PARROQUIA SAN JOSE
Durante el proceso de conquista, las incursiones en el territorio
del sudeste de la actual Provincia de Córdoba
tuvo dos rutas de acceso, desde el norte hacia el sur-sureste y otra
desde el Río de la Plata hacia el oeste-nordoeste. Una vez unidas las dos rutas,
hubo un largo proceso para su consolidación hasta que, hacia
inicios del
siglo XVIII, ya estaba definida y articulada mediante una
secuencia de Postas.
En la zona que nos ocupa en este caso,
dicho camino permitía unir Córdoba con el río Paraná y así,
salir al Río de la Plata. El derrotero implicaba sortear el Río Xanaes (actual Segundo), alcanzar el río Ctalamochita (actual
Tercero), transitar río abajo por la margen sur de estas aguas,
continuar acompañando al río Carcarañá y con éste, hasta su
desembocadura en el río Paraná que, siguiéndolo en su derrotero,
llevaba directo a las costas del Plata.
Una
vez dejado atrás el cruce del Río Tercero en Herradura (un poco
al sur de la actual
Villa Nueva/Villa
María) se llegaba a unos parajes cuya Posta fue siendo identificada con distintos nombres: Esquina de
Colman, Esquina de Medrano, Esquina de Ballesteros, Posta de San
Juan Bautista y Posta de Bustos.
Las Postas funcionaban como
nodos equidistantes que, si bien precarios, brindaban con mayor o menor certeza
y calidad, un refugio donde alimentarse, un techo donde pasar la noche al abrigo
de posibles inclemencias, intercambiar caballos frescos o mulas,
sumar algún baqueano y disponer de una mínima cuota de seguridad
frente a posibles ataques de naturales o bandidos. En
torno de estas Postas se fueron radicando pequeños grupos
de pobladores y con ellos la simiente necesaria para la
consolidación de una primigenia comunidad. En particular, en el
paraje de la Posta de Bustos, cobra vida lo que, con los años, devino en
Ballesteros Sud.
Para conocer más sobre estos territorios y sobre el nacimiento y
desarrollo de dicha comunidad recostada sobre la margen sur del
Río Tercero los invitamos, haciendo
click aquí, a visitar el espacio que le hemos
destinado a la misma.
Contando con dicho material a disposición del lector interesado
y evitando, así, la innecesaria reiteración de contenidos; nos
ocuparemos, en este espacio, de reconstruir lo concerniente a
Ballesteros.
Con
tal fin y en carácter de mojón inicial, hemos optado por elegir a las primeras décadas del siglo XIX;
para luego, tomados de las manos de tres imprescindibles actores, el Dr. Ricardo
Caballero, el Ferrocarril Central Argentino y el Sacerdote
Francisco Company, cual particulares hilos
conductores y de modo cronológico, podamos correr los velos de una historia que,
escrita y pensada "oficial", nos oculta otra realidad que se ha
mantenido invisibilizada.
En concreto, intentaremos sumar distintas lecturas o
visiones de las circunstancias que atraviesan y ponen en
contradicción al oficializado relato histórico; exponer,
aún de un modo parcial los diversos claros y oscuros
será, con seguridad, útil para el lector de modo que
pueda disponer de otras herramientas que lo guíen en el
transitar a lo largo de un período de algo más de un
siglo donde la nación, en todas sus facetas, se ve
reflejada en el espejo de un pueblo rural nacido sobre
un pasado tan desértico como el mismo territorio donde
se arraigó.
No nos motiva influir en un sentido en particular; aún
cuando somos conscientes de lo difícil que es acercarse
a cierto grado de
ecuanimidad, intentaremos procurar un equilibrio, tan razonable como posible. |
El Dr. Ricardo Caballero.
Desde su nacimiento con fecha estimada a fines de 1875 o
los primeros días de 1876 en
Ballesteros, hasta su muerte en
Rosario, el 16 de julio de 1963, Ricardo Caballero es quien nos ayudará a transitar la historia
local, regional,
provincial y nacional. Cual orfebre imaginario irá incorporando
sus propios eslabones nutridos de estudios, actos, discursos,
opiniones, dudas, alegrías, depresiones, triunfos y caídas,
contradicciones, aciertos y errores. Con cada uno de esos
enlaces irá armando un largo collar que, una vez completado y en
nuestras manos, nos permitirá entender no solo el período de sus
casi nueve décadas de vida, sino que, tal vez, nos de una
perspectiva sobre los años previos y aquellos posteriores a su
existencia y hasta nuestros días.


Constancia del bautismo de Ricardo Caballero de 6
meses de edad, hijo de Cirilo Caballero y Josefa Alonso
Capilla de Ballesteros [se refiere a
Ballesteros Sud], 25 de
junio de 1876

Censo de 1895 en Ballesteros donde consta que
Ricardo Caballero de 19 años es relevado como Estudiante
y su madre Josefa, con 60 años, es censada como Viuda de [Cirilo]
Caballero

Acta del casamiento de Ricardo Caballero, de 27 años, con
Elvira Vives, de 20 años, nacida en Tucumán.
Ceremonia celebrada, el 10 de mayo de 1903, en la Catedral Nuestra
Señora de la Asunción de Córdoba

Su biografía
sintética nos dice que fue médico, político, escritor y padre de
dos hijos, Clotilde Celia (1904) y Ricardo (1905). Una vez
recibido en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba, se
radicó en Rosario donde desarrolló su actividad como tradicional
médico clínico y, en paralelo, dictó clases de Materia Médica y
Terapéutica e Historia de las Ciencias Médicas en la Facultad de
Medicina del Litoral a la que le donó su colección personal
especializada dejando, conformada en dicho ámbito, la Biblioteca
de Medicina Clásica; su legado incluyó, además y de su autoría,
un interesante aporte literario sobre la historia de la
medicina, la vida de Pasteur y la filosofía.
En
su carácter de escritor popular, merecen atención sus numerosos
textos cortos enmarcados en una cultura arraigada en el
costumbrismo rural, popular, indio, religioso, nacionalista,
federal y caudillista; los relatos están teñidos y evolucionan
con los cambiantes colores propios de su mirada de niño,
adolescente y de hombre maduro. En sus textos y en un aparente
segundo plano, siempre se hace presente su reflexiva y muy
personal interpretación socio política de la realidad por él
entendida. Francisco Rojo y Andrés Ivern en la Compilación de
los escritos de Caballero en la Revista "Nativa" bajo el
título "Páginas literarias del último caudillo", lo
describen como "... un famoso autor desconocido".
En lo ideológico, su argamasa se gestó a partir de
la harina provista por una numerosa y típica familia rural del
sudeste cordobés de mediados del siglo XIX; la levadura le fue
aportada por una crianza entre gauchos y malones que le permitió
moldear un primigenio sentimiento nacionalista. Tras su paso por
la Universidad y ya radicado como médico en Rosario, desarrolló
una inigualable oratoria teñida de pinceladas de socialismo, a
favor del laicismo y
con enjundia, de pasional fervor anarquista cultivado entre
grupos de intelectuales durante su estadía en la Docta.
Para
1904, las semillas políticas que anidaban en su espíritu
germinaron con todas las fuerzas que aportaban los nutrientes de la
efervescencia revolucionaria de las
ideas de Leandro N. Alem y luego, de las de Hipólito Yrigoyen.
Junto a ellos, colaboró en darle sentido a la naciente Unión Cívica
Radical.
El
Dr. Matthew B. Karush en su libro "Workers or Citizens -
Democracy and Identity in Rosario, Argentina (1912/1930)"
asegura que "... Caballero, si bien convertido al
radicalismo, conservó su alianza con los movimientos obreros. En
1904, se lo encuentra como huésped invitado a dar una
conferencia pública en la unión de empleados de comercio sobre
la necesidad de una ley a favor del descanso dominical. De
acuerdo a la información periodística, en dicha oportunidad
Caballero pronunció un discurso que fue '... en defensa de los
trabajadores', argumentando que se solicitaba esa mejora en las
condiciones de trabajo por '... una humanidad bien entendida
basada en el honorable concepto de justicia'". Rescata el
investigador que, "... durante el mismo año, realiza una
enérgica diatriba en respuesta al asesinato de un joven obrero
en manos de un miembro policial del escuadrón de seguridad
rosarino: '¿Qué clase de gente son éstas que, impasibles,
permiten el asesinato de sus trabajadores?' Así, Caballero
emergía como la mayor figura del Partido Radical durante la
cruenta revuelta de 1905".
Quedaba claro que, en tiempos de
nacientes sindicatos y huelgas, sin
reprimirse y sin reprimir, Caballero se sintió un trabajador levantisco
más; fue la etapa que, con una verba encendida, era
catalogado de "obrerista"; quizás, un populista
temprano que, como hemos visto, era un usual invitado a los
encuentros gremiales aún cuando en su vida social rosarina se lo
reconoce como tradicional miembro de la Cámara de Comercio y del
Jockey Club locales.
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Párrafos de una Conferencia frente a obreros
en Rosario
Publicada en el Periódico "La Protesta",
Buenos Aires, 29/07/1904 |
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"Yo no me siento ligado por ningún vínculo con la
adiposa patria burguesa de este presente sombrío. Mi
patria, no es la prostituta querida de un imbécil
tirano, en cuyo rostro pálido avieso, se ha cristalizado
una sonrisa que parece un rictus; mi arma no es la que
arma el brazo del mercenario de los vigilantes y los
perros de presa, para asesinar a los inermes
trabajadores, mi patria no es la dicta la ley de
residencia y por la boca de un diputado arlequinesco,
que ríe sobre las encorvadas legiones de trabajo y de
dolor; mi patria no es la patria de los coraceros
regios, de los caballerizos nobles, de los caftens
hechos legisladores, de los legisladores lacayos, de los
militares asesinos de indios, de los polizontes
condecorados; mi patria no es la que entrega la
enseñanza en manos del jesuitismo o de las favoritas de
un ministro encanallado; mi patria no es la que dicta la
ley del servicio militar obligatorio, en virtud de la
cual se arrastra a la juventud a los cuarteles para
arrojarla a la vida, con el alma maculada y el cuerpo
envenenado por el mal venéreo; esta patria burguesa,
gozadora como una hembra histérica, con el rostro
enmascarado de albayalde será la madrastra de los
hombres honrados y la madre de la canalla.
Abajo el viejo concepto de las patrias y los hombres
hermanos en el trabajo y en el dolor, tendámonos las
manos fraternalmente por sobre las ensangrentadas
fronteras".
Dr. Ricardo Caballero
Ver Documento 1 |
|
Es
imprescindible detenernos en este momento histórico en la vida
de Ricardo Caballero; se ha producido el fracaso del
levantamiento revolucionario de 1905 y el joven médico decide
ponerse a la cabeza de la reorganización del partido radical en
Rosario con la expectativa puesta en un nuevo movimiento que, a
partir de un mayor volumen de adhesión y organización, logre
alcanzar el triunfo.
Regresemos entonces al Dr. Matthew B. Karush quien, en su
documentado trabajo, logra una excelente descripción de la
situación social y política temporal que es hábilmente
interpretada por Ricardo Caballero. El autor de "Workers or Citizens -
Democracy and Identity in Rosario, Argentina (1912/1930)"
describe que, durante los siguientes años, el dirigente radical
"... comenzó a construir una visión de la democracia que se
parase en marcado contraste de aquella promovida por la mayoría
de los políticos rosarinos. Para hacerlo, Caballero usó algunas
de las imágenes estandarizadas de la retórica radical,
pregonando la 'causa' de la democracia poniendo énfasis en la
necesidad de quitarles el poder político a la oligarquía
corrupta y moralmente quebrada. A partir de aquí, Caballero
impulsó su retórica hacia nuevas direcciones. Basado en una
específica lectura de la historia argentina, sus ataques al
gobierno se centraron en asociar que la lucha por la democracia
era, también, la lucha por mejorar la suerte de la mayoría
trabajadora".
En
ese tiempo, Caballero acumulaba firmes posiciones en contra del
liberalismo de la Generación del '80; una férrea aversión hacia
los "gringos" europeos que, a su juicio, eran una amenaza
que desplazaba la histórica ruralidad nacional, se apropiaba de
las mejores tierras y destruía las viejas tradiciones camperas.

Dr. Prof. Matthew B. Karush -
"Workers or Citizens -
Democracy and Identity in Rosario, Argentina (1912/1930)"
Con
acierto, Karush nos ubica en la apertura, en octubre de 1906,
del Comité Central del Partido Radical en Rosario; en esas
circunstancias, Caballero "... aprovecha la ocasión para
presentar su interpretación de la historia argentina y la
nacionalidad así como a exponer su visión de la democracia capaz
de favorecer a las masas trabajadoras. Caballero argumenta que
el verdadero espíritu democrático prosperó en el período
anterior a 1880. Exalta a los caudillos de principios del siglo
XIX por su heroísmo; describe a Rosas y Facundo, objetivos
centrales de los ataques de Sarmiento, como 'actores Shakespearianos' dispuestos a luchar por un ideal. En su
lectura de las largas guerras civiles en las que los Unitarios
de Buenos Aires se propusieron acabar con los referentes rurales
Federales, Caballero ubica a la masculinidad del lado de estos
últimos. Como Facundo, esos líderes regionales representan a 'esas
virilidades campesinas habitualmente ensangrentadas por la
implacable tiranía Unitaria de las ciudades'. Esta etapa en la
temprana historia argentina constituye el 'período ideal de
nuestra democracia' porque los hombres luchaban con valentía y
estaban dispuestos a morir 'por amor a la libertad'. De acuerdo
a la visión nostálgica de Caballero, todas estas 'virtudes
nativas' - bravura, hombría y la predisposición a sacrificarse
por un ideal - comienzan a desaparecer, paradójicamente, a
partir de 1880 destruidas por el crecimiento económico. El, así
llamado, progreso aumenta la prosperidad material de la
oligarquía propiciando el desarraigo de las masas criollas
pobres y la caída de su calidad de vida. En la visión de
Caballero estos cambios amenazan el carácter nacional: 'La
pasión que empujaba a los hombres a luchar por la verdad y la
justicia, es reemplazada por el vil deseo de provecho; mientras
que el fraternal ideal de libertad y derechos, cae a niveles
despreciables'. La condena que hace Caballero de su tiempo se
sustenta, en parte, a su disgusto por asumir a la tecnología
moderna como la responsable del impacto destructivo sobre
aquello que había sido un mundo rural idílico. Argumenta que,
con el crecimiento económico, 'las fábricas tiñeron el azul
intenso de los cielos con sus negras nubes de humo y tendiendo
telégrafos y ferrocarriles, la prosperidad material aprisiona,
cual tela de araña, al espíritu inquebrantable de la vasta
llanura'. Con estas imágenes construye una contraposición entre
el noble y heroico pasado rural y la devastada moralidad del
presente urbano. Caballero, además de reivindicar la
masculinidad de los viejos caudillos rurales asegura que dicha
virtud está en peligro frente al nuevo orden". En síntesis,
Caballero "... prometía que el Radicalismo habría de
destronar a la oligarquía 'mercantilista' de resultas de crear
una nación donde los trabajadores gozarían de la 'dignidad
humana' que supieron tener cuando Argentina era un mundo rural
gobernado por el varonil caudillaje". Estamos frente a la
idea de "... la glorificación del gaucho, el nacionalismo
criollo".
La
reacción obrera durante esos años era inevitable. Tal es así
que, una vez iniciada con las huelgas de los empleados
municipales, otros sectores postergados y por mucho tiempo
ignorados, se fueron sumando generando un ambiente de
conflictividad donde Caballero encontró el necesario caldo de
cultivo para los intereses de su fuerza política.
 |
Conferencia en
el Circulo Obreros Liberales del Rosario
26 de agosto de 1905
Manifiesto
frente a la represión policial
1906 |
|
"Los hombres de lo que se llama el alto comercio, la
banca, la mentida industria nacional, las camarillas de
los que lucran con el crimen de todos los gobiernos y
con el sudor de todos los inconcientes, comprendieron
con la sagacidad de un instinto adecuado para olfatear
el bienestar y el placer, que la república pudo ver
sacudida por corrientes desconocidas, que una época de
activa oxigenación del aire habría hecho imposible la
vida de las larvas que solo alimentan en los pudrideros.
Y han visto, sí, que de las usinas, de las fábricas, de
las cárceles, de los grises barrios obreros, de todos
los lugares de sufrimiento y de trabajo, se levantan
brazos membrudos y amenazadores, agitando un jirón de
aurora por bandera. Temieron que la sublime utopía
revolucionaria que ardió en el alma de Marat proscripto
y brilló en la frente de Rousseau moribundo, y cayó
ahogada en sangre en el sombrío muro de los federados
del '70, pudiera inflamar el alma soñadora de las
multitudes. Y el miedo unió a los enemigos de la víspera
en una legión cerrada como una tumba egipcia, a todo
sentimiento noble y bueno. La prensa conservadora de
Buenos Aires agitó el denuesto para la revolución
vencida. Esa mala hembra quería que el Presidente
Quintana le dispensara sus favores y por eso llegaba
hasta él, babeando sobre los cuerpos ensangrentados y
aún calientes de los caídos".
Dr. Ricardo Caballero
"En esta ciudad de Rosario, la policía acusó a los
trabajadores de estar fuera de ley. Con el pretexto de
buscar presuntos delincuentes, procedieron a cerrar
distintas unidades sindicales, han allanado casas a lo
largo de toda la noche, ha habido encarcelamientos
masivos y lo más despreciable es que trabajadores
inocentes fueron arrestados y retenidos en comisarías
por más de 18 horas. Quienes hemos participado en la
revolución de 1905 seremos los mismos que lideraremos
una nueva gran revolución y lo volveremos a hacer con el
objetivo de acabar con los sentimientos que son opuestos
a la República, a la Democracia, al respeto que deben
inspirar los pobres y los que sufren; terminaremos con
esos sentimientos que fueron sembrados por los oligarcas
a lo largo del país. Más que una misión política, el
Radicalismo persigue un apostolado social".
Dr. Ricardo Caballero
Ver Documento 1 |
|
Con
el inicio de la década del '10, un eslabón importante en la vida
de Ricardo Caballero son las elecciones de 1912 a Gobernador de la Provincia de Santa Fe
donde, como candidato a vice Gobernador, acompañará a Manuel Menchaca
compitiendo en nombre de la UCR.
Aún
con la oposición previa de Yrigoyen que Caballero logra torcer,
el Partido acepta disputar bajo
las reglas de la nueva Ley Electoral de sufragio secreto y
obligatorio instituída por el Presidente Sáenz Peña. Sus
principales rivales son la Liga del Sur con el binomio Lisandro de la Torre
y Cornelio Casablanca; mientras que, por la Coalición, la
formula está constituída por Marcial Candiotti y Alberto J. Paz.
Volviendo al Dr. Matthew B. Karush, vemos que el autor rescata
que "... los Liguistas y los
Radicales por igual sabían que, alcanzar la victoria en la
elección, dependía de la habilidad que tuviesen para acceder a
los nuevos votantes, muchos de los cuales eran trabajadores".
Caballero, durante los últimos años, había sabido acumular una
experiencia en el llano que le permitía, al momento de la
elección, llegar habiendo demostrado que disponía no solo de un
carisma particular sino que, también, contaba con las mejores
herramientas de su verba con las que interpelaba y movilizaba
los sentimientos de un amplio sector de las masas proletarias.
Según el historiador, compartiendo la opinión de otros
investigadores, "... durante la campaña de 1912 y de resultas
del apoyo que les había brindado durante las huelgas, Caballero
estaba alineado a los criollos, solo le fue necesario
solidificar esa alianza ya existente". De hecho, "... a
medida que aumentaban los conflictos gremiales, se hacía
evidente la influencia de Caballero tanto sobre las acciones
como en las manifestaciones de los trabajadores. Mientras los
empleados municipales, en un principio, habían centrado sus
reclamos en lo salarial y no en lo partidario; con el avance de
los acontecimientos, viraron a atacar directamente al gobierno
de la ciudad, en su mayoría, integrado por representantes
Liguistas".

Caballero junto a Yrigoyen ("El Peludo") en una marcha
proselitista previo a la elección de Gobernador
El 31 de marzo de 1912, tras realizarse la votación y completado
el escrutinio, se declara triunfadora la fórmula de Manuel
Menchaca y Ricardo Caballero con 6153 votos (46,50%) contra 4682
votos (35,50%) de la Liga del Sur y 2318 votos (17,50%) de la
Coalición. Las nuevas
autoridades asumen el 9 de mayo de 1912 para cumplir con un
mandato de cuatro años de duración.

Provincia de Santa Fe - Vice Gobernador Ricardo
Caballero y Gobernador Manuel Menchaca
Como Vice Gobernador, pasa a presidir el Senado Provincial. La
Revista "Caras y Caretas" del 10 de agosto de ese año
apela a su tradicional ironía para asegurar que, en esta
responsabilidad legislativa, el Dr. Caballero "... usa muy
poco la campana. Se diría que solo con sus ojos, mirando a través
de un par de gruesas lentes, domina a los representantes del
pueblo. Su aspecto mongólico le presta cierta imponencia
exótica, que hace que sus silencios sugieran secretos de tragedia".
Continúa el artículo dando cuenta que algunos Senadores
intentarían presentar sus proyectos, antes "... que se le
ocurra hablar al Dr. Caballero, porque es fama que cuando éste
rompe su silencio es para desarrollar una conferencia, de
tendencias socialistas avanzadas, que se prolonga a través de
varios plenilunios, como ciertas tragedias chinas".
Desde el origen de la configuración de la formula, la relación
entre ambos dirigentes radicales es por demás conflictiva así
como, también, de ellos hacia el seno del novel Partido.
A tan solo tres meses de haber asumido la Gobernación, un sector
radical identificado con Ignacio Iturraspe ya solicitaban la
convocatoria de la Convención partidaria con el objeto de
presionar al Gobernador para que cambie la totalidad de su
gabinete incorporando al sector "ignacista".
A esta traumática situación, propias de constantes y mal
resueltas pujas internas, se debe sumar que,
a partir de 1912 y siguientes, una serie de nuevas huelgas sacuden la cotidianeidad
rosarina convulsionando la realidad local, al tiempo que otros
focos similares se iban multiplicando a lo largo del país.
Estábamos frente a lo que la historia identifica como "El Grito
de Alcorta". Durante ese período, Caballero asume las
negociaciones maniobrando en un ambiente donde las
masas proletarias, aún no se le han vuelto hostiles.
Oscar R. Videla en su trabajo "Ricardo Caballero y el
radicalismo santafesino de la primera mitad del siglo XX"
asegura que "... la gestión de este muy particular
republicano ... autodefinido como 'socialista práctico' ... fue
sin dudas una de las más polémicas y particulares del período,
tanto por el grado de conflictividad social en que se
desenvolvió, pero particularmente por la nueva actitud que el
ejecutivo municipal adoptaba ante la misma, reconociendo la
justeza de los reclamos y aún alentándolos". Respecto a
estas circunstancias, Mathew Karush en su pormenorizado estudió
concluye que " ... las fuerzas que habían sido utilizadas
tradicionalmente para reprimir la protesta ahora estaban bajo el
control directo de un defensor de los intereses de la clase
obrera". El equilibrio en que se mueve es por demás frágil;
transita los conflictos tensionado entre unas bases que oscilan
entre dispensarle confianza o dudas y sectores patronales que
han sido el sustento del radicalismo en su triunfo electoral.
Completado su mandato como Vice Gobernador, por el período
1916-1919, asume como Diputado Nacional en representación de la
"UCR Disidente" de Santa Fe. Centra esta función en una
apasionada defensa de las preocupaciones sociales así como en la
reivindicación de la historia de los caudillos federales.
Por entonces, el mundo es un hervidero envuelto en una
sangrienta Primer Guerra Mundial y una triunfante revolución
bolchevique que definida, por Jorge Ricardo Masetti, como "... la
cuchilla proletaria que hirió por primera vez la costra
capitalista y abrió el surco ávido de semillas", se disemina
y contagia a los sectores obreros a lo largo del planeta. Caballero opta por no adherir a las ideas marxistas que vienen del
este europeo; esta posición lo va distanciando de aquellos
trabajadores que van siendo influenciados por esas
novedosas corrientes ideológicas. En contraposición al marxismo
ateo, el dirigente afianza su vínculo con la religiosidad y el
catolicismo en particular.
Durante
1918, con fervor, el ya curtido líder radical elige repudiar la Reforma Universitaria
y en paralelo, asume una nueva responsabilidad
legislativa como Senador
Nacional entre 1919 y 1928. Es en este período cuando hace
visible los reclamos rurales tomando partido por los
arrendatarios.
Luego de aquella campaña por la elección a Gobernador Provincial y
de
la siguiente que llevó a Yrigoyen a la Presidencia en 1916, Caballero toma
distancia del Presidente electo y desde la disidencia antipersonalista santafesina,
transita el mandato de Alvear. Iniciada la etapa proselitista
por la segunda presidencia del Peludo, vuelve a acercársele;
esta vez, la vecindad con él durará poco tiempo.
Vuelto a Rosario, a partir de 1928, lo encontramos ejerciendo la
Jefatura de Policía. Una cadena de huelgas habían estallado días
antes de su asunción el 9 de mayo; si bien el levantamiento se
había iniciado con los trabajadores portuarios reclamando un
aumento salarial a las empresas exportadoras, la muerte de la
obrera textil Luisa Lallana de 18 años provocó que los
conflictos se intensificaran involucrando a otras y diversas
actividades.

La muerte de Luisa Lallana como resultado de una
"incidencia ocurrida con motivo de la huelga",
anticipa un estilo periodístico donde el
conflicto es el culpable y exclusiva razón de un deceso

Recortes periodísticos incorporados en el
Seminario de Marianela Scocco
"Representaciones de las huelgas de
portuarios - Rosario, mayo de 1928. Una perspectiva desde el
acontecimiento"
El movimiento se fue generalizando, tomó las calles enfrentando
a la patronal, a los sicarios de la Liga Patriótica, a los rompe
huelgas que la prensa llama "obreros libres" y a los
periódicos que se ocupaban de demonizar tanto a la lucha laboral
como a un Jefe de Policía que, por no reprimir la protesta, se
lo identifica como "demagogo" de los "revoltosos"
y "... mentor que dirige al electorado y a la muchedumbre".
El trágico resultado de ese mayo se contó en muertos, heridos y
numerosos encarcelados; el deceso del niño Gaetano Leonardi, fue
el caso más emblemático.
Apelando a su versatilidad para maniobrar dentro del fragor del
conflicto, logra una solución que devino en un acuerdo y una
frágil tregua temporal sustentada en la aceptación gremial del
aumento ofrecido por los exportadores portuarios. En este
sentido, Matthew Karush concluye que "... sin duda, la
presencia de Caballero como Jefe de Policía ayudó a los
trabajadores a asegurar este resultado (el aumento salarial) al
convencer a los empleadores que no podrían abatir la huelga por
la fuerza".

Recorte periodístico incorporado en el Seminario
de Marianela Scocco
"Representaciones de las huelgas de
portuarios - Rosario, mayo de 1928. Una perspectiva desde el
acontecimiento"
A fines de 1928 y durante 1929, se activa una nueva reacción,
esta vez es en las zonas rurales santafesinas extendiéndose
hacia Córdoba; en este caso, la prensa se ocupó de explicar que
el levantamiento no tenía razones económicas sino políticas y
que era fogoneado por "ateos soviets" o "volcheviques"
enfrentados con pacíficos peones agrarios que tan solo querían
trabajar. Este relato y la abierta puja entre el Gobierno
Central y el anti personalismo provincial, habilitó que desde el
Ejecutivo Nacional se decidiese comisionar la intervención
federal del ejército.
Desde aquel lejano ascenso a la Vice Gobernación en 1912, su
cambiante derrotero político es muy bien reflejado por Matthew
B. Karush en su libro "Workers or Citizens - Democracy and
Identity in Rosario, Argentina (1912/1930)" mediante el
siguiente gráfico:

Partidos políticos mayoritarios en la Provincia
de Santa Fe durante el período 1912-1930
(*
Resaltado) Partidos o Sectores presididos o con la adhesión del Dr. Ricardo
Caballero
Sintiéndose afín al camino recorrido por los intelectuales
como
Leopoldo Lugones,
Manuel Gálvez y Ricardo Rojas, los nuevos tiempos de la espada
lo ubican junto al golpe
nacionalista de 1930 y a los gobiernos posteriores mientras
lideraba un sector que comenzó a reconocerse como "Caballeristas".
En
esta etapa, transitando la década infame como justista y orticista,
asumió como Director de la Caja Nacional de Ahorro Postal
durante el período 1932-1936. De 1937 a 1943, una vez más
y en representación del pueblo santafecino, regresa al Congreso
como Senador Nacional. Frente al golpe del '43 se inclina por la
adhesión al mismo y al posterior naciente peronismo. Será
durante esta etapa cuando, en su pueblo natal, entabla un
vínculo con Francisco Company, un sacerdote que tendrá
un protagonismo medular en la razón motivante de esta página.

El Dr. Ricardo Caballero en
diversos números de la Revista "Caras y
Caretas" y portadas de sus libros
"Aristóteles: naturalista, biólogo y filósofo" e
"Yrigoyen, la
Conspiración Civil y Militar del 4 de febrero de 1905"
Ver Documento 1
En
1955, tras el golpe de estado al Gobierno democrático del
Presidente Perón, es marginado de la actividad política y de sus
cargos docentes; su vida pública y partidaria es perseguida, se
la desdibuja e
invisibiliza. Tal vez, había acumulado demasiados enemigos como
consecuencia de los sinuosos caminos que, a lo largo
de su vida, había elegido recorrer.
Con
resignación, opta por bajar su perfil dedicándose a su
profesión, a escribir, al estudio histórico y revisionista del
espíritu telúrico, del caudillismo en general y del rosismo en
particular; con ese objetivo, se dedica a tiempo completo al "Centro Argentinista Juan
Manuel de Rosas de Estudios Históricos" que había fundado
en la década del '40 en
Bell Ville, logrando multiplicarlo en casi 30 sedes a lo largo de
Santa Fe y Córdoba.
Hasta su deceso
en 1963,
se refugia en Humen en las afueras de Rosario; lo
hace en una casa que, rodeada de añosos árboles, se precia de
semejar un castillo. Hace ya años que, de la misma, solo quedan
escombros mudos y muertos.

En su casa y con pañuelo al cuello, el
Dr. Ricardo Caballero conversa con Marcos P. Rivas
y con, mate en mano, Andrés Ivern (Revista "Mayoría"
Año III n°99 - 12/03/1959)
"Aristóteles,
Naturalista, Biólogo y Filósofo"
(Fragmentos del Prólogo)
Conferencia en el Salón de Grados
de la Universidad de Córdoba
10 de junio de 1943 |
"Esta publicación significa mi respuesta al
comentario antojadizo, confusionista y tendencioso que,
en relación al contenido de mi conferencia, realizara la
prensa sensacionalista y pasquinesca. Esa prensa no
opuso a mis ideas las suyas, porque ya se que no las
tiene, pero procuró azuzar los instintos de un
estudiantado, liberal, comunista, socialista o
extranjerizante, para que arrojara por las calles el
grito ronco con que disfraza sus apetitos: de ¡VIVA LA
DEMOCRACIA! ¡Viva la Universidad DEMOCRATICA! ¡Viva la
Reforma Universitaria! Yo quisiera saber cuál de esos
jóvenes ha defendido como lo he hecho yo, en todos los
terrenos a la democracia, porque hasta este momento no
he podido saber sobre qué ideas se ha asentado la
Reforma que la invoca. Si ella significa la
participación del estudiantado en el gobierno de la
Universidad y, en la dirección de los estudios, y este
hecho se denomina la democracia en la Universidad, yo lo
repudio, lo he repudiado siempre.
Los movimientos de carácter internacional dentro del
país, son inconcebibles y si algunos pueden tener
contactos ideológicos foráneos, ellos deben ser
puramente tangenciales y nada más. El argentinismo, como
lo siente la masa nativa y los extranjeros que se
vincularon al país por el trabajo, por la familia y por
la simpatía que despierta su modalidad en las almas
buenas, están aplastados por combinaciones oscuras y
prácticas, que presentimos operan bajo los más
encubiertos mimetismos. Por respeto a mi país, porque
ahora aliento la esperanza de que algo puede ser salvado
todavía, me abstengo de descender al abismo en cuyo
fondo tenebroso se maquina en histórica y perversa
continuidad, la total extinción de la verdadera
argentinidad tradicional, jerárquica, católica, generosa
y democrática".
Dr. Ricardo Caballero
Ver Documento 2 |

Dr. Ricardo Caballero
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El Ferrocarril en América del Sur.
Para
iniciar nuestra incursión en esta temática debemos acompañar los
pasos del naturalista e ingeniero inglés John Miers quien, hacia
1819, ya lo hemos encontrado, en la actual
Ballesteros Sud,
camino a Chile.
Junto a unos trabajadores que había traído de
Inglaterra, se radica en la zona de Concón, al otro lado de la
cordillera. Se trata de un vasto territorio de dunas y planicies
que, bañadas por las aguas del Río Aconcagua, se extienden sobre
la costa del Océano Pacífico al norte de Valparaíso.
En
su libro "Travels in Chile and La Plata - 1819/1824",
Miers describe que ingresa "... al valle de Concón en
Tavolongo. Desde este lugar, el valle se aprecia hermosamente
cultivado y rico; a través del mismo, el río corre vertiginoso
dividiéndose en varios brazos que dibujan caprichosos recorridos
en su búsqueda del mar ... en este sitio permanecí por varios
años". Ya instalado en el lugar, pone en marcha un proyecto
de molinos harineros y un aserradero para la producción de
duelas. En un corto plazo, sus aspiraciones se ven truncas
producto de un devastador terremoto acontecido a fines de
noviembre de 1822.

Hemos reparado en este sitio ya que, radicado por entonces en
Chile, el emprendedor estadounidense
William Wheelwright buscaba beneficiarse con los tendidos
férreos en el país trasandino. Wheelwright, sin antecedentes
técnicos ni fortuna personal, había accedido a la concesión de
un tendido de 14 km entre Lima y el Puerto del Callao en Perú,
el acuerdo caducó sin que el empresario depositara la respectiva
garantía. Aún con este antecedente negativo, se lo encuentra
administrando la construcción de la línea de Copiapó a Caldera
en Chile.
Con el significativo aporte del prestigioso y también
estadounidense ingeniero Allan Campbell, logró inaugurarla en 1851;
quedaban así vinculadas las minas de
cobre con el puerto de Caldera sobre las costas del
Océano Pacífico. Serán estos mismos actores quienes impulsarán una
nueva línea que comunicaría Santiago de Chile con Valparaíso atravesando el
valle de Concón.
En el mismo 1851, el Congreso chileno autorizó el inicio de esta
nueva
obra dándole mandato al Ejecutivo para que propicie la
formación de una Compañía administradora con recursos
provenientes de la venta de acciones a capitalistas chilenos. En
1852, una vez conformada la Sociedad Explotadora, se colocó la
piedra fundacional del proyecto en el cerro del Barón. En 1854,
haciéndose cargo del proyecto, el ingeniero inglés William Lloyd
es quien replantea algunos trayectos y en particular, el tramo que
atravesaba Concón al que reemplaza por una
ruta más al sur atravesando las tierras que, en la
actualidad, ocupa la ciudad de Quilpué. Si bien, para 1861, la
obra ya estaba activa a lo largo de un tramo significativo;
poder completarla, implicó que el Congreso trasandino debió autorizar al
Gobierno que negocie un empréstito en Inglaterra para cubrir el
costo por el remanente del proyecto. Este esquema de ingeniería
financiera sienta las bases que se expresarán con nitidez en
nuestro país.
El 14 de setiembre de 1863, los 183 km de la línea férrea
vinculante de Santiago con Valparaíso quedaron inaugurados.

William Wheelwright, Puente de los
Maquis y William Lloyd
Según el "Chile Ilustrado - Guía Descriptivo del Territorio
de Chile, de las Capitales de Provincia y de los Puertos
Principales" de Recadero Santos Tornero, publicado en 1872,
el Estado chileno procedió a comprar todas las acciones
asumiendo la administración estatal de esta red. De acuerdo a
esta guía "... un pasajero de Santiago a Valparaíso paga 5
pesos en carro de 1° clase, 4 pesos en carro de 2° i 2 pesos
cincuenta centavos en carro de 3°". La información suma el
costo del transporte de animales, de hecho, "... los
caballares i vacunos pagan dos centavos por kilómetro y los
demás, un centavo".
Es claro que la estrategia gestada en la conquista, consistente
en la financiación de los imperios a través de la expoliación de
los recursos naturales obtenidos en las tierras americanas,
encontró una continuidad de formas en similares estrategias
apuntaladas desde los nuevos centros de poder.
Es allí donde las nuevas formas del capitalismo industrial,
centrados en Inglaterra y luego en EEUU, no solo necesitaron
apropiarse de las riquezas y materias primas que las jóvenes e
inestables repúblicas fueron entregando sino que era
vital contar con una permeable, sectaria y
colaboracionista clase social que estuviese dispuesta a
entregarlos; convirtiéndose, además, en pudiente consumidora de
los productos que se manufacturaban en los lejanos centros de poder.
La filosofía del liberalismo en lo político y del libre comercio
en lo económico requería vincular los sitios de producción de
riquezas con los puertos de salida de esos bienes al cobijo de
leyes que, beneficiosas a esos intereses, eran dictadas por y para una
nueva minoría burguesa nacida a partir de la apropiación masiva
de tierras luego de las sucesivas campañas sobre los territorios
definidos con el eufemismo de "desierto". En este
marco, la necesidad ferroviaria se tornó un eslabón imprescindible.
En síntesis, era más que obvio que un buen número de los actores
comprometidos del lado chileno serían
convocados desde el Gobierno de Buenos Aires para asumir un
protagonismo central en el desarrollo ferrocarrilero de nuestras tierras.
El Ferrocarril Central Argentino. El proyecto de Allan Campbell.
"La casa de mi infancia"
(Fragmentos) |
"Desde esta habitación que se desmorona escuché, la tarde de un
día de invierno, el clarín de la última grande y lujosa tropa de
carretas que cruzara por el camino, rumbo al occidente, como
siguiendo el curso del sol hacia el ocaso.
-'¿Volverán las carretas?' - preguntábamos a nuestros padres,
recordando las delicadas golosinas de que eran portadoras.
Cuando nos respondían negativamente, diciéndonos que el
ferrocarril las había sustituido, una tristeza indefinible y
oscura caía sobre nuestras almas.

Caravana de carretas entre Mendoza y
Buenos Aires
Dibujo de John Miers incorporado en su libro
"Travels in Chile and La Plata - 1819/1824"
Presentíamos que el
ferrocarril había de ser un monstruo representativo de enormes
potencias hostiles, ante las que sucumbieron todos. Conocí el
ferrocarril cuando tenía diez años y ese mismo día escuché de
labios de un viejo criollo, don Fortunato González, esta frase
que confirmó mi sospecha y se me clavó en el corazón: 'éso, será
la ruina de todos', dijo señalando un convoy de pasajeros.
Profética era la frase. Ruina para los amigos que conocimos en
sus modestas y grandes heredades; dispersión para las familias
de abolengo criollo; éso trajo el riel al dominar la pampa.
Por él, el humo de extraños
hogares se levanta en los campos nativos, y por él, los criollos
acostumbrados a una vida sin malicia, fueron víctimas de la
especulación y del engaño, desparramándose a todos los vientos,
latigueados por el sarcasmo que les llamaba gauchos, para
terminar hundiéndose como proletarios en el engranaje de la
servidumbre económica que no habían conocido. Como herencia de
proscriptos, fue repartida la tierra argentina. Gobierno hubo,
gobierno de argentinos, gobierno ilustre, según las frías
historias oficiales, que entregó desde Rosario a Córdoba, 180
leguas de los mejores campos, a una empresa extrajera,
expropiándolos por la mísera cantidad, que no se pagó nunca, de
200 pesos la legua".
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Revista "Nativa" - Año XI Nº 122 - Buenos Aires, febrero
de 1934
"Páginas literarias del último
caudillo" - Compilación: F. Rojo y A. Ivern |
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Tendido sobre la margen norte del Río Tercero, el Central Argentine Railway
(FCCA - Ferrocarril Central Argentino) será, en la escritura de esta
historia, un protagonista relevante y en muchos aspectos,
demasiado oscuro.

A fines de 1851, el por entonces Coronel Sarmiento visita
Rosario y se aloja con su comitiva en la casa de la familia
Santa Coloma; estando en la Villa, deja instalada la primera
imprenta de esta población portuaria en una propiedad cuyas
paredes, años más tarde, serán silentes observadoras de los
borradores y diseños de este ambicioso proyecto.

En primer plano, casa de la familia Santa Coloma
-
"Anales de la Ciudad del Rosario de Santa Fe - 1527/1865"
Sarmiento dejará un testimonio escrito de esos días en Rosario
donde la "Gazeta" lo describía como "... el enemigo
más temible que ha tenido Rosas". Extraemos de su diario sus
reflexiones sobre su encuentro con el Mayor José Rodríguez quien
se encontraba "... extasiado por las consecuencias prósperas
y felices que traería para el Rosario la caída de Rosas y con
ella la llegada de la libertad comercial y la navegación libre
de los ríos".
Constituída la Confederación Argentina, luego del triunfo en
Caseros, el Director Provisorio Capitán General Justo José de
Urquiza toma una serie de decisiones de central importancia para
Rosario: el 3 de agosto de 1852, eleva su consideración de Villa
a Ciudad; a fines del mismo mes, reglamenta el funcionamiento de
su puerto asignándole aduana propia y en los primeros días de
octubre, decreta la libre navegabilidad de los ríos y, en
comunión con esta decisión, deja formalmente habilitados los
puertos de Santa Fe y Rosario.
Para mediados de 1854, se organizan los servicios de mensajerías
con base en Rosario siendo el primer destino la ciudad de
Córdoba, trayecto que habría de insumir tres días. Se
estipulaban, para este tramo, dos viajes redondos por mes
mediante diligencias o galeras con una capacidad de transporte
de unas 14 a 17 pasajeros y un equipaje permitido máximo de una
arroba y media de peso; los responsables de la administración
aconsejaban a los viajeros llevar su alimento ante la
posibilidad que no se encontrara existencia segura en las
postas.
Para esa época, el Ingeniero y Topógrafo
Allan Campbell había realizado un estudio de factibilidad de
una red ferroviaria capaz de unir Rosario con Santiago de
Chile y que, de allí, se enlace con el tendido que el experto
había diagramado para comunicarse con el puerto de Valparaíso.
De concretarse el osado proyecto, ambos océanos quedarían
vinculados. Además, el especialista ya tenía antecedentes de
redes tendidas en EEUU y de haber trabajado en Chile diseñando
la línea Copiapó - Caldera.
El 5 de setiembre de 1854, el mismo día que la recibía de
Allan Campbell, Justo José de Urquiza emite un
Decreto aceptando la propuesta ferroviaria del Ingeniero; lo
hace, asumiendo que, "... una de las más premiosas
obligaciones del Gobierno Nacional es dotar a la Confederación
de vías públicas que activen el comercio de unas
provincias con otras, den valor a la producción, faciliten la
población del territorio y contribuyan a
realizar la constitución política de la nación".
Continúa asegurando que en relación a las obras de comunicación,
"... ninguna es más importante que la del ferrocarril entre
las ciudad del Rosario y la de Córdoba". El Decreto describe
al Ingeniero Campbell como una autoridad indiscutible cuya
"... presencia en el Río de la Plata es una circunstancia que no
puede perderse, por las pruebas de capacidad y suficiencia ...
ya ha dado en ambas Américas". Es central en el Decreto la decisión de asignarle al Ingeniero,
en carácter de honorarios y gastos incluídos, la suma de 40000
pesos fuertes.
En la
misma resolución rescatamos que, para colaborar con el técnico
en sus estudios y a futuro en caso de llevarse adelante las
obras "... la Confederación
prestará toda la fuerza militar que fuera necesaria para
proteger al ferrocarril y a sus empleados de los salvajes".
Sin embargo y aún con esta salvedad, el decreto autoriza a
"... que los empleados podrán usar armas, sin otra licencia que
la autorización del gerente".
El trabajo de recopilación documentaria realizado por Eudoro y Gabriel Carrasco, bajo el nombre
"Anales de la Ciudad del Rosario de Santa Fe - 1527/1865",
nos permite acceder a algunos mojones de esta historio. En los
primeros días de abril de 1855, buscando anticiparse al futuro,
un decreto de la autoridad de la Confederación le da potestad al
buscador de negocios "... José
Buschental [o Bushenthal] para contratar en
Europa la construcción de un ferrocarril entre Rosario y
Córdoba". Para facilitar esta gestión el decreto
ofrecía que "... los terrenos necesarios ... serán entregados
libres de todo gravamen por el gobierno y los que no fuesen de
propiedad pública serán expropiados por su cuenta y pagados por
él ... y además, el gobierno concede a partir de dos leguas de
la Ciudad de Córdoba y uno de cada pueblo de tránsito, veinte
cuadras de fondo a cada lado del trazado ... que pasarán a ser
propiedad perpetua de la empresa".
Este mandamiento estipulaba un año de plazo para
lograr la conformación de una compañía interesada en hacerse
cargo de la obra; si bien el intento logró colocar acciones por
un millón y medio de francos, la aún virtual empresa agotó el
tiempo asignado sin haber logrado su conformación definitiva.
Esta situación obligó a nuevas renovaciones de plazos que
tampoco fueron exitosas. La falta de resultados quizás puede
asociarse con la situación de desunión nacional y puja de
intereses económicos que se reflejaban en las gestiones de la
Confederación en Europa obstaculizadas y bloqueadas por
representantes del gobierno de Buenos Aires.
Para adentrarnos más a fondo y encontrar una respuesta a este
dilema es imprescindible que
recurramos a la opinión de Raúl Scalabrini Ortiz en su libro "Historia de los
Ferrocarriles Argentinos". Según el autor "... ambos
rivales abrían liberalmente sus respectivas regiones bajo
condición de la exclusión del otro. La Confederación ofrecía la
libre navegación de los ríos, instrumento incomparable para el
dominio comercial de los países de la Cuenca del Plata e
independencia ilimitada para residir, mercar y explotar; Buenos
Aires ofrecía las mismas libertades y la voluntad de reanudar la
vieja deuda de la Casa Baring y reconocer los intereses
atrasados".
Con fecha 21 de junio de 1855, en su carácter de Ministro del
Interior de la Confederación, Santiago Derqui celebra un
contrato con "... el Ingeniero Allan Campbell para verificar
el estudio y levantar los planos del ferrocarril del Rosario a
Córdoba". Pocos días después, el Congreso "... aprueba el
contrato celebrado entre el Poder Ejecutivo con Allan Campbell
para los planos de un ferrocarril del Rosario a Córdoba". El
30 de junio, también por ley, se autoriza la construcción de la
traza que uniría a estas dos ciudades y "... al P. E. para
suscribirse como accionista por la suma que posible fuera".
Puesto a trabajar, el probado especialista estadounidense que ya
había cruzado
varias veces la cordillera evaluando distintas alternativas de
una red interoceánica, procedió ha hacer lo
mismo con la extensa pampa hasta las costas de las
barrancas del Rosario de Santa Fe bañadas por las aguas del Río
Paraná. En aquella casa donde Sarmiento había dejado instalada
una imprenta, el Ingeniero estadounidense hará sus primeros
diseños del estudio de la red férrea que unirá a esta población
con Córdoba.
Una acuarela realizada por Eudoro Carrasco e integrada a
"Anales de la Ciudad del Rosario de Santa Fe - 1527/1865",
nos muestra como era la zona que descubrió Campbell en su visita
al sitio donde se emplazaba el precario puerto de Rosario.

Eudoro Carrasco y su acuarela de
1854)
1. El resguardo 2. Casa de la familia Manso 3.
Las islas 4. Rancho perteneciente al cuartel
La imparcialidad y seriedad de Raúl Scalabrini Ortiz
constituyen una opinión indiscutible e irrefutable cuando se
refiere
a la honestidad del trabajo de Allan Campbell. Según su texto,
"... estudiar y aun trazar un ferrocarril en una llanura es
tarea de simplicidad casi infantil. Campbell no se preocupa por
simular dificultades ni inconvenientes".
Scalabrini Ortiz nos da cuenta que el Ingeniero Campbell
presenta, "... el 3 de noviembre de 1855, el 'Informe
sobre un ferrocarril entre Córdoba y el río Paraná' con
sus planos acompañados por el material técnico e
informativo necesario para iniciar de inmediato la
construcción: cómputos métricos, presupuestos, cálculos
de gastos y análisis de la explotación futura. Traducido por el sargento mayor José Antonio Segundo
Alvarez de Condarco y publicado en Buenos Aires durante
ese mismo año, la presentación es un documento de primer
orden. Allan Campbell es una autoridad de reputación
internacional que actúa como técnico de un modo
exclusivo, es decir, ajeno a toda parcialidad
mercantil".
Refiriéndose al "Informe", el autor de la "Historia de los
Ferrocarriles Argentinos" concluye que "... sus
datos, informaciones, costos y precios son un testimonio
irrecusable y aportan al investigador un punto de apoyo
en que cimentar los análisis financieros de la compañía
formada para construir y explotar esta línea férrea".

Proyecto ferroviario a lo largo de
nuestra zona de interés y las tierras a ser concedidas
Rescatamos del "American Railroad Journal" de Nueva York,
un artículo donde se realiza una
síntesis del proyecto que el
Ingeniero Allan Campbell finalmente presentó al Gobierno
Confederal. El autor del trabajo, en lo referido a la vinculación entre las ciudades de Rosario y
Córdoba, define un nodo de distribución ubicado en las afueras de Villa Nueva
(en la actual
Villa María)
que funcione como confluencia de dos líneas férreas, hacia
Córdoba al norte y hacia el oeste en procura de Mendoza y la
salida al Pacífico. En sus conclusiones, Campbell resalta la centralidad que
adoptaría dicha red, la renta potencial futura tanto en movimiento de
personas como de mercaderías y el muy bajo costo de construcción por las característica
físicas del territorio a atravesar. (Ver
Documento 3)
Según la documentación presentada, el
costo sería de unos cinco millones de pesos fuertes,
alrededor de un millón de libras esterlinas o 20250
pesos fuertes por milla. Claramente
los montos expuestos por Campbell son muy inferiores si se comparan con otros
tendidos europeos; la absoluta falta de complejidad del
terreno sobre el que se emplazaría la red, le da sentido a
la razonabilidad del valor informado y éste es, además,
la prueba definitiva de la honestidad de los números
presupuestados por el especialista. Como conclusión, el
topógrafo estadounidense juzgaba innecesario recurrir a
financiamiento externo; con énfasis, demostraba que era
factible de realizarse con recursos nacionales. (Ver
Documento 4)
Volviendo al libro de Raúl Scalabrini Ortiz vemos como el
razonamiento de Campbell privilegia tener siempre disponible una
abundante fuente de provisión de la necesaria agua fresca para
las locomotoras; el Ingeniero, respaldado en esta premisa, evita trazar una línea
recta entre las dos ciudades cabeceras y opta por quebrar ese
eje al medio procurando la cercanía al Río Tercero. En
cuanto a la falta de árboles en buena parte del trayecto,
sugiere se planten álamos y durazneros de propicio y rápido
crecimiento por la aptitud del tipo de suelo. Del "Informe", Scalabrini resalta la opinión del especialista a favor de la
calidad de la mano de obra del pueblo local; de hecho opina que
"... unos cuantos operarios mecánicos y sobrestantes serían
todos los que se requerirían del extranjero". El
responsable del
proyecto juzga necesaria una fuerza de trabajo de unos 600 a 800
obreros que se podrían cubrir con mano de obra local a quienes
juzga como "... moderados, humildes y fuertes y que, si bien,
han sido adictos a la vida nómade ... no tengo duda de que con
buena dirección y buen trato pueden hacerse muy eficientes".
No escapa a Campbell el cálculo del costo de esta masa laboral
cuyo jornal lo define como "... muy bajo, a razón de
cincuenta centavos en Rosario y de ocho pesos mensuales en
Córdoba; en ambos casos, con la manutención incluida ya que, su
principal alimento es la carne a tres centavos la libra y mucho
más barata si se compra el ganado en pie".

Raúl Scalabrini Ortiz |
En esta
temática en particular, es pertinente que extraigamos un
párrafo donde Raúl Scalabrini Ortiz se ocupa de
reflexionar sobre la anterior opinión de Campbell en
relación a los trabajadores criollos que, con total
seguridad, ha de comulgar con los pensamientos del Dr.
Ricardo Caballero.
El autor de "Historia de los
Ferrocarriles Argentinos" aconseja que "... deben
servir estas palabras exactas de vindicación póstuma de
las virtudes del criollo, escarnecido por los
extranjeros que se adueñaron de su tierra y por los
gobernadores que tuvieron una falsa idea de su misión.
'Hay que regar la tierra argentina con sangre de
gaucho', diría Sarmiento más tarde". |
Otra información que Scalabrini Ortiz decide resaltar del
presupuesto es aquello que concierne a la ganancia que ofrecería
esta línea. Allan Campbell, tras haber hecho un concienzudo
estudio del movimiento de personas y mercaderías bajo las
condiciones actuales de caravanas de carretas y diligencias o
galeras y cotejándolo con los costos de funcionamiento que
tendría la nueva red ferroviaria, concluía que la renta
potencial anual sería de entre 8 a 9% y que dicho nivel
ganancial se incrementaría en relación directa con el desarrollo
poblacional y de producción de bienes, por entonces inexistente,
a la vera del tendido férreo.
El
19 de julio de 1856, de resultas que la Provincia de Buenos
Aires, por entonces, separada de la Confederación efectuaba,
desde su puerto, el monopolio del control impositivo aduanero y
amparándose en la libre navegación de los ríos que
había sido establecida en la reciente Constitución sancionada en
Santa Fe en 1853, el
Congreso Confederal dicta una Ley conocida como de los
"derechos diferenciales" según la cual, los
puertos de la Confederación quedaban autorizados a cobrarles el
doble de los impuestos portuarios a aquellos navíos que
atracaran en los muelles sobre el Paraná tras haberlo hecho, previamente, en
el de Buenos Aires. |

Cabildo de Santa Fe donde sesionó la
Convención Constituyente de 1853
|
Esta decisión permitió un cambio radical de
flujo comercial entre los puertos santafecinos y el mundo
exterior capitalista y ésto, además, redundó en obras de mejora
y ampliación de atracaderos, depósitos e infraestructura portuaria.
Si bien sostenido por frágiles pies producto de la desigual
relación de exportación de recursos primarios a cambio de
importaciones industrializadas, queda claro que la respuesta
inmediata fue una rápida explosión en el desarrollo regional.
Eran unas reglas de juego que habían, habrían y habrán de signar
buena parte de la historia nacional. Estos derechos aduaneros se
equipararán en 1859 al gestarse la unificación de Buenos Aires a
la Nación.
Durante los primeros meses de 1857, un largo período encuentra a
la provincia enfrascada en disputas internas motivadas por una
revuelta revolucionaria encabezada por el Coronel José Virasoro
en contra del Gobernador Juan Pablo López a quien se le
atribuían actitudes y decisiones inconsultas y tiránicas. La
sedición concluye con el triunfo de López quien resuelve una
posterior amnistía a favor de los sublevados. Todas estas
circunstancias siguen postergando la gestación del proyecto
ferrocarrilero entre Rosario y Córdoba; no serán las únicas ni
siquiera, las últimas.
El Ferrocarril Central Argentino. Entra en escena William
Wheelwright.
El 30 de octubre de 1857, se publica el primer documento oficial
donde ha de figurar el nombre de William Wheelwright. Se trata
de un decreto emitido por el gobierno de la Confederación en el
que se autoriza una prórroga "... por ocho meses más el plazo
acordado a José Buschental [o Bushenthal] para
organizar la compañía constructora del ferrocarril de Rosario a
Córdoba y declara que William Wheelwright queda asociado a la
empresa, a la cual duplica la concesión de tierras, que siendo
antes de veinte cuadras a cada lado de la vía, se aumenta a una
legua". Haber sumado a Wheelwright inclina
la balanza hacia los intereses ingleses. Un año después, a estos
empresarios se les autoriza una nueva prórroga de un año.
Un nuevo cementerio se había inaugurado en Rosario; consecuencia
de lo cual, en 1858, se entrega a la
propiedad privada el terreno que ocupaba el anterior campo
santo que, con el esperable rechazo de la
comunidad, es destinado para la localización de la Estación del
Ferrocarril Central Argentino en comunión con el embarcadero
portuario. También, este será el año en que se
duplican los servicios de mensajería entre Rosario y Córdoba
alcanzando los cuatro mensuales de ida y vuelta.
En mayo de 1859 se resuelve la integración de Buenos Aires a la
Nación autorizando a Urquiza a que proceda a concretarla sea por
negociación o bajo el uso de la fuerza. Nuevas épocas
turbulentas asomaban en el horizonte con un punto de inflexión
en la batalla de Cepeda a favor de la Confederación.
El año 1860 será el de una nueva Convención en Santa Fe que
fijará el acuerdo de integración de Buenos Aires a la
Confederación, de la decisión de identificar a nuestro país como
República Argentina, de la asunción como Presidente de Santiago
Derqui y en lo que nos respecta, será el de una nueva prórroga
de la autorización para que William Wheelwright negocie la
conformación de una empresa constructora del ferrocarril aún
pendiente.
1860 termina con el asesinato del Gobernador de San Juan Coronel
José Virasoro junto a familiares y colaboradores cercanos. La
tragedia del terremoto sucedido en Mendoza en abril de 1861
generó un tiempo de transición frente a lo que será un nuevo e
inevitable período de guerra civil que encontrará su punto
culminante en los campos de Pavón cuando, a mediados de
setiembre de este año, se enfrentan las fuerzas de la
Confederación contra Buenos Aires. El 21 de setiembre de este
año, el Congreso
Confederal de Paraná dictará, la que será, la última prorroga de
la concesión para el inicio de las obras del trayecto
ferroviario de Rosario a Córdoba; el período admitido, en este
caso, será de 18 meses.
Luego de su triunfo en la batalla de Pavón producto de
la "extraña" retirada de Urquiza del campo de combate
y el exilio a Montevideo del Presidente Santiago Derqui, el
General Bartolomé Mitre pone fin a la Confederación para asumir,
de facto, la presidencia interina nacional. Desde ese sitial de poder, impulsa la concreción del demorado
sueño
férreo.
De hecho, el 30 de junio de 1862 y con las firmas de Bartolomé
Mitre y Norberto de la Riestra, el Poder Ejecutivo eleva al
Congreso de la Nación el proyecto de construcción de dicho
ferrocarril que concluye en una Ley que se promulga el 5 de
setiembre y en la que no se incluye la entrega de las tierras
aledañas a la red.
Esta normativa ofrece una inesperada sorpresa, el costo inicial
calculado por Campbell de 20250 pesos fuertes por milla es
reemplazado por el inexplicable monto de 30000 pesos fuertes por
milla. Desde 1857 y de un modo poco transparente, William
Wheelwright tiene la exclusividad sobre los derechos de los
planos de Campbell; durante esos años, se ocupó con astucia y el
secreto respaldo de la diplomacia inglesa, que no existieran
copias en poder del Gobierno Nacional; de este modo, el Estado
Argentino había quedado inerme en manos de un personaje, más
especulador, que empresario.
|

Bartolomé Mitre
Presidente a partir
de octubre de 1862
|
A partir de enero de 1863 las concesiones a Wheelwright se
multiplican convirtiendo a la Ley de setiembre de 1862,
prácticamente, en letra muerta. Una de las primeras decisiones
es la reposición de la cláusula de cesión de tierras vecinas al
tendido férreo.
En febrero de 1863 llegan a Rosario y se alojan en la casa de
los Hermanos Ortiz, el Ministro del Interior Guillermo Rawson y
William Wheelwright; inmediatamente, se firma un
acta para crear una comisión con la potestad de iniciar la
búsqueda de accionistas para la obra ferroviaria. En solo un par
de días los miembros de la misma, José M. Cullen, Luciano
Torrent y José M. Echagüe, colocan 900 acciones de 100 pesos
fuertes cada una.
A la noche del 18 de abril de 1863, a bordo del vapor de guerra "Guardia Nacional", el Presidente
Mitre
llegó a Rosario desde Buenos Aires. Lo acompañaba una amplia
comitiva integrada, entre otros, por el Vice Presidente Marcos
Paz, el Ministro del Interior Guillermo Rawson y el Ministro de
Relaciones Exteriores Rufino Elizalde.

Presidente Bartolomé Mitre y su Gabinete de
Ministros; de izquierda a derecha: Gelly y Obes de Guerra,
González de Hacienda, Rawson de Interior, Elizalde de Relaciones
Exteriores y Costa de Justicia
Dos días después, con la presencia de las autoridades nacionales
y de la ciudad, una engalanada escenografía se extendía sobre
las barrancas del Paraná destinando un adecuado espacio a la nutrida
y selecta asistencia de vecinos de la Villa. Mientras una variedad de banderas flameaban
y las prolijamente alineadas tropas militares ejecutaban una
salva de artillería y los pertinentes sones de dianas, el
Presidente Mitre acompañado por William Wheelwright, procede a dar la primer palada de tierra
en carácter de inicio simbólico de los trabajos del tendido férreo.
Luego de los discursos y como broche de la ceremonia se repartieron medallas
especialmente acuñadas en carácter de recuerdo de tan
significativa fecha. Las mismas fueron realizadas por el
grabador Santiago Caccia a un costo de 135 pesos y 4 reales
bolivianos. El Presidente Mitre recibió una de oro, ocho de
plata fueron entregadas al Vice Presidente y los Ministros, los
Gobernadores de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, el Diputado Fenelón Zubiría y el empresario William Wheelwright. Una
cantidad extra, concebidas en estaño, fueron repartidas entre el
público presente.

Apelamos nuevamente a los "Anales de la Ciudad del Rosario de
Santa Fe - 1527/1865",
para poner a disposición del lector un pormenorizado relato de la ceremonia realizada
ese lunes 20 de abril de 1863 en las barrancas de la
zona del
Puerto del Rosario donde se concibió el inicio de las obras. (Ver
Documento 5)

1. La plaza y buques en época de bajante 2.
Muelle de Castellanos 3. El gran depósito 4. Depósito
5. Aduana 6. La Iglesia - "El Puerto, Aduana, Barrancas y
Rancherías del Bajo - Vista desde la Calle Puerto"
El orden de las alocuciones no debería ser tomado como un dato
irrelevante ya que, tras la protocolar bendición, el primer
orador fue el Arcediano de la Catedral de Rosario Dr. Juan José
Alvarez; le continuó el Presidente Bartolomé Mitre asegurando
que este ferrocarril "... tendrá la virtud de robustecer el
sagrado lazo de fraternidad que debe siempre estrechar a las
catorce provincias y traerá consigo en su realización el
elemento más poderoso para hacer posible la paz y el
engrandecimiento en toda la república y para afirmar sobre bases
sólidas el reinado de sus instituciones".
Como
personaje central, William Wheelwright cerró con un discurso en
el que exalta la figura del Presidente como artífice necesario
para crear las condiciones donde los intereses de los nuevos
imperios pudiesen canalizarse.
Si bien expresado hace más de un siglo y medio atrás, un párrafo
del empresario estadounidense es elocuente, transparente y de
literal vigencia hasta nuestros días.
Refiriéndose al desarrollo que había observado en Buenos Aires,
lo atribuyó "... a la apertura de la navegación de los ríos;
ésta es la fuente de donde ha venido esta prosperidad, y la
historia futura hará honor al hombre que ha roto las cadenas del
monopolio, rompiendo los cerrojos de los ríos, ratificándolo por
tratados con la Inglaterra, Francia y Norte América, paso,
señores, digno de un pueblo grande".
Por esos días, la historia ya había etiquetado a Juan
Manuel de Rosas como tirano y, en el marco de ese relato, el
Combate de la Vuelta de Obligado era invisibilizado.
Las reglas del "Libre Mercado", como será recurrente
a la largo de
nuestra historia, había ganado la partida. |
Durante mayo de 1863, el Congreso Nacional aprueba un contrato
que, con sus respectivos planos, ya estaba acordado y firmado
con el empresario William Wheelwright desde hacía dos meses. Las
sesiones legislativas fueron, cuanto menos, escandalosas; debido
a las leoninas concesiones que se le habían aceptado al
estadounidense y de las que nos ocuparemos más adelante. Para esos días
y con el objeto de aparentar el inicio de la obra, se habían realizado unas 800 yardas
(poco más de 700 m) de excavación y terraplén. (Ver
Documento 6)

Proyecto del FFCA, tramo de Rosario a Villa Nueva
y resaltada, la zona aledaña al Río III
Plano de los terrenos cedidos a la Empresa por
Ley Nacional del 26/05/1863 (Ing. A. M. de Laberge)
En Londres, en noviembre de 1863 queda conformada la "Central Argentine Railway Company"
bajo la dirección y administración de
empresarios londinenses.
El Ministro de Relaciones Exteriores argentino Rufino Jacinto de
Elizalde era pariente político del Ministro inglés en Buenos
Aires Edward Thornton quien, demostrando haber adquirido un
número relevante de acciones, asumirá el rol de Director de la
Empresa.
Inmediatamente es despachado el primer
barco con rieles para la obra. En marzo de 1864 se reciben malas
noticias ya que la Empresa había tenido serias dificultades para
la colocación de acciones en el mercado inglés; debido a lo
cual, el Sr. Wheelwright en común con los señores Brassey y
Whytes tomaron sobre sí, 10000 acciones en nombre de la
República Argentina anticipando el respectivo depósito. Sendas
cartas del estadounidense dirigidas al Ministro del
Interior argentino dan cuenta de la situación y las decisiones
tomadas; su contenido evidencia una evidente manipulación en
procura de multiplicar el rédito de los intereses británicos y
el colaboracionismo interno. (Ver
Documento 7)
La Profesora de Historia
Dr. Ema Cibotti, en su libro "Queridos
Enemigos" se ocupó de la relación de los intereses de
Inglaterra con respecto a Argentina; la autora rescata el
interés que despertaban las tierras lindantes al tendido del
nuevo ferrocarril en construcción ya que eran ofrecidas y
compradas a "... un costo, comparativamente bajo, de 600
libras por legua cuadrada". El proceso de
expropiación administrado por el Estado debió enfrentarse con
recursos del erario al que se le agregó el producto del remate
de tierras fiscales por las que se obtuvo un precio que orilló
niveles ridículos de unas 100 libras la legua cuadrada.
Esta
situación fue aprovechada por latifundistas locales y,
fundamentalmente, por ingleses asociados a la empresa
concesionaria que
se fueron quedando con esas propiedades a sabiendas de la segura revalorización de las mismas cuando el
proyecto férreo estuviese terminado. Apostaron a una renta muy
alta para una inversión que no solo era muy acotada sino que,
además, no presentaba riesgo alguno ya que el peso de la compra
de acciones sería absorbido, en buena medida, por el Estado
nacional que, además, estaba obligado a cubrir los costos de la
garantía.
La
Revista "Caras y Caretas", tradicional
publicación destinada a un lector vinculado con una clase social pudiente, instruída
y citadina,
publica
que, "...
para construir los ferrocarriles se solicitaron capitales de
todos los países del mundo, ... se pidió hasta el concurso de los
criollos con plata; nadie respondió al llamado", excepto
aquellos que fueron
"... los únicos que tuvieron fe en el porvenir nacional, los
pocos que no temieron nunca perder su capital civilizando
nuestras pampas con ferrocarriles, fueron los capitalistas de
Inglaterra". Continúa el artículo asegurando que si
bien, desde 1854, el ferrocarril "... había
sido concebido. Faltaba el capital. Pero fue un inglés
admirable, Wheelwright, quien ... trajo de Inglaterra un baúl de
oro en libras".
El capitalismo local le daba la espalda económica al
proyecto sentándose, paciente, a esperar el tiempo de
cosecha de ganancias cuando, terminada la obra, sea el
mismo ferrocarril que, impulsando la demanda generase un
lucro tal que, en su totalidad, habría de converger
hacia los bolsillos de los nuevos latifundistas.
En su publicación y con total claridad, la Dra. Cibotti ejemplifica que "... los Anchorena suscribieron 200
libras esterlinas, suma irrisoria frente a las cien mil libras
esterlinas del concesionario norteamericano o a las diez mil
que, en promedio, pusieron los hombres de negocios londinenses".
En este marco, es el "... Estado nacional quien suscribió 17
mil acciones de las 65 mil puestas en venta ..."
convirtiéndose, en la práctica, "... en el garante del
capital de inversión".
(Ver Documento 8)
|

"La República Argentina - 1906/1907"
En el
Album
encontramos la curiosa foto del Sr. Juan E. de
Anchorena calificado como "Millonario" |
Un viejo artículo de la Revista "Caras y
Caretas" adjetiva como pintoresco e
interesante recuerdo "... de otros tiempos, el texto inserto
en unas hojas volantes que se repartieron el 21 de julio de 1864,
día en que llegó de Inglaterra por segunda vez, don Guillermo Wheelwright con el buque portador de todos los materiales para
construir el ferrocarril". Según el cronista, el mensaje se
iniciaba con un título grandilocuente: "¡Viva la República
Argentina! ¡Viva don Guillermo Wheelwright! ¡Viva el
Ferrocarril Central Argentino! ¡Hurrah! ¡Hurrah! ¡Hurrah!".
La obsecuencia se resalta aún más en la continuidad del texto:
"El infatigable empresario del Central Argentino ha llegado;
salud y bienvenido sea el conductor de la prosperidad, de la
riqueza, de la paz. Salud mil veces, salud al señor Wheelwright.
El Rosario se hace un deber en saludarle y demostrarle su
gratitud por los nobles esfuerzos que ha hecho para realizar la
obra más grande que hasta ahora se haya iniciado en la
República. ¡Viva el Sr. Wheelwright". Se cierra la nota
calificando al contenido de los volantes como "¡Hermosas
frases, plenas de espontaneidad [SIC] y de fuerza".
Se trataba de la llegada de dos navíos: el "Englishman"
encargado de transportar los primeros materiales y rieles
necesarios para la construcción del proyecto ferroviario y el
vapor "Fairy" donde viajaba el empresario Wheelwright. De los "Anales de la Ciudad del Rosario de
Santa Fe - 1527/1865" se puede rescatar un pintoresco
relato de las insólitas y desmesuradas circunstancias festivas que rodearon la llegada
del emprendedor estadounidense a Rosario. (Ver
Documento 9)
En un buque de bandera holandesa, un segundo cargamento es
recibido a mediados de agosto; en paralelo, durante el mismo mes
se aprueban los estatutos de la "Compañía Anónima Ferrocarril
Central Argentino" obligada a fijar residencia y apoderado en
Rosario. Para esos días, la mensajería de Rosario a Córdoba ya
contaban con tres servicios semanales. Será en abril de 1865,
cuando otra barca inglesa identificada como "Lord of the Manor"
será la portadora de más de 1000 toneladas de materiales para la
obra.
Finalmente, el comienzo de la construcción se concreta durante
1865 con el telón de fondo de la Guerra de la Triple Alianza
contra Paraguay que, iniciada en 1864, se extendería a lo largo
de seis años.
El Ferrocarril Central Argentino. La inauguración del servicio.
El
servicio del Ferrocarril Central Argentino liberado para su uso,
fue siendo habilitado por tramos a
medida que avanzaba la obra. Es así que, la sección de Rosario a
Tortugas, en el límite entre Santa Fe y Córdoba, tuvo su
inauguración el 1° de mayo de 1866. Respecto a esta
significativa circunstancia rescatamos un texto del periódico
"The Standard" que, en inglés, se publicaba en Buenos Aires.
El artículo en cuestión, apareció en la edición del 03 de mayo.
Bajo el título "El Ferrocarril Central Argentino" da
cuenta que "... el 1° de mayo de 1866, se ha abierto al
tráfico público el Ferrocarril Central Argentino, es una fecha
que merecerá ser recordada en esta República. Es probable que,
desde la Independencia, no se produce en las Provincias un
evento así de grande o que haya tenido una importancia seguro
duradera, como este triunfo de Wheelwright, ¡ésta es la victoria
de la civilización!". (Ver
Documento 10)
Si
nos detenemos en los esquemas horarios, merece mencionarse el desconocimiento, por parte de
los editores del periódico
"The Standard", de los nombres de las estaciones; por ejemplo, nos
encontramos con los originales "Carcaranal", "Carcarañal",
"Bellville", "Ballusteres",
"Segundo" o "Cordova".
Bajo
el régimen de un servicio diario de ida y vuelta, el siguiente
mojón que recibió al nuevo transporte fue
Frayle Muerto
(población, luego rebautizada como
Bell Ville por
el Presidente Sarmiento).
A
partir de aquí, con diversos ardides de la Empresa, el proceso comenzó a
demorarse; de hecho, hubo que esperar al 1° de setiembre de 1867
para que Villa Nueva le deje lugar a la nueva
Villa María
donde, ese día, se le da la bienvenida al tren.

Mapa Laberge 1867
Luego, insumió
otros casi tres años más para que la red
llegara a Córdoba. El Estado Nacional, a su costa, se hizo cargo
de esta parte de la obra. Una vez
completado todo el trayecto, la integralidad de la administración
le fue entregada al Consorcio inglés.
El 10 de agosto de 1869, estaba listo el
trayecto de Villa María a Chañares; el 17 de setiembre, de
Chañares a Oncativo; el 17 de marzo, era recibido en Laguna
Larga; en Río Segundo, llegó el 1º de mayo de 1870.
A poco más de un mes del asesinato
de Justo José de Urquiza en su Palacio San José de Concepción de
Uruguay en Entre Ríos, el martes 17 de mayo de 1870 se produce
la llegada del primer convoy. La crónica periodística de la
época describe que "... un tren especial partió de Rosario
transportando algo más de 300 visitantes que ocuparon de caras
extrañas cada rincón de la anciana ciudad de Córdoba donde nunca
se había producido una invasión así desde su fundación, hace 340
años".
El
siguiente detalle, publicado en el Periódico "The Standard",
nos da cuenta de: los horarios brindados entre Rosario y
Córdoba y viceversa; el valor de los pasajes expresados en pesos
fuertes y pesos bolivianos de ida y de ida y vuelta para la
primera y tercera clase; el costo del servicio telegráfico para
las primeras diez palabras y las siguientes decenas o fracciones
de diez, con el beneficio extra para aquellos telegramas que,
recibidos en Rosario, incluirán la entrega al domicilio del
remitente siempre que el mismo no supere una distancia máxima de
20 cuadras de la Estación. (Ver
Documento 10)

Aún
cuando el Ingeniero Pompeyo Moneta, comisionado para hacerse
cargo de la inspección general de la obra, informa que faltaba
la construcción de algunas estaciones, el servicio telegráfico
estaba incompleto, no existían cercos de alambrados a lo largo
de la traza ni la suficiente señalización, se decidió proceder
igual a la inauguración.
Un
Decreto, dictado el 16 de mayo por el Presidente Domingo
Faustino Sarmiento, estipulaba que, "... por ser éste uno de
los mayores eventos que la República haya jamás visto y un
triunfo de la civilización logrado por el esfuerzo del pueblo de
Argentina y de la Divina Providencia, el Presidente de la
República decreta: 1. Las banderas nacionales deberán flamear,
el 17 de mayo, en todos los edificios públicos; 2. En el momento
que, por telégrafo, se informe que está comenzando el acto de
inauguración, un saludo de 21 cañonazos deberán ejecutarse desde
el fuerte; 3. El Reverendo Obispo de Córdoba transmitirá por
telégrafo la bendición a toda la República en ocasión de tan
auspicioso evento; 4. Convocar a los Gobernadores de Buenos
Aires y Santa Fe a que sean invitados a la ceremonia; 5. El
Ministro del Interior será delegado en representación del
Gobierno Nacional".
Apelando al diario "The Standard" podemos acceder a un
relato que, a lo largo de los días siguientes, con una visión enmarcada en obvios, particulares y
bien definidos intereses, describe los
detalles de la ceremonia de inauguración. El protocolo fue el
previsto por el Decreto Presidencial y la actividad festiva
ocupó el 18 de mayo hasta altas horas de la noche y días
subsiguientes. (Ver Documento 11)
Si bien el acto central se habría de realizar, por la tarde en
la Estación de Córdoba, luego de la bendición de la locomotora
por el Obispo José Vicente Ramírez de Arellano de Córdoba, una comitiva realizó el trayecto hasta
Río Segundo para apreciar la significativa obra del puente construído sobre
dicho curso fluvial. En el sitio de destino estaba acondicionado
y ornado
un espacio donde se realizó un almuerzo. (Ver
Documento 11)
Acorde a lo pautado en el cronograma de festejos, una vez
regresados a Córdoba y luego de numerosos discursos, el
Dr. Dalmacio
Vélez Sarsfield, por entonces Ministro del Interior, será
quien pronuncie la alocución central en nombre del Presidente
Sarmiento.
El autor del Código Civil, demostrando una vez más su
versatilidad frente a los diversos momentos históricos que le
tocó vivir, se extendió en una presentación donde el centro
argumental estuvo fundado en las pautas de la filosofía
imperante por esos tiempos: el triunfo del progreso y la
civilización por encima de la barbarie, una apertura desregulada
hacia el mundo, la libre navegación de los ríos y el desigual
libre mercado.
Refiriéndose a Córdoba reflexiona
que:"... no puedo prescindir de recuerdos que me
traen estos lugares ... donde con más empeño y heroísmo
luchó la civilización de la República con la sangrienta
barbarie de los Caudillos López, Quiroga y Rosas. Yo vi
más de mil cadáveres de los soldados del terrible
Quiroga y ahora, acabo de pasar por Oncativo donde un
ilustre general de esta ciudad acabó con las hordas que
bajaban desde las provincias del oeste ... las matanzas
y el robo, parecidas a las incursiones de los salvajes,
fue el gobierno que por tantos años ha sufrido esta
provincia; pero, al fin, una reacción ha acabado con los
funestos caudillos comenzando una época donde privan el
orden y los principios. La Providencia me ha concedido
una larga vida ya que, después de haber dejado Córdoba
hace 40 años en la más espantosa situación, luego de
haber visto las horribles caras de la lucha de la
barbarie ... de haber visto morir tantos amigos, me
permito participar el gran beneficio que se premia al
país de mi nacimiento luego de tantos años de
sacrificios por la causa de la verdad, de la moral y de
la paz". |

Dalmacio Vélez Sársfield
|
El Ministro, continuó expresando que "... esta obra
que estamos inaugurando, no pasará jamás; las
tempestades políticas no podrán destruirla ni impedir su
fuerza de progreso para todos los intereses sociales ...
ella creará fuentes inagotables de riqueza ... ella
viene a despertar a estos pueblos del letargo en que han
vivido, a desterrar el ocio". Tal como se lee, con
claridad expone al estereotipo del habitante del
interior asociado a la indolencia y la vagancia.
El ferrocarril le permitirá a Córdoba ver "... llegar
a su vasto y rico territorio las ciencias que
descubrirán los tesoros que encierra". Según su
exposición, a la Docta "... vendrán las producciónes
de las provincias del norte y del oeste para que, por
medio del ferrocarril se conduzcan a los puertos
fluviales, [donde] ... por la creación de la
aduana de depósitos, la importación desde los mercados
de Europa será más pronta y con menos gastos".
Luego de agradecer a Urquiza por ser el impulsor de la
iniciativa, le dedicó un reconocimiento particular a
Mitre por ser el que "... no dispensó de sacrificio
alguno para procurarle todos los medios que fuesen
necesarios para que el proyecto llegara a su término".
Sería oportuno preguntarse cuáles han sido los
"sacrificios" que no se ha dispensado el
anterior
Presidente Mitre.
Por último, Vélez Sársfield agradeció a "... la Compañía que ha
construído esta obra monumental, demostrándonos en sus
trabajos que no la guiaba un principio de utilidad
particular" [sobre lo que ya reflexionaremos] y a su "... jefe como el regenerador
de los pueblos argentinos, como quien ha transformado un
extenso y desierto territorio en poblados laborales y
morales". |
Al día siguiente, se realiza un
Te Deum oficiado por el Obispo Arellano en la Catedral de Córdoba. La nota llamativa de la ceremonia
religiosa la dio el organista de la Catedral quien, concluido el
oficio y las obligadas bendiciones, ejecutó "Dios salve a la Reina" ("God
save the Queen"). (Ver
Documento 11)

Obispo José Vicente Ramírez de Arellano
Los festejos continuaron por la tarde con un lunch en el Hotel de la Paz donde se alojaba el Sr.
Wheelwright; mientras que, por la noche, se llevó adelante un
gran baile en el Casino. Al día siguiente, se continuó con un
desayuno campestre en Saldán y una posterior cena.
Todos los presentes a la ostentosa inauguración ocultaron en sus
exposiciones una realidad muy distante de lo que se estaba
festejando:
solo las Estaciones de Bell Ville y Villa María se podrían
considerar como tales, el resto eran precarios apeaderos en
medio del desierto donde se emplazaba un precario cuarto de madera de
unos 4 a 5 metros cuadrados; faltaba buena parte de la
señalización; no se alambró a ambos lados del tendido férreo con
los cual, la usual presencia de manadas de animales vacunos y
caballar se convertía en un peligro latente para el tránsito
férreo; no
se fomentó la población; la red telegráfica estaba incompleta;
había insuficiente disposición de vagones para pasajeros y menos aún,
de carga; ninguna predisposición en generar caminos de acceso a
los apeaderos; falta de cruces seguros; incumplimiento en la
provisión de personal suficiente e idóneo que garantizara el
adecuado y seguro funcionamiento del servicio; arbitraria
discrecionalidad en la fijación de tarifas; total desligue de
responsabilidad sobre los daños provocados sobre pasajeros o
mercadería transportada. Finalmente, siempre quedó la duda sobre
la calidad de los materiales utilizados, si
éstos eran nuevos o usados resultantes de renovaciones ferroviarias en los
países de origen.

Locomotora "Córdova 01" utilizada para
probar el tendido ferroviario del FCCA

Locomotora "Santa Fe" 01 utilizada en los
orígenes del servicio del FCCA

Convoy del FCCA con locomotora de fabricación
estadounidense - Primera década del siglo XX
El Ferrocarril Central Argentino. La historia detrás del relato
oficial.
Para transitar la escabrosa historia oculta tras el relato
oficial, es imprescindible recurrir a la "Historia de los
Ferrocarriles Argentinos" de Raúl Scalabrini Ortiz.
Ya habíamos hecho mención que, en la Ley votada en 1862, el
costo por milla definido por Campbell en sus estudios se
incrementa, sin razón válida, en un 50% y que William Wheelwright
pasó a controlar el pleno manejo de los planos realizados por el
Ingeniero estadounidense. En dicha norma se garantiza a la
empresa contratista una renta mínima de 7% que, por aumento en
el valor de la milla, devino en un rendimiento de poco más del
11% anual con respecto al presupuesto real calculado por
Campbell. Este beneficio se comenzó a aplicar desde lo definido
como inicio de la obra; en este caso, aquellos 700 metros del
simple movimiento de tierras para los días de la firma del
contrato.
Este desmesurado rédito de 1% mensual respaldado por el mismo Estado,
tentó a un grupo de interesados nacionales de Rosario para
hacerse cargo del proyecto. Dicha positiva propuesta fue
desestimada al no depositar la debida caución estipulada en la Ley; lo paradójico, es que Wheelwright tampoco lo había
hecho, siendo el Gobierno quien terminó cubriendo dicha
obligación en 1863.
Campbell juzgaba que el país disponía de suficiente capital
propio en oro para afrontar la importación del material pesado y
que la nación disponía de la mano de obra no especializada a
bajo costo y rentados de igual modo que se hacía con los
empleados públicos. Según el topógrafo, solo debía recurrirse a
profesionales en el extranjero; quizás el especialista
desconocía que Argentina ya disponía de jóvenes ingenieros; con
lo cual, su última sugerencia tampoco era totalmente
imprescindible.
Si nos detenemos que, en el presupuesto original, el material a
importar (locomotoras, vagones, rieles, puentes, etc.) tenía un
estimado de 2,8 millones de pesos fuertes, si seguimos el
razonamiento de Scalabrini Ortiz y vemos que la exportación
nacional en 1865 fue de un poco más de 26 millones de pesos
fuertes; deteniéndonos en el desglose del balance de gastos
confeccionado por el Ministerio de Hacienda en 1866, comprobamos
que el Estado declara, entre otros rubros, pagos anuales por más
de 3 millones de pesos fuertes en importar bebidas y por encima
de 5 millones de pesos fuertes, en comestibles. Concluye el
autor que "... con menos de lo que se gastó en bebidas en 1865
se hubieran pagado todos los materiales extranjeros necesarios".
Sustentado en la idea del libre mercado, los productos
ingresaban sin aranceles; en aquel tiempo, grabar estos bienes
suntuarios para cubrir buena parte del gasto, era absolutamente
utópico. A título de ejemplo, el Ministro de Hacienda Lucas
González firma documentos a favor del FCCA y tiempo después,
habiendo dejado el cargo público e ingresado al Concesionario,
refrenda documentación como
Representante de dicha Empresa.
Como consecuencia de la lectura socio política cultivada desde la porteñidad, de su
visión europeo céntrica y de su maniqueísta construcción del
estereotipo del habitante del vasto y desolado territorio
interior, desde el poder se tomó una decisión deliberada:
invisibilizar e ignorar el sufrimiento de un
altísimo numero de población que había sobrevivido gracias a las
caravanas de transporte de mercaderías y pasajeros, a los
servicios de mensajería y a la administración de las postas.
Puesta a competir con el poderoso monopolio férreo, esa masa
laboral que generaba el vital movimiento económico en el
interior del país, indefensa, quedó condenada a la estigmatización, la
marginación y la miseria. Scalabrini Ortiz evalúa que son
afectadas unas 10000 personas de modo directo y 50000 si se
incluye a los indirectos; en la práctica "... nadie pensó en
resarcirlos de la pérdida de una concesión implícita, obtenida
por tradición y buen uso". A esa crisis humana se le agregó
la preeminencia del título de propiedad por encima del previo derecho
de ocupación y así, "... boyeros, arrieros y troperos
fueron otra clase de argentinos aniquilados a la inactividad.
Las orillas de los pueblos los acogieron piadosamente a todos,
donde con capciosas frases sus virtudes se tergiversarían en
vicios; su valor en compadrada; su estoicismo en insensibilidad;
su altivez en cerrilidad. Los campos que eran de todos,
terminaron siendo de nadie, siendo de seres incorpóreos que
viven en lejanas tierras de ultramar".

"En camino hacia el mercado de Córdoba"
- Foto de A. W. Boote, 1913
("The Amazing Argentine")
Tal como ya hemos mencionado, la Ley dictada en 1862 debió ser
enmendada en mayo de 1863 como consecuencia de las exigencias de
Whellwright frente al Ministro del Interior Rawson y que,
aceptadas por el Gobierno de Mitre, fueron rubricadas por las
partes en el contrato de marzo de 1863 (dos meses antes del
tratamiento en las Cámaras).
Según la "Historia de los Ferrocarriles Argentinos", los
cinco logros del estadounidense son: la restitución de la
cláusula de cesión a la Compañía de una legua de tierra a cada
lado del tendido (una significativa carga para el erario público
ya que solo una reducida parte eran de propiedad fiscal mientras
que el resto debieron ser adquiridas por el Estado luego de
tener que dictar una ley de expropiación, hasta entonces,
inexistente); una garantía de capital de 6400 libras la milla
(Campbell fijaba este valor en 3600 libras por milla); se fija
un 45% de las ingresos brutos como gasto de explotación (número
que se elevaría, para beneficio de la Empresa, luego al 53%); la
exención de la obligación del depósito de la garantía de caución
y fuertes condicionantes para evitar que el Estado pueda
intervenir en la regulación de las tarifas, quedando éstas a
discreción de un monopolio sin competencia alguna.
Sobre la rapidez de la aprobación del acuerdo por parte del
Congreso, Scalabrini Ortiz dirá que "... los gobiernos
inestables y sin anuencias firmes en los corazones de los
pueblos jamás han podido resistir la conminatoria habilidad de
la diplomacia inglesa. El contrato se aprobó el mismo día y
Wheelwright partió hacia Inglaterra con su convenio formalizado
y erigido en escritura ... el que permitirá que el Ministro
británico Edward Thornton y el Cónsul Frank Parrish aparezcan
como fuertes accionistas del FCCA".
La concesión de la legua a ambos lados de la red, habilitó otro resquicio
para beneficio del Concesionario. Si bien Wheelwright estaba
obligado a respetar el plano de Campbell, comenzó a hacerle
variantes para que la traza se tendiese por tierras que la
Empresa compraba
a muy bajo costo apostando a la renta futura. Dentro de esta
estrategia, por ejemplo, eligió y tomó terrenos más alejados del
puerto de Rosario (sitio previsto en el proyecto original) para
levantar la terminal ferroviaria.
|

T. Armstrong y E. Thorton |
Para 1865, el estadounidense, disfrutando de las ganancias
obtenidas y por obtener, había bajado su perfil dejando a Thomas
Armstrong en el papel de Representante local.
Como hemos ya descripto, la obra se detiene en Villa Nueva. El
servicio, por la falta de población y de la producción asociada
era, obvia y absolutamente, deficitario. No era una sorpresa
para la Empresa; por el contrario, cubierto por la garantía de
un
Estado que en dos años debió transferirle 200 mil pesos
fuertes, no necesitaba otra cosa que esperar que hiciese
eclosión la desesperación del Gobierno. De hecho, el servicio
era prestado con deliberada desidia al punto que los costos eran
superiores al histórico recurso del transporte por carretas; el
cumplimiento de los horarios, el trato a los pasajeros y las
mercaderías eran, decididamente, malos. La respuesta termina
siendo un Decreto del 12 de setiembre de 1867 que autoriza un
aporte financiero extra del Estado Nacional por un millón y
medio de pesos fuertes para completar el trayecto a Córdoba y en
paralelo, por Decreto del 15 de noviembre de 1867, asumir el
costo de la construcción de ramales secundarios como el tendido
de Villa Nueva hacia Río Cuarto, San Luis y Mendoza.
Scalabrini Ortiz, con crudeza, expone como se acordó el aporte
económico de 1500000 $ fuertes firmado por el Ministro de
Hacienda Lucas González con Thomas Armstrong. Según el autor
"... la mitad en quince mensualidades de 10000 libras cada una"
y la otra mitad, "... con títulos nacionales con un 6% de
interés anual y un 1% de amortización ... que la Compañía del
FCCA tomará al 75% de su valor nominal". Por entonces, el
Gobierno Nacional había solicitado a Santa Fe y Córdoba que
liberen del pago de impuestos provinciales a la Empresa. Seguían
así, multiplicándose los nuevos y rentables beneficios.
Aún cuando el contrato obligaba que la administración de la
Compañía debía establecerse en Argentina, la sede comercial y
financiera de la Empresa estaba afincada en Londres bajo el
argumento que los mayores inversionistas eran ingleses. Se llegó
al extremo que, con la intención "... de salvar ciertos inconvenientes que oponían
las leyes inglesas", las acciones que eran de
propiedad del Gobierno Nacional fueron anotadas a nombre de
William Wheelwright.
Radicada entonces en Londres, quedaba claro hacia donde se
iban a dirigir las regalías y el manejo impositivo y judicial. Recurriendo al Periódico "The Standard" y si bien el órgano periodístico tiene una posición favorable a
los intereses ingleses, recién hacia fines de 1870, en él podemos acceder a la opinión que el
Procurador General de la Nación le eleva sobre este tema al
Presidente Sarmiento quien, sustentado en dichas
consideraciones, emite un Decreto intimando al Representante
local de la Compañía a que proceda a la radicación domiciliaria
de la Empresa en nuestro país; así como, también, los libros contables y el manejo
local de capitales
y dividendos. (Ver
Documento 12)

Aviso de refuerzo del servicio del FCCA con
motivo de la Exposición Nacional en Córdoba - Octubre de 1871
Será el mismo Dalmacio Vélez Sársfield quien, en la Memoria de
1871, enumerará el largo listado de incumplimientos de
compromisos contractuales; si
bien éstas eran razones que explicaban el deficitario rendimiento de
la explotación, también exhibían como, en nada, afectaba a
la Empresa ya que el Estado no dejaba de abonar la garantía del
7%. Bajo este concepto, entre 1867 y 1879, el Gobierno había
depositado a favor de la Compañía alrededor de dos millones de
pesos fuertes, la mitad de lo que Campbell había calculado como
costo total de la obra. En paralelo, el hecho que el Estado se
hiciese cargo de las ampliación de la traza de Córdoba hacia el
norte y desde Villa María hacia el oeste, aumentó aún más el
valor patrimonial del territorio entregado, beneficiando a la
administración extranjera. En relación a la línea a Chile el
interés empresarial estaba puesto en que además, una vez concluída, le
permitiría a Gran Bretaña acceder a una notable disminución de
costos en los intercambios comerciales con sus colonias en Oceanía y Asia.
Como se ve, el FCCA no necesitaba que el servicio funcionara con
eficiencia, todo lo contrario, su mejor negocio en lo inmediato residía en el
aporte garante del erario nacional, el control accionario, el
manejo impositivo y de ganancias en Londres y el permanente
revalúo de las tierras.
Ya en
1872, con tan solo dos años de inaugurada la red, las
tierras vecinas al tendido ferroviario ya habían multiplicado 50
veces su valor original.
Para la misma época, otra epidemia
contaminará la economía local, la especulación
financiera deviene en un hábito argentino que, con distintos
astutos recursos durará hasta nuestros días; el recién creado Banco Hipotecario Provincial
entregaba préstamos consistentes en cédulas a cambio de una
garantía sobre una propiedad del solicitante; dichos documentos,
aún por debajo de su valor nominal, eran inmediatamente vendidos
por dinero en efectivo que se utilizaba para comprar nuevas
tierras sobre las cuales se solicitaba un nuevo préstamo. El
posterior proceso inflacionario terminó licuando el valor de las
deudas frente al Banco. Así, sin esfuerzo alguno, el negocio rendía suculentas
ganancias en patrimonio rural en detrimento de las arcas del
Banco estatal.
Recién después de ser inaugurada la traza Rosario - Córdoba, se
funda la "Compañía de Tierras del Central Argentino"
con oficinas en Berna (Suiza), la dirección del Ingeniero
William Perkins y un capital de 130000
libras, de dicho fondo solo se usa una parte para la compra de tierras a precio de liquidación que,
sumadas a las entregadas por el Estado a cada lado del tendido
férreo, significaron una mayúscula capitalización patrimonial
para la
Empresa. Para publicitar en Europa las tierras argentinas,
Perkins aseguraba que, "... definitivamente, no conozco país
en el mundo donde se respete a los extranjeros tanto como en la
República Argentina". El Director de la "Compañía de
Tierras"
produjo un vasto intercambio epistolar que fue recopilado en
"Letters, concerning the country of the
Argentine Republic". De dicho archivo rescatamos una
carta que, rubricada por William Perkins, contiene las
respuestas a las inquietudes más usuales de los potenciales
interesados en adquirir tierras en nuestro país. Para exponer el
espíritu de la misma, nos detenemos en la última pregunta sobre
si es necesario proveerse de armas: "No, salvo que el
emigrante quiera radicarse en la frontera. De todos modos, no
está mal contar con un arma en casa; pero, con ningún otro
propósito que no sea dispararle a las perdices o para algún otro
juego". (Ver Documento 17)
"Las vizcachas"
(Fragmentos) |
"Creí fracasar en mi gestión ante aquel Ministro
de modales y costumbres a la europea, que desde su alto
sitial, había propulsado las formas más avanzadas de la
explotación científica de la tierra. Iba a solicitarle
en medio de su tarea renovadora, que mitigara para mi
propiedad rural los efectos de la ley que ordena la
destrucción de los pueblos de vizcachas.
Mientras esperaba la resolución ministerial los
recuerdos me arrastraban a los años de mi niñez. Al
través de sus brumas nostálgicas, veía las vizcachas en
su horario de la oración cerrada, yendo de un pueblo a
otro con su saltito característico.
En medio de estos recuerdos de estas indefinidas
nostalgias que cantan amargamente en mi corazón, se
abrió la puerta del despacho y fui introducido en él,
para comunicárseme la resolución ministerial. Entre
sonriente y serio me dijo que podía salvar la población
de vizcacha, siempre que las cercara con alambre tejido,
para impedir las incursiones nocturnas de sus
habitantes, en los sembrados vecinos. Había yo vencido a
los que pedían la extinción de las vizcachas. No me
causó extrañeza el encarnizamiento de los chacareros.
Ellos no vinieron, ya los sé, desde tan lejos a nuestra
tierra, sino para extraer de su entraña fecunda, el oro
que ha de prolongar el privilegio. Para éso la tierra
argentina fue regalada o enajenada a extranjeros, como
si fuera herencia de proscriptos.
Mientras yo pueda, el pedazo de suelo que aún
conservo, se levantará entre los trigales como un
símbolo de la vieja patria que no debió morir. Ese resto
de llanura natal, poético y sombrío, recordará a los
hombres de mi raza, su pasado, su heroísmo, la fuente
vernácula de donde arranca su aristocracia espiritual,
su desamparo y la injusticia perpetrada por los
dirigentes de la República, al entregar a manos
mercenarias la heredad argentina".

Dr. Ricardo Caballero
Revista "Nativa" - Año XII Nº
144 - Buenos Aires, diciembre
de 1935
"Páginas literarias del último
caudillo" - Compilación: F. Rojo y A. Ivern |
|
Si el Estado, tal lo sugerido por Allan Campbell, se hubiese
hecho cargo del manejo de la comercialización de las tierras, el
costo total de la obra ferroviaria se habría pagado con recursos
genuinos y propios sin recurrir al endeudamiento externo.
De
acuerdo al compromiso contractual original la Compañía
Concesionaria estaba
obligada a propiciar el asentamiento poblacional; sin embargo
hacia 1871, la "Compañía de Tierras" solo había fundado
unos pocos pueblos: Berstandt, Cañada de Gómez, Carcarañá,
Tortugas y San Gerónimo.
Hacia 1880, si bien se impulsaron numerosas pequeñas colonias, la
mayoría de las tierras continuaban vírgenes; el objetivo no era otro que el de seguir
esperando el constante revalúo de las propiedades.
Para
1885 y según Scalabrini Ortiz en su trabajo de investigación,
los apellidos predominantes a lo largo del tendido eran "...
Casey con 204000 hectáreas, Mackenzie con 40 leguas cuadradas,
Runciman, Tunder, Daly, Maxwell, Brett, Gahn, Lett, Kavanagh,
Hutchinson, Mooney, Leahy, Mc. Nally, Loughrey, Barnett, Slater,
Pilling, Winterbotham y ... Thomas Armstrong con 99000
hectáreas".
En
1887 la "Compañía de Tierras" deviene en "Compañía de
Tierras e Inversionista Limitada" con la que se gestan en
los siguientes años: Armstrong, Marcos Juárez, San Marcos,
Ballesteros, etc.
Recurriendo al "Catálogo de Planos de los Registros
Notariales" rescatamos que, en 1895 y con la firma del
Escribano Adscripto Feliciano Peralta, se rubrica "... el
plano confeccionado por la 'Argentine Land and Investment
Company Limited' de Rosario y que acompaña una escritura de
venta a favor del Doctor Ramón J. Cárcano, vecino de la ciudad
de Buenos Aires. El terreno ocupado por la vía férrea y la
estación Cárcano dividía la traza urbana en dos partes, Norte y
Sur, con sus respectivas plazas y manzanas reservadas para
edificios públicos, ambas ubicadas sobre la misma línea del
centro de la localidad (éste ubicado en propiedad del FF.CC.
Argentino)".
Con el fin del siglo XIX, Francesco Scardin parte de
Bell Ville
con el deseo de llegar a Ballesteros; su experiencia,
volcada en el libro "La Argentina y el trabajo",
nos permite saber que lo hace transitando por un camino
que, "... en largos trechos, a causa de una reciente
lluvia, está interrumpido por enormes cenagales donde el
vehículo se entierra en el fango hasta el eje de las
ruedas. Llegando a Zuviría, o sea a la mitad del camino,
creí conveniente abandonar la volanta para continuar en
un tren de carga que por allí pasaba en ese momento.
Pero, ¡en qué condiciones!
Antes de conseguir lugar en el último vagón, entre
los equipajes y de pie, aun habiendo pagado pasaje de
primera clase, debí firmar una declaración obligatoria
en la que aceptaba viajar en ese tren sin que a la
empresa le incumbiese responsabilidad alguna por los
peligros eventuales.
¡Absolutamente peor que una encomienda! En cuanto a
peligros no me di cuenta que existiera otro que no fuera
el de no llegar jamás, tan lenta era la marcha del
convoy". |

"La Argentina y el trabajo" de
Francesco Scardin |
La Revista
“Caras y Caretas” N°115 del 21 de setiembre de 1901
nos expone cual es la irónica realidad contrastante del estado
de la economía durante el inicio del siglo XX. Frente a un
cuadro, donde "La Hacienda" es representada por una famélica
vaca cuyo cuerpo migra hacia los Acreedores como consecuencia de
Deudas y Empréstitos, el Presidente Julio Argentino Roca
reflexiona: "Me parece que no mejora la perspectiva ni con el
nuevo marco". El humor se vuelve un amargo rictus cuando en el
interior del fascículo nos encontramos con una foto donde los
gerentes y representantes de los Ferrocarriles locales se
reúnen, por esos días, en un banquete en el Club de Residentes
Extranjeros.


El
epígrafe de la foto nos informa que "... no menos de
trescientos millones de libras esterlinas se hallaban
honorablemente representados alrededor de aquella mesa feliz,
cuyas excelentes condiciones de solidez puestas a prueba durante
varias horas solo hallarían parangón en lo escogido del menú y
en el inmejorable humor de los comensales". En lo que
respecta al Ferrocarril Central Argentino, entre los asistentes
estaba Harding Green y Tomás R. Preston, en su carácter de
Representantes y Henry Herbert Loveday, por esos días, tercer
Gerente de la empresa desde su puesta en servicio. De hecho, el
primer Gerente fue Henry Fisher quien es reemplazado, años más
tarde, por James Craik; en 1895, asumirá el mencionado Loveday
quien, en 1909, dejará esta responsabilidad en manos de Samuel
Hale Pearson.

Henry Fisher. James Craik, Henry H. Loveday y
Samuel
H. Pearson

Embarcadero de Rosario circa 1900 -
"The Argentine Year Book" y "Argentina y
el Trabajo"
Cuando el país transitaba los años de la Confederación y de cara
a financiar este proyecto ferroviario, tanto
Urquiza como la Gobernación de Buenos Aires, ofrecían la libre
navegación de los ríos y darle solución a la situación pendiente
con la deuda externa tomada con la financiera inglesa Baring &
Bros. Los pagos de dicha onerosa carga habían quedado congelados
por decisión política de la administración de Juan Manuel de
Rosas.
Unificado el país luego de Pavón, se decide regularizar la
situación crediticia pendiente tras aceptar la totalidad de las
condiciones impuestas, el acceso a nuevos créditos con la banca
extranjera se reinicia con el único y frágil respaldo en la
confianza que la exportación de alimentos básicos permitan, a
futuro, cubrir los compromisos financieros.
Aún con la recurrencia con que se ha demostrado la inviabilidad
de dicha estrategia y el daño que provoca en los sectores
populares, salvo contadas excepciones,
la historia argentina exhibe la constante insistencia de un minoritario sector
dirigencial que, una vez que acceden al poder, condicionan al
pueblo a transitar el mismo penoso camino.
(Ver Documento 13)
La desigual realidad social de fines del siglo XIX y el comienzo
del XX es descripta por John Foster Fraser en "The Amazing Argentine - A new land
of enterprise" cuando nos da cuenta que "... los
ricos 'estancieros' destinan muy poco tiempo a estar en sus
campos. Ellos son afectos a ser patrones ausentes. Disfrutan de
los placeres de Europa. Además, sus esposas e hijas prefieren
vivir en Buenos Aires antes que en el campo. La propiedad es
dirigida por un Administrador. Suele haber, además, sub
Administradores que son generalmente jóvenes ingleses atraídos
por la posibilidad de hacer fortuna. Luego, están los peones
nativos o italianos que se dedican al trabajo pesado. La vida en
el campo es muy dura. Los hombres se ponen en pie de madrugada
... y su trabajo los ocupa hasta el anochecer cuando regresan a
sus barracas. Es una vida extenuante donde no se conocen los
placeres de la civilización".
El informe "Ferrocarriles de Sud América - Parte I:
Argentina" elaborado en 1926 por el Departamento de Comercio
de Estados Unidos confirma esta fragilidad al explicar que
"... la posición económica de la Argentina depende totalmente en
la colocación de sus productos agrícolas y de pastoreo en el
mercado mundial; por ésto, su situación interna se ve muy
afectada ante cambios en las condiciones de los mercados
Americanos y Europeos".
Aquí, el documento incluye un gráfico
donde se puede ver como, durante algunos años (1921 a 1923), los balances
comerciales con EEUU ya expresan una relación deficitaria. El informe
se ocupa de describir que, si bien el
principal socio comercial es Europa, la relación con dicho
continente tiene las mismas características que la que nos
vincula con el país del norte; de hecho, mientras Argentina le
exporta a esta Nación tan solo materias primas, importa de ella productos manufacturados
con fuerte diferencial de valor agregado como es el caso de "... automóviles,
máquinas de escribir y maquinaria especial".

El material elaborado por el Departamento Comercial
estadounidense cierra este espacio consignando que la deuda
pública nacional argentina, "... al 1° de enero de 1923, era
de 2.187.710.000$ contra 1.331.985.000$ a finales de 1913.
Durante este período la deuda nacional por habitante se
incrementó de 177$ a 247$. Adicionalmente, la deuda consolidada
provincial aumentó por encima de 500.000.000$ y la municipal por
sobre los 200.000.000$".

La composición folklórica "El arriero"
del músico y poeta Atahualpa Yupanqui podría admitir
una reescritura de sus versos donde, la nueva versión sería:
"Las deudas son de nosotros y la renta, bien
ajena" |
Ferrocarril Central Argentino. Estación y Pueblo de Ballesteros.
Para octubre de 1866 las vías del ferrocarril llegan a estos
páramos. Aún cuando, para circular por el lugar, los trenes
deberán esperar alrededor de un año, el solo tendido de los
rieles hasta este sitio se asume, de modo arbitrario, como fecha
de fundación del pueblo.
Si nos detenemos en dos horarios, temporalmente continuos,
difundidos por el FCCA en el Periódico "The Standard"
observamos que el servicio ofrecido desde mayo a setiembre de
1867 cubre el tramo de Rosario a
Frayle Muerto. A partir de
setiembre de este año se publicita la detención en la Estación
de "Ballusteres" (SIC) como parte de una traza que ya
está activa hasta Villa Nueva. (Ver
Documento 10)
El lugar de detención era, en realidad, una plataforma o
apeadero de poco más de 600 m previo a un puente construído por
encima de lo que, en el lugar, se conocía y conoce como el
Pozanjón. Nos referimos a una laguna que, vecina a la Estación,
tiene una alimentación imprecisa que, aún con independencia de
las lluvias, mantiene constante el nivel de sus aguas; esta
característica ha fomentado la tradición popular de adjetivarla
como "ojo de mar".

Horario del FCCA del trayecto Rosario - Villa
Nueva y dibujo del puente sobre el Pozanjón por D. J. Ingrassia
incorporado en "Historia de Ballesteros"
de José E. Cacciavillani
La construcción del edificio de la Estación deberá esperar unos
años más hasta convertirse en realidad; la ausencia de población
no justificaba su erección inmediata.
Iván Wielikosielek, en su artículo
"Patrimonio arquitectónico de la Pampa Gringa"
publicado en "El Diario del Centro del País"
referido al cementerio de
Ballesteros,
nos informa que "... en el centro mismo de la necrópolis y a
la sombra de los panteones modernos ... yace, desde 1905, Eloy
Villarreal. Con su nombre grabado en una cruz de mármol, tiene
en una placa de cobre un mensaje para la posteridad, 'Homenaje
de la Municipalidad a uno de sus primeros pobladores'. Fallecido
a los 71 años es considerado, según los historiadores, el primer
ballesterense".
En su libro "Historia de Ballesteros", José E.
Cacciavillani da cuenta que, hacia 1864, Villarreal
llegó a la zona junto a Julián Paz con quien compartirá la instalación de un Mercado de Frutos del
País.
El proyecto comercial era un tradicional Almacén de
Ramos Generales donde se expendía una diversa variedad
de productos entre los que se incluían harinas, cueros y
sus manufacturas, forrajes, lanas, yerba, carnes
conservadas con sal, etc. y que, una vez asentado, su
influencia se expandirá hacia ambas costas del río
Tercero apostando al beneficio que le aportaría la
activación de la red férrea.
Según el autor y para esa época, "... la primera
vivienda en Ballesteros perteneció a Don Laureano Alonso
y que el primer árbol plantado fue de manos de Doña
Santos Alonso". |

Tumba de Eloy Villarreal |
"Recuerdos -
Narraciones de tierra adentro"
(Fragmentos) |
"Los Alonsos poseían el don de la música que les
venía del padre, ciego y cantor en su vejez. En la
esgrima del cuchillo, eran maestros. Jorge se destacaba
entre todos. Recordaba canciones seculares oídas a su
padre. Como cantor no fue igualado en aquellos tiempos
en que florecía el canto criollo. Su voz, cálida y
vibrante, de pasión varonil, imponía silencio en cuanto
se alzaba en medio del bullicio de las reuniones
gauchescas. Las almas más torvas se estremecían a su
conjuro. Lo escuché por última vez, en una noche lejana,
en los días de la decadencia del cantor y de la vida
criolla. Me encontraba en el patio de nuestra casa de
Ballesteros, cuando un eco inconfundible llegó a
nuestros oídos, tan triste como un lamento que viniera
del pasado, recto a nuestro corazón. Enronquecida por el
alcohol, ya no tenía, sino a intervalos, aquel timbre
que la caracterizara.
La vida fracasada y dolorosa del cantor, contaban las
desoladas estrofas: 'Paloma tierna y constante / que
habitas lujoso nido / escucha el canto sentido / de tu
desgraciado amante'. Así empezaba la apasionada, la
desgarradora décima que tantas veces conmovió, corazones
amantes y amados, bajo los aleros, al pie de las
ventanas florecidas de madreselvas, de los ranchos ahora
en ruinas ... como el eco perdido de las cosas que
fueron, flotaba esa canción antigua.
Como una ave herida planeaba la dolorosa serenata,
sobre las oleadas victoriosas de las nuevas gentes,
dueñas ahora de casi todos nuestros campos. Ella llevaba
entre su ensangrentado plumaje, el espíritu de la vieja
pampa, al que no han podido aprisionar los alambrados,
ni los telégrafos, ni la mecánica que ha profanado su
paisaje".
Dr. Ricardo Caballero
Revista "Nativa" - Año XI Nº
131 - Buenos Aires, noviembre
de 1934
"Páginas literarias del último
caudillo" - Compilación: F. Rojo y A. Ivern |

Dr. Ricardo Caballero
|
|
En el libro "Wonderful Adventures"
publicado en Filadelfia (EEUU) en 1874, se recopilan una
serie de relatos acerca de diversas experiencias en
territorios habitados por aborígenes a lo largo de
América. En particular nos remitimos al texto escrito por William S. Parfitt
bajo el título "Aventuras fronterizas en la República
Argentina".
Parfitt es un joven Ingeniero de alrededor de 30 años
quien, al llegar a Rosario en 1868 luego de varios meses
en las provincias norteñas de nuestro país y estando
alojado en el Hotel de la Paz, recibe una carta donde un
amigo inglés residente en Buenos Aires le solicita que
ayude a un muchacho francés de apellido Moustier
para que pueda llegar a unas tierras que el galo quería
adquirir en cercanías de la Villa del Río Cuarto. Se
trataban de dos leguas cuadradas con un casco de
estancia levantado en adobe.
El referenciado, tentado por los bajos precios y deseoso
de convertirse en criador de ovejas, ignoraba que
dicha zona era en extremo riesgosa por el usual asedio de
malones ranqueles.
Una vez encontrados en el Hotel, el Ingeniero intentó,
sin exito,
disuadir al joven relatándole su reciente experiencia en
Frayle Muerto donde, en los días en que estuvo allí, fue
testigo del sangriento ataque de un número elevado de indios que se
llevaron consigo buena parte del ganado del lugar.
Luego de unos días que destinaron a organizarse y
proveerse
de armas, medicamentos, alimentos, monturas y abrigo suficiente,
tomaron el recientemente inaugurado Ferrocarril Central
Argentino hasta
Frayle Muerto.
El autor nos brinda un interesante recuerdo
de dicho viaje que se inicia muy temprano cuando deben apelar a
un carro para transportar el equipaje hasta donde se emplaza
"... una hermosa Estación y Talleres construidos con
ladrillos hechos en el lugar con maquinaria propia a vapor".
El convoy partió a las 8:00h transitando "... una línea
simple de cinco pies y medio de ancho de trocha, la que está
tendida con los rieles asentados y sujetos sobre durmientes
separados entre sí por unos tres pies y dispuesto el conjunto
sobre el suelo conformando, así, una solo pieza que logra un
apoyo suficiente. Los vagones y locomotoras son, creo, de
fabricación estadounidense. Los primeros son tipo salón con
puertas en ambos extremos donde hay una pequeña galería en la
que se ubica un empleado controlador del freno. Los guardas como
los pasajeros pueden desplazarse de un vagón a otro. Las
locomotoras tienen, en el frente, 'apartavacas' para quitar el
ganado que pueda cruzar la vía". |

"Wonderful Adventures" |
Sobre el viaje en particular, Parfitt nos describe que "... pasan por algunas grandes
estancias y quintas para luego ingresar en las pampas salvajes y
extensas de Santa Fe. Aquí, a cortos intervalos, cruzamos grupos
de ganados salvajes y tropillas de caballos cimarrones que no se
asustan por nuestro paso. Nos detuvimos en varias estaciones
para la carga de agua y dejar víveres y provisiones para los
encargados de los apeaderos y los empleados de la red férrea".
Una vez ingresados en la Provincia de Córdoba, el viajero nos
relata que se topan "... con grandes grupos de avestruces y
ciervos colorados y a partir de seis leguas antes de llegar a
Frayle Muerto
pasamos por montes o pequeños bosques de algarrobo, tala,
quebracho, todos habitados por pájaros de todos los tamaños y
colores, desde águilas a colibríes, muchos muy buenos cantores.
A las 4:50h de la tarde llegamos a nuestro destino, donde
encontramos una buena, grande y sólida estación, con salas de
espera y de refrigerio donde había dispuesto un servicio de cena
a todo aquel pasajero que así lo deseara".

Indio, gaucho y técnica rural de enlazado de
caballos cimarrones; ilustraciones incorporadas en
"Frontier Adventures in the Argentine
Republic" de William S. Parfitt - "Wonderful
Adventures"
En Frayle Muerto contrataron un vaqueano y caballos suficientes
para emprender camino en dirección sur-sudoeste en procura de la
Estancia de un inglés de apellido Ball, amigo de Parfitt. Dicha
estancia se pensó para que funcionará como escala intermedia
al destino final previsto en cercanías de Río Cuarto. La crónica
reúne una colección de vicisitudes: desde una excursión de caza
de pumas organizada por Ball, un amigo alemán de éste y los
viajeros; la sorpresa del francés frente a la masiva presencia
de vizcachas, el posterior abandono del vaqueano que, llevándose los
caballos de reserva, deja a Parfitt y Moustier perdidos, sin
alimentos y librados a su suerte; por último, el ataque que la
pareja de aventureros
sufren por parte de una partida de indios guiados por el vaqueano traicionero.
A pesar de las graves heridas que sufren producto de lanzazos
durante la desigual pelea,
logran huir sin destino claro; perdiendo mucha sangre, vagaron hambrientos durante
cuatro días
hasta que el azar los
encontró con un lugareño que les dio amparo en su rancho.

Típica casa serrana cordobesa - "The Amazin
Argentine - A new land of enterprise" de John Foster
Fraser
Parfitt rememora que "... el nativo nos cocinó un
cordero, nos convidó con mate y después de haber permanecido un
tiempo para descansar, montó su caballo para indicarnos el
camino a un pueblito llamado Ballesteros [se refiere a
Ballesteros Sud]
que estaba como a cuatro leguas de distancia y donde ... [al
otro lado del río Tercero]
...
había una estación del Ferrocarril Central Argentino.
Llegamos a Ballesteros poco tiempo antes de la puesta del sol,
encontrando un pequeño pueblo formado únicamente por ranchos de
barro; pero, tan pronto como nuestro bondadoso guía informó de
nuestras heridas y nuestro último encuentro con los indios,
todos los habitantes parecieron rivalizar en bondad para con
nosotros y pronto nos instalaron en una de las mejores
viviendas con toda la atención posible".
George Briscoe Pilcher había nacido en Liverpool (Inglaterra) a
principios de la década del '40 del siglo XIX; con espíritu
aventurero y el fervor por incursionar en las nacientes técnicas
de la fotografía se radicó en Uruguay donde formó familia;
luego, a finales de los '70, cruza el Río de la Plata y
encuentra asiento definitivo en la ciudad de Córdoba donde
inauguró una casa de fotografía que, en este rubro, generará un
material que se convertirá en el imprescindible acervo a
consultar cuando el deseo es, con esta vital herramienta,
recuperar aspectos del devenir histórico de la provincia.
De
su cámara rescatamos la fotografía de la Estación de Ballesteros
en el tiempo de los trabajos de construcción de trazas
secundarias necesarias para fungir como ramales de maniobras.
Esta imagen, que debe corresponder a los primeros años de los
'80 del siglo XIX, nos ayuda a concluir que, en torno a la
Estación, solo se extendía un desolado desierto y que su aspecto
edilicio se ha conservado, sin cambio alguno, hasta los días de la desactivación de
la línea durante la presidencia de Carlos S. Menem.

Fotógrafo George Briscoe Pilcher - Estación de
Ballesteros, construcción de ramal secundario


Estación de Ballesteros luego de la desactivación
de la línea férrea durante la década de los '90 del siglo XX
Ese
paisaje fotografiado por Pilcher es el mismo que, a su paso por
allí en 1881, el aventurero inglés Edward Frederick Knight
describió en su libro "The Cruise of the 'Falcon' - A voyage
to South America in a 30 ton Yacht". Extraemos de sus
páginas que, tras abandonar
Frayle Muerto a
caballo, galoparon paralelos a la vía del FCCA en dirección
oeste mientras un cálido viento norte les pegaba en la cara. La
brisa les trajo un aroma ácido de vegetal quemado que anticipaba
"... un incendio forestal que ardía lentamente sobre algunas
leguas de terreno. Toda la hierba se ha consumido, los
algarrobos se han carbonizado y lenguas de fuego saltan
hambrientas aquí y allá. Entre el cielo caliente en lo alto y
las cenizas abrasadas por debajo nuestro, nos atrapó una
sed incontrolable frente a la que, cualquier viejo bebedor,
hubiera dado todo por saciarla; pero ¡ay!, no teníamos con qué.
Edward Frederick Knight y su libro
"The Cruise of the 'Falcon' - A voyage to South
America in a 30 ton Yacht"
Antes del anochecer llegamos a la estación de Ballesteros.
Nuestra expectativa era encontrar un pequeño pueblo aquí; sin
embargo lo que hayamos fueron dos o tres viviendas miserables;
de las cuales, ninguna era una posada. La única construcción con
un aspecto decente era la estación del ferrocarril; así que
decidimos dirigirnos hacia ella y, para nuestra satisfacción,
descubrimos que el Jefe de la misma era un inglés de apellido
Coleson. Luego de nuestro complicado viaje, nos recibió con
mucha hospitalidad y mientras le hacíamos honor a la abundante
cena que nos brindó, nuestros caballos hacían lo mismo con su
alfalfa y vainas de algarrobo. Hay varias estancias de nativos
alrededor de Ballesteros [se refiere a
Ballesteros Sud]
donde, como buen preciado pueblo en ascenso, la autoridad
sobre el mismo está asignada a un juez, un comisario de policía
y un comandante militar". La sobremesa brinda el tiempo
adecuado para que el anfitrión les relate anécdotas asociadas a
estos tres personajes y que más tarde, Knight revivirá en su
obra.
La presencia de la Estación tal como es visitada y descripta
por Knight no se agota en asumir un cierto espíritu propio de las viejas postas.
Si bien rodeada de una geografía donde abundaba la nada, al otro
lado del Río Tercero transcurrían historias desde hacía décadas.
Durante los '60 del siglo XIX, el desarrollo de los
alfalfares en los campos que rodean
Ballesteros Sud potencia, no solo la producción y
venta de fardos de la herbácea sino que, de modo fundamental, el aporte de un
excelente y económico producto nutricional para
la alimentación y cría de ganado tanto vacuno como lanar ya que
el rinde de dos
acres de alfalfa son suficientes para el desarrollo por
animal.
Manuel E. Río y Luis Achával en el libro "Geografía
de la Provincia de Córdoba" atribuye a Patricio Oyolas la iniciativa de sembrar estas semillas forrajeras que
había traído de Mendoza; el campesino de
Ballesteros Sud
la aplicó sobre "... una hectárea de terreno de su propiedad
ubicada sobre la carretera que une a dicha población con la de Zubiría".
El abundante rendimiento obtenido propició incrementar las
áreas para su siembra y como consecuencia, una mayor cría vacuna
desplazando a la ovina. Según el autor, con el ferrocarril se
propició la introducción de nuevas herramientas evolucionando
"... de la hoz a la guadaña y de ésta, a la máquina segadora y
las prensas de enfardelar (a sangre y a vapor) y las
trilladoras".


Transporte de alfalfa ("The Amazing Argentine"
y "La Argentina y el trabajo")
En torno a la Estación, nuevos pobladores se afincan en la
naciente Ballesteros; entre ellos, encontramos a los Amicarelli que asumen
protagonismo durante las últimas décadas del siglo XIX; de
hecho, el patriarca de la familia será el responsable de aportar
la imagen de San José que, en la Parroquia local, llegará hasta
nuestros días.
José (Giuseppe) Amicarelli, con 31 años, había llegado en 1872 a
Argentina junto a su esposa Francisca Orlando (Francesca Orlandi);
la familia dejaba atrás Agnone, Campobasso, Molise (Italia) y se
radicaba en
Bell Ville. Uno de sus hijos, Carmen (Carmine) nacido en
Italia en 1868, una vez completado los estudios técnicos en
Bolonia (Italia), viaja para unirse a sus padres con quienes,
luego de casarse con Lucía Sabelli en 1889, se
radicará en Ballesteros donde compartirá la administración
de la "Casa Amicarelli", proyecto familiar que será el primero en dedicarse en el
pueblo a la comercialización de tejidos, comestibles, artículos
de ferretería, etc. que, sumado a la compra venta de cereales y
forrajes, les permiten construir un respetable patrimonio. La
tradición sostiene que, en los tiempos libres que le dejaba su
actividad, Carmen (Carmine) se dedicó a cursar estudios de
medicina en la Universidad de Córdoba.

Acta de casamiento de Carmen (Carmine) de 22 años
y Luisa (en realidad, Lucía) Sabelli de 18 años
Iglesia Parroquial de
Bell Ville - 01
de junio de 1889
Estamos en el año en que el Departamento Unión, por Decreto
del Ejecutivo Provincial del 12 de abril de 1889, se divide en
la Pedanía Bell
Ville y la Pedanía Ballesteros; quedando este Departamento
conformado por seis Pedanías:
Bell Ville,
Ballesteros, Litín,
Ascasubi, Loboy y San Martín.
Para la misma época, Francesco Scardin llega a Ballesteros y
entabla un contacto con Carmen (Carmine) que volcará en su libro
"La Argentina y el trabajo" donde nos
relata que
"... el pueblo que está en la región de la alfalfa, nada tiene de
notable. Sin embargo, de notable tiene un joven italiano
culto y simpático, comerciante rico, el cual a pesar de
haber frecuentado en su patria tan solo los cursos
técnicos, ejercitó en esta colonia, durante algunos
años, con diligencia y desinterés, la profesión de
médico-cirujano. Y recuerdo, además, con cuanto calor me
hablaba de muchos detalles de la vida agrícola,
compendiando de práctica y sensata manera sus
consideraciones, extraídas de la experiencia, sobre lo
que debiera hacerse con provecho para resolver el
siempre arduo problema de la colonización".
El mismo autor, refiriéndose a Carmen (Carmine)
Amicarelli en su libro "Vita italiana nell'Argentina",
amplía asegurando que, "... en 1893, se le autorizó a
ejercer la profesión de médico, pero limitado a la
colonia; y lo hizo con tanto amor y desinterés que
pronto se ganó el cariño y simpatía general". |

Francesco Scardin |
En el Censo de 1895, al joven Amicarelli se lo releva en
Ballesteros con 27 años, declarando la profesión de Comerciante
y viviendo junto a sus padres y su esposa Lucía Sabelli de 23 años con quien
compartía seis años de casados y cuatro
hijos. A su biografía se le debe sumar que, desde el 30 de noviembre de
1904, es designado
Agente Consular de Italia. Es curioso como en un pueblo que, por
entonces, exhibía un mínimo desarrollo poblacional tuviese una
representación de este tenor. A ésto, debe sumarse la llamativa
centralidad que se le asignaba a Ballesteros en diversas revistas de fuerte
difusión en las grandes ciudades como "Caras y Caretas"
o similares. (Ver
Documento 18)


Los años de la llegada de los Amicarelli son transitados con una
mejora de la diversidad
productiva que debió ser acompañada con un servicio de transporte más
eficiente que el histórico aporte de las caravanas de carretas.
Sin embargo, los campesinos no obtuvieron una respuesta
inmediata por parte del ferrocarril. La demora en la radicación poblacional en torno a las
nuevas estaciones, la pobre oferta de vagones para el transporte
de la producción agroganadera, la arbitraria discrecionalidad en
la fijación de tarifas, la falta de cuidados y garantía sobre
las mercaderías despachadas, la reducida disposición de personal
idóneo, los vacíos legales aprovechados por la Administradora,
son solo algunos ejemplos que exponen el desinterés de la
Compañía en satisfacer las nuevas y crecientes necesidades.
La desidia de la Administración inglesa se expone incluso en no
invertir en necesidades hasta básicas para garantizar un
adecuado servicio. En la Memoria del Departamento de Obras
Públicas de la Nación de 1884, se describe un largo listado de
trabajos realizados por el Estado sobre esta red; en el caso
particular de la Estación de Ballesteros, se consigna "...
que se colocó una bomba con motor a caballo para la provisión de
agua".
Valen dos documentos que, teniendo como protagonista a la
Estación de Ballesteros, funcionan como crudos ejemplos que
prueban la deliberada y manifiesta actitud de la Administradora
inglesa centrada en la búsqueda de una desmedida y rápida renta
mientras, en paralelo, apela a cualquier tipo de artilugio para
evadir todo tipo de responsabilidades mientras apuesta al paso del tiempo
teniendo, como objetivo central, la multiplicación del precio de las tierras.
Uno, se refiere a un pasajero que despachó con él una yegua y un
padrillo; al llegar a proximidades de la Estación de
Ballesteros, chispas desprendidas de la máquina provocaron el
incendio del forraje de alimentación de los animales; de
resultas de lo cual, falleció la yegua mientras que el caballo
sufrió quemaduras. La negativa de la Empresa en asumir sus
obligaciones como garante del transporte contratado aduciendo lo
fortuito del hecho, obligó al dueño de los animales a iniciar,
en marzo de 1889, una demanda judicial que, dos años después,
obtuvo fallo favorable. (Ver
Documento 15)
Otro antecedente rescatado por Florencia D'Uva en un trabajo de
investigación sobre accidentes de trabajo durante la primera
década del siglo XX y que terminaron sentando jurisprudencia,
correspondió al pleito iniciado por la muerte, en noviembre de
1904, del guarda Angel Sarmiento en la Estación de Ballesteros.
La tragedia se produjo en el área de maniobras cuando el citado
empleado procedía a operar con los enganches de unos vagones
sin percatarse que el resto de la formación se desplazaba hacia él,
aplastándolo. La demanda iniciada por la viuda debió resolverse
entre la posición de la Empresa que alegaba que el guarda estaba
haciendo tareas que no le correspondían y la realidad que, por
economía operativa, la Compañía evitaba contratar suficientes e
idóneos trabajadores condicionando a sus pocos dependientes a
cumplir todo tipo de obligaciones a riesgo de ser despedidos.
Recién en 1911, la justicia resolvió a favor del reclamo de la
esposa de Sarmiento y sus hijos.
Manuel Gálvez, en su libro "Amigos y maestros de mi juventud",
reflexiona a partir de la frase del Senador Nacional por Santa
Fe Dr. Ricardo
Caballero que en el Senado de la Nación había expresado que
"... la campaña para desprestigiar a los Ferrocarriles del
Estado ha sido pagada por las empresas ferroviarias
extranjeras".
El autor nacionalista y revisionista se sorprende porque, tan dura exposición, no haya
encontrado eco ni en la prensa ni en los espacios
gubernamentales de la época; más aún, cuando "... todos los años en el momento
de la venta de sus cosechas se alzan protestas por la falta de
vagones que los diarios de Buenos Aires registran en sus
informaciones del interior. Este año se produjo en Oncativo,
centro de una las regiones agrícolas más densas de Córdoba, una
verdadera conmoción casi revolucionaria, porque los productores
locales, unidos en cooperativas, se veían precisados a mantener
sus cereales en los depósitos a la espera de vagones, mientras
comprobaban el ir y venir de trenes enteros, completamente
vacíos, por las vías del Ferrocarril Central Argentino que
cruzan esa zona".
Completa su pensamiento afirmando
que, para los ferrocarriles ingleses, nunca faltan "...
máquinas, vagones y vías libres para cubrir las solicitudes de
Liebig's y de Bovril". |

"Amigos y maestros de mi juventud"
Manuel Gálvez |
Habiendo encontrado los mismos nombres en la dirección
empresarial de estas empresas con los que figuran en la
administración de los ferrocarriles ingleses, con ironía, Manuel
Gálvez concluye que "... hasta parece que
fueran los mismos empresarios, porque en los Directorios figuran
nombres idénticos, cabalmente homónimos".
Dada la significativa distancia entre
Ballesteros Sud
y Ballesteros y siendo que en esta última ubicación se encuentra
la formal Estación de aquella, se hizo imprescindible vincular a
ambas con la complicación de tener que sortear el río Tercero.
Se hizo, primero, mediante un puente de madera dispuesto en 1889
sobre el curso fluvial y luego, con la consolidación de un mejor
camino en 1898 y el emplazamiento, en 1908, del puente de hierro
que llega hasta nuestros días con un costo final de 175568$ (un
16% más de lo previsto en el presupuesto original). En noviembre
de ese mismo año se emitió un Decreto firmado por Figueroa
Alcorta avalando un gasto de 3365$ propuesto por la Comisión
Administradora del Fondo de Caminos para las obras de reparación
del camino de acceso a la Estación comunicando, de mejor modo,
al FCCA con el pueblo y, al mes siguiente, se aprueba otro
Decreto que, por 3682,50$, autoriza la ejecución de la traza
desde la Estación Ballesteros a la vecina Morrison. El puente de
hierro devendrá en uno de los numerosos conflictos con la
Administración inglesa del FCCA; de hecho, en marzo de 1910, el
Presidente Alcorta debe emitir un Decreto rechazando la
pretensión de la Empresa para que se la libere del pago de la
tercera parte del costo del puente sobre el Río Tercero a lo que
había sido "invitada a colaborar" al momento de ser proyectado
en 1905. A mediados de 1910 y en relación a este tema, el
Congreso aprueba la exoneración a la Pcia. de Córdoba del pago
de los derechos de importación y sus intereses por los
materiales necesarios para la construcción de puentes metálicos
en Ballesteros y Leones. (Ver
Documento 16)
Será en 1920 que se conforma la municipalización del pueblo
asumiendo, en diciembre de dicho año, las autoridades comunales.
En las respectivas elecciones, el triunfo fue obtenido por el
Partido Radical por sobre los Demócratas; la fracción ganadora
impulsaba a Vicente Cacciavillani para el cargo de Intendente.
Una vez asumido, designó como Secretario a Enrique González,
mientras que Luis Journet, tomaba la responsabilidad de
Presidente del Concejo Deliberante.
La primera Capilla.
En 1882, el entonces Obispo de Córdoba Fray Mamerto Esquiú
bendice la colocación de la piedra fundacional de la Capilla
que, bajo la advocación de San José, se habría de levantar a
unos 300 metros de la Estación Ballesteros del Ferrocarril
Central Argentino con su fachada orientada hacia el sur dándole
la cara al símbolo del
progreso de la época.
En paralelo, designa al Presbítero Eduardo R. Ferreyra al frente
de la estratégica Parroquia de la Inmaculada Concepción de María
de Bell Ville;
lugar que ocupará a lo largo de 23 años.
Durante los tres meses de 1882 que Fray Mamerto Esquiú destinó
para una recorrida pastoral por todo el Curato contará con la
permanente compañía y colaboración de Ferreyra. Producto del
camino transitado en común, el nuevo Párroco de Bell Ville,
acumularía jugosas anécdotas de su Superior.
La construcción de la primera Capilla de Ballesteros insumiría
varios años, al punto que recién en 1886 pudo ser bendecida por
el Presbítero Eduardo R. Ferreyra. Según
"Historias Populares Cordobesas -
Ballesteros", el acta que refrenda esta
ceremonia está "... conservada en un cilindro de plomo que se
encuentra en la pared sudeste de la Capilla".
María del Carmen J. de Taruschio y Raúl A. Cáceres en su trabajo
dedicado a la "Parroquia San José de Ballesteros" e
incluído en el libro "Civitatis Mariae - Historia
de la Diócesis de Villa María", consignan que,
"... su Patrono es San José, una bella imagen de porcelana
traída desde España y donada por Don José Amicarelli".
A poco de su apertura, el recinto religioso comenzó a cumplir
con todas las actividades propias del culto bajo la
responsabilidad del Cura y Vicario de la Iglesia Parroquial de
Bell Ville
quien debía cubrir las múltiples necesidades de la zona; de
hecho, se lo encontraba rubricando su oficio en diversos sitios
del Curato como, entre tantos otros, el Oratorio de la Colonia
Tortugas en el límite con Santa Fe, en
Cruz Alta, Marcos Juárez,
San Juan de
Ballesteros Sud, etc. |
 |
Por las distancias a cubrir por los pocos curas disponibles, los distintos servicios
que se realizaban
se los hacían coincidir con los días de estadía sacerdotal en cada
lugar; con un
encabezamiento específico en el Libro de Actas se identificaba
la población visitada y la respectiva capilla. En nuestro caso,
es así como lo dejó asentado el Padre Eduardo R. Ferreyra.

El 5 de julio de 1886 el Padre Ferreyra dejó su sede en Bell
Ville y se acercó a Ballesteros Viejo (actual
Ballesteros Sud) y en su Capilla de San Juan, entre otras
actividades, procedió a bautizar unos 40 niños; hecho ésto, el
12 de julio, se hizo presente en Ballesteros donde, en la
Capilla de San José, ofició una ceremonia de matrimonio y al día
siguiente, bendijo cuatro criaturas del lugar.

Para 1904, al Departamento Unión le correspondía un Curato con
sede en Bell Ville
bajo cuya administración estaban las Capillas de Ballesteros,
San Antonio y San Juan.
El 12 de mayo de 1906 se registra, en "... San
José de Ballesteros", el
matrimonio del argentino Ernesto Lerch Olive de 27 años, hijo de
Felipe Lerch y Berta Olive, con la argentina Clotilde Amicarelli
de 15 años, hija de Carmen (Carmine) Amicarelli y Lucía Sabelli.

El acta está refrendada
por el Sacerdote José Pío Angulo en su carácter de responsable
del Curato de San Gerónimo con sede en
Bell
Ville. Se trata del Párroco que asistió, en sus últimos
momentos, al recientemente santificado José Gabriel del Rosario Brochero. La reconstrucción de los instantes finales del Santo
ubican al Sacerdote Angulo colocándole su tradicional sotana,
tal su deseo, dándole los sacramentos de rigor y permaneciendo a
su lado hasta su último aliento ocurrido el 24 de enero de 1914.
Durante 1908 se coloca y bendice una Cruz de sólida madera
frente a la Capilla. La misma, aportada por sacerdotes
misioneros en su paso por Ballesteros, tendrá un destino
inesperado e indeseado.
Al año siguiente, el casamiento de otra hija de Carmen (Carmine)
Amicarelli merece, en 1909, la atención de la Revista "Caras
y Caretas". Nos referimos a la boda de Vicente Cacciavillani
con Francisca Amicarelli realizada, según consta en la respectiva
acta, en la Iglesia de Ballesteros Nuevo.
Un documento de fecha 25 de junio de 1893 nos da cuenta que
Francisca había nacido el 18 de mayo de ese año; la joven era
hija de Carmen (Carmine)
Amicarelli y Lucía Sabelli. Por su parte, Vicente Cacciavillani, de 26 años,
era
hijo de Emilio Cacciavillani y Concepción Gambelar.

Acta de bautismo de Francisca Felisa Amicarelli,
hija de Carmen (Carmine) Amicarelli y Lucía Sabelli,
en la Capilla de San José - 25 de junio de 1893

Banquete para despedir la soltería del Sr.
Vicente Cacciavillani - Revista "Caras y Caretas" n°553

Acta del casamiento de Vicente Cacciavillani con
Francisca Amicarelli
realizado el 24 de abril de 1909 en la primera
Capilla de Ballesteros (actual Salón Parroquial)

Encuentro familiar en festejo al casamiento
Cacciavillani-Amicarelli
Foto publicada
en la Revista "Caras y Caretas" n°554
El joven matrimonio se radicará en una vivienda que, conservada
hasta la actualidad, está ubicada frente a la Sociedad Italiana
de Ballesteros. Con ladrillos vistos y tras una artesanal reja,
un hermoso jardín la aleja de la vereda. En el centro, una alta
puerta de madera separa sendos pares de ventanas. La tradición
asegura que hasta disponía de un salón destinado a bailes. En
relación a la propiedad, Iván Wielikosielek en un artículo de su
autoria y publicado en "El Puntal" de Villa María,
rememora que estando aún viva la última habitante de la casa y
descendiente de la familia Cacciavillani, al pasar frente a la
reja se podía oír "... el piano tanguero saliendo de las
manos de la mujer junto a un potente perfume de las
madreselvas".
Volviendo a la primigenia Capilla, podemos concluir que el aspecto de su arquitectura es simple, tan solo un rectángulo de 18m por
6,5m; una muy escasa
superficie cubierta con un techo a dos aguas que drena sobre
ambas mamposterías laterales. Sobre estas paredes se ubican
sendos pares de ventanas de medio punto que aprovechan la luz
del sol para iluminar hacia el interior y, como único detalle de
decoración, se observan unas finas cruces en sobre relieve. El
frente intenta copiar un estilo griego donde dos símiles de
columnas flanquean la puerta de ingreso mientras sostienen un
frontis superior triangular dentro del cual una ciega ojiva
circular que seguramente estaba concebida para contener una
ventana a la altura de un posible coro interior. El pórtico esta
enmarcado en una moldura que acompaña los laterales de la puerta
que se continúa por encima de la misma con un dibujo de medio punto.


Distintas vistas contemporáneas de la primera Capilla de Ballesteros
(actual
Salón Parroquial)
Abajo: foto correspondiente al casamiento del
árabe Miguel Asef con Estela Conti
obtenida frente al
atrio de la primera Capilla de Ballesteros y publicada
en la
Revista
“Caras y Caretas”
n°562

Acta matrimonial de Miguel Asef con Estela Conti
- 17 de junio de 1909
"La profanación de la cruz bendita"
(Fragmentos) |
"El Dr. Yrigoyen me confió en Micheo, cual iba a ser desde la
Presidencia de la Nación, su actitud para con la Iglesia
Católica, inspirada en la tolerancia de Constantino, y su
decidida protección a la misma. Por este motivo, afirmó que los
componentes de la UCR, no podían desde sus filas, combatir los
Dogmas Católicos, cuyas verdades profundas van siendo
comprobadas por la ciencia positiva, iluminada por la conciencia
religiosa. Estas palabras del Dr. Yrigoyen, nos llevaron a
recordar una tentativa anti religiosa iniciada en Córdoba por
algunos radicales que tomaron la denominación de “rojos”. Fueron
promotores de esa tentativa, con otros muchos, el Distrito de
Ballesteros, Morrison, los caudillos locales de Casildo Abaca,
Benito Rivera, Ruperto Español, cuyos prestigios y generosidad,
arrastraban a casi todos los criollos de esos lugares.
Recuérdese que la UCR de Córdoba se había organizado desde 1906
hasta 1909, bajo la dirección y presidencia del canónigo Dr.
Eleodoro Fierro, de tan querida memoria entre los viejos
radicales. No obstante éso, el grupo “rojo”, levantó el pendón
disidente y anti religioso, con el lema de 'Frayles no'. Más o
menos como los Demócratas Cristianos del presente, aunque
pagando estos tributos a la perfidia de los tiempos, no lo
confiesan públicamente. Son éstos los antecedentes del hecho que
paso a referir.
Frente a la vieja capilla de Ballesteros, una misión de
sacerdotes católicos había dejado clavada, como recuerdo de su
paso, una gran cruz de madera, bendecida en una tocante y
concurrida ceremonia. El grupo de radicales “rojos”, tal vez
despechados por la repulsa casi unánime de los correligionarios
resolvió perpetrar un atentado contra el símbolo sagrado de la
redención humana. No pudieron los blasfemantes, elegir un medio
más propio al grosero materialismo que los animaba, y
resolvieron arrancar la cruz en la noche y, con sus maderos,
asar unos corderos para regalarse con ellos y con abundantes
beberajes, en el Café que otro radical de su credo, Juan Massó,
poseía en Ballesteros.
Era una noche de diciembre de 1909. Noche serena de plena
luna de azulado cielo, cubierto por estrellas brillantes y
tranquila, que parecían presagiar buen tiempo con la inmovilidad
de su luz. Cuando el pueblo dormía, en la alta noche, arrancaron
la cruz, el peón de patio de la casa de Amicarelli, Benito, el
Negro Clementino y un gringo masón italiano que se las daba de
anarquista y radical. Con los maderos de la cruz hicieron el
fogón en lo de Massó, para asar los corderos, y mientras ésto
ocurría,
corría el vino y el vermouth".
 
Relato incorporado en el libro:
"Yrigoyen, la Conspiración Civil y Militar
del 4 de febrero de 1905" - Buenos Aires, 1951
(Ver Documento 14)
|
|
En diciembre de 1917, por auto del Obispo de Córdoba Fray
Zenón Bustos y Ferreyra y conjuntamente con la
conformación de la Diócesis de Villa María, la reducida Capilla
es elevada al rango de Parroquia conformando un conjunto
integrado por los pueblos de Ballesteros, Ballesteros Sud,
Cárcano y Alto Alegre; tiempo después, se les sumará Morrison
mientras que Cárcano pasará al Curato de Villa María.

Monseñor Fray Zenón Bustos y Ferreyra (Obispo de Córdoba,
1905-1925)

Primeras décadas del siglo XX; lateral este de la
primera Capilla (actual Salón Parroquial)
En marzo
de 1918 y en coincidencia con la fecha patronal dedicada a San
José, se efectúa el festejo de su nueva condición. Aprovechando la
celebración, se procede a realizar bautismos y otros servicios
pastorales.

Actas bautismales en la Iglesia de Ballesteros
rubricadas por el Sacerdote José Pío Angulo - marzo de 1918
Si regresamos a la lectura del libro "Civitatis Mariae - Historia
de la Diócesis de Villa María" en lo que respecta
al espacio dedicado a Ballesteros podemos rescatar un detalle de
los sacerdotes que sucedieron a Eduardo R. Ferreyra en la
atención de los servicios religiosos en la pequeña parroquia de
Ballesteros. Se trata de "... Angel Farías Leal (03/18 a
02/20), Alfonso María Buteler (03/20 a 02/23), José Pío Angulo
(02/23 a 06/23), Francisco J. Ferrero (12/23 a 05/31), Pablo
Colabianchi (junio 1931), Calixto Fabre (07/31 a 12/33),
Alejandro T. Allende (12/33 a 03/36) y Francisco Company (04/36
a 02/48)".
El Dr. Ricardo Caballero y el Párroco
Francisco Company o Compañy.
Como ya hemos anticipado, en un tiempo común, dos personajes se
acercarán para construir, entre ambos, un eslabón imprescindible
en la cadena histórica de Ballesteros: la nueva Parroquia.
Sobre el Dr. Ricardo Caballero, ya nos hemos
extendido; falta que, ahora, nos ocupemos de Francisco Company
ya que será quien, con su juventud, entusiasmo, perseverancia y
un cabal entendimiento de los tiempos políticos que se
transitaban y a los que se supo adaptar, será el artífice de la
concreción de una serie de proyectos de muy diversa osadía y
complejidad; siendo, el más relevante, el impulso en la
construcción de la actual Parroquia en Ballesteros.
En relación al Sacerdote, recurrimos a , la "Revista
de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina" que, en
1965 y con motivo de su deceso ocurrido el 29 de abril de ese
año, publicó una síntesis de su biografía.
Si bien incompleta en lo que respecta a su pensamiento político,
nos es útil para introducirnos, de modo genérico, en su
trayectoria.
Francisco Company o Compañy (luego nos referiremos a su
apellido) nació el 17/10/1909; un día de octubre que, 36 años
después, será muy significativo para el Sacerdote y no solo por
ser su cumpleaños. Una vez dejada su Río Cuarto natal, ingresa
al Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Loreto de Córdoba de
donde egresa como Sacerdote en abril de 1933. Con sus jóvenes 23
años es asignado a la capitalina Parroquia de Nuestra Señora del
Pilar como Ayudante Secretario y de un modo inmediato, se integra
a la Asociación Católica Juvenil que funcionaba en el lugar.

El Presidente Justo, por Decreto del 02/07/1934,
designaa Francisco Company como Ayudante Secretario
en la Vicaría Foránea de La Rioja dentro del Obispado de Córdoba
Según el texto de ARCHIVUM, "... el 4 de abril
de 1936, fue
trasladado a la localidad de Ballesteros y allí
desempeñó sus funciones de Párroco por espacio de una
década. Se convirtió en una figura insustituible en
muchas de las actividades de aquella pequeña población y
no pocas de sus obras estuvieron enderezadas al progreso
de ella, desde la renovación de su templo parroquial
hasta lograr el adelanto de aspectos de cultura".
Es cierto, la
gestión de Company dejó distintivos logros, que merecen
y deben ser leídos desde lo político. ARCHIVUM apela a
un entrelineado sutil al decir que "... provenía de
una familia de trabajo, éso le mantuvo cerca de muchos
aspectos sociales que él trato de resolver con una
colaboración amplia, franca, sin escondrijos. Muchas
páginas de sus libros y de sus artículos periodísticos,
como no pocos de sus sermones, tuvieron esa orientación,
hecha sin mezquinos cálculos, con la pasión que sabía
inocular a sus alocuciones y a sus capítulos, pero con
la gran ambición de sentir para su tierra una paz
afirmada en la justicia y en el amor". (Ver Documento 19)
|

Pbro. Francisco Company |
Dentro del contexto temporal de 1936, al momento de asumir su
ministerio en Ballesteros y en la Capilla de Morrison, no se debe obviar el ascenso a la
gobernación de Córdoba de Amadeo Sabattini en representación de
un sector de la UCR. Su triunfo electoral fue ajustado siendo
vitales los votos del seno de los hijos argentinos de la inmigración europea; desde esa función ejecutiva, el
nuevo Gobernador asumió una
posición liberal, laicista y desentendida frente a la influencia
marxista. Los sectores obreros, pobres y
postergados al no estar considerados dentro del nuevo esquema
devinieron en un conjunto social propicio para las nuevas
corrientes que se nutrían de ideas desde la Rusia comunista y
atea como de la República española donde tenían cabida los
republicanos, los socialistas, los comunistas y los anarquistas
en inestable comunión.
Las injustas condiciones de los marginales de las periferias de
las ciudades y la dura miseria de aquellos braceros de los
campos que tanto habían sacudido el espíritu nostálgico de
Ricardo Caballero recibían el destrato tanto de la política como
de un Dios que, juzgaban, no se ocupaba de tenderles su mano
piadosa.
Desde hacía años que se gestaba un caldo de cultivo donde era
inexorable que la lucha de clases fuera el sustento y detonante
de cambios radicales en la conformación y convivencia social y política del
país. Parecía inevitable. Era un límite que la anacrónica
Iglesia de la época no se podía permitir.
Inés Achával Vecú en su valioso trabajo titulado "Francisco
Company, un cura peronista ..." reflexiona que, "... a
partir de la década del treinta, la Iglesia Católica se
posicionó con mayor fuerza en el espacio público como fuente de
legitimidad y como alternativa frente a la larga crisis del
liberalismo y a la emergencia del comunismo". Frente a esta
realidad, Company apostó ser un católico capaz de sembrar
semillas contrarias a estos dos "ismos".
El "Martín Fierro" de José Hernández es leído por
el clérigo
y reinterpretado dentro de los límites del dogma cristiano; en
sus versos busca la adecuada y justa prédica en la esperanza que
su palabra así moldeada logre entrar en los espíritus del
pobrerío campesino y desde allí, disputar voluntades contra el peligro
rojo y ateo.
La línea que rescata es "... debe el gaucho tener casa,
escuela, Iglesia y derechos". Los paradigmas de lo que, años
más tarde, será la Justicia Social estaban allí escritos; las
necesidades requerían de derechos; la Iglesia no podía ni debía
ser indiferente. Estaba convencido que esos sectores, que la
larga época liberal, había definido como bárbaros sin
posibilidad de recuperación, podían ser convocados tras una
nueva causa donde se los escuchase con respeto y se saciasen sus
necesidades. Creía con fervor que podía servir a esa empresa con
las herramientas que, a su entender, nacían del mismo evangelio.
Mimetizado con el ambiente y la población rural y habiendo interpretando y comprendido la problemática
rural, el joven cura impulsó, según Inés Achával Vecú, "... la organización de
diverso tipo de
asociaciones católicas; la sindicalización de
los obreros; la organización del tiempo de ocio con actividades
recreativas y deportivas y la utilización de las industrias
culturales y de los medios masivos
de comunicación".
En
síntesis, para que su proyecto tuviese éxito, su presencia debía
ocupar espacios mucho más allá de aquellos pastorales; visto con
esa óptica, la política también era un sitio que ofrecía un
vacío que debía ser llenado con un renovado relato. Con
convicción, vehemencia y habilidad discursiva, no dudó en
transitar esa senda tanto desde el púlpito como en la calle.
A pesar de lo difícil que se hace concluir con certeza si lo
suyo fue por convicción ideológica y política o por mero
oportunismo; la realidad muestra que los diez años de su
ejercicio en Ballesteros quedaron signados por su centralidad en
las obras concretadas.
|

Párroco Francisco Company |
Decíamos que la construcción de la nueva Iglesia necesitó de dos
protagonistas centrales que, además, comulgaran con una misma
lectura sobre la realidad, sus injusticias y como
enfrentarlas. Una alianza con eje en Caballero y Company estaba
gestándose, era cuestión de saber actuar de un modo acorde. En este sentido y
apelando a Inés Achával Vecú, podemos concluir que la ligazón
entre ambos "... eran el ataque al
liberalismo, la oligarquía y la inmigración; rescatando al
criollo traicionado y olvidado por la generación liberal que los
expulsó de sus propiedades para entregarlas a las empresas
ferroviarias y a los inmigrantes". En concreto, los une
"... la batalla por la historia en clave católica y revisionista
[en contra de los] proyectos imperialista anglosajón 'mercantilista' de base protestante y
aquel otro, comunista y ateo [y el reconocimiento] de los derechos sociales,
civiles, y religiosos de los trabajadores rurales y criollos
[afectados por el] progreso mercantilista e inmoral en manos
de una oligarquía portuaria, cuyas políticas terminaron con el
tipo de vida y honor del gaucho".
La nueva Parroquia de Ballesteros. Colocación de la Piedra
Fundamental.
Desde su fundación, en 1894, el diario "Los Principios",
funcionó como el órgano de difusión informativa del Arzobispado
de Córdoba. La edición del 11 de octubre de 1939 nos informa que,
al día siguiente, se va a colocar la piedra fundamental de la
nueva Parroquia de Ballesteros. La pequeña población debía prepararse para una ceremonia especial ya que,
se vería honrada con la visita del Obispo de Córdoba
Monseñor Fermín Emilio Lafitte.

Monseñor Fermín Emilio Lafitte
(Obispo de Córdoba 1934-1958)
Titular del Diario "Los Principios" del
11/10/1939
Atento que, con pormenorizado detalle, el Periódico se ocupó de
describir el acontecimiento y que, consultando el
Documento 22, el lector puede tener un acceso integral a
dicho material; aquí, apelaremos a una síntesis de las
circunstancias vividas.
"Los Principios" resalta que la colocación de la
Piedra
Fundamental es "... la culminación y fruto de la acción
tesonera e inteligente de las instituciones católicas ... la
creación de diversas instituciones de diverso carácter y los
establecimientos educacionales son otras tantas expresiones que
al correr de los años se agrandaron en valor y en gravitación en
todos los círculos del pueblo".
Con solo transitar las líneas de dichos textos periodísticos,
podemos sorprendernos ante la significativa y por demás
llamativa relevancia que asumiría la reducida comunidad.
El 12 de octubre, a
ese joven pueblo converge el Obispo de Córdoba con su comitiva;
a las 9:30 es recibido recibido en el Camino
Nacional por "... una caravana de automóviles y una cabalgata"
que lo acompaña hasta "... el comienzo del
Boulevard San Martín [donde es recibido] por el pueblo
y la banda municipal infantil de Bell Ville con 85 ejecutantes".
Están también presentes distintas personalidades
como el Senador Nacional "... Dr. Ricardo Caballero, donante
del terreno del nuevo templo, quien pronunciará un discurso",
el Diputado Nacional Néstor Pizarro entre otros Legisladores con sus esposas, el Intendente
Municipal Juan B. Lafourcade, el Ingeniero Antonio Sánchez
Pertierra que se haría cargo de supervisar la obra civil y la Sra. Silvia Michel de
Bustamante en su carácter de "... Presidenta de la Unión de
Damas pro-Templo"; dicha Comisión, integrada por más de una
decena de miembros, tiene a Francisca Amicarelli de
Cacciavillani como Vice Presidenta Primera y entre sus funciones
esta la
responsabilidad de coordinar a otras sub-Comisiones por cada una
de las filiales parroquiales de Ballesteros Sud, Morrison y Alto
Alegre. La "Unión de Damas" tiene, además, una serie de
Presidentas Honorarias, entre las que se destaca Elvira Vives,
esposa del Dr. Ricardo Caballero.
Al respecto, la crónica de "Los Principios" nos relata
que, "... llegada la caravana al Boulevard, donde una
compacta manifestación de pueblo, niños escolares, asociaciones
y autoridades les aguardaban ... allí se formó la gran comitiva,
dirigiéndose al lugar donde se erigirá el nuevo templo y donde
también se celebraría la misa de campaña ..." oficiada por
el Párroco Francisco Company y el Rector
del Seminario Metropolitano Presbítero Alfonso Buteler.

Comitiva encabezada por Monseñor Lafitte y el Dr.
Caballero (Diario "Los Principios")

Misa de Campaña (Diario "Los Principios")

Bendición de la Piedra Fundamental por parte del
Obispo de Córdoba (Diario "Los Principios")
Terminado el rito religioso, se bendice y coloca la Piedra
Fundamental; tras lo cual, hacen uso de la palabra el Padre
Company, el Dr. Ricardo Caballero y el Obispo de Córdoba. Luego
de las alocuciones, se entona el Himno Nacional.
(Ver Documento 22)
El Dr. Ricardo Caballero y su familia eran, para la época, los
propietarios del solar ubicado en Roque Sáenz Peña y San Martín;
esquina opuesta a la primera Capilla separaba, tan solo, por la calle
que, perpendicular, llevaba a la cercana Estación del Ferrocarril. El
12 de octubre de
1939, en coincidencia con la colocación de la piedra
fundamental, el político y médico exterioriza públicamente su
voluntad de donar parte de sus tierras
para que sean destinadas al asiento de la futura Parroquia.
"La donación a la
Iglesia"
(Fragmentos) |
"Ahora, mi última palabra, la más noble vibración de
esta alma mía que habéis visto a plena luz. Es verdad que he
sido un luchador, como lo ha expresado con elocuencia y bondad,
el señor Cura Párroco de este pueblo, en el hermoso sermón que
le hemos escuchado. En general se cree que un hombre de lucha,
no tiene tiempo para ser un hombre de estudio. Lo digo sin
vanidad, yo he sido esto último, más que lo primero. Como
llevado por un designio providencial, he bebido en las fuentes
más puras y más hondas de las ciencias así biológicas como
sociales y sagradas. He torturado mi inteligencia procurando
penetrar el misterio de la creación y del destino del hombre y
he llegado a comprender, o a intuir, cuando mi capacidad
puramente humana, no me ha bastado, en dónde está la verdad
científica, en dónde está la verdad política, en donde está la
verdad social, y como resultado de esta investigación, anhelante
os digo, invocando todo lo que ha flotado hoy día ente ambiente
ennoblecido por el misterio de la misa, sacudiendo hasta las
lágrimas nuestros sentimientos, que es depositaria de estas
verdades, la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. El mejor
acto de mi vida, es el que realizo entregando este viejo solar
para que sobre él se levante el templo en el que se realizará su
culto y mi humilde fe, como la vuestra, jura por el pasado de
nuestra raza, ante el presente inquieto, tal vez porque en su
entraña se agita un movimiento de restauración argentinista,
defenderla de los peligros que aparecen como nubes sangrientas
en los horizontes oscurecidos de esta civilización en plena
tragedia de impiedad y de perturbación.
La violencia armada para constituir una civilización laica,
sin resortes morales, sin fe religiosas, aunque se confunda en
un abrazo esperado por mí, con el comunismo ruso, será vencida
hoy como siempre, por las fuerzas morales, por la esperanza
infinita, que surge en el alma en donde está la verdad social, y
como resultado del hombre, al conjuro de esta simple y profunda
interrogación: el ¿por qué? de la vida, el ¿por qué? de la
muerte. De esta pregunta brota el sentimiento más digno del
hombre, el sentimiento religioso, y éste es más fuerte que todos
los poderes físicos de la tierra, que han pretendido ahogarlo en
el pasado y en el presente. Sin él, la humanidad habría perdido
todo estímulo superior y la esperanza como dijo el poeta, se
abría cansado de ser madre. No en vano lo han invocado los
primeros hombres de la tierra, cuando desde sus montañas
solemnes levantaran al cielo sus brazos suplicantes, no en vano,
cuando el materialismo pagano lo había casi extinguido bajo el
peso de su religión natural, se derramó sobre el sombrío
Calvario la generosa sangre del Hijo del hombre, para realizar
en la tierra, el milagro más grande que el de la primera
creación, el milagro de la nueva creación del hombre moral,
última finalidad del Creador, al formar la tierra para que la
habitara la criatura hecha a su imagen y semejanza.
Con estas palabras entrego este solar nativo a la Iglesia de
mi pueblo, sabiendo que todos los muertos de mi casa, desde las
regiones en que habiten, aprobarán este acto como el destino
mejor para lo que fue nuestro hogar, y que, nos cobijó en la
vida, durante tantos años".

por Ricardo Caballero
"Páginas literarias del último caudillo -
Compilación" de Francisco Javier Rojo y Andrés Ivern
y Revista "Nativa" de diciembre de 1939
(Ver Documento 20)
|
|
Por lo que dice, es muy interesante el discurso de donación
del predio. Pero, también, lo es por lo que no dice. El texto
completo amerita que sea leído con detenimiento ya que en el
mismo se sintetiza buena parte de las posiciones sociales,
políticas y humanísticas de Ricardo Caballero a esa altura de su
vida; contiene la profunda nostalgia por un pasado de grandeza
que asume perdido; recupera apellidos que acompañaron y
moldearon su espíritu; rescata las costumbres rurales
asociándolas a una raza idealizada; hurga en la historia y
reivindica a aquellos que otros, se han ocupado de estigmatizar; se hinca
definiéndose cristiano sin dobleces. La presentación, aún sin
expresarlo, reescribe sus propios mundos infantiles, sus
contradicciones juveniles, sus disputas internas. Para él y para
el país, son tiempos muy particulares. Su ideario doctrinario,
atraviesa una difícil y necesaria etapa de revisión.
Al tiempo que declama su presentación y mientras calla
apellidos, sabe muy bien que, entre los que lo escuchan, esa
omisión no la olvidarán. Mientras ésto sucede en un pueblo
que puja por emerger en medio de lo que era un desierto, el
mundo está ingresando en una oscura noche sobre la que nadie
está en condiciones de predecir como será el amanecer.
En lo particular, Argentina está próxima a una serie de sucesos
que terminarán escribiendo una historia con consecuencias
que serán determinantes hasta nuestros días.
La satisfacción que trasuntaba Caballero en su discurso, cuando
aseguraba que "... el templo de mi pueblo, se levantará en
estos patios de mis juegos de niño", no se reducía solamente
a la sesión de dicho espacio de terreno sino, también, por haber
logrado la obtención de los recursos económicos necesarios para
su edificación como resultado de la gestión que, como Senador
Nacional por Santa Fe, encabezó junto al Diputado Nacional por
Córdoba Néstor A. Pizarro.
El respectivo proyecto legislativo del 23 de noviembre de 1938,
que terminó siendo aprobado, contemplaba 30000$ para la
edificación de la nueva Parroquia de Ballesteros y 20000$ para
completar las obras de la Iglesia de Morrison, ámbito religioso
de común interés para el Sacerdote Company. En la Cámara de
Diputados, el legislador Pizarro fundamentó su pedido por estar
preocupado por "... las persecuciones raciales por diferencia
de sangres; las nuevas formas estatales aseguradas por la
violencia y asentadas en el predominio de razas, cultura o
intereses". Reflexiona que, "... en la República donde no
hay igualdad étnica, de cultura ni de idioma, es imprescindible
asegurar su cohesión por la unidad moral de sus habitantes que
asegure todos los derechos del individuo; las libertades de los
pueblos".

Carátula Exp. 1402 del 23 de noviembre de
1938 - Cámara de Diputados de la Nación
Los aportes estatales, fruto de la perseverancia de Company y la
actitud receptiva de la política, continuaron en los siguientes
años, no solo concentrándose en éste y en otros edificios religiosos
de la zona sino que también, se diversificaron hacia
instituciones para la cultura, el esparcimiento y el
deporte.
(Ver Documento 21)
Llegado el mediodía de ese 12 de octubre que el pueblo guardará
en su memoria, se sirve un gran
banquete con la asistencia de 300 invitados de honor; por su
parte, los jinetes que acompañaron al Obispo convergen hacia una
gran parrilla donde los espera un almuerzo de asado con cuero.
Por la tarde, la jornada
continuó con un partido de futbol entre Club Atlético Unión de
Morrison y Unión Football de Ballesteros Sud cerrando, hasta el
anochecer, con una concurrida "kermess" popular.
Para completar este cuadro, no debe soslayarse la importancia
que significa que, al momento de estos festejos, el proyecto
edilicio ya había sido realizado por los prestigiosos
arquitectos capitalinos Carlos Alfredo Rocha y Martínez Castro.
Los profesionales, acreditarán en años posteriores obras de la
relevancia de la ampliación del fastuoso Plaza Hotel de Buenos
Aires y, en asociación con Alejandro Bustillo, la Capilla Santa
Gemma Galgani del Monte Calvario de Tandil.
Nuevamente, estamos frente a la sorpresa que significa que un
estudio de esta envergadura pudiese mostrar interés en la
iglesia de un pequeño pueblo rural del interior y como pudo
financiarse dicho trabajo, cuyo costo desconocemos. No sería
desacertado concluir que la participación política fue
concluyente en allanar el camino facilitando la velocidad de
estos avances.

Proyecto de la Iglesia de Ballesteros (Córdoba) - Arquitectos Rocha y Martínez Castro
Revista "Nativa" n°192 - diciembre de 1939

Construcción de la nueva Parroquia de San José de Ballesteros
y su bendición.
Supervisadas por el Ingeniero Antonio Sánchez Pertierra, las
obras fueron llevadas adelante por la Empresa Zanetti de
Bell Ville. El
diseño de la Iglesia San José de Ballesteros se enmarca en un
estilo neo-colonial que, años más tarde, se convertirá en la
icónica matriz de lo que devino en llamarse "arquitectura colonial
peronista". Los detalles distintivos son su cúpula
concluida con una linterna con cuatro lucernas y la torre del campanario que, por
su envergadura, son visibles a distancia y verdaderos hitos para
la llanura pampeana.


Imágenes durante el proceso de construcción con
el detalle ampliado del Párroco Francisco Company

Imágenes durante el proceso de construcción de la
cúpula y colocación de la cruz y veleta
La iglesia está asentada sobre el terreno sito en la
intersección de la Av. Roque Sáenz Peña y la Av. San Martín;
próxima a la medianera este-sudeste, deja libre el sector de
lote donde se encontraba la vivienda del Dr. Ricardo Caballero,
donante del predio.
Está retirada unos diez metros de la línea municipal; el amplio
atrio, así conformado, está separado de la vereda por un pretil
con pilares de mampostería coronados por pirámide con esfera de
hormigón y rejas de hierro trabajada artesanalmente. Luego del
60 aniversario de la Parroquia y habiéndose ya consumado el
desalojo de Alejandro Caballero y su familia y la demolición de
la vivienda histórica, se completó el cerramiento del perímetro
del predio.
La fachada, con orientación nor-nordeste, luce un conjunto
integrado por el cuerpo central, la torre campanario a su
derecha y a su izquierda, el portal de ingreso a la Gruta de la
Virgen.
En el eje de simetría del imafronte, un vano terminado en arco
de medio punto asentado en impostas, es el ingreso al templo.
Para jerarquizarlo y a modo de ornamentación, el mismo está
enmarcado por sendas pilastras con basa y capitel en las que se
apoya el arquitrabe. Así, se genera un pequeño nartex abovedado
en el sotocoro que se extiende hasta el portal de madera de
doble hoja batiente de 24 tableros.
Sobre el conjunto, se destaca el óculo que, con artesanal y
colorido vitraux, ilumina el coro alto al inicio de la nave. Por
su parte, el hastial evidencia un techo a dos aguas, con un
mínimo alero que expone los bordes de las tejas coloniales y los
doce cabezales de las vigas del techo.

Vista integral de la nueva Parroquia de San José
de Ballesteros
con la usual contaminación visual


En relación a la torre campanario, está adosada a la nave en el
mismo plano del imafronte partiendo desde el piso. Concebida en
cuatro estratos, su sección cuadrada va disminuyendo en tamaño
a medida que asciende en cada tramo. La base tiene pilastras en
la proximidad de las aristas que llegan hasta la imposta que la
rodea. Tiene puerta de acceso en el lateral y ventana en el
frente.

El segundo tramo funge como mirador, con tres vanos con arco de
medio punto, barandas metálica que se extienden entre las bases
de las pilastras de ángulo, las que llegan hasta la imposta que
lo separa del próximo nivel.
Este nuevo tramo es el campanario específico; también luce
pilastras de ángulo con cuatro vanos con arcos de medio punto y
con imposta que, al igual que las anteriores, en su parte
superior está revestida con tejas españolas.
Con 232 kg de peso, la campana de mayor tamaño, fue traída de España; María del Carmen J. de Taruschio y
Raúl A. Cáceres, en
"Parroquia San José de Ballesteros" integrado
en "Civitatis Mariae", aseguran que las mismas "...
fueron balanceadas a mano y afinadas en el tono de Fa sostenido
Mayor, que es lo más festivo de la escala".
El último tramo, el más pequeño en dimensiones, es un octógono
irregular que culmina con un cupulín con linterna y chapitel con
cruz de hierro forjado. El reloj domina este nivel a los cuatro
vientos.

Los arquitectos que proyectaron este templo lo hicieron con una
tradicional planta en cruz latina compuesto por una nave muy
ancha en relación al largo y un transepto corto. Son
proporciones poco usuales que permiten que el crucero exponga
una cúpula de grandes dimensiones.
Asentada en los cuatro arcos torales, con tambor con aro de
borde en el inicio, culmina en una linterna de sección
octogonal. Las cuatro pechinas han sido trabajadas con motivos
en bajorrelieve.
Sobre la cúpula se destaca la cruz de hierro artesanalmente
forjada que es acompañada de una veleta con la imagen de una
carreta tirada por bueyes y que funge como emblemático símbolo
homenaje de las tradiciones camperas y de las Postas, cuya más
cercana estaba ubicada al otro lado del Río Tercero, en
Ballesteros Sud,
siendo éste, el punto de bifurcación de los caminos hacia el
norte con destino a Córdoba y hacia el sudoeste en procura de
Río Cuarto y Mendoza.
En el exterior, ocho cuerdas de arco de refuerzo llegan a la
lucera y coinciden con un chaflán del mismo ancho, lo que
transforma la sección de la misma en un octógono irregular. En
el inicio de cada refuerzo hay un pináculo piramidal que se
repite en el techo de la lucera en una dimensión menor.

La nave está cubierta con un techo a dos aguas cuya estructura
está formada por cuatro vigas acarteladas de ancho variable,
sobre las que descansan la viga cumbrera y dos por cada faldón.
Sobre esta estructura se extiende la losa que exteriormente está
cubierta con tejas coloniales.
En los muros laterales de la nave se han incorporado dos
capillas en cada uno y sobre ellas, tres vanos abocinados que
contienen magníficos vitrales que, donados por Ricardo Pertierra
hermano del Ingeniero Antonio Sánchez Pertierra, relatan la vida
de Jesucristo y que Iván Wielikosielek describe como "...
una historia en diapositivas reveladas por el sol del ocaso al
caer la tarde de un fabuloso azul cobalto y rojo carmesí".
Al respecto, los describe como "... multicolores con estampas religiosas
que destacan sus reflejos".


En el presbiterio, el altar mayor con las modificaciones
canónicas post conciliares de 1965, luce la vieja imagen de
porcelana del Santo Patrono sobre peana, iluminado y solo,
dándole la espalda a una mayólica azul que tapiza un muy amplio
nicho limitado por una doble y concéntrica moldura.


Iván Wielikosielek en "Perla colonial de la Pampa Gringa"
atribuye a María Angeles Ramos asegurar que Ricardo Pertierra
era "... miembro de la Comisión Renovadora del Cabildo
Histórico de Buenos Aires y que, por tal razón, consiguió un
ladrillo de dicho Cabildo el que fue colocado en el altar
mayor".
María de Taruschio y Raúl Cáceres en
"Parroquia San José de Ballesteros" del "Civitatis
Mariae"
rescatan que "... Don Juan Company, padre del Párroco
Francisco, talló el púlpito, una verdadera obra de arte que con
el correr de los años se tranformó en el actual altar mayor, con
piedra de mármol de Carrara al igual que el ambón".
En los cabezales del transepto sendos altares cobijan imágenes;
se tratan del Sagrado Corazón de Jesús sobre el lado del
Evangelio y la Virgen María Inmaculada del lado de la Epístola.

Durante el ejercicio pastoral de Company en Ballesteros,
además de boletines parroquiales por él editados y distribuidos
a nivel local y regional o un diario que, en 1937, llamó "La
Cenicienta", su pluma tenía usual presencia en el
tradicional periódico religioso "Los Principios". Esa participación se incrementó
a partir del desplazamiento del Presidente Ramón Castillo con la
Revolución del 4 de junio de 1943. Siendo Farrell Presidente
ejerció, durante un corto período en 1944, la docencia en la
Escuela Normal de Bell Ville dictando "Ciencias y Letras".
Su pasión por usar a la comunicación como vital herramienta se
incrementó, más aún, luego de los acontecimientos que concluyeron en el 17 de octubre de 1945 y la
posterior campaña que, en febrero de 1946, llevaría a Perón a su primera
presidencia.
Jane Walter, en su trabajo "Catholicism, Culture, and
Political Allegiance - Córdoba, 1943-1955", nos ayuda a
comprender las razones que propiciaron el acercamiento del
Sacerdote al ideario de Juan Domingo Perón. Según la
investigadora "... varias influencias lo
motivaron a apoyar a Perón. Los 'estibadores, peones' [en
castellano en el original] y otros trabajadores de su
parroquia rural lo ayudaron a comprender la importancia de los
sindicatos y la necesidad que el gobierno construyera viviendas
para los campesinos disminuyendo la pérdida de población del
campo. En 1945, el rechazo en las universidades al movimiento
popular y la necesidad de mantener la instrucción religiosa en
las escuelas públicas confirmaron su ingreso al peronismo.
Company también quedó impresionado por la forma en que Perón
respondía, antes de las elecciones, a las preguntas sobre cómo
combatiría al marxismo: deshacerse de las causas otorgando a los
trabajadores ventajas mayores y más sólidas que las prometidas
por los comunistas".

Jane Walter "Catholicism, Culture, and
Political Allegiance - Córdoba, 1943-1955"
incorporado en "Region and Nation:
Politics, Economics, and Society in Twentieth-Century Argentina"
A principios de marzo de 1946, Francisco Company tenía varias
razones para festejar; entre ellas, el reciente triunfo de Perón
en las elecciones generales, la publicación en "Los
Principios" de su artículo "La muerte del
descamisado" y la próxima bendición del nuevo Templo
prevista para el domingo 17 de ese mes.
A la
ceremonia habrá de asistir el Obispo de Córdoba Monseñor Lafitte. El
Diario "Los Principios" se ocupa del acontecimiento
informándonos que el programa pautado se inicia con "...
disparos de bombas a la salida del sol; misas a las 6, 7 y 8 y
gran concentración a las 8:30 frente al nuevo templo parroquial
... a las 9, solemne y popular recibimiento de las autoridades
eclesiásticas, civiles y militares ... a las 10, Bendición de la
Iglesia, Tedeum y alocución del Monseñor Fermín E. Lafitte".
Las actividades se extienden a lo largo de lo que queda del día
con una recepción de los visitantes en la Comuna que incluye un
vino de honor, carreras de sortijas, almuerzo criollo popular y
turnos de confirmaciones. (Ver Documento 22)
La obra soñada por Company se había concretado; era el resultado
de su indiscutible tesón y de la cercanía a los nacientes
postulados políticos con los que supo tejer un esquema de
relaciones y alianzas fructíferas para su proyecto; desde ese
lugar, apuntaló las obras que impulsó a lo largo de su presencia
en Ballesteros. En cuanto a su estrategia de proximidad política
partidaria es menester consignar que contaba con el beneplácito
de sus superiores, situación que cambió drásticamente durante la
década del '50 cuando la iglesia cordobesa toma una drástica
posición opositora.
 |
Los artículos que, de modo asiduo, el Párroco
Francisco COMPANY continuaba publicando en el Diario "Los
Principios" seguían siendo firmados con su
nombre real. Hay un momento en que su apellido muta
a COMPAÑY y así, comienzan a registrarse
sus escritos, tanto los de tono periodístico como
aquellos literarios. Tal es así, que su biografía
realizada en ARCHIVUM lo identifica con "Ñ".
Un momento para este cambio tal vez sea el libro que
dedica a Eva Perón tras su muerte y que se basa
en la Oración Fúnebre que pronuncia en la Catedral de
Córdoba con motivo del luctuoso suceso. El texto en
cuestión es
"Eva Perón. La abanderada inmóvil" de 1953
que es rubricado como Francisco COMPAÑY.
A partir de aquí, el cambio se afianza en su faceta
literaria; no así en sus gestiones legales, tal como
se evidencia en su nombramiento de febrero de 1955
al frente de la Cátedra de Religión en la Escuela
Nacional de Córdoba donde figura como COMPANY.
Como no tenemos registro de sus razones, nos
permitimos hacer una libre y respetuosa
interpretación. La fonética del apellido COMPAÑY con
"Ñ" y acentuación grave, es exactamente igual a
la pronunciación de la palabra italiana COMPAGNI que,
en nuestro idioma, significa "COMPAÑEROS".
Tal vez sea una sutileza, pero este cambio lo
mantuvo en todas sus publicaciones hasta su muerte;
incluso cuando, a partir de 1956, devino en fundador
y responsable de la Revista "Argentina Cristiana"
que supo tener, de modo paradójico, un fuerte
contenido anti-peronista.
Como conclusión, es indubitable que el cambio de la
"N" por la "Ñ" es producto de su voluntad con una
motivación que solo él conoce.
Lo definitivo, es que los fríos y formales Edictos
publicados tras su fallecimiento lo devuelven a su
nombre real:
FRANCISCO COMPANY
 |
 |
El Párroco Francisco Company deja Ballesteros. La llegada de
Armando C. Piazza.
El 1 de febrero de 1948, luego de diez años de acción misional, el
Sacerdote Francisco Company delega la responsabilidad religiosa
en manos del Padre Armando C. Piazza; con sentidas
palabras, lo hace frente a los fieles a quienes les manifiesta
que "... aquí os dejo a este Sacerdote, encomendándolo a
vuestra ayuda. El será el continuador de la obra emprendida,
pues será un verdadero párroco que superará mi acción y hará más
eficaz mi trabajo y mi anhelo".
Durante su gestión, Piazza avanzó en tareas que habían quedado
pendientes en la nueva Parroquia: la colocación del piso y
zócalo; el revoque exterior; la instalación del reloj en la
torre del campanario realizada por Humberto Giordanino quien,
además, se ocupó de su mantenimiento; la compra de material
litúrgico y la revitalización del jardín que rodeaba el atrio y
el templo.

Firma de Armando C. Piazza (08/12/1949)


La casa de la familia del Dr. Ricardo Caballero.
Avanzado el relato, hay una pregunta que deviene en inevitable:
¿por qué la vivienda del Dr. Ricardo Caballero no está? La
valiosa historia de vida del dirigente Radical, su protagonismo
nacional como político, escritor y médico y su centralidad en
ser el donante del espacio sobre el que se construyó la nueva
Parroquia San José de Ballesteros llevaría a concluir que lo
razonable sería que, no solo debería haber sido preservada por
su indiscutible valor simbólico; sino que, más aún, hubiese sido
el ámbito natural para contener el museo de la ciudad.
Intentando indagar sobre las razones del destino de la misma; lo
primero, fue encontrar una evidente invisibilización dentro del
escaso material disponible sobre la pequeña comunidad. Las
fotografías halladas en las que la vivienda aún estaba en pie
demuestra que el conjunto arquitectónico, de haberse conservado
la casa en cuestión, hubiese conformado un rico patrimonio digno
de ser expuesto a la consideración del visitante.

Imágenes de mediados siglo XX: nueva Parroquia, casa de la Familia Caballero
y primera Capilla


Nueva Parroquia y entrada lateral al jardín de la
casa de la Familia Caballero
Será Iván
Wielikosielek quien, en su artículo "Patrimonio de
ladrillo visto" publicado en "El Puntal de Villa María",
refiere con hábil pluma que en varias esquinas "... sus
fantasmas siguen gritando su presencia, o acaso su ausencia".
Se refiere al espacio, frente al actual Salón Parroquial,
donde las Avenidas San Martín y Roque Sáenz Peña se cruzan. El
autor, sin eufemismos, se refiere al solar de la Familia
Caballero asegurando que, "... en una maniobra realmente
macabra, el gobierno militar expropió de su legítima casa
a los propios donantes, los descendientes del Dr. Ricardo
Caballero". El escueto párrafo solo dejaba claro que los
hechos ocurrieron durante la última dictadura cívico militar;
más nada decía respecto al por qué.
La necesaria curiosidad llevó a que accediéramos a una demanda
que, iniciada en 1969 por el Arzobispado de Córdoba en contra de
Alejandro Caballero, insólitamente exigía el desalojo de la
vivienda argumentando que el espacio sobre el que se asentaba la
casa también era parte de lo oportunamente donado.
Esta decisión se concreta a poco de la muerte de los dos
protagonistas excluyentes de esta historia: Ricardo Caballero en
1963 y Francisco Company en 1965 y el manifiesto objetivo
central es la apropiación de un espacio de tierra sin que
siquiera se le dispense interés patrimonial a la misma vivienda.
Alejandro, como familiar directo del Dr. Ricardo Caballero,
habitaba dicha propiedad con su familia y sus ocho hijos por
voluntad expresa del viejo dirigente político que había optado
transitar sus últimos años de vida en Humen, a las afueras de
Rosario.
A pesar de la resistencia opuesta por los Caballero y de
resultas de la significativa diferencia entre los contendientes,
en diciembre de 1977, se consuma el desalojo de un modo que, una
crónica de la época, describe como "Desalojo arbitrario";
con ese título, a fines de enero de 1978, el Diario "Tribuna"
de Bell Ville
se ocupa de la insólita circunstancia sucedida en la vecina
población de Ballesteros. (Ver Documento 24)

(Ver Documento 24)
El artículo en cuestión consigna que "... una conocida y
tradicional familia se vio, de la noche a la mañana y sin
ninguna alternativa de plazo o postergación desprovista de la
que había sido su morada desde ancestrales tiempos como
consecuencia de un rápido juicio caratulado 'Arzobispado de
Córdoba c/Alejandro Caballero - Desalojo'. El texto apunta a
lo absurdo de la situación atento que la demanda se efectuaba
sobre los herederos de una familia, cuyo patriarca en vida era
el que había hecho la donación del espacio donde se levantó la
nueva Parroquia. En ese marco, el editorial reflexiona que,
"... si la mesura, la tolerancia y la paciencia son las virtudes
que la Iglesia siempre recomienda, ¿no debería haberse puesto en
práctica en este caso en favor de los descendientes directos de
aquellos que generosamente hicieron tan importante donativo y
darles tiempo para que arreglaran su situación?".
Meses después, Alejandro Caballero fallece agravándose las
circunstancias de padecimiento de la familia.
Durante 2015 el, por entonces, Diputado Provincial Carlos del
Frade difunde un artículo de su autoría titulado "Santo
desalojo en Dictadura". Según el mismo "... la familia
Caballero fue arrojada a la calle por un juicio de desalojo
iniciado por el Arzobispado de Córdoba en la localidad de
Ballesteros. Casi 40 años después se hace público un hecho de
profunda crueldad que emparenta a la diócesis cordobesa en
tiempos de la noche carnívora con lo peor de los grupos de
tareas". El texto de del Frade se ocupa de brindar detalles
de lo vivido por la familia de Alejandro Caballero a partir de
aquellas aciagas jornadas y de las gestiones que intentaron
transitar para preservar el bien y reivindicar la historia de
sus mayores. (Ver Documento 24)
Sobre esa esquina de Avenidas San Martín y Roque Sáenz Peña
estaba erguida la casa de la familia del Dr. Ricardo Caballero;
gracias a su donación, en el espacio que el curtido dirigente
definió como su lugar de "juegos infantiles", se levantó
la nueva Parroquia de San José de Ballesteros. Visto en
perspectiva no hay explicación válida para que las dos
construcciones no hubiesen llegado en pie hasta nuestros días.
La cruda realidad, hoy muestra una Parroquia junto a un espacio
vacío, despojado, solo tierra donde una impiadosa topadora se
ocupó de arrasar cualquier recuerdo.
Si la información es correcta, el expediente del caso,
completadas las actuaciones y una vez cerrado, se archivó en
Marcos Juárez de donde fue retirado en 1982.
La historia y quienes la escriben, saben como ciertos pliegues
deben ser doblados para que puedan ocultarse las razones de las sin
razones.
Pinceladas históricas.
-
Carnavales de febrero de 1904.
La Revista "Caras y Caretas" N°283 del 5 de marzo de
1904 rescata que en los recientes carnavales de Ballesteros
se "... se jugó, se bailó con entusiasmo, hubo buenas
mascaradas y en el corso que fue muy lúcido, llamaron la
atención numerosos carruajes ... el primer premio en este
concurso correspondió al carruaje del Sr. José Seisdedos
ocupado por las señoritas María y Tomasa Juárez, Laura
Mattersen y Josefina Arroyo".
Carro alegórico "La Nautilus" en el corso de
carnavales de Ballesteros
Foto obtenida en la actual Roque Sáenz Peña y Av. San Martín
Detrás, la cara anterior de la primera Capilla (actual Salón
Parroquial)
Revista
“Caras y Caretas”
- N°283 del 05 de marzo de 1904
-
20 de setiembre de 1908.
La naciente comunidad italiana de Ballesteros organizó una
fiesta popular con motivo de un nuevo aniversario que
recuerda la fecha del "Risorgimento" cuando Roma
recupera el ser Capital de una Italia unificada tras la
derrota, en 1870, de los Estados Pontificios de Pio IX con
sede en Florencia.

Revista "Caras y Caretas" n°522
-
Desafío futbolístico.
En pleno invierno de 1909 se enfrentan la representación
futbolística de Bell Ville contra el equipo de Ballesteros que oficia de
local. Identificados como "Teams", la crónica
deportiva de la Revista "Caras y Caretas" nos ofrece
sendas fotografías de los rivales y nos informa que los
visitantes regresan a su ciudad con el halago de haber
triunfado por 1 a 0.

Team de Bell Ville (Izquierda) - Team de
Ballesteros (Derecha)
-
El Dr. Ricardo Caballero en el tango.
En Rosario, en las primeras décadas del siglo XX, cuando
Ricardo Caballero tenía una popularidad creciente, el autor
del tradicional tango "Nueve de Julio" y prolífico
compositor, pianista, guitarrista, armoniquista y director
Juan Luis Padula escribe, dedicándolo al dirigente radical,
un tango al que llamó "El taita caballerito".
El joven instrumentista tucumano había conocido y admirado
al joven político durante los años en que el músico
estuvo radicado en la ciudad santafesina, previo a su salto
a Buenos Aires donde sus obras fueron interpretadas por
artistas centrales en la historia tanguera argentina.

Juan Luis Padula
-
El Dr. Ricardo Caballero en un contrapunto político.
En una Revista, por entonces, publicada en Rosario y bajo el
título "Contrapunto entre un Radical y un Liguista siendo
Juez un Socialista" se reconstruye una puja donde sendos
payadores compiten con la presencia de un arbitro quien
asume la responsabilidad de definir quien es el ganador del
contrapunto político. La caricatura de la tapa nos muestra,
guitarras en mano, a Ricardo Caballero con boina blanca y
Lisandro de la Torre con su típica barba dispuestos a la
competencia musical. De pie, al medio de ambos, está el
socialista con un diario "La Vanguardia" en mano y
una imagen que nos lleva a la estética de Alfredo Palacios.
(Ver Documento 25)

-
Un bocado sabroso.
La
Revista "Caras y Caretas" N°772 del 19 de julio
de 1913, sacó en su tapa una caricatura de Percival Farquhar
quien, luciendo en su pecho la escarapela del Sindicato que lleva
su apellido, extiende las garras de su mano sobre un convoy
ferroviario al que caracteriza como "... un bocado
sabroso".

Caricatura de Percival Farquhar y Acciones de
la "Argentine Railway Company"
El Sindicato de Farquhar es un grupo liderado por este
capitalista y empresario estadounidense que, con sede en
Paraguay, competía con los otros capitales internacionales
de la época (Inglaterra en particular) para que determinados
monopolios cambien de nacionalidad; en particular, su mayor
interés estaba focalizado en absorber la propiedad de los
ferrocarriles latinoamericanos desplazando a los ingleses.
En lo que respecta a nuestro país, es curioso que alguien
tan hábil para los negocios estuviese interesado en absorber
redes férreas cuyos balances solían declarar una recurrente
falta de rentabilidad. Particularmente hacia 1912, este
aventurero intentó asumir el control de las Empresas
Ferroviarias de Santa Fe, Entre Ríos y el Nordeste
Argentino. El emprendimiento, al que llamó "Argentine
Railways Company", quebró en 1914 perjudicando a un
elevado número de pequeños ahorristas que habían apostado a
comprar sus acciones.
-
El ahijado de Don Victorino de la Plaza.
La
Revista "Fray Mocho" N°228 del 08 de
setiembre de 1916 publica la foto de "... la familia del
Sr. Alfredo Marchisio cuyo séptimo hijo varón fue apadrinado
por el Sr. A. Juárez en representación del Presidente de la
República Don Victorino de la Plaza". El Sr.
Alfredo Marchisio, radicado en Ballesteros y de profesión
herrero, era un inmigrante italiano casado con la argentina
Ludovica Franco.
-
Accidente ferroviario en la Estación Ballesteros.
La crónica del accidente producido el 26 de julio de 1927
fue publicada, entre otros, por el órgano de difusión de
"La Fraternidad". El relato, al reconstruir las
circunstancias del hecho, da cuenta que de Villa María se
desplazaba el tren 594, con la máquina 808 operada por el
maquinista Clemente Peralta y el foguista Pedro Funes, en
dirección a Ballesteros. En dicha Estación se encontraba
operando el tren 539. Un error en el manejo de las señales
provocó la interpretación del maquinista de disponer de vía
libre; cuando en realidad, fue derivado hacia "... el
Brete en vez de estar por vía principal ... cerró el
regulador y puso freno ... pero, ya no había tiempo, estaba
en la vía del Brete, donde se encontraba un corte de doce
jaulas, un furgón y diez oppers". Como consecuencia de
los hechos, solo se declaran heridas leves para el conductor
y foguista, quienes fueron atendidos en la misma Estación de
Ballesteros por parte "... del Dr. Rosse, que acudió en
el acto".

-
La primera Miss Argentina.
En 1928, la tradicional Revista "El Hogar" organizó
la primera elección de Miss Argentina. Las representantes de
las distintas provincias fueron seleccionadas a partir de
las fotografías enviadas a la publicación por las propias
interesadas. En un gran baile realizado en el Club Mar del
Plata de dicha ciudad y con la presencia del Presidente
Marcelo T. de Alvear y su esposa Regina Pacini, el Jurado
decidió que la ganadora era Tulia Ciampoli, joven de 16 años
natural de Ballesteros (Córdoba). Integrada al mundo
artístico, participó en numerosas obras teatrales y
cinematográficas.
(Ver Documento 23)

-
"La muerte del descamisado". Diario "Los
Principios" del 04 de marzo de 1946.
El Sacerdote Francisco Company era una pluma usual en el
Diario "Los Principios"; uno de dichos artículos es
"La muerte del descamisado" que se publicó el 4
de marzo de 1946. Hacía pocos días que, en Argentina, se
habían realizado elecciones generales con el triunfo del
General Perón. El texto remite a una situación que el Padre
vivió en Ballesteros y se asociaba a la jornada de dicha
actividad cívica. El relato se ubica en un "Comité
Peronista", lo que es una curiosidad de una época donde el
"Comité" podía ser "Peronista" ya que, los "Peronistas", aún
no habían inventado las "Unidades Básicas". Gabino Márquez
había muerto en dicho ámbito partidario, con la boleta en
las manos y sin haber llegado a votar por Perón.
Consultado el Cura si esta muerte era, frente a las
elecciones, una señal de mal
augurio; el Sacerdote respondió que, por el contrario, tal hecho significa
que "... el pueblo muere por Perón".
(Ver Documento 22)
-
El Dr. Ricardo Caballero en el cine.
José Betinotti, hijo de inmigrantes italianos, nació en Buenos
Aires en 1878. Como obrero de la industria de la hojalata y de
la marroquinería supo estar vinculado, como cercano testigo, de
las luchas obreras de fines del siglo XIX y los primeros años
del XX.
Transitando dentro de un clima de época donde la diversidad
política y la lucha de clases se ponía en cotidiana disputa entre liberales,
anarquistas, socialistas y la naciente Unión Cívica Radical,
José fue construyendo su propia comunión de pensamientos y
visión política y social que traslada al difícil arte de la
improvisación y la payada. Es, en ese campo, que alcanza un
protagonismo notorio en el mundo del, por entonces, popular
teatro circense y los encuentros en los comités partidarios.
Será concluyente su encuentro, en 1898, con el prestigioso
payador Gabino Ezeiza; de la mano de él, iniciará su vida
artística alcanzando su mayor éxito con la autoría de la composición musical
"Pobre mi madre querida" que, arreglada por Homero Manzi
y Sebastián Piana e interpretada por Carlos Gardel, se convierte
en un icónico clásico de notable vigencia en la historia musical
argentina.
Corrían los años entre los Centenarios de la Revolución de Mayo
y de la Independencia, cuando muere a la temprana edad de 35
años. Su enfermedad debió convivir con un entorno temporal de profundas
crisis que hundían a una mayoría de la sociedad a la
postergación sometida por la pobreza, la desocupación
y las necesidades básicas insatisfecha.
Con la dirección de Homero Manzi y Ralph Pappier, la vida
del artista es llevada al cine con el título "El último
payador". El film es estrenado en 1950 con la
producción de Artistas Argentinos Asociados y los
protagónicos de Hugo del Carril y Aída Luz.
En lo que respecta a la vinculación de esta película con nuestro
trabajo rescatamos que, según el relato, José Betinotti, al
iniciar los síntomas de su enfermedad, es atendido y medicado
por el Dr. Ricardo Caballero quien, en esos tiempos, ya contaba
con una larga trayectoria y protagonismo político como
militante de la Unión Cívica Radical. Con una notable caracterización,
el actor Juan Carrara asume la responsabilidad de interpretar el
papel del médico, político, legislador y escritor natural de
Ballesteros Sud.
Los invitamos, haciendo
click aquí, a acceder a un pequeño fragmento donde se
reproduce el encuentro del paciente con el médico.

A la izquierda, escena del film "El último
payador" donde Juan Carrara, en el papel del Dr. Ricardo
Caballero,
le brinda atención médica a Hugo del Carril quien personifica a
José Betinotti.
A la derecha, imagen del Dr. Ricardo Caballero publicada en la
Revista "Caras y Caretas" n°1745
Ubicación.
Coordenadas geográficas:
Latitud: 32º 54’ 67,90” Sur
Longitud: 62º 98’ 33,30” Oeste


Documentos.
• Documento 1:
Distintos artículos periodísticos en relación al Dr. Ricardo
Caballero
• Documento 2:
Prólogo del libro "Aristóteles, Naturalista, Biólogo y
Filósofo" del Dr. Ricardo Caballero
• Documento 3:
Proyecto de Allan Campbell según el "American Railroad
Journal" del 31 de mayo de 1856
• Documento 4:
Presupuesto del Ingeniero Allan Campbell
• Documento 5:
Ceremonia del inicio de obras en Rosario con la presencia del
General Bartolomé Mitre
• Documento 6:
Contrato entre el Estado Nacional y William Wheelwright
• Documento 7:
Cartas de William Wheelwright
• Documento 8:
Listado de los primeros adquirentes de acciones
• Documento 9:
Llegada de William Wheelwright con la importación de material
pesado
• Documento 10:
Detalle de los horarios del servicio de acuerdo al avance de
obras
• Documento 11:
Artículos del Periódico "The Standard" relacionados con
los actos de inauguración
• Documento 12:
Artículo del Periódico "The Standard" relacionado con
la protesta de Sarmiento
• Documento 13:
Detalle de la deuda externa argentina según
"The Argentine Year
Book - 1903"
• Documento 14:
"La profanación de la cruz bendita" del Dr. Ricardo
Caballero
• Documento 15:
Fallo Judicial del Dr. Luis A. Peyret
• Documento 16:
Decretos rubricados por el Presidente Figueroa Alcorta y Exp.
185 del 29/06/1910
• Documento 17:
Carta de William Perkins - Director de la "Compañía de Tierras del Central Argentino"
• Documento 18:
Carmen (Carmine) Amicarelli - Agente Consular de Italia,
Acta de Casamiento y Censo
1895
• Documento 19:
ARCHIVUM Tomo VII - Biografía de Francisco Company
• Documento 20:
"Donación a la Iglesia Católica" del Dr. Ricardo
Caballero
• Documento 21:
Distintos aportes económicos del Estado para la construcción de
la nueva Parroquia de Ballesteros
• Documento 22:
Ceremonia de colocación de la Piedra Fundamental, Bendición y
Artículo del P. Francisco Company
• Documento 23:
Tulia Ciampoli - Miss Argentina 1928
• Documento 24:
Desalojo de la Familia Caballero
• Documento 25:
"Contrapunto entre un Radical y un Liguista siendo Juez un
Socialista"

Placa homenaje al Sacerdote Francisco Company
colocada al frente de la Parroquia de Ballesteros
Fuentes de consulta:
-
Achával Vecú, Inés: "Francisco Compañy, un cura
peronista, claves para entender las complejas relaciones
entre catolicismo y peronismo. 1943-1947" - Centro de
Estudios Históricos "Prof. Carlos S. A. Segreti" - UCC - XIV
Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia - octubre
2013.
-
Adamovsky, Ezequiel: "Historia de la Clase Media
Argentina - Apogeo y decadencia de una ilusión, 1919-2003" -
Editorial Planeta - Buenos Aires, 2014.
-
Aguirre R. y Tonegar: "Contrapunto entre un Radical y un
Liguista siendo Juez un Socialista" - Editores Longo y
Argento - Rosario de Santa Fe.
-
Agradecimiento muy particular para Alejandrina Gricelda
Gallay y María Eugenia Muñiz - Biblioteca Ing. Julio Bello,
Escuela Superior de Comercio, Universidad Nacional de
Rosario.
-
Agradecimiento muy especial para María Susana Caballero, Carlos
Caballero, Iván Wielikosielek, Carlos del Frade, Luis
Giletta (Tribuna de Bell Ville).
-
Album "La República Argentina - 1906/1907" -
Director: Benjamín Roqué - Talleres Gráficos de L. J. Rosso,
Buenos Aires.
-
Autores Varios:
"Historias Populares Cordobesas -
Ballesteros" - Municipalidad de Ballesteros - Imprenta
de Lotería de Córdoba S. E. - Córdoba, 2006.
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Barbero, María Inés y Devoto, Fernando:
"Los
Nacionalistas" - Centro Editor de América Latina -
Buenos Aires, 1983.
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"Imágenes de Córdoba, Fotografías de
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-
Caballero, Ricardo: "Aristóteles, Naturalista, Biólogo y
Filósofo"
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Doctrinas Médicas de la Facultad de Ciencias Médicas de
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Caballero, Ricardo: "Pasteur, estudio sobre su obra" -
Facultad de Ciencias Médicas de Rosario - Conferencia
inaugural del Curso de Historia de la Medicina, 25 de abril
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"La donación" -
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Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz
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"Páginas literarias del último caudillo" de
Francisco Rojo y Andrés Irven, 1957.
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"La casa de mi infancia (En Ballesteros Viejo)" -
Revista "Nativa" - Año XI Nº 122 - Buenos Aires, febrero
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Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz
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(1) - N°522 del 03 de octubre
de 1908 - N°553 del 01 de mayo de
1909 - N°554 del 15 de mayo de 1909 - N°562 del 10 de julio de
1909 (2)
- N°565 del 31 de julio de 1909 - N°695 del 27 de enero de 1912
(3) - N°723 del 10 de agosto de 1912
(4)
- N°730 del 28 de setiembre de 1912
(5) - N°772 del 19 de julio de
1913 - N°805 del 07 de marzo de
1914
(6) - N°1010 del 09 de febrero
de 1918
(7) - N°1049 del 09 de noviembre de
1918 (8)
- N°1050 del 16 de noviembre de 1918
(9)
- N°1106 del 13 de diciembre de 1919 - N°1200 del 01 de octubre de 1921
(10)
- N°1323 del 09 febrero de 1924 - N°1548 del 02 de junio de 1928
(11)
- N°1551 del 23 de junio de 1928 - N°1745 del 12 de marzo de 1932
(12)
- N°1870 del 04 de agosto de 1934 - Biblioteca Nacional de España.

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Revista "El Hogar" N°953 del 20/01/1928 - N°957 del
17/02/1928 - N°959 del 02/03/1928 - Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz.
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Revista "Fray Mocho" N°51 del 18 de abril
de 1913 y N°228 del 08 de setiembre de 1916 - Ibero Amerikanisches Institut Preuβischer Kulturbesitz.
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"Crónicas del Sudeste" - Ediciones Llantodemudo - Córdoba, 2008.

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Wielikosielek, Iván:
"Perla colonial de la Pampa Gringa" - "El
Diario del Centro del País" - Cooperativa Comunicar
Ltda. - Córdoba, 24/01/2016.
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Wielikosielek, Iván:
"Patrimonio de ladrillo visto" - "El
Puntal de Villa María" - Córdoba, 04/01/2017.
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Yupanqui, Atahualpa: "El arriero" - Letra y Música,
diciembre de 1944.
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