La Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción de María de Bell Ville,
Departamento Unión, Provincia de Córdoba (Argentina) se ubica, vecina al
Río Tercero, en tierras que fueron la Posta de San Jerónimo o Gerónimo a
fines del siglo XVI o principios del XVII. A poco de nacer devino en
Posta de Frayle Muerto amojonada por Alonso de la Cámara y Juan de
Mitre. En época de Sarmiento se le asigna al pueblo el nombre de Bell Ville. La primera Capilla llevaba el nombre de Papa Pío IX. Distintos
viajeros describen la zona: Alexander Caldcleugh Beatson, José Sallusti,
Benjamín Vicuña Mackenna, Estanislao Zeballos, Robert Proctor, Richard Arthur Seymour,
Juan María Mastai Ferretti, Alexander Gillespie, etc.
La Página Web "Capillas y Templos"
está registrada en la DNDA
(Ver detalle)
IGLESIA PARROQUIAL
DE LA INMACULADA CONCEPCION DE MARIA
A través de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de
Bell Ville y bajo expediente nº1420-0100 16563/80 se
solicita, en 1980, el reconocimiento de la Iglesia
Parroquial de la Inmaculada Concepción de María como
Monumento de Interés Provincial. Será el prestigioso
Arq. Rodolfo Gallardo quien presidiendo la Dirección de
Historia, Letras y Ciencias otorga tal reconocimiento.
Entonces, será este Organismo el que, a partir de dicha
decisión, asume la responsabilidad de la dirección
técnica de toda obra propuesta, contando para este fin
con la colaboración del Arq. Omar Demarchi.
La historia de Frayle Muerto y su Capilla
La Villa Frayle Muerto nació durante las últimas décadas del siglo XVI o
principios del XVII. A pesar que su nombre original era San
Gerónimo o San Jerónimo, llevará por decisión popular el nombre de Frayle
Muerto que, según la
tradición, es debido al hallazgo del cadáver de un fraile
fallecido, en apariencia,
por el ataque de un animal salvaje; tal vez, un tigre.
Sin embargo, el Presbítero
Pablo Cabrera - así como otros historiadores - difieren con ese
relato. De hecho, el sacerdote autor del trabajo
"Tiempos y Campos Heroicos"
expresa que "... siempre he sospechado que el religioso en
cuestión habría perecido en manos de indios en los principios de
la Colonia". Su aseveración se basa en los relatos del Padre
Lozano quien, en "Historia de la Conquista", se refiere a
los acontecimientos precipitados durante el bienio 1584/1585 y
que afectaron toda esta región. Según Lozano "... muchos
bárbaros se rebelaron, dando principio al alzamiento por la
muerte de un religioso, de un soldado y de varios yanaconas.
Salió contra ellos el Capitán Tristán de Tejeda." El
historiador abunda en detalles asegurando que "... los
rebeldes procedían de los pueblos Tintín, Cofle y Conlara.
Tejeda los batió en el Morro, poniéndolos en precipitada fuga,
no sin que éstos dejaren algunos muertos en el campo y no pocos
prisioneros en manos de los españoles".
Agustín Villarroel,
estudioso de la zona, sostuvo que "... los comienzos de Frayle Muerto se remontan a
1585 cuando los españoles Alonso de la Cámara y Juan de Mitre
amojonaron postas, una cada 4 leguas de un camino que iba de
Córdoba a Buenos Aires".
Los primeros documentos que,
de modo formal, identifican la
existencia de Fraile Muerte son de mediados del siglo XVII. La
larga demora, con respecto a la fecha de su real nacimiento, se
funda en que los manifiestos escritos debieron esperar que
determinados acontecimientos propiciaran dichos actos
administrativos.
De hecho, será la muerte del primer propietario registrado para que,
en la documentación testamentaria conservada en el "Archivo
de los Tribunales de Córdoba" y referenciados bajo la fecha
1681/1682, se haga uso del nombre Fraile Muerto para
identificar al nuevo asentamiento poblacional.
Ese propietario era el Sargento Mayor de los Reales Ejércitos Don
Lorenzo de Lara y Mimenza, nacido en Santigo de Chile en 1625. A
mediados del siglo XVII contrae casamiento con la viuda cordobesa Doña Marcela
de Mendoza y funda en 1650 la "Estancia
de la Pura y Limpia Concepción de Frayle Muerto" la que
abarcaba una superficie de ocho leguas cuadradas divididas en
partes iguales a cada margen del Río Ctalamochita.
El Presbítero Pablo
Cabrera en "Tiempos y Campos
Heroicos" sostiene que Lara accede a dichas tierras
"... a mérito, tal vez de una concesión real, parte de las
mismas, parte por vía de compra (de éste consta, pero no de
quien fuera el causante)". Las mismas "... tenían dos
leguas de ancho por una y otra banda del Tercero".
El historiador
abunda en puntillosos detalles sobre la primera etapa del
Sargento en dichos territorios y su vida cotidiana. A la familia
Lara la ubica viviendo en una "... casa compuesta, al
parecer, de una sola habitación que ocupaba una superficie de
doce pies (tres varas) de ancho por catorce (o sea, cuatro varas
y dos tercios) de largo. Era de adobe crudo y techo de paja".
Aquí, Cabrera
ingresa a describirnos la anexa capilla (en realidad, oratorio) de la estancia que será
la fundacional para estas tierras apuntando que los materiales
para su construcción son los mismos utilizados para la casa a la
que describe como
"... la tosca mansión ..." y se extiende asegurando que
"... en su altar reposaba un nicho de tabernáculo que servía de
trono a 'una virgen de bulto' de la Inmaculada, titular de la
Capilla y la Estancia. Tan modesto era el ajuar de la Virgen
como el mobiliario del oratorio y el de los dueños de casa".
El inventario
registrado al momento de testar y conservado en el "Archivo
de los Tribunales de Córdoba" nos da cuenta de las
existencias de la estancia, de modo pormenorizado:
Sobre el ajuar y
joyas de la Virgen declara: "... una corona que, al parecer,
tiene diez o doce onzas de plata; dos mantos de la imagen con
cuatro velas y otras menudencias". Mientras que sobre el
mobiliario y ornamentos de la Iglesia describe: "... un
frontal y casulla de damasco de flores de seda verde. Un alba y
dos amitos. Dos pares de manteles. Un misal y una campanilla.
Quince varas de galón de hilo de plata falsa. Un cáliz de plata
con patena y corporales y un hostiario de plata. Una caja
pequeña de madera de cedro de largor de tres cuartas y media de
ancho, donde se hallaron los adornos de la iglesia, arriba
mencionados. Un asazón nuevo de la iglesia".
Sobre la estancia
tan solo se detiene en "... alguna plata labrada y un lote de
herramientas y utensilios de labranza, de poco valor".
En cuanto a la
hacienda expone la existencia de "... un corral grande y
otros más. 550 yeguas de garañón, con 25 padrillos; 42 mulas de
año, 122 potrancos y potros de año. Quince burros hechores, 5
pollinos de dos años. Una manada de las limosnas de la Virgen,
con 20 yeguas y su padrillo, un ruano. Veinte vacas, cinco
bueyes mansos, cuatro yeguas idem, ocho caballos idem, dos
libros de cuentas".
El testamento no
solo confirma a quien delega sus bienes sino que además ratifica
distintas donaciones que, en vida, los Lara fueron concretando.
A su ahijada María de Ramos testa el territorio que va "...
desde el paso del río hasta los Chañares"; a la esposa de
Agustín de Morales, Ana de Moyano, le ratifica la donación del 7
de mayo de 1669 consistente en una superficie de tierra que se
extiende desde "... esta parte del río para el norte, desde
el paso del río, que es el lindero, hasta unos chañares que hace
una bajada donde bebe el ganado"; también confirma un
mes antes de su muerte la
donación del 25 de julio de 1681 a
favor de su sobrina y esposa de Jacinto Piñero, Micaela Romero,
consistente en "... un pedazo de tierras en el mismo paraje
de Frayle Muerto hasta la bajada de Chañaritos a linde de lo
asignado por él a Ana de Montoya"; otra donación en vida de
Lara es a favor de Diego del Castillo en "... el Bajo Grande
a linde, río arriba, con la Toledo".
Jacinto Piñero era
el propietario de amplias propiedades hacia la frontera de la
actuales provincias de Córdoba y Santa Fe siguiendo el derrotero
del Río Tercero en su encuentro con el Carcarañá donde se habían
constituído los primeros asentamientos de
Cruz Alta.
El Presbítero Pablo
Cabrera en "Tiempos y Campos
Heroicos" recupera la oportuna declaración de Piñero que,
cuando se casó con Micaela Romero, le dieron un pedazo de tierra
junto al Río Tercero cuyos títulos se pierden de resultas de un
incendio sucedido en su casa; ante lo cual, requiere a la viuda
de Lara "... confírmase la donación y ésta hízolo de muy
buena gana". Estos campos tenía límites "... río arriba,
Ana de Montoya, que es la bajada de los Chañaritos y por la
parte de abajo, hasta el lindero de Ana Toledo, que es una
sepultura antigua".
Agustín Villarroel en su trabajo de investigación publicado como
"Córdoba y Bell Ville en la Historia de la Patria" así
como en el Proyecto de Declaración del Senado de la Nación
"... de beneplácido por el 340 aniversario de la ciudad",
atribuye al historiador Dr. Rodolfo de Ferrari Rueda que en los
años de la muerte de Lara y Mimenza "... se establece en
Fraile Muerto Don Francisco Sobradiel y Gallegos, respetado
comerciante, estanciero e industrial de origen español ... quien
manda construir una capilla para reemplazar al antiguo
oratorio". La obra según Villaroel es encomendada "... a
Domingo Romo en un predio ubicado en calles Saenz Peña y
Tucumán, cuya puerta mira hacia el norte".
Luis Beltrán Martínez Thomas en su libro "Pobladores
del sudeste de Córdoba: crónica familiar de cinco siglos en
Argentina, desde la conquista hasta nuestros días"
da cuenta que "... en 1694, sobre las ruinas de la antigua
capilla - que había tenido un avanzado grado de deterioro
producto del abandono luego del fallecimiento de Lara años antes
- fue edificada una construcción más sólida dedicada al culto
...", la que se construyó junto al anterior oratorio el que
fue aprovechado como sacristía. Según Martínez Thomas en
su recopilación histórica consigna que la capilla era "...
pequeña, de 4 m de frente por 15 de fondo, y tenía el cementerio
hacia el sur". El autor recupera documentación donde se
asegura que la obra fue encomendada al constructor Domingo Romo
de Córdoba quien, por contrato, se compromete a realizarla
"... con decencia, y la techumbre de varas y corbatones, todo de
sauce curado, con dos techumbres y encañado dicho techo cubierto
de tejas y el ala de ladrillos ... corriendo dicha capilla de
sur a norte, los moxinetes, el del sur con hormigón para su
reparo". En paralelo, a
inicios del siglo XVIII
y según
Agustín Villarroel, a Fraile Muerto "... algunos viajeros la
llaman 'La Capital de las Pampas".
Eran años difíciles, la viruela y el sarampión se ocuparon de
sumar sufrimientos. Agustín Villarroel en su estudio
"Córdoba y Bell Ville en la Historia de la Patria", relata
la experiencia de Gabriel de Arandía conduciendo una tropa de
carretas provenientes del Alto Perú que al llegar, en mayo de
1694, a la estancia "Los Algarrobos" propiedad de Pedro Pinto es
atacado por ambas enfermedades al igual que vecinos del lugar.
Según el historiador " ... Pinto, en cuya estancia descansaba
el paciente, mandó sin pérdida de tiempo un chasqui en busca del
cura del distrito, que lo encontró en su parroquia del Río
Tercero, 25 leguas al oeste ... quien le administró los
sacramentos y lo puso en condiciones espirituales de emprender
el otro viaje, vía de la eternidad. El sacerdote no se detuvo
aquí, sino que lo alzó en el propio carretón de éste y lo llevó
provisoriamente hasta la estancia de don Ignacio Sánchez, río
arriba de Frayle Muerto ... y después, a cargo del Padre Arteaga
a su casa parroquial y estancia de la Santa Cruz [hoy,
La Cruz] ... luego a la
Jesuítica Santa Catalina donde logró, finalmente, recuperarse".
Concluye el historiador: "Lo que sufrió el vecindario de
Frayle Muerto y costas del Río Tercero con esta epidemia no es
para narrarlo, pero donde verdaderamente hizo estragos fue en
las tribus indígenas".
Volviendo a la nueva capilla de
la estancia, podemos asegurar que se convirtió en el centro de confluencia
de los vecinos de una amplia zona vecina al Ctalamochita; de
hecho, hay constancias documentarias que dan cuenta que, circa
1720, los "ciento treinta y dos vecinos" sensados en
Cruz
Alta cumplen con sus ritos religiosos en Frayle Muerto.
La realidad de
aquellos años era difícil; hacia 1737 la zona es asolada por los
indios provocando el incendio de la nueva Capilla de
Cruz Alta.
De ésta se rescata la imagen de la Virgen del Rosario que inicia
una peregrinación que la lleva a la Capilla de Frayle Muerto de
donde, cuando la estancia de Lara es también atacada, es otra
vez evacuada por los habitantes de Punta de Agua y llevada a la
Capilla de los Vázquez.
Agustín Villarroel en su trabajo de investigación publicado como
"Córdoba y Bell Ville en la Historia de la Patria" así
como en el Proyecto de Declaración del Senado de la Nación
"... de beneplácido por el 340 aniversario de la ciudad"
asegura que "... el proceso experimentado por la región de
Fraile Muerto y sus aledaños del Río Tercero en el orden social,
moral y económico entre 1720 y 1748 fue de grandes proporciones.
En tres lustros se había perdido la labor de un siglo".
El Fray
Pedro José de Parras realiza numerosos viajes entre 1749
y 1753 de los que deja testimonio en el libro "Diario
y Derrotero de sus viajes, 1749/1753 - España, Río de la
Plata, Córdoba y Paraguay". Del mismo extraemos que
el 17 de diciembre de 1750 "... fuimos al paraje que
llaman el Fraile Muerto, donde también se veían muchos
edificios destruídos por las invasiones de los infieles
y todavía están bastante altas las paredes de la iglesia
en la que rezamos un responso y pasamos a hacer noche a
la estancia de don Jerónimo Quinteros que dista cinco
leguas de la de Roldán y una del Fraile Muerto".
El Sacerdote José
Manuel Peramás dejó un rico testimonio escrito sobre la
expulsión de los jesuítas durante 1767; por su parte, será José
A. Ferrer Benimeli quien estudiará dicho texto volcándolo luego
en su trabajo que lleva por título "Viaje y peripecias de los
jesuítas expulsos de América". Del mismo extraemos que el 30
de julio de 1767 llegaron "... al puesto llamado el Fraile
Muerto, donde se dijeron en su capilla, tres misas. Aquí
encontraron unas carretas que venían de Buenos Aires por las que
supieron como los jesuítas de esa ciudad habían sido arrestados
el 3 de julio, es decir una semana antes que los de Córdoba. El
31 de julio, fiesta de San Ignacio de Loyola, 'se fue todo en
caminar hasta anochecer, que no teníamos ya fuerza para tanta
flaqueza; al fin paramos junto a Barrancas e hicimos la última
comida' [así consignado en el original de Peramás]".
Durante 1784,
transita por el lugar José Sourryère de Souillac relevando lo
que se publicará en 1837 como "Itinerario de Buenos Aires a
Córdoba".
De dicho texto extraemos algunos párrafos:
"Al amanecer pasé el Saladillo, cuyo fondo alcanzaba la cincha
del caballo, y su anchura era de 48 pasos del caballo, su agua
muy salada por causarlo la sierra de donde nace. A la media
legua encontré el Fuerte del Saladillo, el cual es un cuadrado
de estacas con sus cuatro baluartes terraplenados, sobre esto un
tragante, y en él un cañón: tiene su foso con otras cortaduras
que han formado de pequeño calibre; están con alguna seguridad
15 ó 16 familias que se hallan establecidas en su proximidad. Lo
guarnece un soldado o cabo, con nombre de comandante, y dos
hombres, pagados, de los que viven en los ranchos. Salí del
expresado fuerte en demanda de la posta del Zanjón, siguiendo
hasta aquí desde la Guardia de la Esquina en la dirección de la
posta de Gutiérrez ... distancia computada, 21 y media leguas,
que se reducen a 19 y una tercia; esta posta dista del Saladillo
7 leguas. Fui costeando el río por la banda mencionada, con buen
camino, campo de pasto, poco ganado de hacienda, y abundancia de
algarrobas en las cercanías del río. Salí de la posta del Zanjón
para la del Fraile Muerto, que dista 4 leguas ... y llegué al
anochecer. Camino, campos, etc. lo mismo que por la mañana; con
lo cual pasé allí aquella noche".
Walter B. L. Bose en su artículo "Córdoba, centro de las
comunicaciones postales en las Provincias Unidas del Río de La
Plata" consigna que
"... por entonces la
Posta de Fraile Muerto era administrada, en carácter de Maestro
desde el 15 de febrero de 1783 por Juan Antonio Machado; a
partir del 28 de agosto de 1800 la responsabilidad fue de su
hijo, Vicente Machado y a partir del 11 de setiembre de 1801, su
hermano Mariano Machado".
Del "Cuadernos de Historia Regional N°11" publicado por la
Universidad Nacional de Luján accedemos al documento que,
rescatado por el investigador e historiador José Ignacio Avellaneda
lleva por título "Descripción de los caminos, pueblos, lugares
que hay desde la Ciudad de Buenos Ayres a la de Mendoza, en el
mismo reino" el que, fechado en Mendoza el 6 de febrero
de 1787, corresponde a la autoría del
Comandante de Frontera y de las
Armas del Partido de Cuyo José Francisco de Amigorena. El mismo es un
diario de viaje donde, de modo minucioso y pormenorizado, se
describe el camino recorrido para unir Luján con Mendoza, las características de la ruta,
así como la identificación de
los caminos secundarios, la distribución y presencia
poblacional, hábitos de vida y trabajo, necesidades y recursos
para la subsistencia. De dicho trabajo extraemos un fragmento
donde se consigna que, tras haber cruzado el Saladillo y dejado
atrás la Posta del Zanjón,
van en procura de la Posta siguiente:
"A la Posta y Pueblo del Fraile
Muerto (se pagan 4 leguas): Desde aquí ya se ven
pobladas ambas riveras del 3° y mas cuanto mas arriba,
pero nunca ha havido menos gente que al presente por que
por temor de los Indios van abandonando estos parages, e
internándose al Norte, y como esto lo están practicando
hace algunos años, y cada dia va en aumento, sino se
cortan las imbaciones de los Barbaros puede temerse que
estas riveras se lleguen a despoblar: i si esto sucede
en el Camino más seguro por mas septentrional, ¿como
quedaran de expuestos los mas meridionales?
En los Ranchos que hay en esta distancia solo vive
gente pobre, con tal qual Majadita, algunas Lecheras, y
los Cavallos de su tragin, conchavanse los Hombres en
las Estancias próximas por seis pesos mensuales, y las
Mugeres se ocupan de hilar, tejer Bayetillas, Gergas y
Ponchillos, ya para vestir sus familias, y ya también
para trocar por Generos que les llevan algunos Buhoneros
que corren estas Campañas.
Una Capillita y 14 o 15 entre Ranchos y Casas,
componen la Poblacion del Fraile Muerto, á uno y otro
lado del Camino: El sitio es alegre, y frondoso, por los
muchos Arboles y la cercanía del Rio que le ciñe (ya con
buena Agua) por la parte del Norte: Ocupanse sus
moradores de la Cria de Ganados Bacuno, Ovejuno, Yeguada
y Cavallada, pero en corto numero por haverles rovados
los Indios, sus Haciendas hace poco tiempo. Habrá de 70
á 80 personas, y las mujeres exercitan según dijimos
arriba.
La Casa de la Posta, es la más bien fortificada de
toda la Carrera: Esta al sur del Camino, consta de la
Havitacion del Mro de Posta y su familia que pasa de 10
personas, un cuarto separado allí inmediato para correos
y pasageros: Pozo de Valde dentro de los reparos:
Siguese luego una fuerte Estacada de troncos bastante
robustos y altos con un Pedrero: por la parte exterior
de ella una gruesa tapia de gran altura, de tal manera
que sacando el fusil por entre Palo, y Palo de la
Estacada puede por sobre ella dirigirse la vala: luego
inmediatamente de la tapia se sigue el foso, con agua
cuya tierra se levantó aquella sobre su labio interior
agregándose a esto la ventaja deser corto el recinto, y
por eso mas fácil su defensa con poca Gente.
Sin embargo no hay quien se anime por aquí a fomentar
la Cria de Ganados por recelos de los Barbaros, antes
por el contrario intentan muchos asegurarse
trasladándose mas al Norte".
Si su interés es acceder al relato
específico que abarca el trayecto transitado dentro del
territorio cordobés,
haga click aquí.
Por el contrario, si su deseo es tomar
contacto con la integralidad del documento y por ende,
de todo el viaje,
haga click aquí.
Una vez controlada
la primera invasión de 1806 y obtenida la rendición de las
tropas inglesas, se confinaron los prisioneros a 120 km de
Buenos Aires, en los parajes de San Antonio de Areco. A poco de
iniciarse 1807, se opta por trasladarlos al interior. El destino
será Santa Rosa en el Valle de Calamuchita donde serán ubicados,
entre otras locaciones, en el casco de la vieja
Estancia Jesuítica de San
Ignacio. El Capitán Alexander Gillespie formaba parte
batallón movilizado; será él quien, en un largo escrito a
modo de diario de viaje, describirá la naturaleza y geografía de
nuestro interior así como
los hábitos, costumbres, miedos y sueños de los habitantes
locales. Esa mirada particular y con su cuota de subjetividad se
convertirá en un libro que será publicado en Londres
en 1818.
El 30 de marzo de 1807 el Regimiento 71, provisto de recursos
económicos y víveres, en carretas y a través de las peligrosas
pampas, parte del Santo de Areco e inicia el largo camino a
Córdoba. Las reflexiones escritas por el Capitán nos dan cuenta que, el 19 de abril, "... nada era
notable, excepto el terreno ascendente interpuesto en nuestro
camino a Fraile Muerto, adonde llegamos a las ocho de la noche.
Se llamó así a ese pueblo por haber sido asesinado un fraile en
el paraje, por los indios que se ocupaba de convertir. Aquí se
interpone un lindo monte que, sin interrupción, llega hasta
Córdoba, a cuya vera se levante el pueblo, de unas veinte casas,
con un cuartel con troneras de mosquetería y una iglesia muy
hermosa. El Río Tercero aquí es muy torrentoso, debido a los
declives cerca del lugar, y su cauce se compone de guijarros y
granito en descomposición". [Acceda al relato completo del viaje
por territorio cordobés, haciendo
Click Aquí]
El viajero inglés Alexander Caldcleugh Beatson (nacido en Londres,
Inglaterra en 1795 y fallecido en Valparaiso, Chile en 1858)
recorre estas tierras a partir de 1819 hasta 1821 volcando sus
experiencias en el libro "Viajes por América del Sur". A
propósito de este espacio en particular deja el siguiente
testimonio:
"Desde que se entra en la Provincia de Córdoba, puede advertirse
que la gente es más industriosa y los pueblos tienen mejor
apariencia. Partimos para Zanjón ... y de ahí hacia Fraile
Muerto, a cuatro leguas también. El camino sigue la orilla del
Río Tercero, los árboles son más grandes; pasamos algunos
bosquecillos de mimosas. Fraile Muerto es un pueblito que consta
de unas sesenta casas de adobe. Decidimos pasar la noche a fin
de recomponer mi recado y la maleta que había sufrido mucho con
la premura del viaje. Pude conseguir un poco de pan y
aguardiente. El maestro de posta se portó muy bien. El agua era
buena". Por la madrugada parte hacia Tres Cruces y la
Esquina de Medrano distante a ocho leguas haciéndolo por el
"... camino que seguía por las márgenes del Río Tercero,
señalado por una hilera de árboles. Pasamos algunas estancias
rodeadas de arboledas. Con un poco más de agua esta comarca
tendría buenas maderas. Vi algunos cuervos grandes como gallinas
y los mismos arbolillos del día anterior; también unas flores,
parecidas al alelí, de color amarillo pálido y unas hierbas que
semejaban la cola de un gato".
En 1820, el banquero, dibujante y viajero suizo de nacimiento e
inglés por adopción Peter Schmidtmeyer, inició a principios de
mayo el esforzado tránsito en carreta para unir Buenos Aires con Chile.
De resultas del mismo nace un relato puntilloso donde,
complementado con numerosas láminas de su autoría, se refleja la
geografía en general y los hábitos y costumbres de los
habitantes en particular. En 1824 la obra se editará en Londres
con el título
"Travels into Chile, over The Andes, in the years 1820
and 1821: With some sketches of the productions and
agriculture". Del mismo extraemos que luego
de recorrer "... trescientos sesenta y nueve millas desde
Buenos Aires, llegamos a Frayle Muerto, un pueblo cordobés de
aproximadamente treinta casas pequeñas y dispersas con una
capilla. Los habitantes estaban bien vestidos, y parecían vivir
un buen momento. Continuamos bordeando el Tercero, que es el río
más grande que se ha visto desde Buenos Aires hasta los Andes.
Semeja ser aproximadamente la mitad del tamaño del Támesis en
Oxford, o del Aar en Berna: se lo cruza con dificultad, y solo
en lugares conocidos por los habitantes del lugar, quienes a
menudo trasladan su ganado y a ellos mismos al otro lado del río
de modo de ponerse a salvo de las incursiones indias. Fluye con
una corriente suave, y sus costas, de quince a treinta pies de
altura sobre el nivel del agua, exhiben en su superficie un
estrato de considerable extensión y unos pocos pies de espesor
de una sustancia gris que tiene la apariencia de un antiguo
lecho de conchas marinas, a través del cual el río se fue
abriendo camino sobre las llanuras; debajo de ésto está el suelo
principal, de un tinte amarillo pálido o incluso totalmente
rojizo, que intuyo como depósito aluvial. Cerca de este lugar
hay algunas pequeñas aldeas rodeadas de finas estacas de madera,
con presencia de acacias bajas, vegetación rala y pequeñas zonas
cultivadas vecinas a las casas; todo parecía agradable a pesar
de la sequía y el abandono".
Obra de Peter Schmidtmeyer y detalle de mapa
realizado e incorporado por el autor
En 1823, el escritor inglés Robert Proctor llega al país con el
objetivo de cruzarlo en procura de Chile y de allí, al Perú. Al
regresar a su país, todas las notas acumuladas a lo largo del
viaje se incorporan a un libro al que título "Narraciones del
viaje por la Cordillera de los Andes". Su relato da cuenta
que estando en camino a Frayle Muerto cruzan "... una
lagunita rodeada de árboles achaparrados, en uno de los cuales
aún se veía, colgado de las muñecas, el cadáver de un indio,
entero y completamente seco; parecía ser hombre de estatura
elevada. Le corté un brazo, sin olor alguno, y lo he conservado
como curiosidad. La segunda parte del día fue el villorrio
Frayle Muerto, que puede llamarse Capital de las Pampas. Se
compone de unos 50 ranchos construídos sin ninguna regla y
quizás, de 200 habitantes; sin embargo, era demasiado importante
para que los indios arriesgasen un ataque, y después de dejar
ese lugar, cesamos de oir lamentos a causa de invasiones. El
campo todavía es llano, pero encontrábamos aquí y allá algunos
arbustos achaparrados y las llanuras en general más o menos
cubiertas de ganado, lo que amortiguaba mucho el tedio y fatiga
del viaje, no solamente por el reposo que ofrecía a los ojos,
disminuyendo la tristeza del campo, sino por la nutrición láctea
que obteníamos si teníamos la suerte de llegar a hora oportuna.
Las vacas se ordeñan por la mañana temprano, pues no dan leche
suficiente para valer la pena hacerlo dos veces diarias. Sin
embargo, son lindos animales corpulentos, semejantes en color a
las vacas del Yorkshire más que cualesquiera otras. Por estar
recogida la cosecha en los pocos manchones de trigo y maíz
anexos algunas veces a los ranchos, no tuve oportunidad de ver
el método agrícola del país; pero el modo de conservar las mies
en un granero de las Pampas, es realmente curiosísimo. Cuatro
fuertes vigas derechas se plantan firmes en el suelo, con un
techo encima, y entre éstas se cuelgan dos cueros de buey
entrecosidos mojados, conservando la forma de cabeza y patas;
dentro de la bolsa así dispuesta el grano se pone tan apretado
como sea posible, y una vez cosida, los cueros quedan casi de la
talla y figura de elefante. Está lejos esto de ser mal ideado
para defender el grano de la intemperie, o librarlo de los
bichos".
Corría 1824; habían pasado tan solo ocho años de las cruentas
batallas que, en la zona, enfrentaron a Juan Bautista Bustos con
Estanislao López cuando a esas soledades llegó el joven Monseñor
Juan Mastai Ferretti (quien con posterioridad
sería Pío IX) acompañando al Vicario Apostólico Arzobispo Juan
Muzi. La
Delegación Pontificia, en viaje hacia
Chile, no solo se detuvo en Fraile Muerto sino que formularon la promesa pública de enviar una
Virgen a la pequeña Comunidad en la medida que los acompañara la buena fortuna a lo largo del viaje
hasta el país trasandino y el posterior regreso a Europa.
Detalles de este viaje, concretado desde el 3 de julio de 1823
hasta el 28 de febrero de 1824, se encuentran pormenorizadamente
descriptos en un relato que, a modo de diario, fue escrito por
el Secretario de aquella delegación José Sallusti. El mismo lleva por título
"Breve relación del viaje a Chile del Canónigo Juan María Mastai
Ferretti de Sinigaglia".
Los viajeros llegan a Buenos Aires el 4 de enero de 1824 atacados
por "mosquitos que eran en tanta cantidad que resultaban un
verdadero martirio" y luego de "... seis meses desde la
partida de Roma y 91 días desde que embarcamos en Génova".
Más adelante, el relato da cuenta que el 23 de enero por la
mañana y una vez "... pasado el Río Saladillo, descansamos en
la posta del mismo nombre, perteneciente al Gobierno de Córdoba,
donde en una así llamada fortaleza había 30 hombres con dos
oficiales. Y como el camino que faltaba recorrer era el más
peligroso por temor de encontrarnos con los indios, tomamos 8
hombres para que nos escoltaran. Dirigía esta posta una familia
muy limpia. que desde el año anterior vivía en la posta que
íbamos a pasar y debía su salvación a la fuga, aunque debieron
perder la cabaña y casas que le incendiaron, le robaron las
cosas y se llevaron cautivos a dos niños y una mujer, de quienes
tenía algunas noticias y se esperaba rescatarlos. En la tarde
llegamos sanos y salvos a una parroquia con algunas cabañas,
llamada Fraile Muerto. Se dice que allí fue encontrado un fraile
muerto por un tigre. De esta manera el misericordiosísimo Jesús,
por la intercesión de su querida Madre y de los Angeles
Custodios, nos libró también de este peligro, ya que todos
aseguraban que después de este lugar no había más que temer. El
calor, ayer y hoy, fue bastante fuerte. El párroco vino en la
tarde a saludar a Monseñor y a pedir la Confirmación para la
mañana, pero debiendo partir no se pudo complacerlo. El pueblo
era de la Diócesis de Córdoba. En la mañana del 24, después de 8
leguas de camino, llegamos a una posta llamada Esquina de Medrón
[Esquina de Medrano],
en cuyos alrededores el campo se veía con el mismo aspecto de
fertilidad que el de Buenos Aires, con el agregado de muchas
arboledas de gruesos espinos y de otros árboles grandes, cuyas
hojas son del largo de una uña y del ancho de la punta de unos
tres alfileres. Cerca corre un río algo más angosto que el Tíber
que se llama Tercero. A las 5 llegamos a la posta Arroyo de San
José, llamada así por un arroyo de ese nombre que corre ahí
cerca, en el que me lavé".
La versión de este material que, en italiano, llevó por título "Storia delle Missioni Apostoliche
dello Stato del Chile. Colla descrizione del viaggio dal
vecchio al nuovo mondo fatto dall´autore" contiene
algunos otros detalles que valen la pena rescatar:
"... Fraile Muerto es un pequeño pueblo de unas doscientas
almas, que, incluidas las del campo, ascienden a unos quinientos
o seiscientos. Este es un pueblo naciente, y fue conformado por
los campesinos, que se dispersaron aquí y allá en los
alrededores para defenderse mejor de las frecuentes incursiones
de los salvajes. Se le dice Fraile Muerto, porque hace mucho
tiempo que los campesinos que llegaron allí, encontraron a un
fraile muerto, algunos dicen que fue asesinado por una bestia
feroz y otros por los salvajes de Las Pampas: no tengo certeza
de cuál será la verdad. Sin embargo, es cierto que el pobre
fraile murió y que la fatalidad de su muerte le dio su nombre al
pueblo. Pasamos la noche sin miedo y con gran confort.
Encontramos muy buenos helados con los que podíamos refrescarnos
del calor del sol y del apurado viaje; luego bebimos el
excelente vino de Málaga por ocho monedas la botella, precio por
demás discreto, y casi nada para estar en el centro de esos
vastos desiertos. Las casas de Fraile Muerto son meras cabañas,
y no hay otra cosa que la iglesia pequeñísima, que está hecha de
cal y ladrillos horneados. Está dedicada a la pureza de Nuestra
Señora, de allí que la llaman Iglesia de la Purísima. El
sacramento se cumple solo cuando hay algún paciente grave y es
asistido por un solo sacerdote el que, además, hace de todo.
Vino a nuestro encuentro y nos mostró su casa invitándonos a
dormir en ella, cosa que agradecimos aún cuando, como lo usual,
era con mantas sobre el piso desnudo. Monseñor, encontrándose
descompuesto, vomitó varias veces después de la cena antes de
quedarse dormido; a la mañana siguiente dijo que había sufrido
de dolores estomacales que lo hacían despertar. Otros pasaron la
noche no muy bien. De mi parte, refrescado por el helado y el
buen vino Málaga, tuve la suerte de dormir tranquilo casi toda
la noche".
En relación al paso de los religiosos por Fraile Muerto, Estanislao S.
Zeballos en su libro "La región del trigo" aporta un
detalle distintivo al asegurar que Mastai Ferretti "... quiso
decir misa en la iglesia del lugar ... pero el cura no lo
consintió, porque el viajero no traía los papeles en forma".
Existe una
traducción del italiano realizada por Domingo Faustino Sarmiento
en su carácter de "Miembro de la Universidad de Chile, del Instituto
Istórico de Francia i de otras Corporaciones Literarias"
del relato de este viaje. La misma fue publicada, en 1848, bajo
el título "Viaje a
Chile del Canónico Don Juan María Mastai Ferretti oi Sumo
Pontífice Pío, Papa IX". En el espacio dedicado a la Iglesia
de Nuestra Señora del
Rosario de Cruz Alta se puede acceder al extracto
correspondiente al tramo de los últimos kilómetros transitados
en territorio santafesino y los primeros dentro del espacio
cordobés.
Monseñor
Juan Mastai Ferretti (Pío IX) y Arzobispo Juan Muzi
En 1827 el compromiso de Ferretti se vuelve realidad, la Imagen de la Purísima
Concepción recorre el largo camino desde Italia hasta la devoción
de los pocos habitantes de la Villa. Una vez convertido en Pío IX,
Monseñor Ferretti será quien la envía y proclame durante su papado
(1846-1878) el Dogma de la Inmaculada Concepción.
Esta imagen original sufrió un destino incierto; de hecho, al poco
tiempo, debió ser reemplazada por otra imagen sustituta.
A poco de su recepción, se le asigna el sitial de Excelsa Patrona. La
transmisión oral insiste en la veracidad que fue ella quien fue
capaz de proteger a aquellos primeros pobladores del asedio de un
malón. Es así que estando rodeados por los aborígenes tomaron la
Virgen de su Camarín y rodeándola se dispusieron en oración. Un
indio fue encomendado para parlamentar con los sitiados; éste, pleno de pánico, regreso junto a los suyos asegurando
haber visto una mujer vestida de celeste y blanco montando un
corcel. La imagen así descripta causó el terror dentro del malón
que no solo abandonó el lugar sino que no volvieron a regresar.
La Villa, la Parroquia y el Cementerio se encomiendan a San
Gerónimo, sin embargo la Iglesia prontamente adopta el de
Inmaculada Concepción.
Aquella pequeña capilla que había tomado el nombre de Pío IX a
partir de 1846 permanecerá en pie hasta que es reemplazada
por un nuevo proyecto.
Durante 1848, más precisamente el domingo 19 de marzo hacia las 8
y media de la mañana, llega a Frayle Muerto el historiador y
abogado estadounidense Samuel Greene Arnold. Su libro de viaje
da cuenta que se detienen durante dos horas "... en un pueblo
de 500 a 600 habitantes ... mi guía conoce aquí a una familia
que nos recibe con la acostumbrada hospitalidad; se nos hizo
pasar a un cuarto grande y se nos sirvió en mates de plata. La
señora ha sido una belleza, usa el cabello en dos trenzas muy
largas sobre la espalda, conversa bien y al partir nos dio a
cada uno, dos pastelillos".
A partir de setiembre de 1855, el escritor, historiador,
naturalista y político chileno Benjamín Vicuña Mackenna recorre
esta zona volcando su experiencia en un pormenorizado Diario
editado bajo el título "Pájinas de mi diario durante tres
años de viajes - 1853/1854/1855". En el capítulo XXXIV del
mismo, el autor incorpora el siguiente párrafo: "... a las 2
de la tarde llegamos este dia con los caballos cansados al
Fraile Muerto, una aldeita de 500 almas plantada de árboles".
Benjamín Vicuña Mackenna y su obra
A lo largo del período 1857 - 1860, el científico prusiano Karl
Hermann Konrad Burmeister realiza un pormenorizado relevamiento
de la Confederación Argentina. Luego, su trabajo es volcado en
un imprescindible manual de consulta que se editará bajo el
título "Viaje por los Estados del Plata". Su
paso por Córdoba se realiza durante fines de febrero de 1857; el
trayecto lo recorre utilizando un carretón de dos ruedas y una
pequeña escolta aportada por Urquiza. Según su relato, luego de
la Posta de Lobatón (actual
Inriville) se
alinean en dirección norte las Postas de Saladillo, Barrancas,
Zanjón y Fraile Muerto, todas separadas entre sí por unas cuatro
leguas promedio. El paisaje, luego de Zanjón, abunda en
matorrales "... más espesos y compactos, tanto más altos
subían sus copas y se destacaba en estos un bien formado tronco;
algunos se distinguían de los demás como verdaderos arbolitos
con su copa chata y extendida, casi como los viejos manzanos de
nuestros jardines, pero con el follaje delicado y menudo de las
leguminosas. Hacia la derecha, cerca del río, asomaba un bosque
perfecto, compuesto de árboles grandes y robustos, por encima de
los matorrales, que daba marco hermoso al horizonte. Así rodeado
llegué a Fraile Muerto, pueblito importante y simétricamente
delineado, con iglesia y plazas, cuyas casas, si bien solo
edificadas con tapias de barro, acusaban cierto confort. En la
posta encontré una habitación bien aseada, espaciosa y
blanqueada y más tarde, me dieron una comida elegida, aunque
también un poco cara, con vino y dulce, tan buena como no lo
había esperado". Al día siguiente, domingo, "... vi
a la población endomingada para ir a la iglesia, sobre todo a
las mujeres que, si bien usaban trajes modernos, llevaban una
pañoleta negra por encima de la cabeza, la cual ocultaba los
rostros en la forma antes descripta".
"Viaje por los Estados del Plata" -
Germán (Hermann) Budmeister
Estanislao S. Zeballos en su libro "La región del trigo"
rememora sus vivencias infantiles cuando, en 1859, transitó la
zona rumbo a Córdoba; según su texto lo hacía "... entre los
horrores del miedo a los indios". En cuando a Frayle Muerto
en particular, el autor recuerda que tenía por aquellos años
"... una posta en estado miserable" integrada a "... un
villorrio con una fortaleza de tunas donde se guarecían
caravanas y viageros para pasar la noche".
Miguel
Bravo Tedín en su trabajo "Colonias entre dos siglos desde el
periodismo" da cuenta que el Diario "Eco de
Córdoba" publicaba en agosto de 1866 que el periódico se
había “... referido incidentalmente a la colonia que está en
vías de levantarse en el Fraile Muerto y que empieza a conocerse
con el nombre de Nueva Inglaterra. El origen de esta colonia fue
una excelente idea del gobierno de Córdoba de intervenir y
vender 200 lotes cada uno de 4 leguas al sud del Carcarañá del
Fraile Muerto al este del Saladillo. Estos lotes se ofrecieron
en venta y los primeros fueron comprados por algunos ingleses
especuladores. Como el Fraile Muerto será un punto de
importancia por la construcción del ferrocarril otros varios
ingleses han seguido su ejemplo hasta llegar la idea a ser
popular, entre los extranjeros de formar allí una colonia
anglosajona. Las cartas particulares y los datos extensamente
dados por la comisión de inmigración del Rosario han hecho
conocer la colonia en Inglaterra y especialmente en Irlanda.
Ahora hay cerca de 40 lotes vendidos a los actuales ocupantes y
no hay paquete (buque) de Inglaterra que no conduzca dos, tres,
cuatro o más personas que aumenten el número”.
En setiembre de 1866 el ferrocarril de uso público llega a Frayle
Muerto.
En 1869, tres años después del Decreto Provincial del Gobernador
Mateo Luque que instaura el Gobierno Municipal en el Departamento
Unión y la Corporación Municipal puesta a cargo del Presbítero
Rubén Márquez, en los terrenos donados por David Melrose ubicados
frente a la Plaza 25 de Mayo se coloca la piedra fundamental de la
que finalmente sería la actual Iglesia Parroquial de la Inmaculada
Concepción.
En enero de 1870 el Presidente Sarmiento, estando en viaje hacia
Córdoba donde debía inaugurar la Primera Exposición Industrial
Nacional, se detiene en la nueva Estación del Ferrocarril
Central Argentino para visitar la población e inaugurar un
puente que, según Estanislao S. Zeballos en su libro "La
región del trigo" serviría para unir "... el pueblo del
Este ..." donde se construyó la Estación de Trenes con
"... el viejo pueblo del Frayle Muerto" ubicadoal
oeste del Río Tercero.Durante estas actividades,
Sarmiento decide reemplazar el nombre del lugar
por Bell Ville en homenaje a los inmigrantes escoceses Anthony y
Richard Bell afincados en esas
regiones desde 1864 cuando compran las Estancias "Arbol Chato" y
"La Escondidad" dedicadas a la agricultura, a la ganadería
bovina y ubicadas en las vecindades de Fraile Muerto.
El escritor y político salteño Manuel Marcos Zorrilla rescata, en
su trabajo bibliográfico dedicado a Sarmiento y Avellaneda,
aquellas circunstancias concluyendo que no sabía "... si la
Municipalidad dictó alguna resolución al respecto; pero, desde
ese instante fue consagrada por el uso el nombre dado a la
localidad por su ilustre padrino de bautismo. Concluído el
banquete, el Presidente fue a dar un paseo por la población
vieja que se haya al otro lado del río y descansó algunos
momentos en la casa de Don Cleto del Campillo que vivía allí una
parte del año y tenía gran prestigio en el lugar".
El diario Eco de Córdoba realiza una puntillosa crónica de dicha
visita asegurando que el lugar que había sido "... una
guarida de ladrones y asesinos, donde los hombres buenos solo se
ocupaban de defenderse contra las asechanzas de los malos ...",
en la actualidad, "... nos presentaba una laboriosa y honrada población
..." dispuesta a dejar sus labores cotidianas para venir a
escuchar la palabra presidencial.
En 1871 se establece una nueva guarnición militar integrada por
unos 300 milicianos bajo la comandancia de Benigno de Cacoba.
Al año siguiente y como una paradoja de aquellos tiempos, mientras el nuevo nombre del pueblo es asumido
por la comunidad; los Bell, afectados por la crisis provocada
por la caída del precio de la lana, deciden retornar a Escocia
sumidos en el fracaso y la pobreza.
La bendición de la nueva iglesia se concreta el 12 de diciembre de
1871; a partir de ese momento la capilla Pío IX es inhabilitada
al culto comenzando un derrotero donde devino en escuela, teatro
y sitio de acopio de cueros; luego de lo cual, es demolida y
reemplazada por una vivienda familiar.
Estanislao S. Zeballos en su libro "La región del trigo"
cuenta que en 1882 se detiene en Bell Ville durante dos días
como huesped de Marcos Juárez (Jefe Político del lugar),
descubriendo "... una villa floreciente y culta"; que
cuenta con "... una iglesia buena y edificios adelantados; y
aislada, entre las ruinas de antiguos fortines, sobre las
barrancas del río, sitiada de malezas y árboles silvestres, se
conserva como reliquia histórica la capilla de Pío IX".
De dicho trabajo extraemos dos dibujos realizados por el autor
donde se reproducen: la única imagen conocida de la Capilla Pío
IX y el puente de hierro inaugurado por Sarmiento.
Capilla Pío IX - Dibujo de Estanislao S. Zeballos -
1882
Puente de hierro - Dibujo de Estanislao S. Zeballos
- 1882
Será en este año de 1882 que Monseñor Eduardo Ferreyra, por
entonces Párroco, procede a
bendecir la imagen de la Purísima Concepción declarándola Patrona
Principal del Curato para luego ubicarla dentro de la Parroquia en
un Camarín bendecido el 15 de agosto de 1890. La Santísima Virgen
adquirida por una Comisión de Damas conducida por Pilar Mendoza de
Roldán, era basicamente de cartón piedra, con túnica blanca de
seda bordada y un manto de seda de profundo azul celeste; sobre su
cabeza luce una aureola de dorado metal decorada por piedras y
nueve estrellas.
Por esos años la Iglesia lucía a San Jerónimo en su carácter de
Vice Patrono, dos pequeñas imágenes de San Juan Bautista y
Nuestra Señora de los Dolores, un San José en madera y de yeso
se podía hallar una Virgen de los Dolores. El altar del Sagrado
Corazón de Jesús era de madera mientras que el Bautisterio lucía
pila de mármol enmarcada por una reja de hierro.
Hacia mediados del siglo XX la Parroquia había sufrido
importantes cambios. Es así que se aumenta la superficie cubierta
en un 50% llevándola a casi 750 metros cuadrados, las torres pasan
a alcanzar una altura de 28 m con dos campanas, se agranda el
coro, se decoran los cielorrasos con pinturas sobre yeso.
El altar mayor se reformula con cuatro columnas de
mampostería y estucado las que sostienen el arco del
Tabernáculo de madera pintada. Seis altares laterales se
suman al conjunto: el del Calvario con la presencia de la
Dolorosa y San Juan Bautista:
El de San Jerónimo, el de San José, el
de la Virgen del Rosario y el de la Natividad de María
donde, sumándose a su imagen, se encuentran las de San
Joaquín y Santa Ana, la obra en madera tallada fue
efectuada por el ebanista Juán G. Chinchilla y por ser una
donación de la colectividad italiana se la conoce como el
"Altar de la Bambina". Finalmente, el del Sagrado Corazón de Jesús presidido por una
imagen del mismo:
Actualmente la Parroquia luce un altar de mármol de guilpe
rosado ubicado en el centro del Presbiterio que reemplaza al
anterior de madera tallada. La bóveda también es renovada con
las obras de los artistas Pablo y Luis Altamira.
Volviendo al incierto derrotero sufrido por la imagen de la Virgen
recibida de Italia, recién en agosto de 2005, se pudo determinar "... prima
facie que la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción que
se venera en el alero izquierdo del Templo, dentro de un
habitáculo de vidrio, sería la enviada por el entonces Obispo Juan
María Mastai Ferretti, luego Papa Pío IX, quien por su paso por la
Villa de Fraile Muerto en enero de 1824 hizo un voto a la Pura y
Limpia Concepción, Patrona de la Feligresía en ese entonces,
prometiendo enviaría, como recuerdo, una imagen de la Purísima
bendecida por el Santo Padre...". (Acta Escritura 290 del
05/08/2005 - Escribana Pública María Teresa Alvarez, Titular del
Registro 262).
La gestión fue impulsada por el Centro Municipal de Estudios
Históricos de Bell Ville frente al Obispado de Villa María y de
Córdoba.
Intervino, entonces, el Arzobispado de
Córdoba, Patrimonio Cultural de la Provincia, la Junta
Provincial de Historia y el Archivo Histórico General de
la Provincia. Será el titular de esta última repartición
Licenciado Alejandro Moyano Aliaga quien, con la
colaboración del Prof. Juan Evaristo González y el Sr. Juan
Manuel Castro, procede a un idóneo peritaje y refleja su
opinión dentro del Acta: "... Licenciado Alejandro
Moyano Aliaga quien luego de practicar un examen acabado
de las partes de que se compone dicha imagen (cabeza,
articulaciones, etc), el material utilizado y otros
detalles que puedan caracterizarla ... DETERMINA
que su antigüedad data por lo menos desde la fecha
señalada (1827) ya que observa indicios de que puede ser
todavía unos años más antigua y se corresponde con la
figura descripta por los historiadores ...".
Video - Año 1996
Pinceladas de Frayle Muerto
Publicidad incorporada en The Standard del
01/11/1863 donde se aprecian los dos servicios ofrecidos de
diligencias. El recorrido continuaba acompañando el río Tercero hasta el
nodo identificado como San Gerónimo (Frayle Muerto) donde, para
esta fecha, se dividían las dos
rutas a elegir: hacia Cuyo remontando el río Saladillo y luego
el río Cuarto y hacia el Norte, continuando por el río Tercero
al que abandonaban después de cruzarlo en Villa Nueva, en
dirección a Córdoba. Con anterioridad, para fines del siglo
XVIII y principios del siglo XIX, el camino a Chile
nacía en la Posta de la Esquina de Medrano, a mitad
camino entre Frayle Muerto y la
Posta de Esquina de
Ferreyra (actual Villa Nueva), continuando hacia el
oeste en dirección al Arroyo San José (Arroyo Cabral) y
la Cañada de Lucas.
En 1865, el inglés Richard Arthur Seymour llegó a Buenos Aires con
el objetivo de tentar fortuna en estas nuevas tierras. Aspirando
a asentarse como colono viajó a Rosario para comprar campos en
sus alrededores. El alto costo de los mismos lo obligó a buscar
mejores precios hacia el interior del país. Termina accediendo a
Frayle Muerto donde toma contacto con otros inmigrantes ingleses
que lo estimulan a quedarse en el lugar. En Córdoba formaliza la
compra de tierras próximas al río Saladillo a unas once leguas
al sur de Frayle Muerto; nace, así, el Campo Monte Molina. Según
el pionero, en su compilación, describe a las tierras del lugar
como "... de muy buen regadío y con excelentes pasturas para
el ganado, sobre todo las zonas próximas al río Saladillo el que
corre a lo largo de cuarenta leguas en dirección a Frayle Muerto
desembocando en el río Tercero donde un pequeño villorrio lleva
el nombre de Saladillo".
A pesar que, a la experiencia, sumó a su hermano y un socio de
apellido Goodrik
(ambos ingleses), Richard desiste de la
empresa regresando a Inglaterra pocos años después. Esta
aventura en Argentina es volcada a un libro el que es editado en
1870 bajo el nombre "Pioneros en las Pampas". De dicho
libro extraemos el relato del viaje desde Rosario hasta Frayle
Muerto.
"Una diligencia nunca es el modo más agradable para
viajar; y la diligencia sudamericana es quizás un
transporte tan incómodo como no hay otro conocido. Se
arrastra con seis, ocho y hasta diez caballos, según el
estado de los terrenos a recorrer; un hombre monta en
cada uno de estos animales, que se desprenden de las
cinchas, y avanzan a todo galope, sin tener en cuenta
las huellas o los agujeros de viscachas. Las carreteras
de América del Sur no están demarcadas, ya que son solo
tránsito arbitrario sobre la pradera.
Alrededor de seis desafortunados seres pueden ir dentro
de esta máquina, la que se parece más a un viejo
carromato; dos pasajeros más pueden sentarse junto al
conductor. Nos proporcionamos diversos accesorios para
viajar, entre los que se encontraban varias pistolas las
que no son la parte menos importante del atuendo.
Salimos de Rosario temprano una mañana, y llegamos a
Frayle Muerto en la tarde del segundo día; pasando la
noche en una pequeña posta.
La diligencia cambia de caballos cada cuatro leguas. Los
alojamientos en las casas de correos no son muy
espléndidos, las camas consisten en nuestras propias
alfombras tiradas sobre el suelo; y nuestra comida solía
prepararse cuando llegábamos, por tanto, no era muy
tierna cuando aparecía sobre la mesa. El territorio por
el que pasamos era, como de costumbre, perfectamente
plano, con solo unos pocos arbustos ocasionales o algún
rancho que podía ser visto; en realidad, era una choza
de barro; a veces aparecían algunos ciervos y
avestruces, pero los objetos más frecuentes eran los
grandes halcones llamados caranchos, que generalmente se
dedicaban a picotear los huesos de algún animal muerto;
son muy odiados por el criador de ovejas, ya que
aprovechan cada oportunidad para matar a sus jóvenes
corderos, al picarles y vaciarles los ojos.
Cuando nos acercamos a Frayle Muerto, alguno de los
pasajeros comenzaron a mostrar signos de inquietud por
los indios; y se nos ocurrió la agradable idea de que
los habitantes de esta parte del país viven el mismo
tipo de expectativa general de un ataque repentino de
parte de aquellos vecinos al igual que los habitantes
que rodean el Vesubio en plena erupción de la montaña en
llamas; y, aunque no lo creía en ese momento, debo decir
que la experiencia me ha enseñado que sus temores no
son, de ninguna manera, infundados. De hecho, en esa
ocasión estábamos 'quitte pour la peur'
['dominados por el temor'].
No llegamos a Frayle Muerto hasta que estaba demasiado
oscuro para ver cómo era el lugar. El nombre propio es
San Gerónimo, pero lo llaman Frayle Muerto, debido a la
tradición de que un sacerdote fue asesinado allí.
Dormimos en la sala de correos de la manera habitual e
incómoda, y a la mañana siguiente, al descubrir que no
había desayuno, salimos a buscar a otros lugareños y compramos
algo de pan y sardinas, que comimos junto al río.
Después de esta comida frugal paseamos un poco por la
ciudad; era un lugar pobre, muy pocas casas decentes, y
la mayoría de las calles estaban compuestas por ranchos
de barro".
Mapa incorporado en el libro "Pioneering in the Pampas" de Richard Arthur Seymour
Richard Arthur Seymour
Mapa incorporado en el trabajo
"Reseña acerca de los campos que
circundan la antigua estancia Monte Molina, Saladillo,
Córdoba"
de Delius, Juan D.
(el predio identificado como 29 corresponde
a Monte Molina de Seymour)
Mapa incorporado en el trabajo "Reseña acerca de los campos que
circundan la antigua estancia Monte Molina, Saladillo,
Córdoba" de Juan D. Delius
(el predio identificado con los nombres
Seymour y Goodrik corresponde a Monte Molina)
Richard Seymour en su libro rescata un dato relevante al
asegurar que en 1866, como complemento de la presencia
del ferrocarril, se instala en Fraile Muerto una pequeña
fonda con servicios de hostería administrada por un
italiano que respondía al apelativo de "Don Pepe"
y que, a juicio de Saymour, habría venido escapando de
su país por razones políticas; el autor, así la
describe:
"La fonda contenía tres habitaciones, una de las
cuales se usaba para el bar y servía también como
una especie de almacén de ramos generales que
suministraba, de modo heterogéneo, toda variedad de
artículos. El siguiente ambiente era el comedor que,
por la noche, se convertía en dormitorio aún cuando
la combinación de ajo, aceite, café y humo de tabaco
no lo hacía el sitio más propicio para el descanso.
Si bien nunca hice uso de esa habitación puedo
asegurar que eran usadas por gente de baja condición
y desagradables. La siguiente pieza era un
dormitorio reservado para los huéspedes de mayor
categoría, dentro de los cuales, obviamente, se
incluía a todos los colonos ingleses. Don Pepe nunca
permitió que los gauchos ingresaran más allá del
bar; aún con todo lo criticable, difícil e
inadecuado para los exigentes, debe reconocerse que
el lugar era muy superior a todo lo conocido hasta
entonces, convirtiéndose para los cansados viajeros
en un refugio compatible con el deleite. Don Pepe
era asistido en sus tareas cotidianas por Luigi que
se aseguraba que era un bandolero; él mismo lo
admitía, contaba que había sido educado para
sacerdote pero había optado por reemplazar ese
camino por una vida más emocionante".
Postal de 1915
Coordenadas:
Domicilio: 25 de Mayo 37
Latitud: 32º 37’ 48,83" S
Longitud:
62º 41’ 16,73"
O
Fuentes de consulta:
Nuestro profundo agradecimiento a los miembros de la Iglesia
Parroquial de la Inmaculada Concepción de María de Bell Ville por
habernos aportado material que nos permitió enriquecer
el relevamiento realizado.
Zeballos, Estanislao S.: "Descripción amena de la República
Argentina" - "La región del trigo" - Jacobo Peuser -
1881/1888
Sourryère
de Souillac, José : "Itinerario de Buenos Aires a Córdoba"
- 1837
Beltrán Martínez Thomas, Luis : "Pobladores
del sudeste de Córdoba: crónica familiar de cinco siglos en
Argentina, desde la conquista hasta nuestros días" - Editorial
Dunken - 2005
Sallusti, Juan: "Breve relación del viaje a Chile del
Canónigo Juan María Mastai Ferretti de Sinigaglia"
Proctor, Robert: "Narraciones del viaje por la Cordillera de los Andes y
Residencia en Lima y otras partes del Perú en los años
1823-1824 " - Vaccaro - Buenos Aires - 1920
Caldcleugh Beatson, Alexander:
"Viajes por América del
Sur" - 1819/1821
Villaroel, Agustín: "Córdoba y Bell Ville en la Historia
de la Patria" - Centro Municipal de Estudios Históricos
y "Proyecto de adhesión y beneplácito por el 340
aniversario de la Fundación de Bell Ville" - Senado de
la Nación, 2016
Seymour, Richard Arthur:
"Pioneering in the Pampas" - Longmans, Green & Co. - London, 1870
Delius, Juan D.:
"Reseña acerca de los campos que
circundan la antigua estancia Monte Molina, Saladillo,
Córdoba" - Konstanz, Alemania
Schmidtmeyer, Peter:
"Travels into Chile, over The Andes, in the years 1820
and 1821: With some sketches of the productions and
agriculture" - Londres - 1824.
Diario The Standard - Reservorio Universidad de San Andrés
(la fecha de la edición utilizada está referenciada al pie
del material incluído)
Mackenna, Benjamín Vicuña:
"Pájinas de mi diario durante
tres años de viajes - 1853/1854/1855" - Chile, 1856.
Fray Pedro
José de Parras: "Diario y Derrotero de sus viajes,
1749/1753 - España, Río de la Plata, Córdoba y Paraguay".
Ferrer Benimeli, José A.:
"Viaje y peripecias de los
jesuítas expulsos de América" - Universidad de Zaragoza
- Revista de Historia Moderna N° 15 - 1996.
de Amigorena, José Francisco:
"Descripción de los
caminos, pueblos, lugares que hay desde la Ciudad de Buenos
Ayres a la de Mendoza, en el mismo reino - 6 de febrero de
1787" - Presentación de José Ignacio Avellaneda -
Cuadernos de Historia Regional N°11 Vol IV Abril 1988 -
Universidad Nacional de Luján (EUDEBA)
(Acceda
al documento completo)
Bose, Walter B. L.:
"Córdoba, centro de las
comunicaciones postales en las Provincias Unidas del Río de
La Plata" - Labor de los Centros de Estudios de la UNLP
- 1942
Burmeister, Karl Hermann Konrad - "Viaje por los Estados
del Plata" - Academia Nacional de Historia, Buenos
Aires, 2008
Gillespie, Alexander: "Buenos Aires y el interior" -
Biblioteca Argentina de Historia y Política - Hyspamérica -
Buenos Aires, 1986
Greene Arnold, Samuel:
"Viaje por América del Sur -
1847/1848" - EMECE - 1951
Bravo Tedín, Miguel: "Colonias entre dos siglos desde el
periodismo" - 2014
Revista
“Caras y Caretas”
- N°795 del 27/12/1913, N°823 del 11/07/1914 y N°1503 del
23/07/1927 - Biblioteca Nacional de
España.
Cabrera,
Pablo: "Tiempos y Campos
Heroicos" - Revista de la Universidad Nacional de Córdoba -
Año 14 - 1/2 y 3/4 - 1927