Acta: "... Licenciado Alejandro Moyano Aliaga quien luego de practicar un examen acabado de las partes de que se compone dicha imagen (cabeza, articulaciones, etc), el material utilizado y otros detalles que puedan caracterizarla ... DETERMINA que su antigüedad data por lo menos desde la fecha señalada (1827) ya que observa indicios de que puede ser todavía unos años más antigua y se corresponde con la figura descripta por los historiadores ...".

 

 

Video - Año 1996

 

Pinceladas de Frayle Muerto

 

Publicidad incorporada en The Standard del 01/11/1863 donde se aprecian los dos servicios ofrecidos de diligencias. El recorrido continuaba acompañando el río Tercero hasta el nodo identificado como San Gerónimo (Frayle Muerto) donde, para esta fecha, se dividían las dos rutas a elegir: hacia Cuyo remontando el río Saladillo y luego el río Cuarto y hacia el Norte, continuando por el río Tercero al que abandonaban después de cruzarlo en Villa Nueva, en dirección a Córdoba. Con anterioridad, para fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX, el camino a Chile nacía en la Posta de la Esquina de Medrano, a mitad camino entre Frayle Muerto y la Posta de Esquina de Ferreyra (actual Villa Nueva), continuando hacia el oeste en dirección al Arroyo San José (Arroyo Cabral) y la Cañada de Lucas.

 

En 1865, el inglés Richard Arthur Seymour llegó a Buenos Aires con el objetivo de tentar fortuna en estas nuevas tierras. Aspirando a asentarse como colono viajó a Rosario para comprar campos en sus alrededores. El alto costo de los mismos lo obligó a buscar mejores precios hacia el interior del país. Termina accediendo a Frayle Muerto donde toma contacto con otros inmigrantes ingleses que lo estimulan a quedarse en el lugar. En Córdoba formaliza la compra de tierras próximas al río Saladillo a unas once leguas al sur de Frayle Muerto; nace, así, el Campo Monte Molina. Según el pionero, en su compilación, describe a las tierras del lugar como "... de muy buen regadío y con excelentes pasturas para el ganado, sobre todo las zonas próximas al río Saladillo el que corre a lo largo de cuarenta leguas en dirección a Frayle Muerto desembocando en el río Tercero donde un pequeño villorrio lleva el nombre de Saladillo".

A pesar que, a la experiencia, sumó a su hermano y un socio de apellido Goodrik (ambos ingleses), Richard desiste de la empresa regresando a Inglaterra pocos años después. Esta aventura en Argentina es volcada a un libro el que es editado en 1870 bajo el nombre "Pioneros en las Pampas". De dicho libro extraemos el relato del viaje desde Rosario hasta Frayle Muerto.

 

"Una diligencia nunca es el modo más agradable para viajar; y la diligencia sudamericana es quizás un transporte tan incómodo como no hay otro conocido. Se arrastra con seis, ocho y hasta diez caballos, según el estado de los terrenos a recorrer; un hombre monta en cada uno de estos animales, que se desprenden de las cinchas, y avanzan a todo galope, sin tener en cuenta las huellas o los agujeros de viscachas. Las carreteras de América del Sur no están demarcadas, ya que son solo tránsito arbitrario sobre la pradera.

Alrededor de seis desafortunados seres pueden ir dentro de esta máquina, la que se parece más a un viejo carromato; dos pasajeros más pueden sentarse junto al conductor. Nos proporcionamos diversos accesorios para viajar, entre los que se encontraban varias pistolas las que no son la parte menos importante del atuendo. Salimos de Rosario temprano una mañana, y llegamos a Frayle Muerto en la tarde del segundo día; pasando la noche en una pequeña posta.

La diligencia cambia de caballos cada cuatro leguas. Los alojamientos en las casas de correos no son muy espléndidos, las camas consisten en nuestras propias alfombras tiradas sobre el suelo; y nuestra comida solía prepararse cuando llegábamos, por tanto, no era muy tierna cuando aparecía sobre la mesa. El territorio por el que pasamos era, como de costumbre, perfectamente plano, con solo unos pocos arbustos ocasionales o algún rancho que podía ser visto; en realidad, era una choza de barro; a veces aparecían algunos ciervos y avestruces, pero los objetos más frecuentes eran los grandes halcones llamados caranchos, que generalmente se dedicaban a picotear los huesos de algún animal muerto; son muy odiados por el criador de ovejas, ya que aprovechan cada oportunidad para matar a sus jóvenes corderos, al picarles y vaciarles los ojos.

Cuando nos acercamos a Frayle Muerto, alguno de los pasajeros comenzaron a mostrar signos de inquietud por los indios; y se nos ocurrió la agradable idea de que los habitantes de esta parte del país viven el mismo tipo de expectativa general de un ataque repentino de parte de aquellos vecinos al igual que los habitantes que rodean el Vesubio en plena erupción de la montaña en llamas; y, aunque no lo creía en ese momento, debo decir que la experiencia me ha enseñado que sus temores no son, de ninguna manera, infundados. De hecho, en esa ocasión estábamos 'quitte pour la peur' ['dominados por el temor'].

No llegamos a Frayle Muerto hasta que estaba demasiado oscuro para ver cómo era el lugar. El nombre propio es San Gerónimo, pero lo llaman Frayle Muerto, debido a la tradición de que un sacerdote fue asesinado allí. Dormimos en la sala de correos de la manera habitual e incómoda, y a la mañana siguiente, al descubrir que no había desayuno, salimos a buscar a otros lugareños y compramos algo de pan y sardinas, que comimos junto al río. Después de esta comida frugal paseamos un poco por la ciudad; era un lugar pobre, muy pocas casas decentes, y la mayoría de las calles estaban compuestas por ranchos de barro".

 

Mapa incorporado en el libro "Pioneering in the Pampas" de Richard Arthur Seymour

Richard Arthur Seymour

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mapa incorporado en el trabajo

"Reseña acerca de los campos que circundan la antigua estancia Monte Molina, Saladillo, Córdoba"

de Delius, Juan D.

(el predio identificado como 29 corresponde a Monte Molina de Seymour)

 

Mapa incorporado en el trabajo "Reseña acerca de los campos que circundan la antigua estancia Monte Molina, Saladillo, Córdoba" de Juan D. Delius

(el predio identificado con los nombres Seymour y Goodrik corresponde a Monte Molina)

 

Richard Seymour en su libro rescata un dato relevante al asegurar que en 1866, como complemento de la presencia del ferrocarril, se instala en Fraile Muerto una pequeña fonda con servicios de hostería administrada por un italiano que respondía al apelativo de "Don Pepe" y que, a juicio de Saymour, habría venido escapando de su país por razones políticas; el autor, así la describe:

 

"La fonda contenía tres habitaciones, una de las cuales se usaba para el bar y servía también como una especie de almacén de ramos generales que suministraba, de modo heterogéneo, toda variedad de artículos. El siguiente ambiente era el comedor que, por la noche, se convertía en dormitorio aún cuando la combinación de ajo, aceite, café y humo de tabaco no lo hacía el sitio más propicio para el descanso. Si bien nunca hice uso de esa habitación puedo asegurar que eran usadas por gente de baja condición y desagradables. La siguiente pieza era un dormitorio reservado para los huéspedes de mayor categoría, dentro de los cuales, obviamente, se incluía a todos los colonos ingleses. Don Pepe nunca permitió que los gauchos ingresaran más allá del bar; aún con todo lo criticable, difícil e inadecuado para los exigentes, debe reconocerse que el lugar era muy superior a todo lo conocido hasta entonces, convirtiéndose para los cansados viajeros en un refugio compatible con el deleite. Don Pepe era asistido en sus tareas cotidianas por Luigi que se aseguraba que era un bandolero; él mismo lo admitía, contaba que había sido educado para sacerdote pero había optado por reemplazar ese camino por una vida más emocionante".

 

 

Postal de 1915

 

Coordenadas:

Domicilio: 25 de Mayo 37

Latitud: 32º 37’ 48,83" S

Longitud: 62º 41’ 16,73" O

 

 

 

 

Fuentes de consulta:

  • Nuestro profundo agradecimiento a los miembros de la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción de María de Bell Ville por habernos aportado material que nos permitió enriquecer el relevamiento realizado.

  • Zeballos, Estanislao S.: "Descripción amena de la República Argentina" - "La región del trigo" - Jacobo Peuser - 1881/1888

  • Sourryère de Souillac, José : "Itinerario de Buenos Aires a Córdoba" - 1837

  • Beltrán Martínez Thomas, Luis : "Pobladores del sudeste de Córdoba: crónica familiar de cinco siglos en Argentina, desde la conquista hasta nuestros días" - Editorial Dunken - 2005

  • Sallusti, Juan: "Breve relación del viaje a Chile del Canónigo Juan María Mastai Ferretti de Sinigaglia"

  • Proctor, Robert: "Narraciones del viaje por la Cordillera de los Andes y Residencia en Lima y otras partes del Perú en los años 1823-1824 " - Vaccaro - Buenos Aires - 1920

  • Caldcleugh Beatson, Alexander: "Viajes por América del Sur" - 1819/1821

  • Villaroel, Agustín: "Córdoba y Bell Ville en la Historia de la Patria" - Centro Municipal de Estudios Históricos y "Proyecto de adhesión y beneplácito por el 340 aniversario de la Fundación de Bell Ville" - Senado de la Nación, 2016

  • Seymour, Richard Arthur: "Pioneering in the Pampas" - Longmans, Green & Co. - London, 1870

  • Delius, Juan D.: "Reseña acerca de los campos que circundan la antigua estancia Monte Molina, Saladillo, Córdoba" - Konstanz, Alemania

  • Schmidtmeyer, Peter: "Travels into Chile, over The Andes, in the years 1820 and 1821: With some sketches of the productions and agriculture" - Londres - 1824.

  • Diario The Standard - Reservorio Universidad de San Andrés (la fecha de la edición utilizada está referenciada al pie del material incluído)

  • Mackenna, Benjamín Vicuña: "Pájinas de mi diario durante tres años de viajes - 1853/1854/1855" - Chile, 1856.

  • Fray Pedro José de Parras: "Diario y Derrotero de sus viajes, 1749/1753 - España, Río de la Plata, Córdoba y Paraguay".

  • Ferrer Benimeli, José A.: "Viaje y peripecias de los jesuítas expulsos de América" - Universidad de Zaragoza - Revista de Historia Moderna N° 15 - 1996.

  • de Amigorena, José Francisco: "Descripción de los caminos, pueblos, lugares que hay desde la Ciudad de Buenos Ayres a la de Mendoza, en el mismo reino - 6 de febrero de 1787" - Presentación de José Ignacio Avellaneda - Cuadernos de Historia Regional N°11 Vol IV Abril 1988 - Universidad Nacional de Luján (EUDEBA) (Acceda al documento completo)

  • Bose, Walter B. L.: "Córdoba, centro de las comunicaciones postales en las Provincias Unidas del Río de La Plata" - Labor de los Centros de Estudios de la UNLP - 1942

  • Burmeister, Karl Hermann Konrad - "Viaje por los Estados del Plata" - Academia Nacional de Historia, Buenos Aires, 2008

  • Gillespie, Alexander: "Buenos Aires y el interior" - Biblioteca Argentina de Historia y Política - Hyspamérica - Buenos Aires, 1986

  • Greene Arnold, Samuel: "Viaje por América del Sur - 1847/1848" - EMECE - 1951

  • Bravo Tedín, Miguel: "Colonias entre dos siglos desde el periodismo" - 2014

  • Revista “Caras y Caretas” - N°795 del 27/12/1913, N°823 del 11/07/1914 y N°1503 del 23/07/1927 - Biblioteca Nacional de España.

  • Cabrera, Pablo: "Tiempos y Campos Heroicos" - Revista de la Universidad Nacional de Córdoba - Año 14 - 1/2 y 3/4 - 1927

Presbítero Pablo Cabrera

 

 

 

 

 

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