Síntesis

La Catedral y Santuario Inmaculada Concepción de Villa María se ubica en la ciudad homónima, Departamento San Martín, Córdoba (Argentina). En las tierras vecinas a la Posta de Paso de Ferreyra, sobre la margen norte del Río Tercero se edificó la ciudad de Villa María por decisión de Manuel Anselmo Ocampo Lozano. La construcción de la Catedral se inicia con la colocación de la piedra fundamental el 19 de enero de 1889 en un predio donado por Joaquín Pereyra y Domínguez frente a la Plaza San Martín. La primera obra será sencilla con nave única, techo de tirantes y bovedilla. De la mano del Arquitecto Dante Ortolani, el Dominico Fray Guillermo Butler, el Maestro Rigazzio y medio siglo de trabajos le dieron su imagen actual con un sobrio estilo neo renacentista en su exterior y romántico bizantino en el interior. Se destaca la obra de murales ejecutada por Fernando Bonfiglioli entre 1948 y 1958. Los mismos fueron recuperados durante el período 2011/2013 por la Restauradora de Pintura de Caballete y Murales Marcela Mammana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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La Página Web "Capillas y Templos" está registrada en la DNDA (Ver detalle)

 

 

CATEDRAL Y SANTUARIO INMACULADA CONCEPCION

 

En 1492, los nativos descubrieron que eran indios,

descubrieron que vivían en América,

descubrieron que estaban desnudos,

descubrieron que existía el pecado,

descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y un dios de otro cielo,

y que ese dios había inventado la culpa y el vestido

y había mandado que fuese quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja.

Los hijos de los días - Octubre 12, Día del Descubrimiento

Eduardo Galeano

 

¿Por qué será que los originarios de nuestras tierras deben aparecer, en la mayoría de los cuadros,  sumisos, de rodillas y en actitud de pedir perdón?

 

"María Auxiliadora" - Fernando Bonfiglioli

 

La pregunta volvía recurrente a mi mente mientras observaba con detenimiento la espléndida obra de Bonfiglioli. Como en otras tantas similares ocasiones, diversas respuestas brotaban exponiéndose desafiantes frente al interrogante; convincentes las más, me hacían tomar partido por sentir que estaba frente a otra de las tantas venas abiertas inmortalizadas por la pluma de Galeano.

Charles Darwin, durante su paso por nuestro naciente país, vaticinaría: "Estas tierras quedarán en manos de los salvajes blancos en lugar de los indios de piel cobriza. En comparación con los aborígenes, aquellos podrán ser un tanto superiores en educación pero sustancialmente inferiores en lo que se refiere a virtudes morales."

Deambulando entre estos volátiles pensamientos mis pasos confluyeron hacia un andamio que se elevaba hacia lo alto del edificio. El destino quiso que mi visita coincidiera con las obras de restauración de las valiosas obras que vestían y enriquecían los muros de la catedral. La compleja tarea había sido encomendada a la prestigiosa artista Marcela Mammana (acceda a su trayectoria nacional e internacional haciendo CLICK AQUI).

 

Marcela Mammana restaurando el mural "Sagrado Corazón de Jesús"

A pesar de la ignorancia en la materia no se me escapaba lo complejo que sería la búsqueda del color exacto. Serenidad y paciencia, con seguridad serían condiciones necesarias e imprescindibles en la desafiante búsqueda del tono correcto; puntilloso cuidado, en la reparación de rajaduras y faltantes en la mampostería; encomiable meticulosidad, en recuperar imágenes perdidas por diversas razones y de las que, tal vez, ya no haya testimonio alguno o fotos que colaboren en clarificar lo que devino en invisible. Casi obvio fue concluir que la tarea no permitía errores ya que el más mínimo de ellos pondría, tal vez, en riesgo mortal a la obra original.

La recuperación, por esos días, de buena parte de los murales ya exponían en plenitud lo grandiosa de la obra de Fernando Bonfiglioli (ver Autoretrato).

El pintor de ascendencia italiana nace en Sao Pablo, Brasil, en 1883.

 

Mientras comparte la etapa brasileña, según recuerda su sobrino nieto Marcio,  su hermano Ildebrando "lo apoyó mucho a Ferdinando (tal su nombre registrado en el Registro Civil) en sus primeros años como aprendiz"; luego, siendo aún adolescente, se radica con su familia en Argentina donde se vuelca de lleno en los estudios artísticos priorizando el aprendizaje de pintura y escultura.

Si bien obtiene lauros en esta última especialidad su vocación se vuelca con más fervor hacia el muralismo y la escenografía, es así que viaja a Brasil hacia 1911 y luego a Florencia en 1921 para especializarse en estas técnicas. A mediados de la década del ´20 regresa a Argentina para radicarse en Villa María donde su pincel dejará innumerables muestras de su expresividad creativa.

 

En la Inmaculada Concepción trabajará durante 10 años, desde 1948 a 1958 dejando un legado, disfrutable hoy día, a lo largo de sus muros, arcadas, cielorrasos y cúpula.

Recorriendo con ojo atento el trabajo del artista descubrimos que Bonfiglioli, junto con su obra, nos ha dejado curiosidades.

Por ejemplo, ¿cuál sería la fuente de inspiración utilizada para componer esa pareja de militar y rubia compañera que resaltan en el "Sagrado Corazón de Jesús"? Los años de realización de la obra harían pensar en la posibilidad que fuesen Perón y Evita así como que los posteriores sucesos históricos volverían convincente la versión que era un simple soldado haciendo su servicio militar acompañado por una joven villamariense. La posición ideológica del Presbítero Pedro Ramón Gottardi, por entonces responsable de la Parroquia y contratante de Bonfiglioli, era muy distante del gobierno peronista adhiriendo a una iglesia que más tarde, bajo el lema "Cristo Vence", se consustanciaría con la autodenominada "Revolución Libertadora"; bajo estas condiciones, es por demás llamativo que la imagen, por el solo pecado de la similitud, haya logrado sobrevivir indemne al día de hoy.

 

"Sagrado Corazón de Jesús" - Fernando Bonfiglioli

 

Al levantar la vista nos encontramos con el "Nacimiento de Cristo" donde el artista, en un recurso muy usual dentro del mundo del arte, nos sorprende como parte de la obra hincándose frente al recién nacido. En este trabajo, al igual que en otros, como la "Presentación de Jesús en el Templo", vecinos de Villa María y parientes de Bonfiglioli son homenajeados por el pintor utilizando sus rostros para caracterizar a distintos personajes.

"La adoración de los pastores - Nacimiento de Cristo" - Fernando Bonfiglioli

"Presentación de Jesús en el Templo" - Fernando Bonfiglioli

Foto de Bonfiglioli caracterizado de evangelizador que el artista utilizara como modelo en sus murales

 

Bonfiglioli, hasta su muerte un 12 de diciembre de 1962, fue partícipe junto a otros prestigiosos artistas de un movimiento villamariense que fue dando vida a distintos espacios culturales desde donde se fueron gestando numerosos discípulos que, con el tiempo, supieron trascender tanto dentro como fuera de la comunidad de Villa María.

Además de la Catedral, la obra de Fernando Bonfiglioli se expone y vívida se disfruta en la Iglesia de la Santísima Trinidad, en los cines Alhambra y Opera y en el Museo Municipal de Bellas Artes que, hoy, lleva su nombre.

 

 

Sobre la Catedral:

Es momento, ahora, de reconstruir la historia de la Catedral desde sus cimientos.

Hacia 1867 y más precisamente un 27 de setiembre, como veremos más adelante, se aprobaban los planos de la naciente Villa María en terrenos adquiridos por un joven treinteañero llamado Manuel Anselmo Ocampo Lozano.

En 1870 se constituye una Comisión conocida como de Instrucción y Obras Públicas que, con la presidencia de Bernardo Lacase, eleva un pedido al Obispo de Córdoba José Vicente Ramírez de Arellano solicitando la autorización para la construcción de una iglesia. Los argumentos que sustentaban el pedido obedecían, no solo a necesidades espirituales de los habitantes de la nueva comunidad sino que, además, las crecidas del Río Tercero oficiaban como obstáculo para acceder a la, por entonces, existente capilla de Villa Nueva.

En 1871 se impulsa en el Congreso de la Nación una propuesta de ley para declarar Capital de la República a la incipiente Villa María. La ley finalmente fue aprobada estableciendo que la nueva Capital se llamaría Rivadavia; con tal fin ordenaba la expropiación de un cuadrado de 10 km por lado por "razones de utilidad pública". Esta Ley fue vetada por el Presidente Sarmiento aduciendo que el sitio elegido no reunía las necesarias condiciones de seguridad por la presencia de aborígenes.

Al año siguiente, un 21 de junio de 1872, se consigna que el sacerdote franciscano Anselmo Chianea celebra la primera misa en un salón escolar conocido como Primer Escuela Fiscal de Varones.

Será también Fray Chianea quien inicia gestiones para el envío, desde España, de una imagen de la Virgen Inmaculada. Esta arribará al país el 9 de agosto de 1873; frente a esta situación el Sr. Alejandro Voglino en su carácter de nuevo presidente de la Comisión solicita al Obispo se proceda a su bendición y consagración lo que se realiza el 15 de agosto, designándola como "Reina, Madre, Patrona y Fundadora de la Villa". De este modo la Capilla, en su provisoria casa escolar, queda habilitada oficialmente.

Un par de días después, el Sr. Voglino vuelve a dirigirse al Obispo describiendo como "de gran pompa" a la ceremonia de bendición y le solicita la ratificación de Fray Chianea como Capellán; iniciativa que tuvo curso favorable al poco tiempo.

Hacia mayo de 1874 y motivados por el apoyo que iban recibiendo, la Comisión insiste frente al Vicario de Córdoba Gaspar Martierena sobre la necesidad que la capilla devenga en nueva parroquia. Esta gestión trajo el consiguiente malestar y conflicto con Villa Nueva y su comunidad. Deberá recordarse en este punto que la división efectuada en 1772 por el Deán Antonio González Pavón del Curato de Río Tercero entre Arriba y Abajo identifica a este último como Curato de Villa Nueva teniendo como capilla cabecera a San Antonio de Yucat y abarcando una zona de influencia que se extendía desde Arroyo Algodón al norte hasta Chuzón al Sur y de Cañada de Castañotes al oeste hasta La Herradura al este. A un siglo de esta decisión Villa Nueva había tomado una importante centralidad como comunidad y por ende, su presencia religiosa era relevante e influyente en la zona. El Fiscal Eclesiástico Pbro. Luque apoya la solicitud de Villa María la que termina aprobándose el 10 de noviembre de 1874.

No debe escapar, al momento de interpretar e intentar comprender las razones de determinadas decisiones a favor de la naciente Villa María, la segura influencia que significaba la relevancia política y económica, tanto en la Provincia de Buenos Aires como en lo nacional, de la familia de Manuel Anselmo Ocampo Lozano.

Su padre, Manuel José Ocampo González, fue Diputado y Senador en la Gobernación de la Pcia. de Buenos Aires, Vice Gobernador y Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires (1860-1861) acompañando a Bartolomé Mitre y más tarde, en 1885, fue candidato a Presidente de la República por los Partidos Unidos (con fuerte influencia en Córdoba) siendo derrotado por Miguel Juárez Celman del Partido Autonomista Nacional con el auspicio del Presidente Roca. Su hijo también incursionaría en política siendo Senador en el período 1874-1880.

Manuel José Ocampo González

Padre de Manuel Anselmo Ocampo Lozano

 

La aprobación de la construcción de la Parroquia trae aparejada la reestructuración de las zonas de influencia de las Parroquias del Curato: se integran los territorios de parte de Yucat, Arroyo Algodón y Las Mojarras a Villa María, se compensa a Villa Nueva aumentando su zona de influencia sumándole Pampayasta Sud, Punta de Agua y la fracción remanente de Yucat. Finalmente el Tercero Arriba quedaba más reducido manteniendo su centralidad en la Capilla de Rodriguez (actual Villa Ascasubi).

En 1883, Villa María cuenta con Municipalidad asumiendo Pedro Viñas como primer Intendente por un período de cuatro años. Será el nuevo funcionario quien, a poco de acceder al cargo, impulse y presida la Comisión Pro Templo la que, integrada por varios vecinos, incluía a Fray Anselmo Chianea como vicepresidente.

La gestión de esta Comisión navegó entre conflictos internos que derivaron en renuncias y pérdidas de eficiencia de cara a la concreción del deseado proyecto. La complicada situación comienza a encarrilarse con el ingreso del nuevo Intendente, Silvestre Peña (1887-1891), como presidente de la misma; éste toma varias decisiones trascendentes: solicita al Vicario de Córdoba el reemplazo del Párroco Chianea; presenta dos proyectos para la futura Parroquia aprobándose la propuesta diseñada por Angel Martorell; se decide encomendar la obra a Federico Blanco y finalmente, gestiona y obtiene, a mediados de 1888 del Congreso de la Nación, un subsidio por $25000.

Con la bendición del Vicario Uladislao Castellano, la presencia del nuevo Párroco Miguel Salguero y en medio de un ambiente popular y festivo, la piedra fundamental es colocada el 19 de mayo de 1889 frente a la hoy Plaza San Martín y por entonces, Plaza del Sud.

La ceremonia se concreta en un terreno de alrededor de 2500 m2 que había sido donado por el vecino Joaquín Pereyra y Domínguez. Sus más de 40 m de frente facilitarían, a futuro, cubrir las expectativas de ampliación.

Esa primera obra tomará forma con el correr de los siguientes meses hasta adoptar una imagen final de características sencillas con tan solo una única nave con techo de tirantes y bovedilla.

El inventario efectuado por Chianea en 1889, al momento de transferir su puesto a Miguel Salguero, sintetiza la modestia de aquella primigenia construcción: "... 17 varas de largo y 6 de ancho, con piso embaldosado y cielorraso ... dos puertas y dos ventanas orientadas hacia la plaza ... altar mayor de madera pintada ..."; en su texto describe las pocas imágenes presentes resaltándose "... la Virgen de bulto de la Purísima Concepción ..."; en cuanto al mobiliario lo reducía a "... dos confesionarios, púlpito, baptisterio ... y un guardarropas grande donde guardar los ornamentos de la Iglesia ...".

 

La gestión de Salguero fue efímera y convulsionada ya que fue sancionado al optar por no reconocer el recientemente creado matrimonio civil. Su lugar es ocupado por el Pbro. Bernardino Maciel quien permanecerá hasta 1908. Florencio Arines ocupa la Intendencia (1891-1895). De la mano de su gestión, del empuje de Maciel y del esfuerzo de la comunidad, la obra continúa avanzando hasta llegar a un 24 de diciembre de 1894 en que la Iglesia es bendecida. En 1900 se logra concretar el revoque general. En 1908 se hace cargo de la Parroquia el Pbro. Pablo Colabianchi Cicerón extendiendo su gestión hasta 1938. Será el nuevo Párroco quien inaugurará el Nuevo Altar Mayor en 1909 y el del Sagrado Corazón tres años después.

Pbro. Pablo Colabianchi

 

Durante los últimos años del siglo XIX, las corrientes inmigratorias comenzaron a poblar las zonas agrarias del país impulsadas por una decisión política que alentaba y brindaba propicias condiciones a quienes quisiesen radicarse en nuestras tierras. Las zonas fértiles vecinas a Villa María se fueron nutriendo de extranjeros, en su mayoría italianos y españoles. De esas comunidades nacen Sociedades que los mantiene aglutinados conservando sus tradiciones y lengua. Son esas Sociedades, tanto la Italiana como la Española, que escribirán en las primeras décadas del siglo XX un capítulo fundamental en la historia de la Parroquia.

En los últimos días de agosto de 1913 la Revista "Caras y Caretas" expone una imagen fotográfica de Villa María que, captada desde la estación ferroviaria y bajo un manto de nieve, nos muestra, nítida y al fondo, la cúpula de la iglesia.

 

Revista "Caras y Caretas" n°778 - 30 de agosto de 1913

 

Vista de la Catedral desde la Estación de Villa María - Foto de 1915

 

Será la Sociedad Italiana quien impulse desde una nueva Comisión creada a tal fin la ampliación de la Iglesia. Fruto de este esfuerzo, la nave derecha conocida actualmente como "Reconciliación" es inaugurada en 1918. Se instala el Altar de San Antonio obra de Fracisco Maffei, con la llegada de la electricidad se mejora la iluminación, se enriquece el mobiliario y se viste el conjunto general con nuevas imágenes.

La delimitación entre la nave central y la nueva se resuelve con cuatro arcadas de comunicación; el mismo recurso será copiado, años más tarde, cuando se concrete la nave izquierda.

El 26 de abril de 1919, Villa María vuelve a ser protagonista dentro de las páginas de la Revista "Caras y Caretas", esta vez por una inesperada y significativa inundación "... recientemente producida y cuyas aguas alcanzaron una altura nunca vista, llegando a tener en algunas partes 70 centímetros de altura".

 

Revista "Caras y Caretas" n°1073 - 26 de abril de 1919

 

Hacia 1920, se toma la decisión de abocarse a la fachada basándose en un proyecto del Arq. Ramón Cárcano el que debió sufrir modificaciones para poder amoldarse a las limitaciones económicas. El 1° de enero de 1922 se inaugura la obra del frontis donde resaltaban, en un conjunto de neto espíritu renacentista (neo manierista según la descripción del Arq. Carlos Pajón), cuatro columnas dóricas que sostienen con capiteles ornamentales una moldura triangular de fuerte personalidad visual que se verá enriquecida con la incorporación de un Cristo Redentor de más de 3 metros de altura el que luce acompañado por cuatro ángeles distribuídos, de modo simétrico, a lo largo de un seudo balcón que, de extremo a extremo, se extiende sobre todo el plano superior. Tres imponentes puertas definidas en arcos de medio punto habilitan el ingreso al atrio quedando latentes otras dos, por el momento, vedadas al acceso.

El Diario "Los Principios", en sus ediciones del primer día de 1922 y el 4 del mismo mes y de un modo pormenorizado, se explaya sobre el acontecimiento festivo que vivió la comunidad. Es interesante la descripción que el órgano periodístico le destina a la obra arquitectónica así como al cronograma destinado a la celebración. Por su valor histórico, los invitamos a acceder a dicho material haciendo click aquí.

Con la llegada del cincuentenario se imponen más obras que incluirán la refacción de la bóveda, la incorporación del órgano y para sumarse a la tarea, la convocatoria al arquitecto, pintor y escenógrafo italiano Dante Ortolani (nacido en Urbino en 1884 y muerto en Buenos Aires en 1968), al sacerdote dominico y pintor Fray Guillermo Butler (nacido en Génova en 1879, registrado como argentino al llegar al país al año siguiente y fallecido en Buenos Aires a mediados de 1961) en la confección de murales y vitraux y al maestro Rigazzio en los hierros forjados para la iluminación.

En 1926 el Arq. Ortolani, con la colaboración del Ing. Rodríguez, el constructor Virginio Rosa  y fondos aportados por la Sociedad Española, inicia la construcción de la nave izquierda, hoy conocida como "Devoción Mariana". La Parroquia alcanzará así, su ancho actual. Testigo de este acontecimiento resulto ser la Revista "Caras y Caretas" que, en su edición del 20 de noviembre de 1926, introduce en sus páginas una fotografía del momento de colocación de la respectiva piedra fundamental.

 

Revista "Caras y Caretas" n°1468 - 20 de noviembre de 1926

 

 

Complementariamente a esta obra se encara la erección del Coro sustentado por columnas y arcos; la refacción de la nave derecha (reinaugurada en 1927) con nueva bóveda y la apertura de cuatro ventanas al estilo de las que se habían impuesto en la nueva nave izquierda; se incorpora la obra de Fray Butler consistente en ocho lienzos que reproducen distintas escenas de la vida de la Virgen y visten, cuatro por lado la parte superior de la nave central la que, además, es recuperada integramente sumándose a esta tarea el escultor Agustín Riganelli.

 

 

Obras de Fray Guillermo Butler

 

Obras del Maestro Rigazzio

 

Como resultado de la impronta puesta por el equipo, el interior cobrará una estética propia del estilo romántico bizantino el que, si se quiere y aún cuando bien logrado, evidencia poca presencia de mosaicos que tanto identificaron al mismo.

De nuevo, la Revista "Caras y Caretas" deberá hacerse presente en Villa María durante noviembre de 1928 con motivo de un ciclón que asoló la ciudad. Según la publicación "... fue una de las catástrofes de mayores consecuencias que se recuerdan en el país. Las pérdidas materiales alcanzan a la cantidad de seis millones de pesos y los muertos, suman 26". (Acceda al artículo)

 

Revista "Caras y Caretas" n°1573 - 24 de noviembre de 1928

 

Por su parte, la Revista "Mundo Argentino" en su número 931 de noviembre se hizo eco difundiendo crudas imágenes de la tragedia.

Revista "Mundo Argentino" N°931 del 21 de noviembre de 1928

 

El numeroso daño en lo patrimonial y humano que padeció la comunidad en su conjunto también fue sufrido por la Parroquia que no resultaría indemne al mismo. Hubo que proceder a nuevas restauraciones que, de la mano de Ortolani y Rosa, se concretaron a lo largo de los siguientes dos años. Se sumó, en este período, la construcción de la Casa Parroquial la que es visitada por el Obispo de Córdoba Monseñor Lafitte en 1929.

 

El Obispo Lafitte recibido en la Casa Parroquial

Revista "Caras y Caretas" n°1616 - 21 de setiembre de 1929

 

Las obras se continúan sustentadas en el empuje y la colaboración solidaria de la comunidad de Villa María; es así que, en 1935, se logra instalar el Altar de la Virgen del Carmen sobre la nave izquierda.

 

 

En 1938, por razones de salud, el Pbro. Colabianchi no puede cumplir en plenitud sus tareas por lo cual es designado Alfredo Ferrari como adjunto. Esta complicada situación se continúa hasta 1947 en que es designado como nuevo Párroco el Pbro. Pedro Ramón Gottardi quien oficiará en el cargo hasta su muerte en 1985.

De esta etapa de gestión resalta la convocatoria, en 1948, de Fernando Bonfiglioli quien dejará durante diez años, tal como relatamos al inicio de este texto, su sello inconfundible en paredes, arcadas, columnas, cielorrasos, cúpula y muchos años más tarde, en el actual Camarín de la Virgen.

Sus obras incluyen "El Sagrado Corazón de Jesús", "María Auxiliadora", "Adoración de los pastores", "Presentación de Jesús en el Templo", "Bautismo de Jesús" (en el Baptisterio), la decoración interior de la cúpula con un sol vistiendo la linterna y los santos evangelistas Mateo, Lucas, Marcos y Juan en las pechinas y la del Altar Mayor con imágenes de los arcángeles.

 

 

La presencia del celeste, resalta en todos estos conjuntos artísticos simbolizando  no solo el manto de la Virgen sino, además, la conjunción de cielo, mar y agua.

En octubre de 1954 se procede a la coronación de la Virgen con una obra del orfebre Marcelo Piccinni; pocos meses después se le asigna a la Parroquia el grado de Santuario y Catedral.

Hacia finales de la década del ´70 y principios de los ´80 se inicia una nueva etapa de restauraciones y embellecimiento bajo proyectos elaborados y luego dirigidos por el Arq. Carlos Pajón.

Se trabaja sobre la imponente cúpula de ocho paños y linterna incorporándole mosaicos venecianos y bajos relieves identificados como virtudes cardinales: Verdad (Norte), Justicia (Oeste), Libertad (Sur) y Amor (Este) y se le restauran los vitrales con escenas del Viejo y Nuevo Testamento.

 

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Por otra parte se mejoran los techos y los accesos a los mismos, se incorpora una nueva espadaña, se realizan demoliciones sobre las zona sur y oeste de modo de, ganando en espacios libres, destacar el volumen arquitectónico del conjunto y finalmente, copiando la estética de San Giovanni di Laterano en Roma, en 1980 se suman al Cristo Redentor las imágenes de San Pedro, San Pablo, San José Obrero, San Pío X, Santa Teresa de Avila, San Francisco de Asís, Santa Rosa de Lima y San Juan Bosco.

 

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Cristo Redentor acompañado por San Pedro y San Pablo

 

 

 

A principios del siglo XXI, en el viejo espacio destinado a la Sacristía en el extremo de la nave derecha, se construye el Camarín de la Virgen trasladando la imagen histórica que supo estar originariamente en el Altar Mayor a este sitio. La Virgen, de cartón piedra y poco más de un metro y cuarto de altura, es ubicada sobre un altar de mármol flanqueado por columnas y engalanado con un mural de Bonfiglioli descubierto hace poco tiempo.

 

 

Un párrafo final merece el Altar Mayor, el retablo ha sabido sobrevivir a todas las remodelaciones conservando su espíritu original de principios del siglo XX.

 

La restauración:

Al inicio de la segunda década del siglo XXI se comienza con la restauración de la Catedral. El 30 de noviembre de 2011 el diario La Mañana de Córdoba publicaba una nota bajo el auspicioso título: "Restauran murales de la Catedral: la restauradora Marcela Mammana está recuperando todas las pinturas que hizo el famoso artista Fernando Bonfiglioli en el templo mayor de esta Ciudad"

Haga CLICK AQUI para acceder a un detalle del proceso realizado.

 

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Antecedentes de Capillas en la "Estancia Paso de Ferreira":

Francisco Ferreira Abad, hijo de Diego Ferreira Abad y biznieto de Antonio Suárez Méxia, muere en 1718 y es enterrado en una pequeña y modesta capilla que, bajo la advocación de San Roque, había sido construída en sus tierras que, por documentos de 1686, se conocía como "Estancia de San Francisco" en el "Paraje Las Conchas", nombre que se reemplazará, por obvias razones de propiedad, por el de "Paso de Ferreira".

Francisco estaba casado con María de Abreu y Albornoz quien hereda los bienes a la muerte de su esposo. Del inventario de los mismos efectuado en 1732 se puede extraer una descripción más pormenorizada de la capilla.

Luis Alberto Altamira en su trabajo de investigación "Paso de Ferreira (Historia de la célebre estancia en cuyas tierras fundáronse dos pueblos cordobeses: Villa Nueva y Villa María)" basándose en documentos del Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba (1º, 1749, 304, 1) lo reproduce del siguiente modo: "Mide la capilla dieciseis varas de largo por seis de ancho. Sus muros son de cal y ladrillo por la parte de afuera y de adobe por la de adentro; su puerta principal de dos manos mira al Norte, carece de aldaba y es de cedro; la única ventana que poseé, la cual se abre al naciente, es de tres andanas de balaustre torneados; y el techo de madera de sauce. La capilla no carece de coro - su baranda es de algarrobo - y a él se asciende por una escala exterior; ni de púlpito, que descansa en dos canes de algarrobo, fabricado en cedro con dibujos y acanalados. Para 1732 ya no es la imagen de San Roque la que allí se venera ..., ahora es Nuestra Señora del Rosario - un simulacro con manto de raso verde - ante quien se arrodillan los fieles y elevan sus preces. Lástima que el badajo de la campana se encuentra roto."

Será el Dean Antonio González Pavón quien en 1788 se ocupará de documentar "Las causas de la sublevación indígena de Tupac Amaru" el que, en 1772, subdividirá el Curato del Río Tercero en dos parroquias: Tercero Arriba y Tercero Abajo.

Mientras el Curato de Tercero Arriba encontraría su cabecera en la Capilla de Rodríguez abarcando a la Capilla de los Puestos de Ferreira y la Capilla de Punta del Agua; el Curato de Tercero Abajo, se extendería desde Yucat hasta Cruz Alta quedando Villa María dentro del mismo adoptando ya, por entonces, el nombre de "Curato de Villa Nueva" el que, nueve leguas al norte llegaba hasta El Algodón, diez leguas al sur hasta Chuzón, dos leguas al este hasta La Herradura mientras que el límite oeste sería Cañada de los Castañotes.

Altamira en su libro, sustentándose en datos extraídos del "Libro de títulos de curas, de capillas, oratorios y edictos - 1780/1859 Tomo I sin foliar" conservado en el Archivo del Arzobispado de Córdoba, consigna que el 28 de febrero de 1781 Bartolomé Puche, Párroco de Río Tercero Abajo, obtiene licencia para levantar un oratorio "por amenazar ruina la capilla del Paso de Ferreira, interín ésta se traslada a otro paraje más cómodo y que no esté expuesto a las inundaciones del Río".

 

Sobre las tierras:

"Todas las tierras bacas que pertenecen a los Yndios del Río Tercero, de la Encomienda del dho. General" ... "así como de una parte del río como de la otra, con media legua hacia la sabana alta" ... "donde podrán sembrar y poner qualesquier arboleda y hazer edificios y poner sus ganados mayor y menor y poblallo de anacona y servicio" ... "para vosotros y sus herederos y subcesores" ... "pudiendo vender, donar, trocar y cambiar y en otra manera enajenar como suya". Bajo estas pautas escritas en 1584, Juan de Burgos, lugarteniente en Córdoba del Gobernador de Tucumán Hernando de Lerma, entregaba con total discrecionalidad y en partes iguales la propiedad de tierras en la zona del Río Tercero a sus compañeros de aventura y conquista, Lorenzo Suárez de Figueroa y Antonio Suárez Mexía, con el eufemístico nombre de "merced".

Reproduzcamos ahora, de modo textual, el párrafo inicial del ensayo "Paso de Ferreira (Historia de la célebre estancia en cuyas tierras fundáronse dos pueblos cordobeses: Villa Nueva y Villa María) donde su autor, el historiador Luis Roberto Altamira, expresa: "El primer dueño de tierras en zona del Río Tercero, conjuntamente con Antonio Suárez Mexía es el ilustre conquistador Lorenzo Suárez de Figueroa".

No cabiendo duda alguna que las tierras eran enajenas a los primigenios y genuinos propietarios con la única convicción del uso de la espada y la cruz, el asignar títulos de primer dueño se hace en exceso benevolente cuando, en honor a la verdad, cabría mejor el de primer usurpador.

Atento que la posesión de estos bienes tiene, de hecho, el pecado de la ilegalidad de origen no entendemos necesario y oportuno ocupar espacio en reproducir una fría cronología de herencias, dotes, ventas, divisiones o donaciones concretadas mediante "legales" escrituras y testamentos.

Ocupémonos brevemente, entonces, de como era la geografía de esas zonas vistas no ya con los ojos de los naturales de los que no se tiene testimonio alguno sino con los de distintos viajeros que, con los años, las fueron recorrieron.

Tan solo diremos que aquellas tierras entregadas en merced serán las mismas que, muchos años después, se individualizarían como las de la zona de Paso de Ferreira, la Posta de Ferreira y más luego, como las de la Estancia de Ferreira para, finalmente, devenir en Villa Nueva y Villa María.

Hacia finales del siglo XVII, dejando atrás el pequeño asentamiento de Fraile Muerto (actual Bell Ville) y tras recorrer poco más de 11 leguas hacia el noroeste, Alonso Carrió de la Vandera (Concolorcorvo) reflexiona en "El lazarillo de ciegos caminantes" lo siguiente: "... con más consideración se puso posta en el Paso de Ferreira, por donde regularmente se vadea el río y se ejecutará con más seguridad con caballos de refresco".

 

 

 

En 1784, el relojero y astrónomo francés José Sourryère de Souillac pasó por el lugar camino a Bolivia ocupado por sus tareas científicas. En su diario de viaje, al momento de demarcar el Paso de Ferreira, escribe que "... llegué de noche y pasé a la banda septentrional donde está la casa de posta ..." para luego, agregar: "Toda la orilla del río está poblada de ranchos, en donde siempre crían sus ganados y labran la tierra. No hay dificultad en pasar el río, porque su fondo es firme y de arena y su agua no excede de los pies, su ancho 115 pasos de caballos  [aclaración: los sitios de cruce de ríos con estas características se los denominaba "esquinas"] ... el agua es buena, tiene abundancia de pescados, como son surubíes, magurutices, sábalos, tarariras, bagres de tres clases, muchas bogas, infinitos dorados, anguilas muy grandes, camarones, unos parecidos a sardinas pero dentados. El origen de este río me dijeron que estaba en las sierras más inmediatas de Córdoba." Y continúa en otro párrafo: "En estas inmediaciones se encuentra mucha caza, toda clase de patos, palomas, perdices, chorlitos, becacinas, loros, cotorras, avestruces, chajás, liebres en abundancia, venados, guanacos, vizcachas, quirquinchos, de los que hay varias especies ... hay también víboras, culebras y otros reptiles ... se hallan las yerbas medicinales oruzú, zuma, canchalagua, jalapa, ruibarbo, mostaza, perlilla, duraznillo, llantén, achicorias, malvavisco, hinojo y contrayerba".

El Comandante de Frontera y de las Armas del Partido de Cuyo José Francisco de Amigorena deja redactado y firmado un documento bajo el título "Descripción de los caminos, pueblos, lugares que hay desde la Ciudad de Buenos Ayres a la de Mendoza, en el mismo reino", en Mendoza, el 6 de febrero de 1787. Será el investigador e historiador José Ignacio Avellaneda quien lo rescatará incluyéndolo en los Cuadernos de Historia Regional de la Universidad Nacional de Luján para su difusión. Al leer con detenimiento este relato pormenorizado descubrimos no solo el camino transitado por los viajeros sino el entorno de la ruta, los caminos secundarios y alternativos, la geografía general, los asientos poblacionales, la cotidianeidad de las formas de vida y los recursos utilizados en garantizar la subsistencia. De este diario de viaje extraemos un fragmento donde se consigna que, una vez dejado atrás Fraile Muerto y Rincón de Bustos van en procura de la Posta siguiente:

 

"Al Paso de Ferreyra (se pagan 6 leguas): Mas de treinta Casas y Ranchos se ofrecen á la vista de esta distancia, ya á uno, ya á otro lado del Rio, viviendo en ellos mas de 150 personas con la misma penuria que sus Vecinos mas avajo sin atreberse á fomentar la Cria de Ganados; no obstante del otro lado del Rio todavía hay algunos Hacendados que despachan sus Muladas al Peru.

Desde Buenos Ayres hasta estos parages  no se alcanza a ver Sierra alguna sino un orizonte llano, pero de aquí ya se da vista á la de Cordova demorando al O.N.O.

El Rio Tercero, el de los  Arrecifes, y todos los demas arroyos de que hemos hecho mención conducen sus aguas al Paraná: Los que se hallan mas adelante hasta Mendoza todos corren al Súr menos el Rio 4º que declina al Oriente y se pierde en una Laguna de la cual sale el Saladillo de Rui Diaz, los demas hasta la Punta de San Luis también se pierden, unos formando Bañados, otros en Lagunas, y otros en Medanos de Arena.

El Maestro de Posta del Paso de Ferreyra es Dn. Juan Manuel de la Fuente, sugeto de combeniencias y bien Hacendado que tiene su Casa sobre la izquierda del Rio, en ella da Cavallos a los que van a Cordova y tucuman, y a los que viajan para Mendoza que no tienen que pasar el Rio, se los da en un Rancho que con ese obgeto tiene con un Postillon sobre la margen derecha ó del Súr. Aquí se separan los dos Caminos reales (y de Postas al mismo tiempo) que vienen juntos desde Buenos Ayres: El uno tira al Norte, a Cordova, y el Perú; y el que vamos describiendo al Oeste con alguna declinacion desde aqui al O.S.O.

Ay en este Paso su Capilla con tres o quatro Ranchos habitados de gente pobre".

 

Si su interés es acceder al relato específico que abarca el trayecto transitado dentro del territorio cordobés, haga click aquí.

Por el contrario, si su deseo es tomar contacto con la integralidad del documento y por ende, de todo el viaje, haga click aquí.

 

En 1825, el Capitán inglés Joseph Andrews en camino hacia Potosí y tras superar Fraile Muerto, describe la zona afirmando que "... la naturaleza cobra belleza a medida que se asciende ... densos matorrales se mantienen a lo largo del camino salvo en la vecindad del río Tercero que lo intercepta".

Para aquellos tiempos, la ruta que unía Buenos Aires con el Alto Perú así como aquella que llevaba a Chile y que se desprendía de la primera una decena de leguas más allá del Río Tercero estaban integradas por una red de vitales nodos conocidos como postas. Estas brindaban caballos frescos, alimentos, refugio para el descanso y un valor agregado vital, el manejo de la información que implicaba el confiable conocimiento sobre el estado de los caminos, las condiciones de seguridad y la transmisión de las novedades, desde las más cotidianas como nacimientos o muertes, hasta las que concernían a temas económicos, militares y/o políticos.

Por todo ésto, el Maestro de Posta era un personaje relevante e imprescindible para los duros y polvorientos caminos de la época; por otra parte, poder acceder a dicha responsabilidad y a las tierras propias de la Posta garantizaba una fuente de ingresos segura para el puestero y su familia lo que hacía por demás codiciable dicho lugar.

No han sido, por tanto, personajes que han pasado desapercibidos al momento de estudiar el devenir histórico de cada lugar.

Hacia principios del siglo XIX, en las Postas de Paso de Ferreira y sus vecinas, sucederían una serie de acontecimientos que, involucrando a los Maestros de Posta de entonces, brindarían las apropiadas condiciones para la posterior llegada de quien se convertiría en el adquirente de esas tierras y más tarde, fundador de la actual Villa María.

 

La reconstrucción de los hechos está reflejada por Luis Alberto Altamira en su trabajo de investigación "Paso de Ferreira (Historia de la célebre estancia en cuyas tierras fundáronse dos pueblos cordobeses: Villa Nueva y Villa María)" de 1950. Aconsejamos remitirse al mismo ya que, en nuestro caso, apelaremos a una síntesis de los acontecimientos.

De la antes mencionada obra de Altamira recogemos que, el propietario por herencia familiar de la Estancia de Ferreira y Maestro de Posta (1773-1789) en la cercana de Esquina de la Herradura, Juan Manuel de la Fuente contrae matrimonio con Patricia de Loza. Fruto de este matrimonio, nace entre otros, Casimiro de la Fuente quien, años después, contraerá matrimonio con Bonifacia Moyano con quien tendrán un hijo llamado José.

 

En paralelo, en la cercana Posta de Medrano, la administración de la misma estaba encargada a José Bustos y su familia por más de dos décadas; un nieto de José de nombre Manuel Bustos asume la función en 1796. Años después y tras enviudar contraerá un segundo matrimonio con Bonifacia Moyano que había enviudado de Casimiro de la Fuente.

En Medrano, asume Pedro José Moyano quien, poco tiempo después, contrae matrimonio con Patricia de Loza que había enviudado de Juan Manuel de la Fuente y por ende propietaria de la Estancia de Ferreira.

Producto de esta compleja situación se inicia un proceso que enfrenta a Manuel Bustos con Pedro José Moyano donde los derechos de propiedad de las tierras de la Estancia de Ferreira se ponen en disputa.

Tras años de pleito judicial el veredicto se vuelca a favor de Manuel Bustos quien abandona la Posta de Medrano en abril de 1810 para transladarse a Esquina de la Herradura junto a su esposa Bonifacia Moyano, el hijo de ésta, José y un nuevo hijo fruto de la relación llamado Eugenio.

Así, Manuel Bustos se hace cargo de la Estancia de Ferreira y de una nueva Posta identificada como Posta de Ferreira.

Hacia 1819, Bonifacia había sufrido dos duros golpes: la muerte de su hijo José y el abandono de su marido Manuel Bustos. Las deudas la acorralan y la vida licenciosa y displicente de su hijo Eugenio hacen el resto.

Comienza por desprenderse de las tierras al sur del río para saciar los compromisos económicos contraídos con José Tomás Carranza, los herederos de éste, en 1826, cederán parte de la propiedad propiciando la fundación de Villa Nueva. Hacia 1832 y poco antes de su muerte, Bonifacia entrega el resto de las tierras ubicadas al norte del río al acreedor Mariano Lozano.

Serán éstas últimas las propiedades que, en 1861, adquirirá el joven Manuel Anselmo Ocampo Lozano; las tierras que, tras la confección y aprobación de la respectiva planimetría, serán puestas en venta y serán las que, en definitiva, darán arraigo a los nuevos pobladores que inyectarán vida a la naciente Villa María.

 

Busto de Manuel Anselmo Ocampo Lozano

Obra del escultor Leopoldo Garrone

 

Aquí se abre un interrogante final: ¿cuál sería el interés que despertaban estas tierras a una rica familia de la Provincia de Buenos Aires con definitiva influencia provincial y nacional como los Ocampo?

La traza del Ferrocarril Central Argentino en su tramo Rosario - Córdoba fue elaborada por el Ingeniero Allan Campbell en 1855 a pedido de la empresa inglesa que, por entonces, administraba dicho medio de transporte. Este proyecto era fervientemente alentado por Urquiza.

Si bien, dicha traza había sido mantenida en estricta reserva hasta su aprobación ocho años después no sería descabellado y con el único sustento de la subjetividad, dejar abierta la hipótesis que los planos, debido al poder e influencia que los Ocampo tenían en la vida del país de entonces así como la estrecha relación que mantenía con Mitre quien termina acordando los contratos para la construcción y concesión de la obra, pudiesen haber llegado a conocimiento de la familia adquiriendo a bajo costo las tierras ubicadas al norte del Río Tercero que se destinarían a su futuro loteo sobre la base de saber, con antelación, que el tren pasaría por dichos campos y no por la ya existente Villa Nueva.

La obra del ferrocarril quedará finalmente concretada hacia 1870 con la consiguiente influencia sobre la zona en general y Villa María en particular.

 

Epílogo:

Varios meses después volví a pasar por Villa María. Esa tarde, ya no estaban los andamios. La obra se la veía concluída.

Un nuevo relevamiento fotográfico era el adecuado reconocimiento para homenajear el encomiable trabajo realizado.

 

"Bautismo en el Jordán" - Fernando Bonfiglioli

 

Coordenadas:

Latitud: 32º 24’ 50,19" S

Longitud: 63º 14’ 56,44" O

 

 

 

Fuentes de consulta:

  • Lic. MONTEOLIVA de RIGALT, Aurora: "LII. Parroquia Catedral Santuario Inmaculada Concepción de Villa María", CIVITAIS MARIAE, La Ciudad de María, Historia de la Diócesis de Villa María, Galeón Editorial.

  • ALTAMIRA, Luis Roberto: "Paso de Ferreira (Historia de la célebre estancia en cuyas tierras fundáronse dos pueblos cordobeses: Villa Nueva y Villa María)", Facultad de Filosofía y Humanidades (UNC) - Imprenta de la Universidad - 1950.

  • Diario "Los Principios" - Córdoba, 1 y 4 de enero de 1922.

  • PAJON, Carlos: "Arte Villamariense, algo de historia", El Corredor Mediterráneo - 2005.

  • CONCOLORCOVO: "El lazarillo de ciegos caminantes" - 1771

  • JOSE SOURRYÈRE DE SOUILLAC - Fragmentos de sus textos referidos a su viaje de Buenos Aires a Córdoba hacia fines del siglo XVIII

  • de Amigorena, José Francisco: "Descripción de los caminos, pueblos, lugares que hay desde la Ciudad de Buenos Ayres a la de Mendoza, en el mismo reino - 6 de febrero de 1787" - Presentación de José Ignacio Avellaneda - Cuadernos de Historia Regional N°11 Vol IV Abril 1988 - Universidad Nacional de Luján (EUDEBA) (Acceda al documento completo)

  • JOSEPH ANDREWS - "Viaje de Buenos Aires a Potosí y Arica" - 1825

  • Se agradece a miembros de la Comunidad de la Catedral que, generosamente, nos brindaron material impreso sobre la historia del Santuario.

  • Se agradece a Marcela Mammana por su valiosa colaboración

  • Se agradece a Marcio Bonfiglioli por su aporte

  • Diario La Mañana de Córdoba

  • Revista "Caras y Caretas" n°778 - 30 de agosto de 1913 - Biblioteca Nacional de España

  • Revista "Caras y Caretas" n°1073 - 26 de abril de 1919 - Biblioteca Nacional de España

  • Revista "Caras y Caretas" n°1468 - 20 de noviembre de 1926 - Biblioteca Nacional de España

  • Revista "Caras y Caretas" n°1573 - 24 de noviembre de 1928 - Biblioteca Nacional de España

  • Revista "Caras y Caretas" n°1616 - 21 de setiembre de 1929 - Biblioteca Nacional de España

  • Revista "Mundo Argentino" n°931 - 21 de noviembre de 1928 - Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz

 

 

 

 

 

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